05 de octubre - JUEVES DE LA XXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DE PETICIÓN, Fiesta



 
  JUEVES DE LA XXV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
  TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS Y DE PETICIÓN, Fiesta
  Oficio de las Témporas del Salterio
 (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - Tercia   - Sexta Nona Vísperas - Completas)


PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 05 DE OCTUBRE

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Celebración de la Palabra y Comunión del Jueves de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Celebración de la Palabra y Comunión del Jueves de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 19.30 h.).

NOTICIAS DE ACTUALIDAD













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SANTORAL DE HOY

Témporas de acción de gracias y de petición al comenzar el otoño


Las Témporas de Acción de gracias y Petición
que la comunidad cristiana ofrece a Dios

(Tomado de Jesús Martí Ballester | Fuente: www.jmarti.ciberia.es)

 «Las Témporas -dice el Misal- son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual». La celebración ha sido fijada en España para el día 5 de octubre, pues su localización en el calendario e incluso su duración dependen de las Conferencias Episcopales de cada país, dada la disparidad de las estaciones. Nos estamos quejando de la sequía, aquí, en otros lugares de inundaciones, en otros de huracanes y catástrofes en transportes aéreos, etc. Nos urge, pues la oración, la invocación a la protección de los Santos con sus letanías, ¿por qué no acudimos a Dios para que libre a la humanidad de tanta calamidad? El día de las Témporas es un día propicio para esta oración colectiva. Y esto es lo que se propone este Reportaje. Hacer ver la importancia de este día y de esta plegaria.

Institución Antiquísima

Las Témporas, y las Rogativas, son una antiquísima institución litúrgica vinculada a las cuatro estaciones del año, para reunir a la comunidad, instando al ayuno y a la oración, para dar gracias a Dios por los frutos de la tierra y pedir su bendición sobre el trabajo de los hombres. Nacieron en Roma y se difundieron con la liturgia romana. Al principio se celebraban en otoño, invierno y verano, en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por los sermones de San León Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales. .

Léxicamente la palabra témpora significa tiempo de ayuno en cada una de las estaciones del año. Litúrgicamente en la ordenación anterior a la reforma del Vaticano II se celebraban las témporas correspondientes al inicio del invierno, de la primavera, del verano y del invierno. Era el tiempo designado también, junto con las plegarias, rogativas y ayuno, para conferir las Órdenes sagradas. Yo recibí el Subdiaconado el 21 de septiembre, el Diaconado el 21 de diciembre y el Presbiterado el 31 de mayo, Vigilia de Pentecostés.

En la actual ordenación la iglesia celebra una sola vez al año el día de la acción de gracias. Es un día al final del verano en el que agradece los frutos de las cosechas, aunque no se puede limitar este gesto elemental a un día determinado. En cada día y en cada momento hay motivos para dar gracias a Dios por el don de la vida. Dar gracias es un rasgo fundamentalmente cristiano y humano. La dialéctica humana funciona en términos de "doy para que me des", pero la dialéctica divina se cambia por estos otros: "Me has dado mucho y por eso te doy gracias". Dar gracias cuesta muy poco, pero si sale del corazón es la más noble expresión de un sentimiento humano.

Oración de alabanza

Dar gracias también por la enfermedad, ya que puede ocurrir que se necesite como medicina del espíritu y por eso hay que dar gracias también por la enfermedad. La oración de alabanza es la más excelsa, también la gratitud, debe salir del corazón. Eso agrada mucho a Dios, como lo demuestra en la queja de Jesús en el caso de los leprosos. De los diez leprosos, nueve de ellos quedaron curados, el décimo creyó y fue salvado. No es lo mismo curar que salvar. La curación se produce en el exterior. La salvación afecta a la totalidad de la persona. Uno de los diez leprosos se mostró agradecido y en ese gesto encontró la fe y la salvación. Los nueve restantes sólo encontraron la curación.

