PROGRAMA PARROQUIAL:MIÉRCOLES, 01 DE NOVIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía de la Solemnidad de Todos los Santos (a las 11.00 h.). PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía de la Solemnidad de Todos los Santos (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Conociendo el sentido verdadero y cristiano
de la fiesta de Todos los Santos
de la fiesta de Todos los Santos
Homilía del Papa Francisco
Portada
CULTURA Donde hay devoción seria a María, se protege en serio la doctrina, constatóCuando San J.H.Newman, antiguo anglicano, se hizo católico, predicó a María, porque Ella cuida la feCULTURA Leer estos pasajes, meditarlos y rezarlos ayudan a ver el verdadero rostro de DiosCULTURA Uno de los escritores católicos más influyentes en una Francia en transiciónLéon Bloy, un «loco de Cristo» anti-moderno que no se ocultó al ver que su época se descristianizabaCULTURA «El mundo es de los que madrugan»: ética, fe y trabajo vistas por Daniel ArasaPERSONAJES Fue el máximo cargo del Estado australiano de 1989 a 1996 e izquierdista radicalVIDA Y FAMILIA Natalia Barcaíztegui afirma que hoy se ven adolescentes de 23 añosMUNDO La escritora recuerda que también es genocidio expulsar a un pueblo y borrar su huellaEUROPA ¿Cómo acompañar a las esposas? ¿Cómo usar tiempo y dinero? ¿Qué pasa con los hijos rebeldes?VIDA Y FAMILIA La sociedad española no tiene un problema con la mujer, sino con la maternidadNUEVA EVANGELIZACIÓN «Es un arma preciosa contra el diablo y un camino para llegar al cielo», dicen los sacerdotesNUEVA EVANGELIZACIÓN Lo que ve Isabel Ramírez, responsable del Ministerio de Alabanza de Renovación Carismática en EspañaEUROPA La lucha durante años de la Familia Misionera de Nuestra Señora
SANTORAL DE HOY
Solemnidad de Todos los Santos
Elogio: Solemnidad de Todos los Santos que están
con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa,
todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía
alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su
patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina
Majestad.
San Cesáreo, mártir
En Tarracina, en la
costa del Lacio, san Cesáreo, mártir.
San
Benigno de Dijón, presbítero y mártir
En Dijón, en la
Galia Lugdunense, san Benigno, venerado como presbítero y mártir.
San
Austremonio de Auvernia, obispo
En Auvernia, de
Aquitania, san Austremonio, obispo, que, según la tradición, predicó en esta
ciudad la palabra de la salvación.
San
Marcelo de París, obispo
En París, en la
Galia Lugdunense, san Marcelo, obispo.
San
Rómulo, abad y presbítero
En el territorio de
Bourges, en Aquitania, san Rómulo, presbítero y abad.
San
Severino, monje
En Tívoli, en el
Lacio, san Severino, monje.
San
Magno de Milán, obispo
En Milán, de la
Lombardía, san Magno, obispo.
San
Vigor de Bayeux, obispo
En Bayeux, en la
Galia Lugdunense, san Vigor, obispo, discípulo de san Vedasto.
San
Licinio de Angers, obispo
En Angers, en
Neustria, san Licinio, obispo, a quien el papa san Gregorio I Magno encomendó
los monjes que se dirigían a Inglaterra.
San
Maturino, presbítero
En Larchant, ciudad
del Gatinais Aquitano, san Maturino, presbítero.
San
Audomaro de Thérouanne, monje y obispo
En el territorio de
Théouranne, en Flandes, san Audomaro, que, siendo discípulo de san Eustasio,
abad de Luxeuil, fue elegido obispo de los Marinos y renovó allí la fe
cristiana.
Beato Rainiero Aretino, religioso
En Borgo
Sansepolcro, lugar de Umbría, beato Rainiero Aretino, de la Orden de los
Hermanos Menores, que brilló por su humildad, pobreza y paciencia.
