PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 01 DE OCTUBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
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"Por el Sínodo"
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ESPAÑA La ceremonia tiene lugar a las 19.30 horas en la Universidad San Pablo CEU de Madrid
Rosario de hombres, Siervas de María, Células de Evangelización... este jueves, entrega Premios ReL
SANTORAL DE HOY
Elogio: Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, en Francia, y llegó a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual y demostró una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia. Terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de septiembre.
Patronazgos: patrona de Francia y de las misiones.
Oración
Oh Dios, que has preparado tu reino para los humildes y los sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de santa Teresa del Niño Jesús, para que nos sea revelada, por su intercesión, tu gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
San Piatón, presbítero y mártir
En Séclin, en la Galia Bélgica, san Piatón, presbítero, que es venerado como evangelizador de Tournai y como mártir. († s. III/IV)
Santos Verísimo, Máxima y Julia, mártires
En Lisboa, en la Lusitania, santos Verísimo, Máxima y Julia, mártires. († s. III/IV)
San Romano «Mélodos», diácono
En Constantinopla, san Romano, diácono, que mereció ser llamado «Mélodos» por su sublime arte en componer himnos sacros en honor del Señor y de los santos. († d. 555)
San Nicecio de Tréveris, obispo y confesor
En Tréveris, en la Renania, en Austrasia, san Nicecio, obispo, que, según el testimonio de san Gregorio de Tours, era fuerte en la predicación, terrible en la argumentación y constante en la enseñanza. Sufrió el destierro bajo Clotario, rey de los francos. († 561)
San Bavón, monje
En Gante, ciudad de Flandes, san Bavón, monje, el cual, discípulo de san Amando, dejó la vida seglar, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en el monasterio fundado en esta ciudad. († c. 659)
San Wasnulfo, monje
En Condé-sur-l’Escaut, en el Hainaut, de Austrasia, san Wasnulfo, monje, nacido en Escocia. († s. VII)
San Geraldo Edwards, y beatos compañeros, mártires
En Cantorbery, en Inglaterra, san Geraldo Edwards, presbítero y mártir, el cual fue ordenado en Francia, y al regresar a su patria, durante la persecución bajo el reinado de Isabel I, después de un largo encarcelamiento, consumó su martirio en el patíbulo. Con él fueron martirizados los presbíteros beatos Roberto Wilcox y Cristóbal Buxton, por su condición sacerdotal, y el beato Roberto Widmerpool, por ayudar a un sacerdote. († 1588)
Beatos Rodolfo Crockett y Eduardo James, presbíteros y mártires
En Chichester, también en Inglaterra, beatos Rodolfo Crockett y Eduardo James, presbíteros y mártires, que, formados en el Colegio de los Ingleses de Reims, al regresar a su patria fueron condenados al patíbulo por razón de su sacerdocio. († 1588)
Beato Juan Robinson, presbítero y mártir
En Ipswich, de la región de Suffolk, de nuevo en Inglaterra, beato Juan Robinson, presbítero y mártir, el cual, siendo padre de familia, al enviudar recibió, ya anciano, la ordenación sacerdotal, y por esta causa fue coronado con el martirio. († 1588)
Beatos Gaspar Hikojiro y Andrés Yoshida, mártires
En Nagasaki, en Japón, beatos Gaspar Hikojiro y Andrés Yoshida, mártires, que, siendo catequistas, fueron degollados por haber recibido en sus casas a unos sacerdotes. († 1617)
Beato Juan de Palafox Mendoza, obispo
En Osma, de Soria, en España, beato Juan de Palafox Mendoza, obispo de Puebla de los Ángeles, en México y luego de Osma. († 1659)
Beato Luis María Monti, fundador
En Saronno, cerca de Varese, en la Lombardía, región de Italia, beato Luis María Monti, religioso, quien, a pesar de mantener su condición laical, instituyó los Hijos de María Inmaculada, congregación que dirigió con espíritu de caridad hacia los pobres y los necesitados, ocupándose especialmente de los enfermos y huérfanos, y trabajando en favor de la formación de los jóvenes. († 1900)
