10 de marzo - DOMINGO DE LA IV SEMANA DE CUARESMA (DOMINICA LAETARE - CICLO B)




  DOMINGO IV DE CUARESMA (DOMINICA LAETARE - CICLO B)
  Oficio del Domingo de la Semana IV del Salterio
 (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - Tercia   - Sexta Nona Vísperas - Completas)




PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 10 DE MARZO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo de la IV Semana de Cuaresma (a las 11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo de la IV Semana de Cuaresma (a las 12.30 h.)





NOTICIAS DE ACTUALIDAD






Portada

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EEUU El caso de tres rectoras de la Ivy League destapa la realidad
CULTURA El director de ReL es el autor de «Despierta y combate a los bárbaros que arruinan tu vida»
EUROPA Solo casos con detenciones, juicios y sanciones: hay 2 casos españoles
PERSONAJES Y deja el corazón abierto a su respuesta, añade Carolina: «Confía en Él, Él te ama»
PERSONAJES La mediática Marián Reynoso relata su experiencia de Dios: «Fue como sentirle»
VIDA Y FAMILIA Un desafío diario, una prueba de amor
EEUU Condenas de 10 años de cárcel por sentarse bloqueando clínicas abortistas
EUROPA «Ante los actos cismáticos no pude continuar», confiesa la periodista
CULTURA Se cumplen 60 años de su película «El Evangelio según San Mateo»
NUEVA EVANGELIZACIÓN Los 3 pasos para hacer comunión espiritual, si no puedes ir al sacramento
ESPAÑA Se llenó el Aula Magna de la Universidad Abat Oliba: publicamos su declaración de principios


SANTORAL DE HOY

Elogio: Conmemoración de san Macario, obispo de Jerusalén, que con sus exhortaciones logró que los Santos Lugares fueran restaurados y enriquecidos con basílicas por el emperador Constantino el Grande y por su madre, santa Elena.

Otros santos de este día:

   Santos Cayo y Alejandro, mártires   

En Apamea, junto al río Meandro, en Frigia, conmemoración de los santos Cayo y Alejandro, mártires, que durante la persecución llevada a cabo bajo los emperadores Marco Antonino y Lucio Vero fueron coronados con un glorioso martirio. († d. 171)

   San Víctor, mártir 

En Africa proconsular, san Víctor, mártir, sobre el cual, en el día de su festividad, san Agustín escribió una homilía para el pueblo. († s. inc.)

   San Simplicio, papa   

En Roma, en la basílica de San Pedro, san Simplicio, papa, el cual, mientras los bárbaros devastaban Italia y la Urbe, confortó a los afligidos y fortaleció la unidad y la fe de la Iglesia. († 483)

   San Droctoveo, abad   

En París, en Francia, san Droctoveo, abad, puesto, por san Germán de Autun, su maestro, al frente en un cenobio de monjes establecido en esa ciudad. († c. 580)

   San Attalo, abad   

En el monasterio de Bobbio, en la Liguria, san Attalo, abad, quien, cultivador de la vida cenobítica, se retiró primero al monasterio de Lérins y después al de Luxeuil, donde fue sucesor de san Columbano, brillando sobremanera por su celo y por su virtud de discernimiento. († 626)

   San Juan Ogilvie, presbítero y mártir

En Glasgow, en Escocia, san Juan Olgivie, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, desterrado en diversos países de Europa, después de estudiar teología durante muchos años fue ordenado sacerdote y volvió ocultamente a su patria, donde se entregó diligentemente al cuidado pastoral de sus conciudadanos, hasta que, encarcelado y condenado a muerte bajo el rey Jacobo VI, alcanzó en el patíbulo la gloriosa palma del martirio. († 1615)

   Beato Juan José Lataste, religioso y fundador 

En Frasne-Le-Château, Haute-Saône, beato Juan José Lataste, en el siglo Alcides Vital, religioso de la Orden de Santo Domingo, fundador de las Hermanas Dominicas de Betania. († 1869)

   Santa María Eugenia Milleret de Brou, virgen y fundadora   

En París, en Francia, santa María Eugenia (Ana) Milleret de Brou, virgen, fundadora de la Congregación de Hermanitas de la Asunción, para la educación cristiana de niñas. († 1898)

   Beato Elías del Socorro Nieves del Castillo, presbítero y mártir   

Cerca de la ciudad de Cortázar, en México, beato Elías del Socorro (Mateo Elías) Nieves del Castillo, presbítero de la Orden de San Agustín y mártir, que en el furor de la persecución contra la fe de Cristo, hecho prisionero por desempeñar ocultamente el ministerio, fue fusilado por odio al sacerdocio. († 1928)


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (morado o rosa).

MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.

MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. I (B).

- 2 Cron 36, 14-16. 19-23. La ira y la misericordia del Señor serán manifestadas en el exilio y en la liberación del pueblo.

- Sal 136. R. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.

- Ef 2, 4-10. Muertos por los pecados, estáis salvados por pura gracia.

- Jn 3, 14-21. Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él.