Beatos Pedro Pablo Navarro, Dionisio Fujishima, Pedro Onizuka Sandayu y
Clemente Kyuemon, mártires
En Shimabara, lugar
de Japón, beatos Pedro Pablo Navarro, presbítero, Dionisio Fujishima y Pedro
Onizuka Sandayu, religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús, y Clemente
Kyuemon, mártires, que fueron sometidos al tormento del fuego por quienes
odiaban la fe.
Santos Jerónimo Hermosilla, Valentín de Berriochoa y Pedro Almató Ribeira,
mártires
En la ciudad de Hai
Duong, en Tonquín, santos mártires Jerónimo Hermosilla y Valentín de
Berriochoa, obispos, y Pedro Almató Ribeira, presbítero de la Orden de
Predicadores, que fueron decapitados por orden del emperador Tu Duc.
Beato Eudald d´Igualada, religioso y mártir
En La Pobla de
Claramunt, Barcelona, beato Eudald d'Igualada (Lluís Estruch Vives), capuchino
mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
Beato Ruperto Mayer, religioso presbítero
En Munich, en la
región de Baviera, en Alemania, beato Ruperto Mayer, presbítero de la Orden de
la Compañía de Jesús, que fue celosísimo maestro de los fieles, ayuda para los
pobres y obreros, y predicador de la palabra de Dios. Sufrió persecución bajo
el nefasto régimen nazi, durante el cual le deportaron primero a un campo de
concentración y después fue recluido en un monasterio, totalmente incomunicado
con sus fieles.
Beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir
En la ciudad de Mukacevo,
en Ucrania, beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir, que, por mantener su
fidelidad infatigable a la Iglesia en tiempo de persecución de la fe, mereció
alcanzar la palma gloriosa.
LITURGIA DE HOY
Solemnidad de
Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta
festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la
memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo
de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la
visión eterna de la divina Majestad (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la solemnidad (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Ap 7, 2-4.
9-14. Vi una
muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas,
pueblos y lenguas.
- Sal 23. R. Esta es la generación que busca
tu rostro, Señor.
- 1 Jn 3,
1-3. Veremos
a Dios tal cual es.
- Mt 5, 1-12a. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Todos estamos llamados a la santidad cristiana. Esta es la plenitud de la vida cristiana y la perfección de la caridad, y se realiza en la unión íntima con Cristo y, en él, con la Santísima Trinidad. El camino de santificación del cristiano, que pasa por la cruz, tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los justos, cuando Dios sea todo en todos (CEC, Compendio, 428). Los santos, habiendo alcanzado la salvación eterna, cantan la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Al celebrar la fiesta de los santos, la Iglesia proclama el Misterio pascual cumplido en ellos, propone a los fieles sus ejemplos, los cuales atraen a todos por Cristo al Padre, y por los méritos de estos implora los beneficios divinos (cf. SC 104).
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 2 de noviembre, pág. 645.
Indulgencia: A los fieles que visiten devotamente el cementerio u oren solo mentalmente por los difuntos se les concede la indulgencia plenaria (aplicable solamente a las almas del purgatorio) en cada uno de los días del 1 al 8 de noviembre, e indulgencia parcial en los demás días del año.
En el día de la conmemoración de los fieles difuntos (o, con el consentimiento del Ordinario, en el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos), en todas las iglesias y oratorios se puede lucrar de indulgencia plenaria.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Monición de entrada
Hoy es la
solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo
único de esta festividad, la Iglesia santa, todavía peregrina en la tierra,
celebra la memoria de aquellos que nos estimulan con su ejemplo, nos ayudan con
su intercesión y mantienen nuestra esperanza de participar con ellos de su
misma vida en Cristo.
Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de todos los santos. Los ángeles se alegran de esta solemnidad y alaban a una al Hijo de Dios.
