Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias
Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Portada
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SANTORAL DE HOY
Nació
en Diest, Flandes. Hijo primogénito de Juan Berchmans, artesano, zapatero, e
hijo de Isabel der Hove, cuyo padre fue burgomaestre de la ciudad de Diest.
En
1616 ingresó al Noviciado de los jesuitas en Malinas y en 1618 hizo los votos
de castidad, pobreza y obediencia.
El
general Mucio Vitelleschi lo envió al Colegio Romano para que terminara su
noviciado. Allí hizo un voto para defender la doctrina de la Inmaculada
Concepción.
Por
una enfermedad pulmonar falleció en Roma el 13 de agosto de 1621, con gran
pesar de toda la comunidad del Colegio Romano, quienes ya lo consideraban un
santo.
Beatificado
por Pío IX en 1865 y canonizado por el papa León XIII en 1888, el mismo día que
San Alonso Rodríguez, San Pedro Claver y los siete fundadores de los Siervos de
María. Juan Berchmans constituye, junto con Estanislao Kostka (1550-1568) y
Luis Gonzaga (1568-1591), un trío de jóvenes considerados santos por la Iglesia
católica que ejerció influencia en la espiritualidad jesuítica juvenil.
Elogio: En Roma, beato Santiago
Alberione, presbítero, que, solícito por la evangelización, se dedicó por
entero a poner al servicio de la sociedad los instrumentos de comunicación
social para promover la verdad de Cristo, e instauró, además, la Pía Sociedad
de San Pablo.
San Siricio,
papa
En el
cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, en Roma, san Siricio, papa, a
quien alaba san Ambrosio como verdadero maestro, ya que, consciente de su
responsabilidad sobre todos los obispos, les dio a conocer los documentos de
los Padres y los confirmó con su autoridad apostólica.
San Alipio,
diácono y monje
En
Adrianópolis, de Paflagonia, san Alipio, diácono y estilita, que murió casi
centenario.
San Conrado de
Constanza, obispo
En
Constanza, de Suabia, en Germania, san Conrado, obispo, óptimo pastor de su
grey, el cual hizo generosa providencia de sus bienes en favor de la Iglesia y
de los pobres.
San Nicón
«Metanoeite», monje
En
Lacedemonia, del Peloponeso, san Nicón, monje, que después de una vida cenobita
y eremítica transcurrida en Asia, trabajó con celo evangélico para llevar a la
vida cristiana a los habitantes de la isla de Creta, recién liberada del yugo
de los sarracenos, y luego recorrió Grecia predicando la penitencia, hasta que
falleció en el monasterio de Esparta, fundación suya.
San Belino de
Padua, obispo y mártir
En
los bosques cercanos a Fratta, en el territorio de Rovigo, pasión de san
Belino, obispo de Padua y mártir, defensor eximio de la Iglesia, que,
cruelmente malherido por unos sicarios, murió a consecuencia de las lesiones
recibidas.
Beato Poncio de
Faucigny, religioso
En el
monasterio de Sixt, de Canónigos Regulares, en Saboya, hoy Francia, beato
Poncio de Faucigny, que fue primero abad en Abbondance y, renunciando al cargo,
quiso morir como un sencillo religioso.
San Silvestre
Gozzolini, abad y fundador
Junto
a Fabriano, en el Piceno, san Silvestre Gozzolini, abad, que, habiendo calado a
fondo la vanidad de todas las cosas del mundo, a la vista de la sepultura
abierta de un amigo fallecido poco antes, se retiró al eremo, donde cambió
varias veces de lugar para permanecer más oculto a los hombres, y por fin, en
un lugar apartado próximo a Montefano, trazó las bases de la Orden de Monjes
Silvestrinos, bajo la Regla de san Benito.
Beata Delfina,
viuda
En
Apt, de la Provenza, beata Delfina, esposa de san Elzear de Sabran, con el cual
prometió guardar la castidad, y después de su muerte permaneció en la pobreza y
en la oración.
Beatos Hugo
Taylor y Marmaduco Bowes, mártires
En
York, en Inglaterra, beatos mártires Hugo Taylor, presbítero, y Marmaduco
Bowes, que en tiempo de la reina Isabel I fueron llevados al suplicio del
patíbulo, acusados, el primero, joven aún, de haber entrado en Inglaterra
siendo sacerdote, y el segundo, en cambio ya anciano, por haberle ayudado.
San Humilde
Pirozzo, religioso
En
Bisignano, lugar de Calabria, san Humilde (Lucas Antonio) Pirozzo, religioso de
la Orden de los Hermanos Menores, famoso por su espíritu de profecía y
frecuentes éxtasis.