Beata Cecilia Eusepi, laica
En Nepi, Viterbo, beata Cecilia Eusepi, laica, miembro de la Tercera Orden de los Siervos de María, que alcanzó la santidad como catequista y al servicio de los demás en la vida de cada día. († 1928)
Beata Florencia Caerols Martínez, virgen y mártir
En el lugar de Rotglà y Corbera, en la región de Valencia, en España, beata Florencia Caerols Martínez, virgen y mártir, que en tiempo de persecución contra la fe alcanzó, por medio del martirio, la gloria de la vida eterna. († 1936)
Beato Álvaro Sanjuán Canet, presbítero y mártir
En la ciudad de Villena, también en la región de Valencia, beato Alvaro Sanjuán Canet, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, que, en la misma difícil época, alcanzó por su combate la palma del martirio. († 1936)
Beato Antonio Rewera, presbítero y mártir
Cerca de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Antonio Rewera, presbítero y mártir, que, por su confesión en favor de Cristo, desde Polonia fue internado en el campo de concentración de Dachau, donde alcanzó la corona del martirio por medio de los tormentos que sufrió. († 1942)
San Piatón, presbítero y mártir
En Séclin, en la Galia Bélgica, san Piatón, presbítero, que es venerado como evangelizador de Tournai y como mártir. († s. III/IV)
Santos Verísimo, Máxima y Julia, mártires
En Lisboa, en la Lusitania, santos Verísimo, Máxima y Julia, mártires. († s. III/IV)
San Romano «Mélodos», diácono
En Constantinopla, san Romano, diácono, que mereció ser llamado «Mélodos» por su sublime arte en componer himnos sacros en honor del Señor y de los santos. († d. 555)
San Nicecio de Tréveris, obispo y confesor
En Tréveris, en la Renania, en Austrasia, san Nicecio, obispo, que, según el testimonio de san Gregorio de Tours, era fuerte en la predicación, terrible en la argumentación y constante en la enseñanza. Sufrió el destierro bajo Clotario, rey de los francos. († 561)
San Bavón, monje
En Gante, ciudad de Flandes, san Bavón, monje, el cual, discípulo de san Amando, dejó la vida seglar, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en el monasterio fundado en esta ciudad. († c. 659)
San Wasnulfo, monje
En Condé-sur-l’Escaut, en el Hainaut, de Austrasia, san Wasnulfo, monje, nacido en Escocia. († s. VII)
San Geraldo Edwards, y beatos compañeros, mártires
En Cantorbery, en Inglaterra, san Geraldo Edwards, presbítero y mártir, el cual fue ordenado en Francia, y al regresar a su patria, durante la persecución bajo el reinado de Isabel I, después de un largo encarcelamiento, consumó su martirio en el patíbulo. Con él fueron martirizados los presbíteros beatos Roberto Wilcox y Cristóbal Buxton, por su condición sacerdotal, y el beato Roberto Widmerpool, por ayudar a un sacerdote. († 1588)
Beatos Rodolfo Crockett y Eduardo James, presbíteros y mártires
En Chichester, también en Inglaterra, beatos Rodolfo Crockett y Eduardo James, presbíteros y mártires, que, formados en el Colegio de los Ingleses de Reims, al regresar a su patria fueron condenados al patíbulo por razón de su sacerdocio. († 1588)
Beato Juan Robinson, presbítero y mártir
En Ipswich, de la región de Suffolk, de nuevo en Inglaterra, beato Juan Robinson, presbítero y mártir, el cual, siendo padre de familia, al enviudar recibió, ya anciano, la ordenación sacerdotal, y por esta causa fue coronado con el martirio. († 1588)
Beatos Gaspar Hikojiro y Andrés Yoshida, mártires
En Nagasaki, en Japón, beatos Gaspar Hikojiro y Andrés Yoshida, mártires, que, siendo catequistas, fueron degollados por haber recibido en sus casas a unos sacerdotes. († 1617)
Beato Juan de Palafox Mendoza, obispo
En Osma, de Soria, en España, beato Juan de Palafox Mendoza, obispo de Puebla de los Ángeles, en México y luego de Osma. († 1659)
