26 de febrero - LUNES DE LA SEMANA II DE CUARESMA, feria



  LUNES DE LA SEMANA II DE CUARESMA, feria
  Oficio del Lunes de la Semana II del Salterio
 (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - Tercia   - Sexta Nona Vísperas - Completas)




PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 26 DE FEBRERO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Día de descanso en la Parroquia.

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Día de descanso en la Parroquia.



NOTICIAS DE ACTUALIDAD






Portada

CULTURA Todo lo que debes saber sobre los mártires
AMÉRICA LATINA Karina Plasencia tuvo una infancia llena de dolor: «Mi vida se desmoronaba y empecé en la Nueva Era»
CULTURA El gran apologeta católico llegó a anticipar la llegada a la Luna... y la ideología de género
VIDA Y FAMILIA El 10 de marzo vuelve a Madrid la Marcha Sí a la Vida: ellos marcan su entusiasmo alegre
PERSONAJES A Mar Camargo, el atentado del 11M le hizo preguntarse: ¿plasmar el dolor o ayudar a los que sufren?
OPINIÓN Todos esos coreanos que se parecen, y otras curiosidades
CULTURA La novelería se alía con el interés laicista por atribuirse su gran personalidad
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CULTURA Entrevistamos a la actriz Angélica Chong: ¿cómo dar rostro a la mujer más amada del arte?
PERSONAJES Murió por salvar su vida durante el embarazo
ESPAÑA En las chabolas de Madrid, donde nació el Camino, murieron muchos católicos durante la Guerra Civil
POLÉMICAS Lo explica el sacerdote Javier Luzón, autor de «Las seis puertas del Enemigo»



SANTORAL DE HOY

Elogio: Conmemoración de san Alejandro, obispo, anciano célebre por el celo de su fe, que fue elegido para la sede alejandrina como sucesor de san Pedro. Rechazó la nefasta herejía de su presbítero Arrio, que se había apartado de la comunión de la Iglesia, y junto con trescientos dieciocho Padres participó en el primer Concilio de Nicea, que condenó tal error.

Otros santos de este día:

   San Faustiniano de Bolonia, obispo   

En Bolonia, en la región de la Emilia, san Faustiniano, obispo, que con su predicación confirmó y acrecentó a la Iglesia, que estaba sufriendo a causa de la persecución. († s. IV)

   San Porfirio de Gaza, eremita y obispo

En Gaza, en Palestina, san Porfirio, obispo, que, nacido en Tesalónica, vivió como anacoreta en Scete durante cinco años y otros tantos al otro lado del Jordán, siendo célebre por su benignidad hacia los pobres. Elegido obispo de Gaza, hizo demoler muchos templos de ídolos, cuyos seguidores le hicieron la vida dificil hasta que descansó, venerable, con los santos. († 421)

   San Agrícola de Nevers, obispo   

En Nevers, de Neustria, san Agrícola, obispo. († c. 594)

   San Víctor, eremita   

En Arcis-sur-Aube, en la Champaña, san Víctor, eremita, cuyas alabanzas escribió san Bernardo. († s. VII)

   San Andrés de Florencia, obispo   

En Florencia, de la Toscana, san Andrés, obispo. († s. IX)

   Beato Roberto Drury, presbítero y mártir   

En Londres, en Inglaterra, beato Roberto Drury, presbítero y mártir, que acusado injustamente de participar en una conjura contra el rey Jacobo I, subió al patíbulo en Tyburn, confesando a Cristo y revestido con el hábito eclesiástico, para demostrar así su dignidad sacerdotal. († 1607)

   Santa Paula de san José de Calasanz Montal Fornés, virgen y fundadora   

En Olesa de Montserrat, localidad de la provincia de Barcelona, en España, santa Paula de San José de Calasanz Montai Fornés, virgen, fundadora del Instituto de Hijas de María Religiosas de las Escuelas Pías. († 1889)

   Beata Piedad de la Cruz Ortiz Real, virgen y fundadora   

En Alcantarilla, cerca de Murcia, en España, beata Piedad de la Cruz (Tomasa) Ortiz Real, virgen, que por amor de Dios se dedicó con celo a la educación y la catequesis de los pobres, y fundó la Congregación de las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús. († 1916)

