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2009, el antiguo santuario está regido por el Instituto del Verbo EncarnadoSantuario del Pueyo: hogar
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culto de las brujas y los druidas pasa de lo folklórico a lo esotéricoWicca, Belisama o
Halloween, un auge neopagano muy sistémico: ecologismo, feminismo, Madre
Tierra...PERSONAJES Jean-Marie
venció su adicción confiando en Dios y con la confesiónPOLÉMICAS NEOS
presenta su documento «Desenmascarando la Agenda 2030»CULTURA Todo
lo que debes saber sobre la celebración que abre la Semana SantaCULTURA Autor
de «Confusión y verdad», fue pareja del poeta Dunstan ThompsonEl amor homosexual del
escritor católico Philip Trower pasó a ser amistad casta al convertirse ambosPOLÉMICAS La
periodista Jennifer Bilek sigue la pista del dinero en el mundo trans y sus
ricas familiasNUEVA
EVANGELIZACIÓN ¿Cuánta limosna hay que dar? ¿Es lo mismo pobreza,
miseria y cutrez? ¿Cómo aplicar esta virtud?NUEVA
EVANGELIZACIÓN Van Son propone charlar: «La gente es más abierta a
escuchar tu historia que a hablar con teólogos»PERSONAJES Una
familia rota por el divorcio, ocio nocturno, drogas, Nueva Era... Dios le
recondujoPERSONAJES Poseído
tras una vida de adicción, new age, concupiscencia y brujería, la fe esperaba
para acogerleCULTURA La
campaña de Edward Bernays triplicó las ventas y creó el icono de la
«emancipación»
SANTORAL DE HOY
La Anunciación o Encarnación del Señor, solemnidad
Elogio: solemnidad de la Anunciación del Señor. Cuando en la ciudad de Nazaret el ángel del Señor anunció a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo», María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que desde antes de los siglos era el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, por obra del Espíritu Santo se encarnó en María, la Virgen, y se hizo hombre.
Refieren a este santo: Natividad de la bienaventurada Virgen María.
San Dimas, santo del NT
Conmemoración del santo ladrón, que en la cruz reconoció a Cristo, y de Él mereció oír: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». († s. I)
San Dula, mártir
En Nicomedia, san Dula, mártir. († s. inc.)
San Quirino de la Vía Portuense, mártir
En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir. († s. inc.)
Santa Matrona, mártir
En Tesalónica, de Macedonia, santa Matrona, mártir, que, siendo esclava de cierta judía, mientras daba culto secretamente a Cristo, fue descubierta por su señora y castigada con muchos suplicios. Finalmente, condenada a muerte, confesando su fe en Cristo, entregó a Dios su espíritu incorrupto. († s. inc.)
San Mona de Milán, obispo
En Milán, en la región transpadana, san Mona, obispo. († c. 300)
San Hermelando, abad
En la isla de Antrum (hoy Aindre), cerca de Nantes, san Hermelando, quien, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar. († c. 720)
San Nicodemo, eremita
En Mammola, cerca de Gerace, en Calabria, san Nicodemo, eremita, que fue maestro de vida monástica, célebre por su austeridad y por sus virtudes. († 990)
San Procopio, abad
En Sázava, en Bohemia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica, y después fundó en aquel lugar un monasterio que presidió él mismo, donde celebraba las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava. († 1053)
Beato Everardo, monje
En Schaffhausen, en Suabia, beato Everardo, que, siendo conde de Nellenburg, abrazó la vida monástica en el cenobio de Todos los Santos (Allerheiligen), construido con su esfuerzo. († 1078)
Beato Tomás de Costacciaro, eremita
Junto a Costacciaro, en la Umbría, beato Tomás, ermitaño, que durante sesenta y cinco años practicó la vida de anacoreta y enseñó a otros a vivirla. († 1337)
Santa Margarita Clitherow, mártir