Beato Luis María Monti, fundador
En Saronno, cerca de Varese, en la Lombardía, región de Italia, beato Luis María Monti, religioso, quien, a pesar de mantener su condición laical, instituyó los Hijos de María Inmaculada, congregación que dirigió con espíritu de caridad hacia los pobres y los necesitados, ocupándose especialmente de los enfermos y huérfanos, y trabajando en favor de la formación de los jóvenes. († 1900)
Beata Cecilia Eusepi, laica
En Nepi, Viterbo, beata Cecilia Eusepi, laica, miembro de la Tercera Orden de los Siervos de María, que alcanzó la santidad como catequista y al servicio de los demás en la vida de cada día. († 1928)
Beata Florencia Caerols Martínez, virgen y mártir
En el lugar de Rotglà y Corbera, en la región de Valencia, en España, beata Florencia Caerols Martínez, virgen y mártir, que en tiempo de persecución contra la fe alcanzó, por medio del martirio, la gloria de la vida eterna. († 1936)
Beato Álvaro Sanjuán Canet, presbítero y mártir
En la ciudad de Villena, también en la región de Valencia, beato Alvaro Sanjuán Canet, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, que, en la misma difícil época, alcanzó por su combate la palma del martirio. († 1936)
Beato Antonio Rewera, presbítero y mártir
Cerca de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Antonio Rewera, presbítero y mártir, que, por su confesión en favor de Cristo, desde Polonia fue internado en el campo de concentración de Dachau, donde alcanzó la corona del martirio por medio de los tormentos que sufrió. († 1942)
LITURGIA DE HOY
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I (A).
- Ez 18, 25-28. Cuando el malvado se convierte de la maldad, salva su propia vida.
- Sal 24. R. Recuerda, Señor, tu ternura.
- Flp 2, 1-11. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
- Mt 21, 28-32. Se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios.
Dios manifiesta especialmente su poder con el perdón y la misericordia (Co). Por eso, el Señor enseña el camino a los pecadores (Sal resp). Y si el malvado recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá (1 Lect). Todos somos pecadores y debemos escuchar la voz del Señor que nos llama a la conversión. Seamos sencillos y creamos en Jesucristo, nuestro Salvador (Ev). Y tengamos los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús, dejándonos llevar por la humildad, considerado siempre superiores a los demás. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, pasando por uno de tantos (2 Lect).
- Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 2 de octubre, pág. 589.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
INTRODUCCIÓN¿Quién hizo la voluntad del Padre?, nos pregunta Jesús en el Evangelio.El hijo que dice sí al padre, pero no le obedece representa a todos aquellos que permanecen insensibles al llamado de Dios. Él nos invita continuamente a que acojamos a Jesucristo como nuestro salvador.Reconocer a Jesucristo como nuestro salvador “Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él, cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que morir al pecado es alcanzar la vida. En el Bautismo y en el sacramento de la Reconciliación, se actualiza para nosotros la redención de Cristo”.Los publicanos, los pecadores y las prostitutas acogieron el llamado de Juan Bautista a la conversión. Y la misericordia de Dios fue abundante.Ante Dios no existen etiquetas, solo hijos que tienen necesidad de su gracia y, por lo mismo, son invitados a la conversión permanente.¿Quién hizo la voluntad del Padre? Aquel que no importándole su condición, le dijo sí al Señor Jesús e hizo la voluntad del Padre; aquel que se puso en camino, que transformo su corazón y su vida en ofrenda agradable a Dios.Acojamos el llamado de nuestro Dios que nos ama con inusitado amor y nos invita a estar con Él. Desde hoy, estamos todos invitados a recomenzar desde Cristo.
