06 de agosto - DOMINGO DE LA XVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)


 


  DOMINGO DE LA XVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
  Oficio de la Solemnidad de la Transfiguración del Señor del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo III: Oficio de Lecturas Laudes Tercia - 
 Sexta - Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
SÁBADO, 06 DE AGOSTO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario (a las 12.30 h.).

HASTA EL PROXIMO MIÉRCOLES, 9 DE AGOSTO, NO RETRANSMITIREMOS LA SANTA MISA









Las cartas del Padre Pio (para cada día):




Portada


PAPA FRANCISCO Remar a lo hondo, faenar juntos, pescar hombres:
tres pasos para evangelizadores

El Papa pide a la Iglesia desafiar las olas como surfistas y echar las redes para evangelizar

El Papa Francisco, con el presidente portugués Rebello de Sousa, ante las autoridades y diplomáticos en Lisboa

PAPA FRANCISCO Primer discurso del Papa en Lisboa: se dirige a autoridades y diplomáticos, y al mundo

El Papa, en la Portugal de la eutanasia, habla de Europa, niños no nacidos y ancianos abandonados

    Un hombre triste, deprimido y cabizbajo con corbata

    VIDA Y FAMILIA En Canadá, donde está normalizado, afloran cientos de testimonios

    El suicidio asistido no reduce los otros suicidios: daña a los que quedan atrás, hay efecto contagio

      Chiti Hoyos habla en Dios Bendiga este Hogar de la fuerza para el bien de un hogar católico

      PERSONAJES La aventura de convertir el propio hogar en una iglesia -es decir, una casa con Dios- en miniatura

      Chiti Hoyos aporta pistas para construir la vida familiar con Dios: incluye amor, rutina y santos

        Alegres peregrinos de España y Venezuela en la JMJ de Lisboa 2023

        POLÉMICAS Retomamos quejas anticlericales de otras JMJs y las volvemos a refutar

        Los 18 pecados de los peregrinos en la JMJ: excusas clásicas para refunfuñar contra los jóvenes

          El Rey Balduino en su casa de Motril, Granada, con su sobrino Felipe, actual rey de Bélgica

          EUROPA Con una misa en Villa Astrida recuerdan la fe viva de Balduino y Fabiola

          Treinta años de la muerte de Balduino: ahora se puede visitar su memorial en Motril, casa y objetos

            El señor Darcy (Matthew Macfadyen) y Elizabeth Bennet (Keira Knightley), dos de los personajes más celebrados de Jane Austen en la versión cinematográfica de 'Orgullo y prejuicio' dirigida por Joe Wright en 2005.

            CULTURA Ha escrito «Las mujeres en Austen», un completo acercamiento literario a su obra

            Catalina León: Jane Austen fue una «buena cristiana» que se reía de los clérigos sin vocación

              Alegres peregrinos hispanoamericanos llegan a la JMJ de Lisboa

              NOTICIAS Un estudio de GAD3 constata su fe: dos tercios rezan cada día

              Así son los peregrinos a la JMJ de Lisboa 2023: practicantes sinceros, de 30 años, buscan a Cristo

                Familia Ibarra.

                VIDA Y FAMILIA Ha creado un portal, Magenta, que hace accesible la información que ella no tuvo

                Julia difunde los métodos naturales, ¡pero tiene siete hijos! ¿Cómo se explica esta historia?

                  El cardenal Osoro y el doctor Tomás Puñal presentan un estudio sobre el Códice de los Milagros de San isidro

                  CIENCIA Y FE Un libro medieval que da mucha información sobre su época y la vida de fe

                  Aprender de los milagros de San Isidro: un análisis científico de su impresionante códice del s.XIII

                    Representación por el coro The Gesualdo Six de un concierto con varias obras de William Byrd.

                    CULTURA Su música forma parte de la mejor cultura de la Cristiandad

                    William Byrd, el indómito compositor inglés que se convirtió por amor y fue católico recusante

                      Ana María Martínez Sagi.

