13 de agosto - DOMINGO DE LA XIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)

 


  DOMINGO DE LA XIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
  Oficio de la Solemnidad de la Transfiguración del Señor del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes Tercia - 
 Sexta - Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 13 DE AGOSTO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo de la XIX Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo de la XIX Semana del Tiempo Ordinario (a las 12.30 h.).






NOTICIAS DE ACTUALIDAD









Las cartas del Padre Pio (para cada día):

13 de agosto




Portada
PERSONAJES Fue a una academia a aprender a pinchar música; empezó por financiar cosas parroquiales
CULTURA Pedro José Grande Sánchez publica «Edith Stein, servir a la humanidad» (Vozdepapel Premium)
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NUEVA EVANGELIZACIÓN Lo que debes saber de una de las grandes realidades de la Iglesia
VIDA Y FAMILIA Repasar estas situaciones puede impedir rupturas y crisis
CULTURA «Creo en las enseñanzas de Jesús más que en ninguna otra cosa», declaró en 2019
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CULTURA Murió en poder de los soviéticos y ha sido declarado «justo entre las naciones»
EUROPA 40.000 personas en el estadio del Benfica, por la unidad de los cristianos; no es más de lo mismo
PERSONAJES La cantante en la JMJ estremeció a todos con su fado «Foi Deus»


La única Prelatura Personal existente por ahora es la del Opus Dei, ya reformada con el Motu Proprio de julio de 2022 "Ad charisma tuendum". Una nueva adaptación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium.


Resumen de la JMJ Lisboa 2023

Presentamos a continuación todos los discursos y encuentros
del Papa en la JMJ Lisboa 2023













SANTORAL DE HOY

Elogio: Santos mártires Ponciano, papa, e Hipólito, presbítero, que, deportados al mismo tiempo a Cerdeña, ambos afrontaron allí una condena común y fueron ceñidos, según la tradición, con una única corona. Sus cuerpos, finalmente, fueron trasladados a Roma, el primero al cementerio de Calixto, y el segundo al cementerio de la vía Tiburtina.

Refieren a este santo: San Calixto I, San Ceferino, San Cornelio, San Urbano I.


 Otros santos de este día:

   San Casiano de Ímola, mártir

En Foro Cornelio, actual Ímola, en la provincia de Flaminia, san Casiano, mártir, que, por negarse a adorar a los ídolos, fue entregado a los niños de quienes era maestro, para que le torturasen hasta la muerte con punzones, y así resultara tanto más duro el dolor de su martirio, cuanto más débiles fuesen las manos que se lo causaban. († c. 300)

   San Antíoco de Lyon, obispo

En Lyon, en la Galia, san Antioco, obispo, que, todavía presbítero, afrontó un largo viaje para ir a visitar a su obispo san Justo, que moraba por entonces en un eremo en Egipto. († c. 500)

   Santa Radegunda, reina  

En Poitiers, de Aquitania, santa Radegunda, reina de los francos, quien, viviendo todavía su esposo el rey Clotario, recibió el velo sagrado de religiosa y sirvió a Cristo en el monasterio de la Santa Cruz de Poitiers, que ella misma había mandado construir, bajo la Regla de san Cesáreo de Arlés. († 587)

   San Máximo el Confesor, abad  

En la fortaleza de Suania (Schemaris), en la ribera del Hippi, en las montañas del Cáucaso, muerte de san Máximo el Confesor, abad de Crisópolis, cerca de Constantinopla, insigne por su doctrina y su celo por la verdad católica, que por haber combatido con valentía contra los monotelitas, sufrió, bajo el emperador herético Constante, la amputación de la mano derecha y, tras una dura prisión y crueldades de todo tipo, fue desterrado junto con dos discípulos, ambos llamados Anastasio, a la región de Lazica, en donde entregó su alma a Dios. († 662)

   San Vigberto, abad y presbítero  

En Fritzlar, en Hesse, de Austrasia, san Vigberto, presbítero y abad, a quien san Bonifacio encomendó el cuidado del monasterio del lugar. († c. 739)