En York, en Inglaterra, santa Margarita Clitherow, mártir, que, con el consentimiento de su marido, abrazó la fe católica, en la que educó también a sus hijos, y se preocupó de ocultar en su casa a sacerdotes que eran perseguidos, por cuyo motivo fue detenida varias veces durante el reinado de Isabel I. Finalmente, y tras rehusar que su causa fuese llevada ante el tribunal, para que los ánimos de los consejeros del juez no cargasen con la responsabilidad de su sentencia de muerte, por su fe en Cristo fue asfixiada bajo un enorme peso hasta morir. († 1586)
Beato Jacobo Bird, mártir
En Winchester, también en Inglaterra, beato Jacobo Bird, mártir, que en tiempo de la misma reina Isabel I, a los diecinueve años de edad, convertido desde poco tiempo antes al catolicismo, rechazó participar en una liturgia herética, por lo cual mereció llegar a la celebración del culto celestial. († 1592)
Santa Lucía Filippini, fundadora
En el Montefiascone, en la Toscana, santa Lucía Filippini, fundadora del Instituto de Maestras Pías, para promover la enseñanza cristiana de jóvenes y mujeres, especialmente las carentes de recursos. († 1732)
Beata María Rosa Flesch, virgen y fundadora
En Niederwenigern, Alemania, beata María Rosa Flesch, virgen y fundadora de la Congregación de Hermanas Franciscanas de la BVM de los Ángeles. († 1906)
Beato Plácido Riccardi, monje y presbítero
En Roma, junto a San Pablo, en la vía Ostiense, beato Plácido Riccardi, presbítero de la Orden de San Benito, quien, a pesar de sentirse afectado por fiebres continuas, enfermedades y parálisis, abrazó incansablemente la observancia de la Regla y la oración. († 1915)
Beata Josafata Hordáshevska, virgen y fundadora
En la localidad de Chervonohrad, junto a Lwiw, en Ucrania, beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Esclavas de María Inmaculada, dedicándose a hacer el bien donde fuese mayor la necesidad. († 1919)
Santa Marie-Alphonsine Danil Ghattas, virgen y fundadora
En Jerusalén, Isarel, santa Marie-Alphonsine Danil Ghattas, virgen, cofundadora de las Hermanas del Santo Rosario de Jerusalén de los Latinos. († 1927)
Beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir
En la ciudad de Majdanek, cerca de Lublín, en Polonia, beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue deportado a un campo de concentración, donde, por el combate de la fe, alcanzó la vida eterna. († 1944)
Beato Ndre Zadeja, presbítero y mártir
En Shkodrë, Albania, beato Ndre Zadeja, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir. († 1945)
Beato Hilario Januszewski, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania, beato Hilario Januszewski, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir, que en tiempo de guerra, por confesar a Cristo fue deportado desde Polonia a esta cárcel, y habiéndose contagiado del tifus por asistir a los enfermos, falleció dejando un hermoso testimonio de fe y caridad. († 1945)
LITURGIA DE HOY

Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que desde antes de los siglos era el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, por obra del Espíritu Santo se encarnó en María, la Virgen, y se hizo hombre.
Conmemoración del santo ladrón, que en la cruz reconoció a Cristo, y de Él mereció oír: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». († s. I)
San Dula, mártir
En Nicomedia, san Dula, mártir. († s. inc.)
San Quirino de la Vía Portuense, mártir
En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir. († s. inc.)
Santa Matrona, mártir
En Tesalónica, de Macedonia, santa Matrona, mártir, que, siendo esclava de cierta judía, mientras daba culto secretamente a Cristo, fue descubierta por su señora y castigada con muchos suplicios. Finalmente, condenada a muerte, confesando su fe en Cristo, entregó a Dios su espíritu incorrupto. († s. inc.)