                      CULTURA «El derecho a soñar», una obra magna en dos volúmenes sobre la poetisa catalana

                      Hospitalarios asesinados: viaje de Juan Manuel de Prada a la conciencia de Ana María Martínez Sagi



                      SANTORAL DE HOY


                      Elogio: Fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que Jesucristo, el Unigénito, el amado del Eterno Padre, manifestó su gloria ante los santos apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para mostrar nuestra admirable transformación por la gracia en la humildad de nuestra naturaleza asumida por Él, dando a conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre, y que, corrompida en Adán, fue renovada por Cristo.

                      Oración
                      Oh Dios, que en la gloriosa transfiguración de tu Unigénito confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra perfecta adopción como hijos tuyos, concédenos, te rogamos, que, escuchando siempre la palabra de tu Hijo, el predilecto, seamos un día coherederos de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


                      Santos Sixto II, papa, y compañeros, mártires

                      En la vía Apia de Roma, en el cementerio de Calixto, pasión de san Sixto II, papa, y de sus compañeros, cuya memoria se celebra mañana.

                      Santos Justo y Pastor, mártires

                      En Compluto (hoy Alcalá de Henares), en la Hispania Cartaginense, santos mártires Justo y Pastor, los cuales, todavía niños, abandonando en la escuela sus tablillas de escritura, corrieron voluntariamente al encuentro del martirio, y detenidos y azotados de inmediato, por orden del juez fueron degollados por su amor a Cristo, mientras se confortaban mutuamente con recíprocas exhortaciones.

                      San Hormisda, papa

                      En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Hormisda, papa, que, abanderado de la paz, consiguió acabar con el cisma de Acacio en Oriente, y en Occidente hizo respetar por las nuevas poblaciones los derechos de la Iglesia.

                      Beato Octaviano de Savona, obispo

                      En Savona, de la Liguria, beato Octaviano, obispo y hermano del papa Calixto II, que tanto en el claustro como en la cátedra buscó con ahínco servir a Dios y a los hermanos.

                      Beato Escelino, eremita

                      En el territorio de Luxemburgo, beato Escelino, eremita, que vivió en un bosque sin techo ni vestidos, confiado sólo en Dios, que en la intemperie puede ofrecer también refugio.

                      Santo Domingo de Guzmán, presbítero y fundador

                      En Bolonia, de la Emilia, muerte de santo Domingo, presbítero, cuya memoria se celebra el día ocho de agosto.

                      Beata María Francisca de Jesús Rubatto, virgen y fundadora

                      En Montevideo, en Uruguay, beata María Francisca de Jesús (Ana María) Rubatto, virgen, que en la ciudad de Loano, cerca de Savona, en Italia, fundó el Instituto de Hermanas Terciarias Capuchinas, y después, habiéndose trasladado a América Latina, puso todo su empeño en el servicio a los pobres.

                      Beato Carlos López Vidal, mártir

                      En las cercanías de Gandía, población de Valencia, en España, beato Carlos López Vidal, mártir, que en tiempo de persecución contra la fe alcanzó la gloria celestial.

                      Beato Tadeo Dulny, mártir

                      Cerca de Munich, en la región alemana de Baviera, beato Tadeo Dulny, mártir, el cual, al ser ocupada militarmente Polonia, su patria, por su fe en Cristo fue llevado al campo de concentración de Dachau, donde, víctima de crueles tormentos, emigró a la gloria celestial.

                      San Pablo VI, papa

                      En Castelgandolfo, san Pablo VI, papa, que llevó a término el Concilio Ecuménico Vaticano II, convocado por su predecesor, y supo testimoniar, en años difíciles, la fe en Jesucristo. Su memoria litúrgica se celebra el 29 de mayo.


                      LITURGIA DE HOY

                      CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

                      554 Una visión anticipada del Reino: La Transfiguración.

                      A partir del día en que Pedro confesó que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Maestro "comenzó a mostrar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén, y sufrir … y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día" (Mt 16, 21): Pedro rechazó este anuncio (cf. Mt 16, 22-23), los otros no lo comprendieron mejor (cf. Mt 17, 23; Lc 9, 45). En este contexto se sitúa el episodio misterioso de la Transfiguración de Jesús (cf. Mt 17, 1-8 par. : 2P 1, 16-18), sobre una montaña, ante tres testigos elegidos por él: Pedro, Santiago y Juan. El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le "hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén" (Lc 9, 31). Una nube les cubrió y se oyó una voz desde el cielo que decía: "Este es mi Hijo, mi elegido; escuchadle" (Lc 9, 35).