   Beata Gertrudis, abadesa  

En el cenobio de Aldenburg, en la región de Wetzlar, en Alemania, beata Gertrudis, abadesa de la Orden Premonstratense, que, siendo todavía una niña, fue ofrecida a Dios por su madre santa Isabel, reina de Hungría, en este lugar. († 1297)

   Beatos Patricio O’Healy y Connon O’Rourke, religiosos mártires

En Kilmallock, en Irlanda, beatos Patricio O'Healy, obispo de Meath, y Connor O'Rourke, presbítero, ambos de la Orden de los Hermanos Menores, que por no haber ocultado su condición de sacerdotes, fueron condenados a muerte y ejecutados en el patíbulo. († 1579)

   Beato Guillermo Freeman, presbítero y mártir

En Warwick, en Inglaterra, beato Guillermo Freeman, presbítero y mártir, que, condenado a muerte durante el reinado de Isabel I tan sólo por el hecho de ser sacerdote, ante el patíbulo entonó el himno Te Deum y, con ánimo decidido, afrontó el suplicio del martirio. († 1595)

   San Juan Berchmans, religioso  

En Roma, san Juan Berchmans, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús, que, amadísimo por todos por su sincera piedad, caridad auténtica y alegría constante, murió serenamente después de una breve enfermedad. († 1621)

   Beato Marcos de Aviano Cristofori, religioso presbítero  

En Viena, en Austria, beato Marcos de Aviano (Carlos Domingo) Cristofori, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, el cual, sapiente predicador de la palabra de Dios, se interesó admirablemente por los pobres y enfermos, solicitando a los poderosos de todo el mundo que antepusieran la fe y la paz a cualquier otra empresa o interés. († 1699)

   Beato Pedro Gabilhaud, presbítero y mártir  

En el brazo de mar que se extiende frente a la costa de Rochefort, en Francia, beato Pedro Gabilhaud, presbítero y mártir, que, por su condición de sacerdote, durante la Revolución Francesa fue encarcelado en una nave convertida en prisión, donde murió consumido por el hambre y la enfermedad. († 1794)

   San Benildo Romançon, religioso  

En el lugar de Sangues, cerca de Puy-en-Vélay, también en Francia, san Benildo (Pedro) Romançon, del Instituto de Hermanos de las Escuelas Cristianas, que dedicó su vida a la formación de los jóvenes. († 1862)

   Beatos Secundino María Ortega García y diecinueve compañeros, religiosos mártires

En Barbastro, cerca de Huesca, en la región de Aragón, en España, beatos Secundino María Ortega García, presbítero, y diecinueve compañeros, mártires, los cuales, religiosos de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, en el furor de la persecución contra la Iglesia sufrieron la muerte por odio a la fe. Son sus nombres: Beatos Javier Luis Bandrés Jiménez, José Brengaret Pujol, Manuel Buil Lalueza, Antonio Calvo Calvo, Tomás Capdevila Miró, Esteban Casadevall Puig, Eusebio Codina Millá, Juan Codinach Tuneu, Antonio María Dalmau Rosich, Juan Echarri Vique, Pedro García Bernal, Alfonso Miguel Garriga, Hilario María Llorente Martín, Ramón Novich Rabionet, Salvador Pigem Serra, José María Ormo Seró, Teodoro Ruiz de Larrinaga García, Juan Sánchez Munárriz, Manuel Torras Sais, estudiantes. († 1936)

   Beato Juan Agramunt Riera, presbítero y mártir

En la población de Almazora, en la provincia de Castellón, también en España, beato Juan Agramunt Riera, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir durante la misma persecución. († 1936)

   Beato Modesto García Martí, presbítero y mártir  

En el municipio de Albocácer, de nuevo en la provincia valenciana de Castellón, beato Modesto García Martí, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que, en la persecución contra la fe, completó con el martirio su plan de vida. († 1936)

   Beato José Bonet Nadal, presbítero y mártir

En Barcelona, otra vez en España, beato José Bonet Nadal, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, que consumó su combate por la fe durante la citada persecución. († 1936)