San Mona de Milán, obispo
En Milán, en la región transpadana, san Mona, obispo. († c. 300)
En la isla de Antrum (hoy Aindre), cerca de Nantes, san Hermelando, quien, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar. († c. 720)
San Nicodemo, eremita
En Mammola, cerca de Gerace, en Calabria, san Nicodemo, eremita, que fue maestro de vida monástica, célebre por su austeridad y por sus virtudes. († 990)
San Procopio, abad
En Sázava, en Bohemia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica, y después fundó en aquel lugar un monasterio que presidió él mismo, donde celebraba las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava. († 1053)
Beato Everardo, monje
En Schaffhausen, en Suabia, beato Everardo, que, siendo conde de Nellenburg, abrazó la vida monástica en el cenobio de Todos los Santos (Allerheiligen), construido con su esfuerzo. († 1078)
Junto a Costacciaro, en la Umbría, beato Tomás, ermitaño, que durante sesenta y cinco años practicó la vida de anacoreta y enseñó a otros a vivirla. († 1337)
Santa Margarita Clitherow, mártir
En York, en Inglaterra, santa Margarita Clitherow, mártir, que, con el consentimiento de su marido, abrazó la fe católica, en la que educó también a sus hijos, y se preocupó de ocultar en su casa a sacerdotes que eran perseguidos, por cuyo motivo fue detenida varias veces durante el reinado de Isabel I. Finalmente, y tras rehusar que su causa fuese llevada ante el tribunal, para que los ánimos de los consejeros del juez no cargasen con la responsabilidad de su sentencia de muerte, por su fe en Cristo fue asfixiada bajo un enorme peso hasta morir. († 1586)
Beato Jacobo Bird, mártir
En Winchester, también en Inglaterra, beato Jacobo Bird, mártir, que en tiempo de la misma reina Isabel I, a los diecinueve años de edad, convertido desde poco tiempo antes al catolicismo, rechazó participar en una liturgia herética, por lo cual mereció llegar a la celebración del culto celestial. († 1592)
Santa Lucía Filippini, fundadora
En el Montefiascone, en la Toscana, santa Lucía Filippini, fundadora del Instituto de Maestras Pías, para promover la enseñanza cristiana de jóvenes y mujeres, especialmente las carentes de recursos. († 1732)
Beata María Rosa Flesch, virgen y fundadora
En Niederwenigern, Alemania, beata María Rosa Flesch, virgen y fundadora de la Congregación de Hermanas Franciscanas de la BVM de los Ángeles. († 1906)
Beato Plácido Riccardi, monje y presbítero
En Roma, junto a San Pablo, en la vía Ostiense, beato Plácido Riccardi, presbítero de la Orden de San Benito, quien, a pesar de sentirse afectado por fiebres continuas, enfermedades y parálisis, abrazó incansablemente la observancia de la Regla y la oración. († 1915)
Beata Josafata Hordáshevska, virgen y fundadora
En la localidad de Chervonohrad, junto a Lwiw, en Ucrania, beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Esclavas de María Inmaculada, dedicándose a hacer el bien donde fuese mayor la necesidad. († 1919)
Santa Marie-Alphonsine Danil Ghattas, virgen y fundadora
En Jerusalén, Isarel, santa Marie-Alphonsine Danil Ghattas, virgen, cofundadora de las Hermanas del Santo Rosario de Jerusalén de los Latinos. († 1927)
Beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir
En la ciudad de Majdanek, cerca de Lublín, en Polonia, beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue deportado a un campo de concentración, donde, por el combate de la fe, alcanzó la vida eterna. († 1944)
Beato Ndre Zadeja, presbítero y mártir
En Shkodrë, Albania, beato Ndre Zadeja, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir. († 1945)
Beato Hilario Januszewski, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania, beato Hilario Januszewski, presbítero de la Orden de los Carmelitas Descalzos y mártir, que en tiempo de guerra, por confesar a Cristo fue deportado desde Polonia a esta cárcel, y habiéndose contagiado del tifus por asistir a los enfermos, falleció dejando un hermoso testimonio de fe y caridad. († 1945)
LITURGIA DE HOY
Introducción al Triduo pascual
140. Todos los años en el «sacratísimo triduo del Crucificado, del Sepultado y del Resucitado», o Triduo pascual, que se celebra desde la misa vespertina del Jueves en la cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, «en íntima comunión con Cristo su Esposo», los grandes misterios de la redención humana.
