PARROQUIA DEL CARMEN:
- Día sin Misa por motivo de la Procesión de la Hdad. de la Lanzada.
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- A las 09.30: Desayuno de Hermandad (Hermandades del Martes Santo).
- A las 12.30: Visita del Sr. Obispo.
- A las 13.00: Santa Misa de salida.
- A las 17.35: Salida procesional para estación de penitencia, (recogida sobre las 2.30 del día 5).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Portada
CULTURA ReL
te regala el relato de la mística: así fueron los primeros pasos de Jesús con
la cruzPOLÉMICAS «Mi
hija me odiaba como el drogadicto odia a quien le impide drogarse»: hay que ser
firmeESPAÑA Desde
2009, el antiguo santuario está regido por el Instituto del Verbo EncarnadoSantuario del Pueyo: hogar
de María, burla de la desamortización y semilla de martirio y reconquistaCULTURA El
culto de las brujas y los druidas pasa de lo folklórico a lo esotéricoWicca, Belisama o
Halloween, un auge neopagano muy sistémico: ecologismo, feminismo, Madre
Tierra...PERSONAJES Jean-Marie
venció su adicción confiando en Dios y con la confesiónPOLÉMICAS NEOS
presenta su documento «Desenmascarando la Agenda 2030»CULTURA Todo
lo que debes saber sobre la celebración que abre la Semana SantaCULTURA Autor
de «Confusión y verdad», fue pareja del poeta Dunstan ThompsonEl amor homosexual del
escritor católico Philip Trower pasó a ser amistad casta al convertirse ambosPOLÉMICAS La
periodista Jennifer Bilek sigue la pista del dinero en el mundo trans y sus
ricas familiasNUEVA
EVANGELIZACIÓN ¿Cuánta limosna hay que dar? ¿Es lo mismo pobreza,
miseria y cutrez? ¿Cómo aplicar esta virtud?NUEVA
EVANGELIZACIÓN Van Son propone charlar: «La gente es más abierta a
escuchar tu historia que a hablar con teólogos»PERSONAJES Una
familia rota por el divorcio, ocio nocturno, drogas, Nueva Era... Dios le
recondujo
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Roma, en la vía Labicana,
san Cástulo, mártir.Patronazgos: patrono de los pastores;
contra el riesgo de rayos, agua o incendios en el campo, contra el robo de
caballos y la erisipela.Refieren a este santo: San Sebastián.
Santos Manuel,
Sabino, Codrato y Teodosio, mártires
En
Anatolia, santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires. († s. inc.)
Santos Montano
y Máxima, mártires
En la
región de Sirmia, en Panonia, santos mártires Montano, presbítero, y Máxima, su
esposa, que por confesar ambos su fe en Cristo Señor, fueron precipitados al
mar por unos infieles. († c. 304)
San Eutiquio,
subdiácono mártir
Conmemoración
de la pasión de san Eutiquio, subdiácono alejandrino, que en tiempo del
emperador Constancio, y bajo el obispo arriano Jorge, murió por la fe católica.
(† 356)
San Pedro de
Sebaste, obispo
En
Sebaste, en Armenia, san Pedro, obispo, hermano menor de san Basilio Magno, fue
un eximio defensor de la fe ortodoxa ante los arrianos. († c. 391)
San Bercario,
abad
En
Montier-en-Der, en la región de la Champaña, san Bercario, primero abad de
Hautvillers y después de Der, que, violentamente apuñalado el día de Jueves
Santo por un monje al que había reprendido, pasó al cielo el día de la
Resurrección. († 685)
Santos Baroncio
y Desiderio, eremitas
En el
Monte Albano, en la Toscana, santos Baroncio y Desiderio, ermitaños. († s. VII)
San Liudgero de
Münster, abad y obispo
En el
monasterio de Werden, en Sajonia, tránsito de san Liudgero, obispo, que fue
discípulo de Alcuino. Predicó el Evangelio en Frisia, Dinamarca y Sajonia,
estableció la sede de Münster y fundó varios monasterios, que se convirtieron
en centros para la propagación de la fe. († 809)
Beata Magdalena
Catalina Morano, virgen
En
Catania, de Sicilia, en Italia, beata Magdalena Catalina Morano, virgen del
Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que se dedicó a impartir catequesis y
recorrió sin cesar toda esta región. († 1908)
Santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires
En
Anatolia, santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires. († s. inc.)
Santos Montano
y Máxima, mártires
En la
región de Sirmia, en Panonia, santos mártires Montano, presbítero, y Máxima, su
esposa, que por confesar ambos su fe en Cristo Señor, fueron precipitados al
mar por unos infieles. († c. 304)
San Eutiquio,
subdiácono mártir
Conmemoración
de la pasión de san Eutiquio, subdiácono alejandrino, que en tiempo del
emperador Constancio, y bajo el obispo arriano Jorge, murió por la fe católica.