Acto penitencial
Reconocemos
nuestros pecados ante Dios y los demás, e invocamos a la Virgen María y a todos
los santos, para que intercedan por nosotros:
- Tú eres el Santo de Dios: Señor, ten
piedad.
R. Señor, ten
piedad.
- Tú nos llamas a la santidad: Cristo,
ten piedad.
R. Cristo, ten
piedad.
- Tú eres la recompensa de todos los
santos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten
piedad.
Se
dice Gloria.
Oración colecta
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios».
Oí también el número de los sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Después de esto vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con voz potente:
«¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».
Y todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios, diciendo:
«Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén».
Y uno de los ancianos me dijo:
«Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?».
Yo le respondí:
«Señor mío, tú lo sabrás».
Él me respondió:
«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero».
SALMO RESPONSORIAL (Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 [R.: cf. 6])
R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
V. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
V. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
V. Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.
R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
SEGUNDA LECTURAVeremos a Dios tal cual es
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1 Jn 3, 1-3
QUERIDOS HERMANOS:
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Aleluya Mt 11, 28
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados -dice el Señor-,y yo os aliviaré. R/.
EVANGELIOAlegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 5, 1-12a)
EN AQUEL TIEMPO, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo»
Palabra del Señor.
Queridos hermanos y
hermanas, ¡buenos días!
En esta solemne
fiesta de Todos los Santos, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre la gran
esperanza, la gran esperanza que se funda en la Resurrección de Cristo: Cristo
ha resucitado y también nosotros estaremos con Él. Los santos y los beatos son
los testigos más autorizados de la esperanza cristiana, porque la han vivido
plenamente en su existencia, entre alegrías y sufrimientos, poniendo en
práctica las Bienaventuranzas que Jesús predicó y que hoy resuenan en la
liturgia (cf. Mt 5,1-12a). Las Bienaventuranzas evangélicas son, en efecto, el
camino de la santidad. Me refiero ahora a dos Bienaventuranzas, la segunda y la
tercera.
La segunda es esta:
"Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados" (v.
4). Parecen palabras contradictorias, porque el llanto no es un signo de
alegría y felicidad. Motivos de llanto y de sufrimiento son la muerte, la
enfermedad, las adversidades morales, el pecado y los errores: simplemente la
vida cotidiana, frágil, débil y marcada por las dificultades. Una vida a veces
herida y probada por la ingratitud y la incomprensión. Jesús proclama bienaventurados
a los que lloran por estas situaciones y, a pesar de todo, confían en el Señor
y se ponen a su sombra. No son indiferentes ni tampoco endurecen sus corazones
en el dolor, sino que esperan con paciencia en el consuelo de Dios. Y ese
consuelo lo experimentan ya en esta vida.
En la tercera
Bienaventuranza Jesús afirma: "Bienaventurados los mansos, porque ellos
heredarán la tierra" (v. 5). Hermanos y hermanas ¡la mansedumbre! La
mansedumbre es característica de Jesús, que dice de sí mismo: «Aprended de mí
que soy manso y humilde de corazón» (Mt 11, 29). Mansos son aquellos que tienen
dominio de sí, que dejan sitio al otro, que lo escuchan y lo respetan en su
forma de vivir, en sus necesidades y en sus demandas. No pretenden someterlo ni
menospreciarlo, no quieren sobresalir y dominarlo todo, ni imponer sus ideas e
intereses en detrimento de los demás. Estas personas, que la mentalidad mundana
no aprecia, son en cambio preciosas a los ojos de Dios, que les da en herencia
la tierra prometida, es decir, la vida eterna. También esta bienaventuranza
comienza aquí abajo y se cumplirá en el Cielo, en Cristo. La mansedumbre. En
este momento de la vida, también mundial, donde hay tanta agresividad...Y
también en la vida cotidiana, lo primero que sale de nosotros es la agresión,
la defensa. Necesitamos mansedumbre para avanzar en el camino de la santidad.