Otras observaciones
- Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según la antigua tradición, la Iglesia ayuna «porque el Esposo le ha sido arrebatado». El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu abierto a la alegría del Domingo de Resurrección (cf. PCFP, n. 39).
- Las celebraciones de la primera parte del Triduo (misa vespertina del Jueves Santo y celebraciones del Viernes y Sábado Santos durante el día) son intensamente sobrias; en cambio la Noche Santa de la Resurrección es una fiesta rebosante de alegría. El paso de la tristeza al gozo se expresa en la misma Vigilia pascual, celebración del tránsito de Cristo, de su muerte a su resurrección. Que se haga este paso en la liturgia es fundamental, para captar la realidad salvífica que se conmemora. La culminación del Triduo pascual es la Vigilia pascual, en la que hacemos memoria sacramental de la resurrección del Señor.
- Para la celebración adecuada del Triduo pascual se requiere un número conveniente de ministros y colaboradores, que han de ser instruidos cuidadosamente acerca de lo que han de hacer (PCFP, n. 41).
- No se celebren los oficios del Triduo pascual en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y cantores, y procúrese que los fieles se reúnan para participar en una iglesia más importante (PCFP, n. 43).
- Los pastores no dejen de explicar a los fieles, en el mejor modo posible, el significado y la estructura de las celebraciones, preparándoles a una participación activa y fructuosa (PCFP, n. 41).
- Tiene una importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa, y especialmente durante el Triduo pascual, el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y, también, porque los textos adquieren toda su fuerza precisamente cuando son cantados (cf. PCFP, n. 42).
- En la celebración del matrimonio se advertirá a los esposos que tengan en cuenta la naturaleza peculiar de este tiempo litúrgico. En ningún caso se celebrará el matrimonio el Viernes Santo ni el Sábado Santo (cf. Ritual del matrimonio, n. 32).
- La práctica de organizar en una misma comunidad parroquial dos vigilias pascuales, una abreviada y otra muy desarrollada, es incorrecta, como contraria a los más elementales principios de la celebración pascual, que requieren una única asamblea, signo de la única Iglesia que se renueva en la celebración de los Misterios pascuales. Hay que favorecer el hecho de que los grupos particulares tomen parte en la celebración común de la Vigilia pascual, de suerte que todos los fieles, formando una única asamblea, puedan experimentar más profundamente el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial.
RITOS INICIALES
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
Oración colecta
que quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad,
nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito.
El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURANo gritará, no voceará por las calles
Lectura del libro de Isaías 42, 1-7
MIRAD a mi siervo,a quien sostengo;mi elegido,en quien me complazco.He puesto mi espíritu sobre él,manifestará la justicia a las naciones.No gritará, no clamará,no voceará por las calles.La caña cascada no la quebrará,la mecha vacilante no la apagará.Manifestará la justicia con verdad.No vacilará ni se quebrará,hasta implantar la justicia en el país.En su ley esperan las islas.Esto dice el Señor, Dios,que crea y despliega los cielos,consolidó la tierra con su vegetación,da el respiro al pueblo que la habitay el aliento a quienes caminan por ella:«Yo, el Señor,te he llamado en mi justicia,te cogí de la mano, te formée hice de ti alianza de un puebloy luz de las naciones,para que abras los ojos de los ciegos,saques a los cautivos de la cárcel,de la prisión a los que habitan en tinieblas».
Palabra de Dios.Te alabamos , Señor.