   Beatos Josep Tàpies y seis compañeros, presbíteros y mártires  

En la diócesis de Urgell, España, beatos Josep Tàpies y seis compañeros, presbíteros y mártires. Son sus nombres: beatos Rdo. Josep Tàpies i Sirvant, Rdo. Pascual Araguàs i Guàrdia, Rdo. Silvestre Arnau i Pasqüet, Rdo. Josep Boher i Foix, Rdo. Francesc Castells i Brenuy, Rdo. Pere Martret i Moles, Rdo. Josep-Joan Perot i Juanmartí. († 1936)

   Beato Agustí de Montclar de Donzell, presbítero y mártir

En Pedralbes, Barcelona, beato Agustí de Montclar de Donzell (Josep Alsina Casas), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. († 1936)

   Beato Mariano Mullerat y Soldevila, mártir  

En El Pla, cerca de Arbeca, Lleida, beato Mariano Mullerat y Soldevila, médico mártir, que vivió la caridad evangélica en su vida matrimonial y en su profesión, y murió por el testimonio de Cristo en la cruel persecución religiosa que acompañó a la Guerra Civil española. († 1936)

   Beato Jacobo Gapp, presbítero y mártir

En Berlín, en el lugar llamado Plötzensee, en Alemania, beato Jacobo Gapp, presbítero de la Compañía de María y mártir, que, con firmeza de ánimo, proclamó que los criminales proyectos de un régimen militar enemigo de la dignidad humana estaban en total desacuerdo con la doctrina cristiana, y a causa de ello, sometido a persecución, se dirigió a Francia y a España en calidad de exiliado, pero, apresado con engaños por unos emisarios, murió finalmente decapitado tras crueles torturas. († 1943)


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (verde).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I (A).
- 1 Re 19, 9a. 11-13a. Permanece de pie en el monte ante el Señor.
- Sal 84. R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
- Rom 9, 1-5. Desearía ser un proscrito por el bien de mis hermanos.
- Mt 14, 22-33. Mándame ir a ti sobre el agua.
En el Evangelio de hoy, como tantas otras veces, vemos que la actividad de Jesús iba siempre acompañada de tiempo de oración a solas. Toda una lección para nosotros que, por olvidarla, convertimos el apostolado en puro activismo, más propio de una ONG. Después, Jesús fue a reunirse con los discípulos que estaban en medio del lago en una madrugada tormentosa; y el fuerte viento se calmó cuando él dejó de andar por las aguas y subió a la barca. Al profeta Elías Dios le habló en la paz de un susurro (1 Lect). Busquemos a Dios en la paz de una oración sosegada.
- Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 14 de agosto, pág. 487.


RITOS INICIALES

Monición de entrada

Con el profeta Elías, comprendemos que la presencia de Dios es variada, no es única. Dios se manifiesta a quien quiere y como quiere. A algunos se les ha manifestado en el fuego, en el trueno, como en la gran teofanía del Sinaí (en nuestro texto se le llama Horeb). A otros se les ha manifestado en el dolor máximo, en la pérdida de un familiar o en accidentes fatales. Lo importante es saber esperar el tiempo de Dios, el tiempo oportuno (kairos), para estar atentos a su llamada y hacer su voluntad. Dios estaba en el “sonido suave y delicado”. Preparemos el corazón para disponerlo a oír la voz de Dios y aceptar su presencia.

El dolor que Pablo nos relata y siente es provocado por el desconocimiento que sus hermanos de raza tienen de Jesús, su Señor. Es un dolor y también una inquietud, qué hacer por ellos para que se acerquen al Dios verdadero manifestado en Cristo Jesús; él estaría dispuesto a cambiar su suerte para que los otros que son sus hermanos también alaben al Dios que está por encima de todo, incluso por sobre toda ley, alianza. Siente la necesidad imperiosa de hacer algo para divulgar el nombre de su Dios. A nosotros se nos ha confiado la evangelización de los pueblos, ¿qué hacemos por los que tenemos a nuestro lado, les hablamos de Jesús? ¿Sentimos la misma inquietud de san Pablo?