Escuchar, respetar, no agredir: mansedumbre.
Queridos hermanos y
hermanas, elegir la pureza, la mansedumbre y la misericordia; elegir confiarse
al Señor en la pobreza de espíritu y en la aflicción; esforzarse por la
justicia y la paz, todo esto significa ir a contracorriente de la mentalidad de
este mundo, de la cultura de la posesión, de la diversión sin sentido, de la
arrogancia hacia los más débiles. Los santos y los beatos han seguido este
camino evangélico. La solemnidad de hoy, que celebra a Todos los Santos, nos
recuerda la vocación personal y universal a la santidad, y nos propone los
modelos seguros de este camino, que cada uno recorre de manera única, de manera
irrepetible. Basta pensar en la inagotable variedad de dones e historias
concretas que se dan entre los santos y las santas: no son iguales, cada uno
tiene su personalidad y ha desarrollado su vida en la santidad según su propia
personalidad y cada uno de nosotros puede hacerlo, ir por ese camino.
Mansedumbre, mansedumbre por favor e iremos a la santidad.
Esta inmensa
familia de fieles discípulos de Cristo tiene una madre, la Virgen María.
Nosotros la veneramos con el título de Reina de todos los Santos, pero es sobre
todo la Madre, que enseña a cada uno a acoger y seguir a su Hijo. Que nos ayude
a alimentar el deseo de santidad recorriendo el camino de las Bienaventuranzas.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendasPadre santo, tu Hijo quiso lavar los pies a sus discípulos para darnos ejemplo;
recibe los dones que te presentamos en esta liturgia
y, al ofrecernos como víctima espiritual,
concédenos crecer en humildad y amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
recibe los dones que te presentamos en esta liturgia
y, al ofrecernos como víctima espiritual,
concédenos crecer en humildad y amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PrefacioLa gloria de la Iglesia, nuestra Madre
V/. El Señor esté con vosotros.R/. Y con tu espíritu.V/. Levantemos el corazón.R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvación,darte gracias siempre y en todo lugar,Señor Padre santo,Dios todopoderoso y eterno,por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy nos concedes celebrar la gloria de tu ciudad santa,la Jerusalén celestial, que es nuestra madre,donde eternamente te alaba la asamblea festivade todos los Santos, nuestros hermanos.
Hacia ella, aunque peregrinos en país extraño,nos encaminamos alegres, guiados por la fey gozosos por la gloria de los mejores hijos de la Iglesia;en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad.
Por eso, unidos a estos Santos y a los coros de los ángeles,te glorificamos y cantamos diciendo:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Lc 12, 37
Felices los servidores a quienes el Señor encuentra velando a su llegada. Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos.
Oración después de la comunión
ser fieles ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la caridad,
para gloria tuya y salvación de los creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«La divinidad es pureza, es liberación de las pasiones y remoción de todo mal: si todo eso está en ti, entonces Dios está realmente en ti» (San Gregorio de Nisa).
«No estamos solos; estamos rodeados por una gran nube de testigos: con ellos formamos el Cuerpo de Cristo» (Benedicto XVI).
«La sexta bienaventuranza proclama: ‘Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios’ (Mt 5,8). Los ‘corazones limpios’ designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad, la castidad o rectitud sexual, el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe. Existe un vínculo entre la pureza del corazón, del cuerpo y de la fe» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.518).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«La divinidad es pureza, es liberación de las pasiones y remoción de todo mal: si todo eso está en ti, entonces Dios está realmente en ti» (San Gregorio de Nisa).
«No estamos solos; estamos rodeados por una gran nube de testigos: con ellos formamos el Cuerpo de Cristo» (Benedicto XVI).
«La sexta bienaventuranza proclama: ‘Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios’ (Mt 5,8). Los ‘corazones limpios’ designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad, la castidad o rectitud sexual, el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe. Existe un vínculo entre la pureza del corazón, del cuerpo y de la fe» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.518).
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