San
Leonardo de Porto Maurizio, religioso presbítero
En
Roma, en el convento de San Buenaventura, san Leonardo de Porto Maurizio,
presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, desbordante de celo por
las personas, empleó casi toda su vida en la predicación, en la publicación de
libros de piedad y en dar más de trescientas misiones en la Urbe, en la isla de
Córcega y por toda Italia septentrional.
Santos Tomás
Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van Xuyên, presbíteros y mártires
En la
ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santos Tomás Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van
Xuyên, presbíteros de la Orden de Predicadores y mártires, que por decreto del
emperador Minh Mang fueron decapitados al mismo tiempo.
Beata Cayetana
Sterni, viuda y fundadora
En
Bassano, cerca de Vicenza, en Italia, beata Cayetana Sterni, religiosa, que,
habiendo enviudado siendo aún joven, se entregó al servicio de los pobres, y
fundó la Congregación de Hermanas de la Divina Voluntad para atender a los
menesterosos y enfermos.
Nació en Diest, Flandes. Hijo primogénito de Juan Berchmans, artesano, zapatero, e hijo de Isabel der Hove, cuyo padre fue burgomaestre de la ciudad de Diest.
En 1616 ingresó al Noviciado de los jesuitas en Malinas y en 1618 hizo los votos de castidad, pobreza y obediencia.
El general Mucio Vitelleschi lo envió al Colegio Romano para que terminara su noviciado. Allí hizo un voto para defender la doctrina de la Inmaculada Concepción.
Por una enfermedad pulmonar falleció en Roma el 13 de agosto de 1621, con gran pesar de toda la comunidad del Colegio Romano, quienes ya lo consideraban un santo.
Beatificado por Pío IX en 1865 y canonizado por el papa León XIII en 1888, el mismo día que San Alonso Rodríguez, San Pedro Claver y los siete fundadores de los Siervos de María. Juan Berchmans constituye, junto con Estanislao Kostka (1550-1568) y Luis Gonzaga (1568-1591), un trío de jóvenes considerados santos por la Iglesia católica que ejerció influencia en la espiritualidad jesuítica juvenil.
Elogio: En Roma, beato Santiago
Alberione, presbítero, que, solícito por la evangelización, se dedicó por
entero a poner al servicio de la sociedad los instrumentos de comunicación
social para promover la verdad de Cristo, e instauró, además, la Pía Sociedad
de San Pablo.
San Siricio, papa
En el
cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, en Roma, san Siricio, papa, a
quien alaba san Ambrosio como verdadero maestro, ya que, consciente de su
responsabilidad sobre todos los obispos, les dio a conocer los documentos de
los Padres y los confirmó con su autoridad apostólica.
San Alipio,
diácono y monje
En
Adrianópolis, de Paflagonia, san Alipio, diácono y estilita, que murió casi
centenario.
San Conrado de
Constanza, obispo
En
Constanza, de Suabia, en Germania, san Conrado, obispo, óptimo pastor de su
grey, el cual hizo generosa providencia de sus bienes en favor de la Iglesia y
de los pobres.
San Nicón
«Metanoeite», monje
En
Lacedemonia, del Peloponeso, san Nicón, monje, que después de una vida cenobita
y eremítica transcurrida en Asia, trabajó con celo evangélico para llevar a la
vida cristiana a los habitantes de la isla de Creta, recién liberada del yugo
de los sarracenos, y luego recorrió Grecia predicando la penitencia, hasta que
falleció en el monasterio de Esparta, fundación suya.
San Belino de
Padua, obispo y mártir
En
los bosques cercanos a Fratta, en el territorio de Rovigo, pasión de san
Belino, obispo de Padua y mártir, defensor eximio de la Iglesia, que,
cruelmente malherido por unos sicarios, murió a consecuencia de las lesiones
recibidas.
Beato Poncio de
Faucigny, religioso
En el
monasterio de Sixt, de Canónigos Regulares, en Saboya, hoy Francia, beato
Poncio de Faucigny, que fue primero abad en Abbondance y, renunciando al cargo,
quiso morir como un sencillo religioso.
San Silvestre
Gozzolini, abad y fundador
Junto
a Fabriano, en el Piceno, san Silvestre Gozzolini, abad, que, habiendo calado a
fondo la vanidad de todas las cosas del mundo, a la vista de la sepultura
abierta de un amigo fallecido poco antes, se retiró al eremo, donde cambió
varias veces de lugar para permanecer más oculto a los hombres, y por fin, en
un lugar apartado próximo a Montefano, trazó las bases de la Orden de Monjes
Silvestrinos, bajo la Regla de san Benito.