Dios es luz y nosotros necesitamos esta luz para comprendernos como obra suya y comprender a los demás. Es la vista espiritual de una fe gozosa que se entrega y que recuerda agradecida la misericordia de Dios que se manifiesta a través de Jesús y su palabra. Somos obra suya y estamos destinados a la vida eterna.
Jesús es la luz que ilumina las tinieblas de nuestra vida y de nuestro mundo, para que nos sintamos no juzgados ni condenados, sino salvados por su amor. Por eso Jesús tiene que ser elevado en la cruz de igual modo que una lámpara tiene que ponerse en un lugar visible.

- Este domingo se celebra el segundo escrutinio preparatorio al bautismo para los catecúmenos que en la Vigilia pascual serán admitidos a los sacramentos de la iniciación cristiana, con oraciones e intercesiones propias.

- Hoy puede utilizarse la música instrumental y se puede adornar el altar con flores.

- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. No se dice Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 11 de marzo, pág. 201.


RITOS INICIALES  

INTRODUCCIÓN

En el largo camino de la historia de salvación, el pueblo de Dios tiene duras pero saludables experiencias. El Señor permite que Israel por su infidelidad pierda su tierra y vea destruido el Templo de Jerusalén. Y más aún, tenga que experimentar el exilio. La misericordia de Dios hará que este pueblo vuelva a su tierra haciendo renacer una alegre esperanza.

También con nosotros que somos el nuevo pueblo de Dios, el Señor se muestra rico en misericordia liberándonos de la muerte del pecado y haciéndonos revivir en la gracia de Cristo Salvador, pero Él exige de nosotros una respuesta de amor, llena de buenas obras que adquieren un valor eterno en nuestra comunión con Él. El Señor Jesús le había mostrado a Nicodemo la necesidad del bautismo que es el nuevo nacimiento del agua y del espíritu, y de esa manera se puede experimentar los efectos de la Redención. Solamente en Cristo en cuyo nombre somos bautizados, es posible encontrar la salvación. Unidos a la muerte del Señor morimos al pecado y unidos a su gloria conseguimos la vida eterna. El pueblo elegido había sido castigado por sus pecados con una invasión de serpientes venenosas. Se salvaban mirando con fe y arrepentimiento una serpiente de bronce que Dios había hecho erigir a Moisés. El Señor no se alegra por la muerte de los vivientes, somos nosotros los que elegimos libremente el pecado. Estamos invitados a levantar nuestras cabezas y encontrar en el crucificado el perdón por nuestros pecados. Mirando a Cristo en la cruz con arrepentimiento, con fe, obtendremos la salvación que anhelamos. De esa Cruz pende la salvación del mundo.


En esta misa se puede usar color morado o rosa, se admite el uso de instrumentos musicales y se puede adornar con flores el altar.

Este domingo se celebra el segundo escrutinio preparatorio al bautismo para los catecúmenos que en la Vigilia pascual serán admitidos a los sacramentos de la Iniciación cristiana, con oraciones e intercesiones propias.


Antífona de entrada Cf. Is 66, 10-11 

Alégrate, Jerusalén, reuníos todos los que la amáis, regocijaos los que estuvisteis tristes para que exultéis; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos.


Oración colecta
OH, Dios, que, por tu Verbo,
realizas de modo admirable
la reconciliación del género humano,
haz que el pueblo cristiano
se apresure, con fe gozosa y entrega diligente,
a celebrar las próximas fiestas pascuales.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA  

PRIMERA LECTURA
La ira y la misericordia del Señor serán manifestadas en el exilio
y en la liberación del pueblo
Lectura del segundo libro de las Crónicas 36, 14-16. 19-23
EN AQUELLAS, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y profanando el templo del Señor, que él había consagrado en Jerusalén.
El Señor, Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió irremediablemente contra su pueblo.
Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías:
«Hasta que la tierra pague los sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta cumplirse setenta años».
En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:
«Así dice Ciro, rey de Persia:
El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo, puede volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él!».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 136, 1-2. 3. 4-5. 6 (R: 6ab)
R/. Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti.
V/. Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sion;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.
V/. Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sion». R/.
V/. ¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.
V/. Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.

SEGUNDA
Muertos por los pecados, estáis salvados por pura gracia
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10
HERMANOS:
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo —estáis salvados por pura gracia—; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir.
Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que practicásemos.
Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio Cf. Jn 3, 16
R/. Gloria a ti, Señor, Hijo de Dios vivo.
V/.Tanto amó Dios al mundo,
que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna. R/.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él
Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 14-21
EN aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».
Palabra del Señor.