                      555 Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para "entrar en su gloria" (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lc 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios (cf. Is 42, 1). La nube indica la presencia del Espíritu Santo: "Tota Trinitas apparuit: Pater in voce; Filius in homine, Spiritus in nube clara" ("Apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa" (Santo Tomás, s. th. 3, 45, 4, ad 2):

                      "Tú te has transfigurado en la montaña, y, en la medida en que ellos eran capaces, tus discípulos han contemplado Tu Gloria, oh Cristo Dios, a fin de que cuando te vieran crucificado comprendiesen que Tu Pasión era voluntaria y anunciasen al mundo que Tú eres verdaderamente la irradiación del Padre" (Liturgia bizantina, Kontakion de la Fiesta de la Transfiguración,)

                      556 En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en el de la Pascua, la Transfiguración. Por el bautismo de Jesús "fue manifestado el misterio de la primera regeneración": nuestro bautismo; la Transfiguración "es el sacramento de la segunda regeneración": nuestra propia resurrección (Santo Tomás, s. th. 3, 45, 4, ad 2). Desde ahora nosotros participamos en la Resurrección del Señor por el Espíritu Santo que actúa en los sacramentos del Cuerpo de Cristo. La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo "el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3, 21). Pero ella nos recuerda también que "es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22):

                      "Pedro no había comprendido eso cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña (cf. Lc 9, 33). Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?" (S. Agustín, serm. 78, 6).

                      (Hasta la Hora Nona:)

                      TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR, fiesta 

                      Fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que Jesucristo, el Unigénito, el amado del Eterno Padre, manifestó su gloria ante los santos apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para mostrar nuestra admirable transformación por la gracia en la humildad de nuestra naturaleza asumida por Él, dando a conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre, y que, corrompida en Adán, fue renovada por Cristo (elog. del Martirologio Romano). 

                       

                      Misa de la fiesta (blanco). 

                      MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. prop. No se puede decir la PE IV. 

                      LECC.: vol. IV. 

                      - Dan 7, 9-10. 13-14. Su vestido era blanco como nieve. 

                      o bien: 2 Pe 1, 16-19. Esta voz del cielo es la que oímos. 

                      - Sal 96. R. El Señor reina, Altísimo sobre toda la tierra.

                      - Mt 17, 1-9. Su rostro resplandecía como el sol.


                      Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial. 


                      Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum. 

                      Martirologio: elogs. del 7 de agosto, pág. 471. 

                      CALENDARIOS: Canónigos Regulares de Letrán y Brígidas: Transfiguración del Señor (S). 

                      Alcalá de Henares: Santos Justo y Pastor, mártires (S). 


                      RITOS INICIALES

                      6 de agosto

                      TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR.

                      Fiesta

                      Antífona de entrada Cf. Mt 17, 5

                      Se manifestó el Espíritu Santo en una nube luminosa y se oyó la voz del Padre que dijo: «Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo».

                       

                      Monición de entrada

                      Celebramos hoy la fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que Jesucristo manifestó su gloria ante los discípulos Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para evitar que se sintieran escandalizados por que él iba a ser crucificado. También nosotros hemos sido convocados aquí para ser testigos de Cristo, de su gloria.


                      Acto penitencial

                      - Por tu pasión y tu gloria: Señor, ten piedad.
                      R. Señor, ten piedad.
                      - Por tu muerte y resurrección: Cristo, ten piedad.
                      R. Cristo, ten piedad.
                      - Por tu descenso al lugar de los muertos y tu exaltación a la derecha del Padre: Señor, ten piedad.
                      R. Señor, ten piedad.

                       

                      Se dice Gloria.

                       

                      Oración colecta
                      Oh, Dios, que en la gloriosa Transfiguración de tu Unigénito
                      confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los que lo precedieron
                      y prefiguraste maravillosamente la perfecta adopción de los hijos,
                      concede a tus siervos que, escuchando la voz de tu Hijo amado,
                      merezcamos ser sus coherederos.
                      Por nuestro Señor Jesucristo.