Nacieron en Roma

Las Témporas nacieron en Roma y se difundieron con la liturgia romana. Al principio tuvieron lugar en las estaciones del otoño, invierno y verano, en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por algunos sermones de San León Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales, que comprendían la eucaristía, además del ayuno. Pretender relacionarlas con cultos naturalistas pre-cristianos es pura imaginación, aunque es evidente su relación con la vida agraria, propia de aquellos tiempos. Las Témporas son un acercamiento mutuo de la liturgia y la vida humana, en el afán de encontrar en Dios la fuente de todo don y la santificación de la tarea de los hombres. Hoy, considerada la extensión de la Iglesia y su presencia en los pueblos más diversos, se imponía una revisión y una adaptación de esta vieja celebración litúrgica, que ya no tiene por qué ser agraria ni campesina únicamente, sino que puede ser muy bien urbana y cercana a las preocupaciones del hombre del cemento. Lo importante es que se viva y se celebre la obra de Dios en el hombre y con la ayuda del hombre; con un espíritu de fe y de acción de gracias del creyente, que sabe que lo temporal tiene su propia autonomía, pero sin romper con Dios y sin ir en contra de su voluntad salvadora: «Todo es vuestro; pero vosotros sois de Cristo, y Cristo, de Dios» (1 Cor 3,22).

Ciclo vital

La piedad popular está atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol las haga germinar. Tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención. Coronarás el año con tus bienes, Señor, y serás la esperanza del confín de la tierra. Terminada la recolección de las cosechas y el periodo anual de descanso la Iglesia celebra las Témporas. Se convierte también en tiempo propicio para pedir ayuda al Señor para recomenzar de nuevo en las actividades del trabajo normal y en construcción de la vida interior de cada persona, su maduración en Cristo. Agradecer y pedir son dos modos de relacionarnos con Dios. Tenemos muchas necesidades, a la vez que hemos recibido mucho y lo debemos agradecer. Si no nos damos cuenta de lo que recibimos, no nos sentimos obligados a agradecer con amor.

La gratitud

Siempre podemos ofrecer nuestro agradecimiento que, si es sincero, basta. El que no es agradecido es sumamente pobre. Quien no da gracias a Dios es porque no está convencido de deberle nada. Pero a Dios se le debe todo. Un rabino daba gracias a Dios "por todo". - "¡Pero si no tienes nada!", le replicó otro que le oía. A lo que respondió: "Yo necesitaba la pobreza y Dios me la ha dado".

El camino de amor pasa por la gratitud: Lo recordaba al pueblo Moisés: “No te olvides del Señor. No sea que cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críes tus reses y ovejas, aumentes tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que te saco agua de una roca de pedernal”. La vida de Jesus es una continua acción de gracias al Padre. Cuando va a resucitar a Lázaro, habla con su Padre: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado”. Antes de le multiplicación de los panes, Jesús tomo los panes y, dando gracias, dio a los que estaban recostados, e igualmente los peces... En la institución de la Eucaristía, antes de pronunciar las palabras sobre el pan y el vino, el Señor dio gracias. Por eso podemos decir, según Juan Pablo II -que su oración, y toda su existencia terrena, se convirtió en revelación de esta verdad fundamental enunciada por la Carta de Santiago: Todo don bueno y toda dadiva perfecta viene de arriba, desciende del Padre de las luces... (Sant 1, 17)-. La acción de gracias es como una restitución, porque todo tiene en El su principio y su fuente. Demos gracias al Señor Nuestro Dios, decimos con la Iglesia en el centro de la liturgia eucarística. Nada hay más justo y necesario que dar gracias al Señor todos los días de nuestra vida, y el mayor agradecimiento a Dios es amar nuestra condición de hijos suyos. San Pablo dice a los paganos que, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.

