Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias
Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Homilía Domingo XXXIII del T.O.,
(19.11.2023)
Portada
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SANTORAL DE HOY
Elogio: Conmemoración de san
Abdías, profeta, quien, después del exilio del pueblo de Israel, anunció la ira
del Señor contra las gentes enemigas.
Para conocer su vida,
pincha aquí
Elogio: En Roma, san Crispín
de Viterbo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que
mientras recorría los pueblos de las montañas para mendigar limosna, enseñaba
los rudimentos de la fe a los campesinos.
San Máximo de
Cesarea, mártir
En
Cesarea de Capadocia, san Máximo, corepíscopo [ie: auxiliar del obispo] y
mártir.
Santos
Severino, Exuperio y Feliciano, mártires
En la
aldea de Brennier, cerca de Vienne, en la Galia Lugdunense, santos Severino,
Exuperio y Feliciano, mártires.
San Bárlaam,
mártir
En
Antioquía de Siria, san Bárlaam, mártir, el cual, aunque rústico e ignorante,
pero fortalecido por la sabiduría de Cristo, con una invicta constancia en la
fe rechazó el fuego y el incienso que le ponían en las manos para que
sacrificara a los ídolos, y por la ferocidad del tirano obtuvo la palma del
martirio.
Santas Cuarenta
mujeres, mártires
En
Heraclea, de Tracia, cuarenta santas mujeres, vírgenes o viudas, y mártires.
San Eudón, abad
En la
región de Vélay, en Aquitania, san Eudón, abad.
San Simón de
Monte Mercurio, eremita
En el
monte Mercurio, en Calabria, san Simón, eremita.
Santa Matilde,
virgen
En el
monasterio de Helfta, en Sajonia, santa Matilde, virgen, que fue mujer de
exquisita doctrina y humildad, ilustrada con el don celeste de la contemplación
mística.
Beato Jacobo
Benfatti, religioso y obispo
En
Mantua, de la Lombardía, beato Jacobo Benfatti, obispo, de la Orden de
Predicadores, que además de apaciguar las disensiones en la ciudad, alivió al
pueblo asolado por la peste y el hambre.
Beatos Eliseo
García García y Alejandro Planas Saurí, mártires
En la
localidad de Garraf, cerca de la ciudad de Barcelona, en España, beatos
mártires Eliseo García García, religioso de la Sociedad de San Francisco de
Sales, y Alejandro Planas Saurí, que durante el tiempo de persecución de la fe
fueron encontrados dignos de ser asociados al combate salvífico de Cristo.
Elogio: Conmemoración de san Abdías, profeta, quien, después del exilio del pueblo de Israel, anunció la ira del Señor contra las gentes enemigas.
Para conocer su vida,
pincha aquí
Elogio: En Roma, san Crispín
de Viterbo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que
mientras recorría los pueblos de las montañas para mendigar limosna, enseñaba
los rudimentos de la fe a los campesinos.
San Máximo de Cesarea, mártir
En
Cesarea de Capadocia, san Máximo, corepíscopo [ie: auxiliar del obispo] y
mártir.
Santos
Severino, Exuperio y Feliciano, mártires
En la
aldea de Brennier, cerca de Vienne, en la Galia Lugdunense, santos Severino,
Exuperio y Feliciano, mártires.
San Bárlaam,
mártir
En
Antioquía de Siria, san Bárlaam, mártir, el cual, aunque rústico e ignorante,
pero fortalecido por la sabiduría de Cristo, con una invicta constancia en la
fe rechazó el fuego y el incienso que le ponían en las manos para que
sacrificara a los ídolos, y por la ferocidad del tirano obtuvo la palma del
martirio.
Santas Cuarenta
mujeres, mártires
En
Heraclea, de Tracia, cuarenta santas mujeres, vírgenes o viudas, y mártires.
San Eudón, abad
En la
región de Vélay, en Aquitania, san Eudón, abad.
San Simón de
Monte Mercurio, eremita
En el
monte Mercurio, en Calabria, san Simón, eremita.
Santa Matilde,
virgen
En el
monasterio de Helfta, en Sajonia, santa Matilde, virgen, que fue mujer de
exquisita doctrina y humildad, ilustrada con el don celeste de la contemplación
mística.