Salmo responsorial Sal 26, 1bcde. 2. 3. 13-14 (R: 1b)
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. El Señor es mi luz y mi salvación,¿a quién temeré?El Señor es la defensa de mi vida,¿quién me hará temblar? R/.
V/. Cuando me asaltan los malvadospara devorar mi carne,ellos, enemigos y adversarios,tropiezan y caen. R/.
V/. Si un ejército acampa contra mí,mi corazón no tiembla;si me declaran la guerra,me siento tranquilo. R/.
V/. Espero gozar de la dicha del Señoren el país de la vida.Espera en el Señor, sé valiente,ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Versículo antes del Evangelio
R/. Gloria a ti, Cristo, Palabra de Dios.
V/. Salve, Rey nuestro,solo tú te has compadecido de nuestros errores. R/.
EVANGELIODéjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura✠
Lectura del santo Evangelio según san Juan 12, 1-11
SEIS DIAS antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.Jesús dijo:«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor.Gloria a Ti, Señor Jesús.
✠
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas
Oración sobre las ofrendas
MIRA con bondad, Señor,los sagrados misterios que estamos celebrandoy ya que en tu misericordia dispusisteque nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios,concédenos que nos ayuden a producirverdaderos frutos de vida eterna.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la pasión del SeñorLa victoria de la pasión44. Este prefacio se dice el lunes, martes y miércoles de la Semana Santa.
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvacióndarte graciassiempre y en todo lugar,Señor, Padre santo,Dios todopoderoso y eterno,por Cristo, Señor nuestro.
Porque se acercan ya los días santosde su pasión salvadoray de su resurrección gloriosa;en ellos celebramos su triunfosobre el poder de nuestro enemigoy renovamos el misterio de nuestra redención.
Por eso,los ángeles te cantan con júbilo eternoy nosotros nos unimos a sus vocescantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la comunión Cfr. Sal 101. 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
Oración después de la comunión
VISITA, Señor, a tu puebloy protege con tu constante amora quienes has santificado por estos misterios,para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu protección,los auxilios para nuestra salvación eterna.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo
DIOS y Padre nuestro,que tu protección socorra a los humildesy asista continuamente a quienes confían en tu misericordia,para que se preparen a celebrar las fiestas pascualesno sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de la comunión Cfr. Sal 101. 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
Oración después de la comunión
VISITA, Señor, a tu pueblo
Oración sobre el pueblo
DIOS y Padre nuestro,
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«¡Oh don preciosísimo de la Cruz! ¡Qué aspecto tiene más esplendoroso! No contiene, como el árbol del paraíso, el bien y el mal entremezclados. Es un árbol que engendra la vida, sin ocasionar la muerte; que ilumina sin producir sombras; que introduce en el paraíso, sin expulsar a nadie» (San Teodoro Estudita).
«El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien del otro, vence la mezquindad, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el hombre lleva a veces en su corazón» (Benedicto XVI).
«Jesús hace suyas estas palabras: ‘Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis’ (Jn 12,8). Con esto, no hace caduca la vehemencia de los oráculos antiguos: ‘comprando por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias...’ (Am 8,6), sino que nos invita a reconocer su presencia en los pobres que son sus hermanos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.449).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«¡Oh don preciosísimo de la Cruz! ¡Qué aspecto tiene más esplendoroso! No contiene, como el árbol del paraíso, el bien y el mal entremezclados. Es un árbol que engendra la vida, sin ocasionar la muerte; que ilumina sin producir sombras; que introduce en el paraíso, sin expulsar a nadie» (San Teodoro Estudita).
«El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien del otro, vence la mezquindad, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el hombre lleva a veces en su corazón» (Benedicto XVI).
«Jesús hace suyas estas palabras: ‘Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis’ (Jn 12,8). Con esto, no hace caduca la vehemencia de los oráculos antiguos: ‘comprando por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias...’ (Am 8,6), sino que nos invita a reconocer su presencia en los pobres que son sus hermanos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.449).
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