                      LITURGIA DE LA PALABRA 

                      PRIMERA LECTURA (opción 1)
                      Su vestido era blanco como la nieve

                      Lectura de la profecía de Daniel Dan 7, 9-10. 13-14

                      DURANTE LA VISIÓN, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.

                      Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.

                      Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

                      Palabra de Dios.

                      SALMO RESPONSORIAL (Sal 96, 1-2. 5-6. 9 [R.: cf. 1a. 9b])

                      R. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra

                      V. El Señor reina, la tierra goza, 
                      se alegran las islas innumerables.
                      Tiniebla y nube lo rodean,
                      justicia y derecho sostienen su trono.

                      R. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra.

                      V. Los montes se derriten como cera
                      ante el dueño de toda la tierra;
                      los cielos pregonan su justicia,
                      y todos los pueblos contemplan su gloria.

                      R. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra.

                      V. Porque tú eres, Señor,
                      altísimo sobre toda la tierra,
                      encumbrado sobre todos los dioses.

                      R. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra. 

                      SEGUNDA LECTURA
                      Esta voz del cielo es la que oímos
                      Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro 2 Pe 1, 16-19

                      QUERIDOS HERMANOS:

                      CUANDO os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza.

                      Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.» Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada.

                      Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.

                      Palabra de Dios.

                      Aleluya Mt 17, 5c

                      R. Aleluya, aleluya, aleluya.
                      V. Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo. R/.

                      EVANGELIO 
                      Moisés y Elías hablaban de su muerte
                       Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 28b-36
                      En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

                      Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:

                      -«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía:

                      -«Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle».

                      Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

                      Palabra del Señor.

                      Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)

                      Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)


                      Papa Francisco, Ángelus 17-marzo-2019

                      La Transfiguración de Cristo nos muestra la prospectiva cristiana del sufrimiento. No es un sadomasoquismo el sufrimiento: es un pasaje necesario pero transitorio. El punto de llegada al que estamos llamados es luminoso como el rostro de Cristo transfigurado: en Él está la salvación, la beatitud, la luz, el amor de Dios sin límites. Mostrando así su gloria, Jesús nos asegura que la cruz, las pruebas, las dificultades con las que nos enfrentamos tienen su solución y quedan superadas en la Pascua. Por ello (...) subamos también al monte con Jesús. ¿Pero en qué modo? Con la oración. Subamos al monte con la oración: la oración silenciosa, la oración del corazón, la oración siempre buscando al Señor. Permanezcamos algún momento en recogimiento, cada día un poquito, fijemos la mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos invada y se irradie en nuestra vida. En efecto el Evangelista Lucas insiste en el hecho que Jesús se transfiguró «mientras oraba» (Lc 9, 29). Se había sumergido en un coloquio íntimo con el Padre, en el que resonaban también la Ley y los profetas –Moisés y Elías– y mientras se adhería con todo su ser a la voluntad de salvación del Padre, incluida la cruz, la gloria de Dios lo invadió transparentándose también externamente. Es así, hermanos y hermanas: Cuántas veces hemos encontrado personas que iluminan, que emanan luz de los ojos, que tienen una mirada luminosa. Rezan, y la oración hace esto: nos hace luminosos con la luz del Espíritu Santo.


                      Pensamientos para el Evangelio de hoy

                      «Apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa» (Santo Tomás de Aquino).

                      «Con Pedro, Santiago y Juan, subimos también nosotros hoy en el monte de la Transfiguración y nos detenemos en contemplación del rostro de Jesús, para recoger el mensaje y aplicarlo en nuestra vida; para que también nosotros podamos ser transfigurados por el amor» (Francisco).

                      «En el umbral de la vida pública se sitúa el Bautismo; en umbral de la Pascua, la Transfiguración (…) nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo, ‘el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo’ (Flp 3,21). Pero ella nos recuerda también que ‘es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios’ (Hch 14,22)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 556).


                      No hay comentarios:

                      Publicar un comentario