Beata Delfina,
viuda
En
Apt, de la Provenza, beata Delfina, esposa de san Elzear de Sabran, con el cual
prometió guardar la castidad, y después de su muerte permaneció en la pobreza y
en la oración.
Beatos Hugo
Taylor y Marmaduco Bowes, mártires
En
York, en Inglaterra, beatos mártires Hugo Taylor, presbítero, y Marmaduco
Bowes, que en tiempo de la reina Isabel I fueron llevados al suplicio del
patíbulo, acusados, el primero, joven aún, de haber entrado en Inglaterra
siendo sacerdote, y el segundo, en cambio ya anciano, por haberle ayudado.
San Humilde
Pirozzo, religioso
En
Bisignano, lugar de Calabria, san Humilde (Lucas Antonio) Pirozzo, religioso de
la Orden de los Hermanos Menores, famoso por su espíritu de profecía y
frecuentes éxtasis.
San
Leonardo de Porto Maurizio, religioso presbítero
En
Roma, en el convento de San Buenaventura, san Leonardo de Porto Maurizio,
presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, desbordante de celo por
las personas, empleó casi toda su vida en la predicación, en la publicación de
libros de piedad y en dar más de trescientas misiones en la Urbe, en la isla de
Córcega y por toda Italia septentrional.
Santos Tomás
Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van Xuyên, presbíteros y mártires
En la
ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santos Tomás Dinh Viet Du y Domingo Nguyen Van
Xuyên, presbíteros de la Orden de Predicadores y mártires, que por decreto del
emperador Minh Mang fueron decapitados al mismo tiempo.
Beata Cayetana
Sterni, viuda y fundadora
En Bassano, cerca de Vicenza, en Italia, beata Cayetana Sterni, religiosa, que, habiendo enviudado siendo aún joven, se entregó al servicio de los pobres, y fundó la Congregación de Hermanas de la Divina Voluntad para atender a los menesterosos y enfermos.
LITURGIA DE HOY
Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. A él el poder, la gloria y la majestad para siempre, por los siglos de los siglos (elog. del Martirologio Romano).Misa de la solemnidad (blanco).MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. I (A).
- Ez 34, 11-12. 15-17. A vosotros, mi rebaño, yo voy a juzgar entre oveja y oveja.
- Sal 22. R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
- 1 Cor 15, 20-26. 28. Entregará el reino a Dios Padre, y así Dios será todo
en todos.
- Mt 25, 31-46. Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros.Jesucristo es Rey. Y el suyo es un «reino eterno y universal: el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz» (Pf). Un reino que va creciendo hasta que sean aniquilados sus enemigos, el pecado y la muerte (2 Lect). Cristo es Rey y Pastor que quiere que todas sus ovejas se salven (1 Lect). «El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar» (Sal resp). Y Cristo vendrá al fin de los tiempos y separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras y, entonces, al atardecer de nuestras vidas seremos examinados sobre el amor (Ev).- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.Martirologio: elogs. del 27 de noviembre, pág. 691.CALENDARIOS: Barbastro-Monzón: Aniversario de la muerte de Mons. Alfonso Milián Sorribas, obispo, emérito (2020).
Getafe: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. José María Avendaño Perea, obispo, auxiliar (2022).
LECC.: vol. I (A).
- Ez 34, 11-12. 15-17. A vosotros, mi rebaño, yo voy a juzgar entre oveja y oveja.
- Sal 22. R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
- 1 Cor 15, 20-26. 28. Entregará el reino a Dios Padre, y así Dios será todo
en todos.
- Mt 25, 31-46. Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros.
Getafe: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. José María Avendaño Perea, obispo, auxiliar (2022).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
INTRODUCCIÓN
Antífona de entrada Ap 5, 12; 1, 6
Oración colecta
que quisiste recapitular todas las cosas
en tu Hijo muy amado, Rey del Universo,
haz que la creación entera,
liberada de la esclavitud,
sirva a tu majestad y te glorifique sin fin.
Él, que vive y reina contigo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
«Yo mismo buscaré mi rebaño
y lo cuidaré.
Como cuida un pastor de su grey dispersa,
así cuidaré yo de mi rebaño
y lo libraré,
sacándolo de los lugares por donde se había dispersado
un día de oscuros nubarrones.
Yo mismo apacentaré mis ovejas
y las haré reposar
—oráculo del Señor Dios—.
Buscaré la oveja perdida,
recogeré a la descarriada;
vendaré a las heridas;
fortaleceré a la enferma;
pero a la que está fuerte y robusta la guardaré:
la apacentaré con justicia».