(† 356)
San Pedro de
Sebaste, obispo
En
Sebaste, en Armenia, san Pedro, obispo, hermano menor de san Basilio Magno, fue
un eximio defensor de la fe ortodoxa ante los arrianos. († c. 391)
San Bercario,
abad
En
Montier-en-Der, en la región de la Champaña, san Bercario, primero abad de
Hautvillers y después de Der, que, violentamente apuñalado el día de Jueves
Santo por un monje al que había reprendido, pasó al cielo el día de la
Resurrección. († 685)
Santos Baroncio
y Desiderio, eremitas
En el
Monte Albano, en la Toscana, santos Baroncio y Desiderio, ermitaños. († s. VII)
San Liudgero de
Münster, abad y obispo
En el
monasterio de Werden, en Sajonia, tránsito de san Liudgero, obispo, que fue
discípulo de Alcuino. Predicó el Evangelio en Frisia, Dinamarca y Sajonia,
estableció la sede de Münster y fundó varios monasterios, que se convirtieron
en centros para la propagación de la fe. († 809)
Beata Magdalena
Catalina Morano, virgen
En Catania, de Sicilia, en Italia, beata Magdalena Catalina Morano, virgen del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que se dedicó a impartir catequesis y recorrió sin cesar toda esta región. († 1908)
LITURGIA DE HOY
LITURGIA DE HOY
Introducción al Triduo pascual
140. Todos los años en el «sacratísimo triduo del Crucificado, del Sepultado y del Resucitado», o Triduo pascual, que se celebra desde la misa vespertina del Jueves en la cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, «en íntima comunión con Cristo su Esposo», los grandes misterios de la redención humana.
Otras observaciones
- Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según la antigua tradición, la Iglesia ayuna «porque el Esposo le ha sido arrebatado». El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu abierto a la alegría del Domingo de Resurrección (cf. PCFP, n. 39).
- Las celebraciones de la primera parte del Triduo (misa vespertina del Jueves Santo y celebraciones del Viernes y Sábado Santos durante el día) son intensamente sobrias; en cambio la Noche Santa de la Resurrección es una fiesta rebosante de alegría. El paso de la tristeza al gozo se expresa en la misma Vigilia pascual, celebración del tránsito de Cristo, de su muerte a su resurrección. Que se haga este paso en la liturgia es fundamental, para captar la realidad salvífica que se conmemora. La culminación del Triduo pascual es la Vigilia pascual, en la que hacemos memoria sacramental de la resurrección del Señor.
- Para la celebración adecuada del Triduo pascual se requiere un número conveniente de ministros y colaboradores, que han de ser instruidos cuidadosamente acerca de lo que han de hacer (PCFP, n. 41).
- No se celebren los oficios del Triduo pascual en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y cantores, y procúrese que los fieles se reúnan para participar en una iglesia más importante (PCFP, n. 43).
- Los pastores no dejen de explicar a los fieles, en el mejor modo posible, el significado y la estructura de las celebraciones, preparándoles a una participación activa y fructuosa (PCFP, n. 41).
- Tiene una importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa, y especialmente durante el Triduo pascual, el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y, también, porque los textos adquieren toda su fuerza precisamente cuando son cantados (cf. PCFP, n. 42).
- En la celebración del matrimonio se advertirá a los esposos que tengan en cuenta la naturaleza peculiar de este tiempo litúrgico. En ningún caso se celebrará el matrimonio el Viernes Santo ni el Sábado Santo (cf. Ritual del matrimonio, n. 32).
- La práctica de organizar en una misma comunidad parroquial dos vigilias pascuales, una abreviada y otra muy desarrollada, es incorrecta, como contraria a los más elementales principios de la celebración pascual, que requieren una única asamblea, signo de la única Iglesia que se renueva en la celebración de los Misterios pascuales. Hay que favorecer el hecho de que los grupos particulares tomen parte en la celebración común de la Vigilia pascual, de suerte que todos los fieles, formando una única asamblea, puedan experimentar más profundamente el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial.
Misa de feria (morado).
MISAL:
ants. y oracs. props., Pf. II de la Pasión del Señor.
LECC.:
vol. II.
- Is 49, 1-6. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
- Sal
70. R. Mi boca contará tu salvación, Señor.
- Jn 13, 21-33. 36-38. Uno de vosotros me va a entregar… No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.
- Hoy
no se permiten otras celebraciones, excepto la misa exequial.
Liturgia
de las Horas: oficio de feria.
Martirologio:
elogs. del 27 de marzo, pág. 225.
CALENDARIOS: Canarias: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Cristóbal Déniz Hernández, obispo auxiliar (2022).
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Cf. Sal 26, 12
Todo como en el Ordinario de la Misa. Para la tercera fórmula pueden usarse las invocaciones que se proponen a continuación.