   Beato Francisco Bejarano Fernández, presbítero y mártir   

En Daimiel, Ciudad Real, España, beato Francisco Bejarano Fernández, sacerdote diocesano y mártir, muerto en la cárcel tras diecinueve meses de prisión, soledad y continuos sufrimientos, en la cruel persecución religiosa que acompañó a la Guerra Civil española. († 1938)


LITURGIA DE HOY


Día 12º de Cuaresma
La Cuaresma:
Perdonar como Dios perdona para ser perdonados


Misa de feria (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II.
- Dan 9, 4b-10. Hemos pecado, hemos cometido crímenes.
- Sal 78. R. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
- Lc 6, 36-38. Perdonad, y seréis perdonados.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 27 de febrero, pág. 181.
CALENDARIOS: Escolapias: Santa Paula Montal, virgen (S). Girona: (conm.).
Sant Feliu de Llobregat y Escolapios: (conm.).
Salesianas del Sagrado Corazón: Beata Piedad de la Cruz Ortiz Real, religiosa (F). Cartagena: (conm.).
Huelva: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Santiago Gómez Sierra, obispo (2011).

RITOS INICIALES  

Antífona de entrada Cf. Sal 25, 11-12
Sálvame, Señor, ten misericordia de mí. Mi pie se mantiene en el camino llano; en la asamblea bendeciré al Señor.

Oración colecta
OH, Dios,
que nos mandaste mortificar nuestro cuerpo
como remedio espiritual,
concédenos abstenemos de todo pecado
y que nuestros corazones
sean capaces de cumplir los mandamientos de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA  

PRIMERA LECTURA
Hemos pecado, hemos cometido crímenes
Lectura de la profecía de Daniel 9,4b-10
¡AY, MI SEÑOR, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos.
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén, y a todo Israel, a los de cerca y la los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 78, 8. 9. 11 y 13
R. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.
No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R.
Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso,
salva a los condenados a muerte. R.
Nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R.

 

Versículo Jn 6, 63c.68c
R. Alabanza y honor a ti, Señor Jesús.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;
tú tienes palabras de vida eterna.
 
EVANGELIO
Perdonad, y seréis perdonados

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6,36-38
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».
Palabra del Señor.


LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
ACOGE, Señor, nuestra oración
y libra de las seducciones del mundo
a los que concedes servirte
con los santos misterios del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio

Prefacio I de Cuaresma
Significación espiritual de la Cuaresma

39. Este prefacio se dice en el tiempo de Cuaresma, sobre todo en los domingos, cuando no corresponda decir un prefacio que sea más indicado.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno
por Cristo, Señor nuestro.
Por él concedes a tus hijos
anhelar, años tras año,
con el gozo de habernos purificado,
la solemnidad de la Pascua,
para que, dedicados con mayor entrega
a la alabanza divina y al amor fraterno,
por la celebración de los misterios que nos dieron nuestra vida,
lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coro celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de comunión Cf. Lc 6, 36
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso, dice el Señor.

Oración después de la comunión
SEÑOR, que esta comunión nos limpie de pecado
y nos haga partícipes de las alegrías del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
Oración sobre el pueblo
    Se puede añadir ad libitum
AFIANZA, Señor, el corazón de tus fieles
y fortalécelos con el poder de tu gracia,
para que se entreguen con fervor a la plegaria
y se amen con amor sincero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«A mí Dios me ha dado su misericordia infinita, ¡y a través de ella contemplo y adoro las demás perfecciones divinas…! Entonces todas se me presentan radiantes de amor; incluso la justicia (y quizá ésta más aún que todas las demás) me parece revestida de amor» (Santa Teresa de Lisieux).

«Dios no puede simplemente ignorar toda la desobediencia de los hombres, todo el mal de la historia: no puede tratarlo como algo irrelevante e insignificante. Esta especie de “misericordia” y “perdón incondicional” sería una “gracia a bajo precio”. ‘Si somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo’ (cf. 2Tm 2,13)» (Benedicto XVI).

«Este desbordamiento de misericordia no puede penetrar en nuestro corazón mientras no hayamos perdonado a los que nos han ofendido. El Amor, como el Cuerpo de Cristo, es indivisible; no podemos amar a Dios a quien no vemos, si no amamos al hermano, a la hermana a quien vemos (cf. 1Jn 4,20). Al negarse a perdonar a nuestros hermanos y hermanas, el corazón se cierra, su dureza lo hace impermeable al amor misericordioso del Padre; en la confesión del propio pecado, el corazón se abre a su gracia» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.840).


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