DOMINGO IV SEMANA DE CUARESMA CICLO B “LAETARE” (CICLO B)
Textos riquísimos y clarificadores los de las lecturas de hoy. En la primera lectura aparece el compendio de la historia de los desvelos de Dios para con su pueblo y la conducta de obstinación y ceguera del mismo, con las consecuencias de tener que sufrir calamidades terribles.
Reflejo de la historia constante de la humanidad que se hace oídos sordos a las advertencias del Señor a través de los siglos.
Si reconociéramos hoy su voz y aceptáramos sus planes...
Se quiere quitar a Dios de en medio y sus mandamientos nos estorban, como decíamos el domingo pasado, y las consecuencias pueden ser terribles ante lo mucho que se ofende a Dios. La Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia nos advertía ya en 1975: ¡La ola de confusión... envuelve totalmente a la Iglesia mía...!
Otro aspecto importante del misterio de Cristo: Corremos la misma suerte que Él: Con el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, nos ha resucitado y nos ha sentado en el cielo con Él. Si voluntariamente nos separamos perdemos todo, pero si aceptamos lo que nos ofrece aseguramos nuestro triunfo con Él.
Entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él. Mandó su Hijo al mundo... para que el mundo se salve por Él
La fuerza redentora de Cristo está siempre a nuestra disposición y nos brinda constantemente su misericordia.
Después de explicar ampliamente el abrazo del Padre a su Hijo que se presenta con todos nuestros pecados, termina la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia con estas palabras:
Y Cristo, mediante su muerte y resurrección, por este abrazo, en el ejercicio de la plenitud de su Sacerdocio; a todos los que, acogiéndonos a su Sangre santísima, nos aprovechemos de ella brotando a raudales por el taladro de sus cinco llagas y de su costado abierto, por el cual se abrieron y fluyen los infinitos y eternos afluentes de los Manantiales de agua viva que salta hasta la vida eterna; nos lleva al gozo de la participación de la misma vida de Dios en luz de Eternidad, llenando el fin para el cual hemos sido creados, y restaurados por el mismo Cristo.
Pero aclarando:
Aunque con el rechazo consecuente del «no» de esta misma humanidad, si no se acogía a la Sangre redentora del Hijo de Dios Encarnado.
(Opúsculo nº 11 del libro Luz en la noche. El misterio de la fe dado en sabiduría amorosa)

Se dice Credo.

Oración Universal

Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente:

- Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.

- Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.

- Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.

- Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.

Dios bueno y fiel,
que nunca dejas de llamar a los que se extravían
para que se conviertan y vuelvan a ti
y, en tu Hijo elevado sobre la cruz, nos curas de las heridas del Maligno,
escucha nuestras oraciones y concédenos tu gracia,
para que, renovados en el Espíritu,
podamos corresponder a los dones de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
SEÑOR, al ofrecerte alegres
los dones de la eterna salvación,
te rogamos nos ayudes
a celebrarlos con fe verdadera
y a saber ofrecértelos de modo adecuado
por la salvación del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de cuaresma
Significación espiritual de la cuaresma
Cuando no se lee el Evangelio del ciego de nacimiento, se utiliza el prefacio I o II de Cuaresma.
39. Este prefacio se dice en el tiempo de Cuaresma, sobre todo en los domingos, cuando no corresponda decir un prefacio que sea más indicado.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno
por Cristo, Señor nuestro.
Por él concedes a tus hijos
anhelar, años tras año,
con el gozo de habernos purificado,
la solemnidad de la Pascua,
para que, dedicados con mayor entrega
a la alabanza divina y al amor fraterno,
por la celebración de los misterios que nos dieron nuestra vida,
lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coro celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión

Cuando se lee el Evangelio del ciego de nacimiento: Cf. Jn 9, 11. 38
El Señor untó mis ojos: fui, me lavé, vi y creí en Dios.

Cuando se lee el Evangelio del hijo pródigo: Cf. Lc 15, 32
Deberías alegrarse, hijo, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado.

Cuando se lee otro Evangelio: Cf. Sal 121, 3-4

Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, a celebrar tu nombre, Señor.


Oración después de la comunión
OH, Dios,
luz que alumbras a todo hombre
que viene a este mundo,
ilumina nuestros corazones con la claridad de tu gracia,
para que seamos capaces
de pensar siempre, y de amar con sinceridad,
lo que es digno y grato a tu grandeza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Oración sobre el pueblo
DEFIENDE, Señor, a los que te suplican,
fortalece a los débiles,
vivifica siempre con tu luz a los que caminan
en sombras de muerte,
y, libres de todo mal por tu compasión,
concédeles llegar a los bienes definitivos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Según las palabras dirigidas a Nicodemo, Dios da su Hijo al “mundo” para librar al hombre del mal, que lleva en sí la definitiva y absoluta perspectiva del sufrimiento. Esta liberación debe ser realizada por el Hijo unigénito mediante su propio sufrimiento. Y en ello se manifiesta el amor infinito: el amor salvífico» (San Juan Pablo II).

«Sintamos dentro de nosotros que Dios nos ama de verdad. Ésta es la expresión más sencilla que resume todo el Evangelio: Dios nos ama con amor gratuito y sin medida» (Francisco).

«El amor de Dios a Israel es comparado al amor de un padre a su hijo (Os 11,1). Este amor es más fuerte que el amor de una madre a sus hijos. Dios ama a su Pueblo más que un esposo a su amada (Is 62,4-5); este amor vencerá incluso las peores infidelidades; llegará hasta el don más precioso: ‘Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único’ (Jn 3,16)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 219).




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