Beato Jacobo
Benfatti, religioso y obispo
En
Mantua, de la Lombardía, beato Jacobo Benfatti, obispo, de la Orden de
Predicadores, que además de apaciguar las disensiones en la ciudad, alivió al
pueblo asolado por la peste y el hambre.
Beatos Eliseo
García García y Alejandro Planas Saurí, mártires
En la localidad de Garraf, cerca de la ciudad de Barcelona, en España, beatos mártires Eliseo García García, religioso de la Sociedad de San Francisco de Sales, y Alejandro Planas Saurí, que durante el tiempo de persecución de la fe fueron encontrados dignos de ser asociados al combate salvífico de Cristo.
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo (verde).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I (A).
- Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31. Trabaja con la destreza de sus manos.
- Sal 127. R. Dichosos los que temen al Señor.
- 1 Tes 5, 1-6. Que el Día del Señor no os sorprenda como un ladrón.
- Mt 25, 14-30. Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu señor.
Cada persona ha recibido unos dones para servir a Dios y al prójimo. Y del uso que hagamos de ello nos pedirá cuentas el Señor cuando vuelva, como ladrón en la noche, por lo que debemos estar vigilantes (2 Lect) Cada uno debe poner en juego lo que es y lo que tiene, aunque perciba que pueda ser poco. No podemos enterrar el talento bajo tierra, dejándonos llevar por la holgazanería (Ev). La mujer hacendosa de la primera lectura es un ejemplo, que pone su esfuerzo y trabajo al servicio de su familia y de los necesitados. Pidamos al Señor que por la eucaristía le sirvamos con amor y consigamos los gozos eternos (So).
- JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES (pontificia). Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la oración universal.
- Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 20 de noviembre, pág. 678.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
INTRODUCCIÓN
alegrarnos siempre en tu servicio,
porque en dedicarnos a ti, autor de todos los bienes,
consiste la felicidad completa y verdadera.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Supera en valor a las perlas.
Su marido se fía de ella,
pues no le faltan riquezas.
Le trae ganancias, no pérdidas,
todos los días de su vida.
Busca la lana y el lino
y los trabaja con la destreza de sus manos.
Aplica sus manos al huso,
con sus dedos sostiene la rueca.
Abre sus manos al necesitado
y tiende sus brazos al pobre.
Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura;
la que teme al Señor merece alabanza.
Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en público.
Salmo responsorial Sal 127, 1bc-2. 3. 4-5 (R: cf. 1b)
R/. Dichosos los que temen al Señor.
V/. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6
Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.
Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.
Su señor le dijo:
“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.
Su señor le dijo:
“¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:
“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.
El señor le respondió:
“Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».
Palabra del Señor.
Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
que estos dones, ofrecidos
ante la mirada de tu majestad,
nos consigan la gracia de servirte
y nos obtengan el fruto de una eternidad dichosa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
El misterio de la salvación en Cristo
es nuestro deber y salvación,
darte gracias, Padre santo,
siempre y en todo lugar,
por Jesucristo, tu Hijo amado.
tú nos lo enviaste
para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo
y nacido de María la Virgen,
fuera nuestro Salvador y Redentor.
para destruir la muerte
y manifestar la resurrección,
extendió sus brazos en la cruz,
y así adquirió para ti un pueblo santo.
con los ángeles y los santos,
cantamos tu gloria diciendo:
Antífona de comunión Sal 72, 28
Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor Dios mi refugio.
O bien: Cf. Mc 11, 23. 24
En verdad os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis, dice el Señor.
Oración después de la comunión
te pedimos humildemente
que nos haga crecer en el amor
lo que tu Hijo nos mandó realizar
en memoria suya.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El alma tiene su puerta a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa» (San Ambrosio).
«Verdadera sabiduría es aprovechar la vida mortal para realizar obras de misericordia, porque, tras la muerte, eso ya no será posible» (Benedicto XVI).
«‘Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal’ (Concilio Vaticano II). Dios será entonces ‘todo en todos’ (1Cor 15,22), en la vida eterna» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.050).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El alma tiene su puerta a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa» (San Ambrosio).
«Verdadera sabiduría es aprovechar la vida mortal para realizar obras de misericordia, porque, tras la muerte, eso ya no será posible» (Benedicto XVI).
«‘Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal’ (Concilio Vaticano II). Dios será entonces ‘todo en todos’ (1Cor 15,22), en la vida eterna» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.050).
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