23 de marzo - SÁBADO DE LA V SEMANA DE CUARESMA, feria o SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO, obispo (conmemoración)



  SÁBADO DE LA V SEMANA DE CUARESMA, feria
  o SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO, (para la conmemoración)
  Oficio propio del Sábado de la Semana I del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - Tercia  - Sexta   Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
SÁBADO, 23 DE ABRIL

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía I Vísperas del Domingo de Ramos, en la Parroquia (a las 19.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Rezo del Santo Rosario (19.30 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo de Ramos, en la Parroquia (a las 20.00 h.).






NOTICIAS DE ACTUALIDAD


HORARIOS Y CELEBRACIONES
- SEMANA SANTA 2024 -






Portada

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8 sugerencias para reevangelizar a familiares y amigos «no practicantes»: «Dios les convencerá»
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ESPAÑA Guerra, selva... pero Juan Berchmans querría avivar a los que creen estar bien y cómodos
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ESPAÑA 1.200 kilómetros, España despoblada, discapacitados... y un vídeo de 150 segundos
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EUROPA Vive en el centro de Francia y cada semana visita algunos de los 27 pueblos de su parroquia
Gilles, «el cura de la autocaravana»: en su «bestia» por los pueblos, acompañando a los fieles
PERSONAJES Joseph Lebèze quería suicidarse pero un joven enfermo «le llevó a conocer a un Padre»
Con 8 años vio cómo su padre mataba a su madre: vivió en la calle, se bautizó, perdonó, es sacerdote
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¿Hay pocos voluntarios, como decía Magán? ¿O hay más que nunca? Ambas cosas son ciertas
VIDA Y FAMILIA Estaba desesperada en la crisis de Venezuela, pero sus hijos hoy la llenan de alegría
Intentó abortar varias veces, luego se arrepintió: Jefraly, madre soltera, habla a favor de la vida
PERSONAJES Dos testimonios asombrosos de cómo el amor de Cristo llena los corazones dañados
Alejados de Dios y muy heridos en la vida gay: uno cambió en la confesión, otro en la adoración


SANTORAL DE HOY

Elogio: Santo Toribio de Mogrovejo, obispo de Lima, en Perú. Laico de origen español y licenciado en leyes, fue elegido para esta sede y se dirigió a América, donde, inflamado en celo apostólico, visitó a pie varias veces la extensa diócesis, proveyó a la grey a él encomendada, fustigó en sínodos los abusos y los escándalos en el clero, defendió con valentía a la Iglesia y catequizó y convirtió a los pueblos nativos, hasta que finalmente, en la población de Saña, descansó en el Señor.

Patronazgos: patrono de Perú, de Lima y del episcopado latinoamericano.

Refieren a este santo: San Francisco Solano, Santa Rosa de Lima.


   San Fingar, mártir   

En Cornualles, san Fingar o Guignero, mártir. († c. 460)

   Santos Victoriano y compañeros, mártires   

Conmemoración de los santos mártires Victoriano, procónsul de Cartago, de dos hermanos de la ciudad de Aguas Regias, hoy Henchir-Baboucha, así como de dos mercaderes, ambos de nombre Frumencio, que, en la persecución desencadenada por los vándalos, bajo el rey arriano Hunerico, padecieron atroces suplicios por su constancia en confesar la fe cristiana, consiguiendo así la gloriosa corona. († 484)

   San Gualterio, abad

En Pontoise, cerca de París, en Francia, san Gualterio, primer abad del monasterio del lugar, que, renunciando a su inclinación por la soledad, con su ejemplo enseñó a los monjes la disciplina de la Regla y fustigó en el clero las costumbres simoníacas. († c. 1095)

   San Otón, eremita   

En Ariano Irpinio, en la Campania, san Otón, ermitaño. († c. 1120)

   Beato Pedro de Gubbio, presbítero   

En Gubbio, de la Umbría, beato Pedro, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín. († c. 1287)

   Beato Edmundo Sykes, presbítero y mártir   

En York, en Inglaterra, beato Edmundo Sykes, presbítero y mártir, que durante el reinado de Isabel I fue desterrado por ser sacerdote, y habiendo regresado a Inglaterra de nuevo, fue apresado y ajusticiado. († 1587)

   Beato Pedro Higgins, presbítero y mártir   

En la localidad de Naas, cerca de Dublín, en Irlanda, beato Pedro Higgins, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que en tiempo del rey Carlos I fue ahorcado sin juicio previo por guardar fidelidad a la Iglesia Romana. († 1642)