Motivos para dar gracias

Este año hemos recibido plenitud de dones del Señor: unos claros y visibles; otros, quizá más valiosos, han quedado ocultos: peligros del alma y del cuerpo de los que hemos sido librados; personas a las que hemos conocido y que tendrán una importancia decisiva en nuestra salvación; gracias y ayudas; acontecimientos que quizás hemos negativos, enfermedades, fracasos, veremos que han sido regalos de Dios. Nuestra vida entera es un bien inmerecido. Por eso las acciones de gracias deben ser continuas. En el Prefacio de la Misa, recordamos que es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo. ¡Dios mío, gracias! Y el alma se llena de paz, porque entiende que de aquello que parece poco grato o no deseable, Dios sacará mucho fruto. Este gracias es como el leño que Dios mostró a Moisés, que arrojado en las aguas amargas, las trocó en dulces (Ex 15, 25). Con la acción de gracias continua, la petición reiterada, porque son muchas las ayudas que necesitamos, sin las cuales no podremos seguir el camino del crecimiento.

Pedid y Recibiréis

Aunque el Señor nos concede muchos dones sin que se los pidamos, ha dispuesto concedernos otros si se los pedimos con la fuerza de la oración. Es necesario que pidamos, es preciso orar siempre y no desfallecer con la seguridad de que nuestras oraciones serán siempre atendidas. Dios mismo es garante de que todo lo que pidamos se nos concederá. “Pedid y se os dará, buscad y encontrareis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre”. Cuanto mas pedimos, más nos acercamos a Dios, más crece nuestra amistad con El. En la tierra, cuando hay que pedir un favor a un poderoso se busca un lazo que nos una a el, el momento oportuno, en que se encuentre de buen animo... Dios siempre está dispuesto a escucharnos. “¿Acaso si alguno de vosotros, si un hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto mas vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que se las pidan?

   Santos Mártires de Tréveris, mártires  

En Tréveris, en la Galia Bélgica, conmemoración de los santos mártires que, durante la persecución bajo el emperador Diocleciano, recibieron la palma del martirio.

   Santa Caritina, mártir

En la ciudad de Gorgos, en Cilicia, santa Caritina, mártir.

   Santa Mamlaca, virgen y mártir

Conmemoración de santa Mamlaca, virgen y mártir, que, oriunda de la región de Beth Garmay, se trasladó a Persia, donde fue condenada a muerte por el rey Sapor II.

   San Apolinar de Valence, obispo  

En Valence, en la región de la Galia Vienense, san Apolinar, obispo, hermano de san Avito, obispo de Vienne, que, hombre lleno de fervor por la justicia y la honestidad, supo restituir el vigor y el esplendor de la religión cristiana en esta sede, durante largo tiempo desprovista de pastor.

   Santos Mauro y Plácido, monjes  

Conmemoración de los santos Mauro y Plácido, monjes, que desde su adolescencia fueron discípulos del abad san Benito.

   San Jerónimo de Nevers, obispo

En Nevers, de Neustria, san Jerónimo, obispo, que enriqueció a su Iglesia con munificencia y solicitud pastoral.

   San Meinulfo, diácono

En Paderborn, de Sajonia, san Meinulfo, diácono, que construyó y enriqueció el monasterio de Böddeken, y lo confió a una comunidad de vírgenes.

   San Froilán de León, eremita y obispo  

En León, ciudad de Hispania, conmemoración de san Froilán, obispo, que primero fue eremita y después, ordenado obispo, evangelizó las regiones liberadas del yugo de los musulmanes, propagó la vida monástica y se distinguió por su beneficencia hacia los pobres.

   San Atilano de Zamora, monje y obispo  

En Zamora, también en Hispania, san Atilano, obispo, que, siendo monje, fue compañero de san Froilán en la predicación de Cristo por las tierras devastadas por los musulmanes.

   Beato Pedro de Imola, religioso

En Florencia, de la Toscana, beato Pedro de Imola, caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, que se distinguió por su caridad en el cuidado de enfermos.

   Santa Flora, virgen  

En Beaulieu, en la región de Cahors, en Francia, conmemoración de santa Flora, virgen de la Orden de San Juan de Jerusalén, que se dedicó a atender a los enfermos pobres en un hospital y vivió íntimamente unida, con el corazón y el cuerpo, a la Pasión de Cristo.

   Beato Santos, monje

En Cora, del Lacio, beato Santos, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, al que seguían las multitudes cuando predicaba la Palabra de Dios.