Continúa y termina la multiplicación de los panes, pero el evangelista avanza para mostrarnos que Jesús es mucho más que alguien que puede dar de comer. Sube al cerro y se retira de entre la gente para orar. Los discípulos no están con Él, están en la barca y en medio de las olas y el viento fuerte (tormenta). Que desesperación nos viene cuando los problemas de la vida nos abaten, nos desesperamos y gritamos a Dios, que venga en nuestro auxilio. Él se nos ha aparecido tantas veces y no lo reconocemos igual que sus discípulos, desconfiamos de su presencia y gritamos “¡es un fantasma!” y nos da miedo, y el miedo paraliza, ata y nos impide reconocerlo cuando se nos manifiesta de una manera totalmente diferente. El evangelista nos invita a reconocerlo y a hacer más grande la fe, especialmente cuando sentimos que no contamos con su presencia y nos sentimos abandonados. Digamos entonces con sus discípulos: realmente eres Hijo de Dios.


Antífona de entrada Cf. Sal 73, 20. 19. 22. 23 

Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres. Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor de los que te invocan. 


Gloria


Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno,
a quien, movidos por el Espíritu Santo,
nos animamos a llamar Padre;
confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos,
para que podamos entrar en la herencia prometida.
Por nuestro Señor Jesucristo. 


LITURGIA DE LA PALABRA 

PRIMERA LECTURA
Permanece de pie en el monte ante el Señor
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9a. 11-13a
EN AQUELLOS DÍAS, cuando Elías llegó hasta el Horeb, el monte de Dios, se introdujo en la cueva y pasó la noche. Le llegó la palabra del Señor, que le dijo:
«Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor».
Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor. Después del huracán, un terremoto, pero en el terremoto no estaba el Señor. Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor.
Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 (R: 8)
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
V/. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino. R/.

SEGUNDA LECTURA
Desearía ser un proscrito por el bien de mis hermanos
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9, 1-5
HERMANOS:
Digo la verdad en Cristo, no miento —mi conciencia me atestigua que es así, en el Espíritu Santo—: siento una gran tristeza y un dolor incesante en mi corazón; pues desearía ser yo mismo un proscrito, alejado de Cristo, por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne: ellos son israelitas y a ellos pertenecen el don de la filiación adoptiva, la gloria, las alianzas, el don de la ley, el culto y las promesas; suyos son los patriarcas y de ellos procede el Cristo, según la carne; el cual está por encima de todo, Dios bendito por los siglos. Amén.
Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Sal 129, 5
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Espero en el Señor,
espero en su palabra. R/.

EVANGELIO
Mándame ir a ti sobre el agua
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-33
 DESPUÉS de que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.
Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. A la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo que era un fantasma.
Jesús les dijo enseguida:
«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!».
Pedro le contestó:
«Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua».
Él le dijo:
«Ven».
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor, sálvame».
Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?».
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él diciendo:
«Realmente eres Hijo de Dios».
Palabra del Señor.

DOMINGO DE LA XIX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)

Hoy vamos a contemplar el hecho yo diría simpático de Jesús calmando la tempestad y poniendo a prueba la fe de sus discípulos y de Pedro. Deja que se vayan, sube al monte a orar a solas, y pasadas unas horas, se les aparece andando sobre el mar.

¡Cuántos milagros para lograr convencer a sus discípulos!. Acaba de realizar el milagro de la multiplicación de los panes y los peces y ahora juega un poco con los suyos: los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.

Después vendrá la espontaneidad de Pedro, sus titubeos y su humildad al pedir enseguida: Señor, sálvame.

Los rasgos humanos de Jesús a veces los olvidamos y nos hace mucho bien pensar en ellos. Es verdadero Dios y reafirmar esta realidad es su deseo en muchos de sus milagros y en este de una manera especial al demostrar su dominio sobre los elementos al andar sobre el mar; pero también es verdadero hombre y lo demuestra con su delicadeza al despedir a la gente admirada y agradecida. Lo demuestra con este detalle de unirse a los suyos milagrosamente y sorprendiéndoles de esta manera ingeniosa y humana...