   San José Oriol, presbítero  

En Barcelona, en España, san José Oriol, presbítero, que con su mortificación corporal, su cultivo de la pobreza y su continua oración mantuvo una constante unión con Dios, que le enriqueció con dones celestiales. († 1702)

   Beata Anunciata Cocchetti, virgen   

En el pueblo de Cemmo, en la región de Lombardía, en Italia, beata Anunciata Cocchetti, virgen, que con fortaleza y humildad dirigió el Instituto de Hermanas de Santa Dorotea, recién fundado. († 1882)

   Santa Rebeca de Himlaya ar-Rayyas, virgen   

Cerca de ad-Dahr, santa Rebeca de Himlaya ar-Rayyas, virgen de la Orden de las Hermanas Libanesas de San Antonio de los Maronitas, que, ciega durante treinta años, y después con parálisis de todos los miembros, permaneció continuamente en oración, fija sólo en Dios. († 1914)

   Beato Metodio Domingo Trcka, presbítero y mártir   

En Leopoldov, en Eslovaquia, beato Metodio Domingo Trcka, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor y mártir, que en tiempo de persecución por causa de la fe, con su glorioso martirio cambió su peregrinar terreno en vida eterna. († 1959)

   Beato Álvaro del Portillo Díez de Sollano, obispo   

En Roma, beato Álvaro del Portillo Díez de Sollano, obispo, prelado de la Opus Dei, primer sucesor del santo fundador en esa dignidad. († 1994)


LITURGIA DE HOY

Día 34º de Cuaresma:
Subir con Jesús a Jerusalén para reunir a todos los hombres


DIRECTORIO SOBRE
LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

La Semana Santa

138. "Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén".

Es muy intensa la participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa. Algunos muestran todavía señales de su origen en el ámbito de la piedad popular. Sin embargo ha sucedido que, a lo largo de los siglos, se ha producido en los ritos de la Semana Santa una especie de paralelismo celebrativo, por lo cual se dan prácticamente dos ciclos con planteamiento diverso: uno rigurosamente litúrgico, otro caracterizado por ejercicios de piedad específicos, sobre todo las procesiones.

Esta diferencia se debería reconducir a una correcta armonización entre las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad. En relación con la Semana Santa, el amor y el cuidado de las manifestaciones de piedad tradicionalmente estimadas por el pueblo debe llevar necesariamente a valorar las acciones litúrgicas, sostenidas ciertamente por los actos de piedad popular.

Domingo de Ramos

Las palmas y los ramos de olivo o de otros árboles

139. "La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos "de la Pasión del Señor", que comprende a la vez el triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión".

La procesión que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén tiene un carácter festivo y popular. A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión.

Sin embargo es preciso instruir a los fieles sobre el significado de la celebración, para que entiendan su sentido. Será oportuno, por ejemplo, insistir en que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de olivo; que estos no se conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cual podría ser una forma de superstición.

La palma y el ramo de olivo se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo, rey mesiánico, y en su victoria pascual.

Introducción al Triduo pascual

140. Todos los años en el «sacratísimo triduo del Crucificado, del Sepultado y del Resucitado», o Triduo pascual, que se celebra desde la misa vespertina del Jueves en la cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, «en íntima comunión con Cristo su Esposo», los grandes misterios de la redención humana.


Otras observaciones

- Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según la antigua tradición, la Iglesia ayuna «porque el Esposo le ha sido arrebatado». El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pue- da llegar con espíritu abierto a la alegría del Domingo de Resurrección (cf. PCFP, n. 39).

- Las celebraciones de la primera parte del Triduo (misa vespertina del Jueves Santo y celebraciones del Viernes y Sábado Santos durante el día) son intensamente sobrias; en cambio la Noche Santa de la Resurrección es una fiesta rebosante de alegría. El paso de la tristeza al gozo se expresa en la misma Vigilia pascual, celebración del tránsito de Cristo, de su muerte a su resurrección. Que se haga este paso en la liturgia es fundamental, para captar la realidad salvífica que se conmemora. La culminación del Triduo pascual es la Vigilia pascual, en la que hacemos memoria sacramental de la resurrección del Señor.

- Para la celebración adecuada del Triduo pascual se requiere un número conveniente de ministros y colaboradores, que han de ser instruidos cuidadosamente acerca de lo que han de hacer (PCFP, n. 41).

- No se celebren los oficios del Triduo pascual en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y cantores, y procúrese que los fieles se reúnan para participar en una iglesia más importante (PCFP, n. 43).