Recordando la pasión de Cristo, pedimos perdón por nuestros pecados:
- Señor Jesús, traicionado por Judas y prendido en Getsemaní. Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Jesús, humillado, deshonrado y condenado a muerte. Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Jesús, conducido al Calvario y clavado en la cruz. Señor, ten piedad.
Oración colecta
LITURGIA DE LA PALABRA
El Señor me llamó desde el vientre materno,
de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada afilada,
me escondió en la sombra de su mano;
me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba
y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel,
por medio de ti me glorificaré».
Y yo pensaba: «En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas».
En realidad el Señor defendía mi causa,
mi recompensa la custodiaba Dios.
Y ahora dice el Señor,
el que me formó desde el vientre como siervo suyo,
para que le devolviese a Jacob,
para que le reuniera a Israel;
he sido glorificado a los ojos de Dios.
Y mi Dios era mi fuerza:
«Es poco que seas mi siervo
para restablecer las tribus de Jacob
y traer de vuelta a los supervivientes de Israel.
Te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 70. 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 [R.: cf. 15ab])
✠
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 21-33. 36-38
Palabra del Señor.
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
Pedro entiende que Jesús habla de su muerte inminente e intenta subrayar su fidelidad radical hasta la muerte con su pregunta: «Por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti» (Jn 13, 37). De hecho, después, en el Monte de los Olivos, decidido a poner en práctica su propósito, se comprometerá desenvainando la espada. Pero tiene que aprender que el martirio tampoco es un acto heroico, sino un don gratuito de la disponibilidad para sufrir por Jesús. Tiene que olvidarse de la heroicidad de sus propias acciones y aprender la humildad del discípulo. Su voluntad de llegar a las manos en la reyerta, su heroísmo, termina en su renegar de Jesús. Para lograr un puesto cercano al fuego en el patio del palacio del sumo sacerdote, y obtener posiblemente información de las últimas novedades sobre lo que ocurría con Jesús, dice que no lo conoce. Su heroísmo se ha derrumbado en una mezquina forma de táctica. Tiene que aprender a esperar su hora; tiene que aprender la espera, la perseverancia. Tiene que aprender el camino del seguimiento, para ser llevado después, a su hora, donde él no quiere (cf. Jn 21, 18), y recibir la gracia del martirio.
LITURGIA EUCARÍSTICA
las ofrendas de esta familia tuya
a la que haces partícipe de tus dones santos,
y concédele llegar a poseerlos plenamente.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
44.
Este prefacio se dice el lunes, martes y miércoles de la Semana Santa.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
de su pasión salvadora
y de su resurrección gloriosa;
en ellos celebramos su triunfo
sobre el poder de nuestro enemigo
y renovamos el misterio de nuestra redención.
los ángeles te cantan con júbilo eterno
y nosotros nos unimos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
invocamos, Señor, tu misericordia,
para que este sacramento,
con el que quisiste que fuésemos alimentados en nuestra vida temporal,
nos haga participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo
limpie al pueblo fiel
del engaño del viejo pecado
y le haga capaz de la novedad de una vida santa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Para mí es mejor morir en Jesucristo que ser rey de los términos de la tierra. Quiero a Aquel que murió por nosotros; quiero a Aquel que resucitó por nosotros… Permitidme ser imitador de la pasión de mi Dios» (San Ignacio de Antioquía).
«El Cenáculo nos recuerda la comunión, la fraternidad, la armonía, la paz entre nosotros. ¡Cuánto amor, cuánto bien ha brotado del Cenáculo! ¡Cuánta caridad ha salido de allí! Todos los santos han bebido de aquí» (Francisco).
«En la Pasión, la misericordia de Cristo vence al pecado. En ella, es donde éste manifiesta mejor su violencia y su multiplicidad: incredulidad, rechazo y burlas (…). Sin embargo, en la hora misma de las tinieblas y del príncipe de este mundo, el sacrificio de Cristo se convierte secretamente en la fuente de la que brotará inagotable el perdón de nuestros pecados» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.851).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Para mí es mejor morir en Jesucristo que ser rey de los términos de la tierra. Quiero a Aquel que murió por nosotros; quiero a Aquel que resucitó por nosotros… Permitidme ser imitador de la pasión de mi Dios» (San Ignacio de Antioquía).
«El Cenáculo nos recuerda la comunión, la fraternidad, la armonía, la paz entre nosotros. ¡Cuánto amor, cuánto bien ha brotado del Cenáculo! ¡Cuánta caridad ha salido de allí! Todos los santos han bebido de aquí» (Francisco).
«En la Pasión, la misericordia de Cristo vence al pecado. En ella, es donde éste manifiesta mejor su violencia y su multiplicidad: incredulidad, rechazo y burlas (…). Sin embargo, en la hora misma de las tinieblas y del príncipe de este mundo, el sacrificio de Cristo se convierte secretamente en la fuente de la que brotará inagotable el perdón de nuestros pecados» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.851).
No hay comentarios:
Publicar un comentario