Los sentimientos humanos de Cristo los perdemos de vista muchas veces y prescindimos de ellos. Jesús es sensible a nuestras delicadezas y sufre ciertamente con nuestras groserías, al tratarle de manera falta de sensibilidad.

Mi pequeña loquilla, le llamaba a la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, cuando jovencita y recién descubierta su presencia tan viva en el Sagrario, pasa con Él todo el tiempo que puede para consolarle y hacerle sonreír.

Es verdad que esto supone una vivencia profunda, pero la fe viva nos llevará a ello.

Los sentimientos humanos de Jesús los iremos descubriendo si nos acercamos a Él y percibimos cada vez más su presencia como verdadero Dios y verdadero hombre.

Para comprender, en la segunda lectura, un poco los sentimientos de San Pablo en relación con sus hermanos de raza, me parece puede ayudar poner aquí una página de Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia introduciendo el relato de Abrahán al que Dios pide el sacrificio de Isaac.

¡¿Cómo podría yo esta mañana, en la cual mi alma se ha sentido tan profunda y entrañablemente unida a nuestro Padre Abraham, especialmente durante la lectura del Antiguo Testamento, tan maravillosa como dramática, sobre la petición de Yahvé con relación al sacrificio de su hijo Isaac, no proclamar, desde la ruindad de mi nada y la miseria y la pobreza de mi pequeñez, la grandeza de la fe del Patriarca...?!;
rompiendo en cánticos de alabanza sobre aquél en el que serían bendecidas todas las naciones de la tierra; predestinado por Dios con predilección eterna e infinita desde el principio de los tiempos para ser el «Padre de todos los creyentes»2;
y de cuya descendencia nacería, según la carne, el Salvador de la humanidad, el Ungido de Yahvé, de la estirpe de David, «Rey de reyes y Señor de los que dominan»3 ; el Libertador que nos rescataría, liberándonos de la muerte que cayó sobre los hombres por el pecado de nuestros Primeros Padres; y levantándonos a la vida nueva para la cual Dios nos creó a su imagen y semejanza, en su pensamiento divino, lleno de designios eternos de amores infinitos, sólo y exclusivamente para que le poseyéramos.

¡Cómo se ha estremecido esta mañana lo más recóndito de mi espíritu y la médula de mi alma ante la lectura de la Santa Misa; llena de amor y santo orgullo por nuestro Padre Abraham, que no se reservó nada para sí, estando dispuesto a ofrecer en sacrificio a su «único» hijo, su «primogénito», el hijo de la gran promesa hecha por Yahvé a su alma;
y que, aun en medio de la más terrible y desconcertante tribulación, nunca dudó –titubeando– de la palabra que Yahvé había inscrito en su alma!

Y «esperando contra toda esperanza», y confiando en la prueba de fe más terrible y espeluznante que Dios haya podido pedir en la humanidad a ninguna pura criatura, después de la Virgen, alzó su mano valerosamente, ¡sin titubear!, ¡sin dudar!, para sacrificar, con el alma desgarrada, en la más dura, dramática e inconcebible inmolación, a su propio hijo; el cual, no sólo era el hijo de todas sus complacencias, ¡sino el heredero de las promesas de Dios, reiteradamente hechas a su alma...!; sabiendo y confiando, con fe firme y paso valeroso, que las promesas de Dios son irrompibles, se perpetúan «de generación en generación», y nunca dejan de cumplirse.

[...]

Por eso, en la fe y por la fe de Abraham fueron bendecidas todas las generaciones del mundo, y las promesas de Dios fueron cumplidas según el pensamiento divino y el designio infinito del que se las manifestó, y que le predestinó y eligió para hacer recaer sobre él y su descendencia la restauración y salvación de la humanidad caída, que nos vendría por Cristo, el Mesías Prometido, «Emmanuel, Dios con nosotros»15; el cual nacería de su descendencia, de su estirpe, del linaje de David, como «Rey de reyes y Señor de los que dominan».