   Beato Raimundo delle Vigne, religioso presbítero  

En Nüremberg, en Baviera, beato Raimundo delle Vigne o de Capua, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue prudente moderador espiritual de santa Catalina de Siena, de quien compuso una biografía.

   Beato Mateo Carreri, religioso presbítero

En Vigevano, de la Lombardía, beato Mateo (Juan Francisco) Carreri, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue vehemente y fecundo predicador de la Palabra de Dios en su tiempo.

   Beatos Guillermo Hartley, Juan Hewett y Roberto Sutton, mártires

En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Hartley y Juan Hewett, presbíteros, y Roberto Sutton, que, por su constante fidelidad a la Iglesia católica, en tiempo de la reina Isabel I fueron ahorcados cerca de la ciudad, pero en distintos lugares.

   Santa Ana Schäffer, virgen  

En el lugar de Mindelstetten, en el territorio de Ratisbona, en Alemania, santa Ana Schäffer, virgen, la cual, a los diecinueve años, en su oficio de sirviente se abrasó con agua hirviendo y, después, tras agravarse su estado de salud, vivió con ánimo sereno en espíritu de pobreza y oración, ofreciendo su dolor por la salvación de las almas.

   Beato Bartolomé Longo, fundador

En Pompeia, cerca de Nápoles, en Italia, beato Bartolomé Longo, jurisperito, que, preocupado por el culto a María y la formación cristiana de los campesinos y de los niños, fundó el santuario del Rosario, en el valle de Pompei, y también una congregación de Hermanas con el mismo título, con los bienes que generosamente le dio su piadosa cónyuge.

   San Tranquilino Ubiarco Robles, presbítero y mártir

Cerca de Tepatitlán, en México, san Tranquilino Ubiarco Robles, presbítero y mártir, que en la persecución contra la Iglesia no dejó de cumplir con sus funciones ministeriales, por lo cual fue colgado de un árbol, y terminó así su glorioso martirio.

   Beato Rafael Alcocer Martínez, presbítero y mártir  

En la cuesta de La Elipa, Madrid, beato Rafael Alcocer Martínez, sacerdote profeso benedictino del priorato de Montserrat, dependiente de la abadía de Santo Domingo de Silos.

   Santa María Faustina Kowalska, virgen

En Cracovia, en Polonia, santa María Faustina (Elena) Kowalska, virgen de la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, que anunció solícita el misterio de la divina misericordia.

   Beato Mariano Skrzypczak, presbítero y mártir  

En la aldea de Plonkowo, también en Polonia, beato Mariano Skrzypczak, presbítero y mártir, que durante la ocupación de Polonia por un régimen contrario a Dios, por su invicta fe recibió el martirio al ser fusilado ante la iglesia del lugar.

   Beato Alberto Marvelli, laico  

En Rímini, Italia, beato Alberto Marvelli, laico.


LITURGIA DE HOY

Días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por los trabajos de los hombres, dando gracias a Dios públicamente (NUALC, 45-47).

Misa de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props. (varios formularios), Pf. común IV. 
LECC.: vol. IV. 
- Dt 8, 7-18. Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza. 
- Salmo: 1 Crón 29, 10-12. R. Tú eres Señor del universo. 
- 2 Cor 5, 17-21. Os pedimos que os reconciliéis con Dios. 
- Mt 7, 7-11. Todo el que pide recibe.

* Se celebrará al menos en este día y, siempre que sea posible, es aconsejable celebrarlo también en otros dos días de la misma semana.
* Cuando se limita a un solo día, se elegirán aquellos formularios que abarquen los tres aspectos de esta celebración: la acción de gracias, la petición y la conversión. 
* Es de alabar que en el día penitencial, además de la misa «Por el perdón de los pecados», se tenga una celebración comunitaria del sacramento de la penitencia.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria (Laud., Hora y Vísp. props.).
Martirologio: elogs. del 6 de octubre, pág. 596.