Antífona de entrada Cf. Dan 3, 31. 29. 30. 43. 42 Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque pecamos contra ti y no obedecimos tu ley; pero glorifica tu nombre, tratándonos según tu gran misericordia.
Gloria.
Oración colectaDios nuestro, que manifiestas tu poder
sobre todo en la misericordia y el perdón,
derrama sin cesar tu gracia sobre nosotros,
para que, deseando tus promesas,
nos hagas participar de los bienes celestiales.
Por nuestro Señor Jesucristo.
sobre todo en la misericordia y el perdón,
derrama sin cesar tu gracia sobre nosotros,
para que, deseando tus promesas,
nos hagas participar de los bienes celestiales.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
«Insistís: “No es justo el proceder del Señor”.
Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».
Salmo responsorial Sal 24, 4-5. 6-7. 8-9 (R: 6a)
instruyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R/.
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.
«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.
¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».
Contestaron:
«El primero».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creisteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creisteis».
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
DOMINGO
DE LA XXVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
Tened
entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. (Segunda lectura)
¡Qué
bonito es este consejo de San Pablo! En otro momento diría: Vivo yo, pero
no yo, es Cristo que vive en mí. Acostumbrémonos a hacer de tal manera nuestros
los sentimientos de Cristo, que espontáneamente vivamos como Él en nuestras
relaciones con Dios y con los hombres.
Son
las consecuencias de nuestra incorporación a Cristo. La humanidad de Jesús, su
alma, vive en íntima comunión con su Persona Divina y con el Padre y el
Espíritu Santo. Cada uno de nosotros estamos llamados a esta comunión, a una
distancia inconmensurable como es la distancia de unión personal con el Verbo
y, en nosotros, unión mística o misteriosa, pero ciertamente de dimensiones
mucho más profundas de lo que vivimos normalmente.
Esta
unión con las Personas Divinas marcará también nuestra unión con quienes
formamos el único cuerpo místico de Cristo. También en nosotros, en una medida
proporcional, se hará realidad todo lo que aquí el Apóstol señala que sucede en
Cristo: se rebajó hasta someterse a la muerte, y una muerte de cruz. Por
eso Dios lo levantó.
Participamos
misteriosamente en la acción salvadora de Cristo a través de la cruz y en esta medida
participamos de su tiempo.
Para
ayudarnos a vivir esta realidad podríamos aportar multitud de textos de la
Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia. Bástenos asomarnos y copiar una
página del tema: El Cristo de todos los tiempos, del libro Luz en
la noche. El misterio de la fe dado en sabiduría amorosa (Opúsculo nº 4):
Cristo
abarcó en su espíritu todos los tiempos de todos los hombres, viviendo con
todos y cada uno de ellos en todas y en cada una de sus circunstancias. Y así
como para manifestarnos la realidad apretada que Él contenía de amor, de
entrega, de enseñanza, de donación, de victimación en necesidad de glorificar
al Padre y darse a los hombres, se valió de treinta y tres años, para
trasladarse a nuestro tiempo, vivir con nosotros y hacernos a nosotros vivir
con Él, se valió de la Iglesia, la cual, injertándonos en Cristo, a través de
la Liturgia, nos hace vivir, por medio de la fe, la esperanza y la caridad, la
realidad pletórica del Verbo infinito Encarnado, en su ser y en su obrar.
Y, en
el Sacrificio del altar, se nos da todo el misterio de Cristo en su vida,
muerte y resurrección, se nos hace vivir a nosotros también ese Sacrificio junto
a Cristo, por Él y en Él, para la gloria del Padre y bien de todos los hombres,
perpetuándosenos en la Eucaristía la presencia real del Verbo Encarnado con
todo cuanto es, vive y manifiesta.
¡Oh
misterio maravilloso de la perfección de Cristo, que es capaz de realizar lo
irrealizable para el hombre!, haciendo posible que yo en mi tiempo, en el
Sacrificio del altar, viva lo mismo que vivieron aquellos que estuvieron con el
Verbo hecho Hombre.
