DOMINGO III DE PASCUA (CICLO A) Oficio propio del Domingo III de Pascua, del Salterio(Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia - Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 23 DE ABRILPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo III de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo III de Pascua (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo III de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo III de Pascua (a las 12.30 h.).
SANTORAL DE HOY
San Eulogio de Edesa, obispo
En Edesa, ciudad de la antigua Siria, san Eulogio, obispo, que, según la tradición, falleció un Viernes Santo o Parasceve. († 387)
San Marolo de Milán, obispo
En Milán, Italia, san Marolo, obispo, amigo del papa san Inocencio I. († s. V)
San Gerardo de Toul, obispo
En Toul, en el territorio de Lotaringia, san Gerardo, obispo, que durante treinta y un años legisló sabiamente para la ciudad, atendió a los pobres, intercedió por el pueblo con ayunos y plegarias en tiempo de peste, dedicó la iglesia catedral y ayudó a los monasterios con bienes materiales y con la instrucción de los discípulos. († 994)
San Jorge de Suelli, obispo
En Suelli, en Cerdeña, conmemoración de san Jorge, obispo. († c. 1117)
Beato Egidio de Asís, religioso
En Perusa, en la Umbría, beato Egidio de Asís, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que fue compañero de san Francisco y mostró en sus peregrinaciones una fe intrépida y una gran simplicidad. († 1262)
Beata Elena Valentini, viuda
En Udine, en la región de Venecia, beata Elena Valentini, viuda, que, para servir únicamente a Dios, abrazó la Orden seglar de san Agustín, y se distinguió por la oración, la lectura del Evangelio y las obras de misericordia. († 1458)
Beata Teresa María de la Cruz Menetti, virgen y fundadora
En Campi Bisenzio, de la Toscana, en Italia, beata Teresa María de la Cruz Menetti, virgen, fundadora del Instituto de Terciarias Carmelitas de Santa Teresa. († 1910)
Beata María Gabriela Sagheddu, virgen
En el monasterio cisterciense de Grottaferrata, en las inmediaciones de Frascati, cerca de Roma, beata María Gabriela Sagheddu, virgen, que murió a los veinticinco años, tras haber ofrecido generosamente su vida por la unión de los cristianos. († 1939)
LITURGIA DE HOY
Misa del III Domingo de Pascua (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. Pasc.
- Hch 2, 14. 22-33. No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio.
- Sal 15. R. Señor, me enseñarás el sendero de la vida.
- 1 Pe 1, 17-21. Fuisteis liberados con una sangre preciosa, como la de un cordero sin mancha, Cristo.
- Lc 24, 13-35. Lo reconocieron al partir el pan.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa
exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 24 de abril, pág. 272.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
III DOMINGO DE PASCUA Antífona de entrada Sal 65,
1-2
Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria. Aleluya.
Se dice Gloria.
Oración colectaQUE TU PUEBLO, Señor, exulte siempre
al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu,
para que todo el que se alegra ahora
de haber recobrado la gloria de la adopción filial,
ansíe el día de la resurrección
con la esperanza cierta de la felicidad eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Antífona de entrada Sal 65,
1-2
Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Aleluya.
Se dice Gloria.
al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu,
para que todo el que se alegra ahora
de haber recobrado la gloria de la adopción filial,
ansíe el día de la resurrección
con la esperanza cierta de la felicidad eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí,
pues está a mi derecha para que no vacile.
Por eso se me alegró el corazón,
exultó mi lengua,
y hasta mi carne descansará esperanzada.
Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos,
ni dejarás que tu Santo experimente corrupción.
Me has enseñado senderos de vida,
me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos’’ y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».
Te alabamos, Señor.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R/.
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R/.
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.
Te alabamos, Señor.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
También San Pedro en la segunda lectura hará alusión al milagro de la resurrección que garantiza la acción de Dios maravillosa y fundamenta nuestra fe: por Cristo creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.
Por fin la página encantadora de la aparición a los discípulos de Emaús. Aquí será el Señor mismo quien les hará caer en la cuenta que lo vivido en Jerusalén estos días estaba maravillosamente descrito en la revelación: y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura.
Dios ha ido con pedagogía divina preparando los tiempos y en la revelación de los designios de Dios ha aprovechado incluso los fallos humanos.
En su presente eterno Dios va diseñando sus planes de salvación, pidiendo, por una parte la colaboración de los hombres, pero incluso la falta de la colaboración positiva de los hombres la sabrá conducir a la realización definitiva de sus planes de amor.
Justicia y misericordia irán unidas en la manera magistral de conducir Dios la historia de la humanidad. Al final de los tiempos todos reconoceremos que Dios hace las cosas infinitamente bien a pesar de los fallos constantes de los hombres.
Qué bonito es pensar que, aunque ahora no lo veamos muchas veces con claridad... Dios todo lo hace bien y al final todo redundará en ¡Gloria para Dios, sólo esto, lo demás no importa! Grito constante de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia en sus escritos y charlas.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas
RECIBE, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante,
y a quien diste motivo de tanto gozo
concédele disfrutar de la alegría eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
RECIBE, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante,
y a quien diste motivo de tanto gozo
concédele disfrutar de la alegría eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua (en este día)
El misterio pascual
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvaciónglorificarte siempre, Señor;pero más que nunca en esta noche (este día) (este tiempo)en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Corderoque quitó el pecado del mundo;muriendo destruyó nuestra muerte,y resucitando restauró la vida.
Por eso,con esta efusión de gozo pascual,el mundo entero se desborda de alegríay también los coros celestiales,los ángeles y los arcángeles,cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión
Año A: Cf. Lc 24, 35Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya.
Año B: Cf. Lc 24, 46-47Convenía que el Mesías padeciera, resucitara de entre los muertos al tercer día y, en su nombre, se proclamara la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos. Aleluya.
Año C: Cf. Jn 21, 12-13Jesús dijo a sus discípulos: «Vamos, almorzad». Y tomó el pan y se lo dio. Aleluya.
Oración después de la comunión
MIRA, Señor, con bondad a tu pueblo
y, ya que has querido renovarlo
con estos sacramentos de vida eterna,
concédele llegar a la incorruptible resurrección
de la carne que habrá de ser glorificada.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8).
Antífona de comunión
Año A: Cf. Lc 24, 35
Año B: Cf. Lc 24, 46-47
Oración después de la comunión
MIRA, Señor, con bondad a tu pueblo
y, ya que has querido renovarlo
con estos sacramentos de vida eterna,
concédele llegar a la incorruptible resurrección
de la carne que habrá de ser glorificada.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Durante estos días, el Señor se juntó, como uno más, a los dos discípulos que iban de camino y los reprendió por su resistencia en creer. Sus corazones, por Él iluminados, recibieron la llama de la fe y se convirtieron de tibios en ardientes, al abrirles el Señor el sentido de las Escrituras» (San León Magno).
«El encuentro con Dios en la oración, mediante la lectura de la Biblia y en la vida fraterna os ayudará a conocer mejor al Señor y vosotros mismos, descubriendo así el proyecto de amor que tiene para vuestras vidas» (Francisco).
«Los evangelios son el corazón de todas las Escrituras ‘por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador’ (Concilio Vaticano II)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 125).
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