CALENDARIOS: León y Lugo: San Froilán, obispo (S). 
Tarazona-ciudad: San Atilano, obispo (S). Zamora: (F). Tarazona-diócesis: (MO).
Orden de San Juan de Jerusalén: Beato Pedro Pattarini de Ímola, religioso (MO).
Congregación del Oratorio: San Luis Scrossappi, presbítero (ML). 
Dominicos: Beato Raimundo de Capua, presbítero (ML). 
Familia Salesiana: Beato Alberto Marvelli (ML). 
Redentoristas: Beato Francisco-Javier Seelos, presbítero (ML).

Las Témporas son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual.
Se celebrarán, al menos, el día 5 de octubre (o el día 6, cuando el día 5 sea domingo), y, siempre que sea posible, es aconsejable celebrarlas también otros dos días de la misma semana.
Cuando la celebración de las Témporas se limita a un solo día, se elegirán, de entre las diversas misas que se proponen para los tres días, aquellos formularios que abarquen los tres aspectos de esta celebración, es decir, la acción de gracias, la petición y la conversión. Para esta celebración de las Témporas en un solo día están indicados principalmente los siguientes textos:

RITOS INICIALES

Antífona de entrada Ef 5, 19-20

Cantad y tocad con toda el alma para el Señor, dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Monición de entrada
     Presentamos en este día de acción de gracias y de petición nuestra gratitud a Dios Padre, de quien procede todo don, por todos los beneficios recibidos. Es la acción de gracias de la Iglesia, que recoge en su plegaria los sentimientos de toda la humanidad.
  Y con nuestra acción de gracias, nuestra súplica: pedimos perdón y presentamos humildemente nuestras peticiones por cuanto necesitamos, con la confianza de ser escuchados por quien nos ama más que nosotros mismos. Con nuestras súplicas, nos hacemos eco de los deseos y anhelos de todos los que sufren.

 

Oración colecta
Señor Dios, Padre lleno de amor,
que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil,
para que en ella encontraran descanso y bienestar,
y con el mismo amor nos das a nosotros fuerza para dominar la creación
y sacar de ella nuestro progreso y nuestro sustento,
al darte gracias por todas tus maravillas,
te pedimos que tu luz nos haga descubrir siempre que has sido tú,
y no nuestro poder, quien nos ha dado fuerza
para crear las riquezas de la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo.

 

LITURGIA DE LA PALABRA  

PRIMERA LECTURA
Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza

Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta saciarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado.
Guárdate de olvidar al Señor, tu Dios, no observando sus preceptos, sus mandatos y sus decretos que yo te mando hoy.
No sea que, cuando comas hasta saciarte, cuando edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes en todo, se engría tu corazón y olvides al Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te aumentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final.
Y no pienses: “Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas”.
Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para adquirir esa riqueza, a fin de mantener la alianza que juró a tus padres, como lo hace hoy». 

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (1 Cro 29, 10. 11abc. 11d- l2a. 12Bcd [R.: 12b])

R. Tú eres Señor del universo.

V. Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.

V. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra.

V. Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria.

V. Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
 
SEGUNDA LECTURA
Os pedimos que os reconciliéis con Dios

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2 Cor 5, 17-21)

HERMANOS:

Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo.

Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.

Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.

Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él. 

Palabra de Dios.


Aleluya Mc 1, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya,
V. Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio. R.

EVANGELIO 
Quien pide recibe
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11

EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».

Palabra del Señor.


Del Catecismo de la Iglesia Católica

2609 Decidido así el corazón a convertirse, aprende a orar en la fe. La fe es una adhesión filial a Dios, más allá de lo que nosotros sentimos y comprendemos. Se ha hecho posible porque el Hijo amado nos abre el acceso al Padre. Puede pedirnos que "busquemos" y que "llamemos" porque él es la puerta y el camino (cf Mt 7, 7-11. 13-14).

2610 Del mismo modo que Jesús ora al Padre y le da gracias antes de recibir sus dones, nos enseña esta audacia filial: "todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido" (Mc 11, 24). Tal es la fuerza de la oración, "todo es posible para quien cree" (Mc 9, 23), con una fe "que no duda" (Mt 21, 22). Tanto como Jesús se entristece por la "falta de fe" de los de Nazaret (Mc 6, 6) y la "poca fe" de sus discípulos (Mt 8, 26), así se admira ante la "gran fe" del centurión romano (cf Mt 8, 10) y de la cananea (cf Mt 15, 28).