2 Rm 4, 11. 3 Ap 19, 16. 15 Is 7, 14.

(Del libro: Luz en la noche, Opúsculo nº 17)

Al valorar San Pablo las promesas hechas a Abrahán y en general los planes de Dios desde los albores de la revelación, no podía menos de sentir nostalgia para la realización de estos mismos planes ahora que había llegado la plenitud de los tiempos con el Mesías prometido.



Papa Francisco, Ángelus 17-marzo-2019

La Transfiguración de Cristo nos muestra la prospectiva cristiana del sufrimiento. No es un sadomasoquismo el sufrimiento: es un pasaje necesario pero transitorio. El punto de llegada al que estamos llamados es luminoso como el rostro de Cristo transfigurado: en Él está la salvación, la beatitud, la luz, el amor de Dios sin límites. Mostrando así su gloria, Jesús nos asegura que la cruz, las pruebas, las dificultades con las que nos enfrentamos tienen su solución y quedan superadas en la Pascua. Por ello (...) subamos también al monte con Jesús. ¿Pero en qué modo? Con la oración. Subamos al monte con la oración: la oración silenciosa, la oración del corazón, la oración siempre buscando al Señor. Permanezcamos algún momento en recogimiento, cada día un poquito, fijemos la mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos invada y se irradie en nuestra vida. En efecto el Evangelista Lucas insiste en el hecho que Jesús se transfiguró «mientras oraba» (Lc 9, 29). Se había sumergido en un coloquio íntimo con el Padre, en el que resonaban también la Ley y los profetas –Moisés y Elías– y mientras se adhería con todo su ser a la voluntad de salvación del Padre, incluida la cruz, la gloria de Dios lo invadió transparentándose también externamente. Es así, hermanos y hermanas: Cuántas veces hemos encontrado personas que iluminan, que emanan luz de los ojos, que tienen una mirada luminosa. Rezan, y la oración hace esto: nos hace luminosos con la luz del Espíritu Santo.


Credo.


Oración de los fieles

Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre:

- Por la paz que desciende del cielo, por la unión de las Iglesias y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.

- Por los que trabajan por el bien de los pobres, por los que ayudan a los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos, roguemos al Señor.

- Por los que están abatidos o sometidos a una prueba, por los que están en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los encarcelados, roguemos al Señor.

- Por los que en este momento están orando con nosotros, por los que han pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de nuestros hermanos difuntos, roguemos al Señor.

Dios omnipotente y eterno,
que con tu poder dominas la creación,
escucha nuestras oraciones
y haz que te reconozcamos presente y activo
en todos los acontecimientos de nuestra historia,
para que sepamos así afrontar las pruebas con serenidad
y avancemos confiados hacia la paz de tu reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
Padre de bondad, acepta los dones
que misericordiosamente has dado a tu Iglesia
y que, con tu poder, conviertes en sacramento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio
El misterio de la salvación en Cristo

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias, Padre santo,
siempre y en todo lugar,
por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu palabra, hiciste todas las cosas;
tú nos lo enviaste
para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María la Virgen,
fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad,
para destruir la muerte
y manifestar la resurrección,
extendió sus brazos en la cruz,
y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso,
con los ángeles y los santos,
cantamos tu gloria diciendo:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Sal 147, 12. 14 

Jerusalén, glorifica al Señor tu Dios, que te sacia con lo mejor del trigo. 


Oración después de la comunión
Padre, que la comunión de tus sacramentos
nos alcance la salvación
y nos confirme en la luz de tu verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Otro beneficio de la oración es que hace que el tiempo transcurra tan aprisa y con tanto deleite, que ni se percibe su duración» (San Juan Mª Vianney).

«El Señor está en el “monte” del Padre: podemos invocarlo siempre» (Benedicto XVI).

«‘De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo’ (Heb 1,1-2). Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habrá otra palabra más que ésta (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 65).


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