Y es
tan esplendorosa la donación infinita de Dios en derramamiento de amor hacia
mí, que, durante todas las Misas de todo mi tiempo, aquella realidad,
misteriosamente, es obrada para mí a través de la Liturgia. Y yo, cuando estoy
con Jesús en el sagrario, por el poder de su gracia, vivo de la manera que Él
vivió conmigo durante sus treinta y tres años, en la manifestación de su gozo y
de su pena, de su entrega y de su amor. Más aún, mis ratos de Sagrario, en mi
vida de fe, son la realización de aquel tiempo de Cristo en mi tiempo, que a mí
me hace capaz de vivir el tiempo de Cristo ante mi sagrario: «Yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo»7.
[...]
Yo,
por ser Iglesia, estoy injertada en Cristo en todos y cada uno de los misterios
de su vida, que yo vivo en mi espíritu con más o menos profundidad, con más o
menos participación, según mi fe, esperanza y caridad me lo hagan presente. Y
por Él estoy injertada también con el Padre y el Espíritu Santo y con todos los
hombres de todos los tiempos.
_________________
7 Mt 28, 20.
a los publicanos y pecadores que se convierten
y se proponen actuar con justicia y con bondad,
escucha las oraciones de tu pueblo
y danos un sincero espíritu de penitencia,
para que, teniendo los sentimientos propios de Cristo,
podamos alcanzar la paz y el perdón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
concédenos que nuestra ofrenda te sea aceptable,
y que, mediante ella, se nos abra la fuente de toda bendición.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
El misterio de la salvación en Cristo
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias, Padre santo,
siempre y en todo lugar,
por Jesucristo, tu Hijo amado.Por él, que es tu palabra, hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste
para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María la Virgen,
fuera nuestro Salvador y Redentor.Él, en cumplimiento de tu voluntad,
para destruir la muerte
y manifestar la resurrección,
extendió sus brazos en la cruz,
y así adquirió para ti un pueblo santo.Por eso,
con los ángeles y los santos,
cantamos tu gloria diciendo:Santo, Santo, Santo...
El misterio de la salvación en Cristo
es nuestro deber y salvación,
darte gracias, Padre santo,
siempre y en todo lugar,
por Jesucristo, tu Hijo amado.
tú nos lo enviaste
para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María la Virgen,
fuera nuestro Salvador y Redentor.
para destruir la muerte
y manifestar la resurrección,
extendió sus brazos en la cruz,
y así adquirió para ti un pueblo santo.
con los ángeles y los santos,
cantamos tu gloria diciendo:
renueva, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu,
para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo,
cuya muerte anunciamos y compartimos.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Nada hay tan fácil que nuestra mucha tibieza no nos lo presente difícil y pesado» (San Juan Crisóstomo).
«En esta transformación del ‘no’ en ‘sí’, en esta inserción de la voluntad de la criatura en la voluntad del Padre, Él transforma la humanidad y nos redime. Y nos invita a entrar en este movimiento suyo: salir de nuestro ‘no’ y entrar en el ‘sí’ del Hijo» (Benedicto XVI).
«Dios es el Señor soberano de su designio. Pero para su realización se sirve también del concurso de las criaturas. Esto no es un signo de debilidad, sino de la grandeza y bondad de Dios Todopoderoso (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 306).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Nada hay tan fácil que nuestra mucha tibieza no nos lo presente difícil y pesado» (San Juan Crisóstomo).
«En esta transformación del ‘no’ en ‘sí’, en esta inserción de la voluntad de la criatura en la voluntad del Padre, Él transforma la humanidad y nos redime. Y nos invita a entrar en este movimiento suyo: salir de nuestro ‘no’ y entrar en el ‘sí’ del Hijo» (Benedicto XVI).
«Dios es el Señor soberano de su designio. Pero para su realización se sirve también del concurso de las criaturas. Esto no es un signo de debilidad, sino de la grandeza y bondad de Dios Todopoderoso (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 306).
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