2611 La oración de fe no consiste solamente en decir "Señor, Señor", sino en disponer el corazón para hacer la voluntad del Padre (Mt 7, 21). Jesús invita a sus discípulos a llevar a la oración esta voluntad de cooperar con el plan divino (cf Mt 9, 38; Lc 10, 2; Jn 4, 34).

2612 En Jesús "el Reino de Dios está próximo", llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a aquél que "es y que viene", en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria (cf Mc 13; Lc 21, 34-36). En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación (cf Lc 22, 40. 46).



Oración de los fieles
Reconociendo los múltiples dones que recibimos de Dios, que es fuente y origen de todo bien, y sabiendo que Él es nuestro Padre, dirijámosle nuestras súplicas con el deseo de darle gracias, porque Él siempre nos escucha.
1.- Para que el Señor infunda en todos sus fieles un conocimiento cada día más pleno y una participación cada vez más consciente y viva en la acción de gracias que celebramos en la Eucaristía. Roguemos al Señor.
2.- Para que quienes se preparan para los sacramentos del Orden y del Matrimonio y a la profesión religiosa, aviven su deseo de amar hasta las últimas consecuencias la misión que el Señor les quiere encomendar, y siempre hay quienes quieran seguir el mismo camino. Roguemos al Señor.
3.- Para que todos los hombres descubran los signos innumerables del amor de Dios en el gobierno del mundo y reconozcan en ellos la mano bondadosa del creador que los concede. Roguemos al Señor.
4.- Para que el Señor derrame sobre los que sufren los dones que su vida necesita y su corazón desea, de manera que puedan dar gracias con nosotros por los favores recibidos. Roguemos al Señor.
5.- Para que el Señor, que nos ha concedido los deseos de nuestro corazón, nos conceda también, al final de nuestra carrera terrenal, los dones preciosos de su reino eterno. Roguemos al Señor.

Dios nuestro, lleno de bondad y rico en misericordia,
que nos has concedido abundantemente los bienes que deseábamos,
escucha nuestra oración y continúa protegiendo con tu ayuda
a los que has alegrado con tus dones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas

TE ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza
en acción de gracias por los dones que nos has dado,
concédenos ofrecer, para gloria de tu nombre,
lo que hemos recibido sin merecerlo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio: puede utilizarse el prefacio común IV.

Prefacio común IV
Nuestra misma acción de gracias es un don de Dios

75. Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar un prefacio del tiempo.
 
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza,
ni nuestras bendiciones te enriquecen,
tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias,
para que nos sirva de salvación,
por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles,
proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

Prefacio II de los santos
Eficacia de la acción de los santos

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Porque mediante el testimonio admirable de tus santos
fecundas sin cesar a tu Iglesia
con vitalidad siempre nueva,
dándonos así pruebas evidentes de tu amor.
Ellos nos estimulan con su ejemplo
en el camino de la vida
y nos ayudan con su intercesión.

Por eso,
ahora, nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y los santos
diciendo:

Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Cf. Sal 64, 12. 6
Coronas el año con tus bienes, Señor, y serás la esperanza del confín de la tierra.

Oración después de la comunión
SEÑOR, tú que nos has hecho participar
en la mesa de la unidad y del amor,
danos tu fuerza para que, con nuestra actividad,
cooperemos en la construcción de la ciudad terrena
y trabajemos con fe para la llegada de tu reino.
Por Jesucristo. nuestro Señor.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«El consentimiento a la gracia depende mucho más de la gracia que de nuestra propia voluntad solamente; pero la resistencia a la gracia depende únicamente de la sola voluntad. Así de amorosa es la mano de Dios» (San Francisco de Sales).

«Dios, para darnos el movimiento de su poder sin impedir el de nuestro querer, ajusta su poder a su suavidad y la libertad de nuestro querer» (Benedicto XVI).

«(…) La vocación del hombre a la vida eterna no suprime, sino que refuerza su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para servir en este mundo a la justicia y a la paz» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.820).




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