En cuanto a vosotros, mi rebaño,
esto dice el Señor Dios:
«Yo voy a juzgar entre oveja y oveja,
entre carnero y macho cabrío».
Salmo responsorial Sal 22, 1b-2a. 2b-3. 5. 6 (R: 1b)
en verdes praderas me hace recostar. R/.
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R/.
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.
Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados.
Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después todos los que son de Cristo, en su venida; después el final, cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, poder y fuerza.
Pues Cristo tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte.
Y, cuando le haya sometido todo, entonces también el mismo Hijo se someterá al que se lo había sometido todo.
Así Dios será todo en todos.
Lectura
del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestísteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestísteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».
SOLEMNIDAD
DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO
Los
hombres quieren hoy negarle a Jesús hasta su presencia a través de su imagen de
crucificado.
Sus
contemporáneos gritaban: ¡crucifícale, crucifícale! Y hoy, nuestros
contemporáneos quieren incluso quitar su imagen... Es otra manera de gritar lo
mismo: ¡que desaparezca de nuestra vista lo que Dios ha hecho por nosotros...!
Aceptar a Dios y aceptar lo que Él hizo a través de la Encarnación, vida,
muerte y resurrección, nos compromete demasiado, queremos ser agnósticos,
es decir, queremos ser ignorantes de lo que Él es, y de lo que hizo,
para vivir tranquilamente sin tener que dar cuentas a nadie...
¡Qué
bien nos viene en medio de un mundo que no quiere enterarse, vivir lo que
leemos en el prefacio de la fiesta de Cristo Rey: Cristo ha consumado la
redención humana y ha sometido a su poder la creación entera y ofrece al Padre
un reino eterno y universal...
Quieran
o no quieran los hombres tendrán un día que reconocer lo que Dios es y lo que
ha hecho a través de Cristo. Nosotros hoy nos gozamos viendo, a través de la
fe, lo que ya es una realidad independientemente del tiempo. Los planes de
Dios, a través de su providencia que ha guiado la historia, llegan finalmente a
su cumplimiento. La Iglesia por medio de su liturgia nos invita a saborearlo,
poniendo esta fiesta de Cristo Rey como colofón del Año litúrgico que estamos
terminando.
¡Gracias, Madre Iglesia, por lo que nos has dado en este año litúrgico que hoy termina y por lo que nos darás en el año que vamos a empezar con el Adviento!
Se dice Credo.
que, para edificar tu reino
en medio de los avatares y dificultades de la historia,
has constituido a tu Hijo rey único
y pastor universal de todos los hombres,
escucha nuestras oraciones y afianza en nosotros la certeza
de que llegará el día en que, aniquilado el último enemigo, la muerte,
Cristo, tu Hijo, someterá a ti tu reino, y tú lo serás todo para todos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
el sacrificio de la reconciliación humana,
pedimos humildemente que tu Hijo
conceda a todos los pueblos
los dones de la paz y de la unidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
Jesucristo, Rey del universo
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
EN verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
a tu único Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
ungiéndolo con óleo de alegría,
para que ofreciéndose a si mismo,
como víctima perfecta y pacificadora
en el altar de la cruz,
consumara el misterio de la redención humana
y sometiendo a su poder la creación entera,
entregara a tu majestad infinita
un reino eterno y universal:
el reino de la verdad y de la vida,
el reino de la santidad y la gracia,
el reino de la justicia, el amor y la paz.
con los ángeles y los arcángeles,
tronos y dominaciones,
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de comunión Sal 28, 10-11
te pedimos, Señor,
que, quienes nos gloriamos de obedecer los mandatos
de Cristo, Rey del Universo,
podamos vivir eternamente con él
en el reino del cielo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El alma tiene su puerta a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa» (San Ambrosio).
«Verdadera sabiduría es aprovechar la vida mortal para realizar obras de misericordia, porque, tras la muerte, eso ya no será posible» (Benedicto XVI).
«‘Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal’ (Concilio Vaticano II). Dios será entonces ‘todo en todos’ (1Cor 15,22), en la vida eterna» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.050).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El alma tiene su puerta a la que viene Cristo y llama. Ábrele, pues; quiere entrar, quiere hallar en vela a su Esposa» (San Ambrosio).
«Verdadera sabiduría es aprovechar la vida mortal para realizar obras de misericordia, porque, tras la muerte, eso ya no será posible» (Benedicto XVI).
«‘Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontramos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal’ (Concilio Vaticano II). Dios será entonces ‘todo en todos’ (1Cor 15,22), en la vida eterna» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.050).
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