- Los pastores no dejen de explicar a los fieles, en el mejor modo posible, el significado y la estructura de las celebraciones, preparándoles a una participación activa y fructuosa (PCFP, n. 41).

- Tiene una importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa, y especialmente durante el Triduo pascual, el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y, también, porque los textos adquieren toda su fuerza precisamente cuando son cantados (cf. PCFP, n. 42).

- En la celebración del matrimonio se advertirá a los esposos que tengan en cuenta la naturaleza peculiar de este tiempo litúrgico. En ningún caso se celebrará el matrimonio el Viernes Santo ni el Sábado Santo (cf. Ritual del matrimonio, n. 32).

- La práctica de organizar en una misma comunidad parroquial dos vigilias pascuales, una abreviada y otra muy desarrollada, es incorrecta, como contraria a los más elementales principios de la celebración pascual, que requieren una única asamblea, signo de la única Iglesia que se renueva en la celebración de los Misterios pascuales. Hay que favorecer el hecho de que los grupos particulares tomen parte en la celebración común de la Vigilia pascual, de suerte que todos los fieles, formando una única asamblea, puedan experimentar más profundamente el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial.


(Hasta la Hora Nona)

Misa de sábado (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II.
- Ez 37, 21-28. Los haré una sola nación.
- Salmo: Jer 31, 10-13. R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
- Jn 11, 45-57. Para reunir a los hijos de Dios dispersos.

Liturgia de las Horas: oficio de sábado. Se puede hacer conmemoración del santo.

Martirologio: elog. prop. del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, pág. 44, y elogs. del 24 de marzo, pág. 220.

CALENDARIOS: Salamanca: Santo Toribio de Mogrovejo, obispo (conm.).

Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa: San José Oriol, presbítero (conm.).

Tortosa: Aniversario de la muerte de Mons. Manuel Moll Salord, obispo (1972).


RITOS INICIALES


Antífona de entrada Sal 17, 5. 6. 7

Me cercaban olas mortales, me envolvían las redes del abismo; en el peligro invoqué al Señor, desde su templo él escuchó mi voz.


Oración colecta

TE pedimos, Señor,
que tu acción misericordiosa
mueva nuestros corazones,
ya que sin tu ayuda
no podemos complacerte.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA  

PRIMERA LECTURA
Los haré una solo nación
Lectura de la profecía de Ezequiel 37, 21-28
ESTO DICE el Señor Dios:
«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los haré una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.
No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitaban y en los cuales pecaron. Los purificaré;
ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sus padres: allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.
Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».
Palabra de Dios. 

 

SALMO RESPONSORIAL (Jr 31, 10. 11-12ab. 13 [R.: cf. 10d])
V. Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
V. Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
V. Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas.
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
 
Versículo antes del Evangelio Cf. Ez 18, 31
Apartad de vosotros todos vuestros delitos —dice el Señor—,
renovad vuestro corazón y vuestro espíritu.
 
EVANGELIO
Para reunir a los hijos de Dios dispersos

Lectura del santo Evangelio según san Juan 11, 45-57
EN AQUEL TIEMPO, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».
Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».
Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:
«¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?».
Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.
Palabra del Señor.

Audio y comentario del Evangelio de hoy


Papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret 2

A las palabras de Caifás, que equivalían prácticamente a una condena a muerte, Juan ha añadido un comentario en la perspectiva de fe de los discípulos. Primero subraya –como ya hemos observado– que las palabras sobre el morir por el pueblo habían tenido su origen en una inspiración profética, y prosigue: «Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos» (Jn 11, 52). Efectivamente, esto se corresponde ante todo con el modo de hablar judío. Expresa la esperanza de que en el tiempo del Mesías los israelitas dispersos por el mundo serían reunidos en su propio país (cf. Barrett, p. 403).

Pero en labios del evangelista estas palabras adquieren un nuevo significado. El reencuentro ya no se orienta a un país geográficamente determinado, sino a la unificación de los hijos de Dios; aquí resuena ya la palabra clave de la oración sacerdotal de Jesús. La reunión mira a la unidad de todos los creyentes y, por tanto, alude a la comunidad de la Iglesia y, ciertamente, más allá de ella, a la unidad escatológica definitiva.

Los hijos de Dios dispersos no son únicamente los judíos, sino los hijos de Abraham en el sentido profundo desarrollado por Pablo: aquellos que, como Abraham, están en busca de Dios; quienes están dispuestos a escucharlo y a seguir su llamada; personas, podríamos decir, en actitud de «Adviento».

Se pone así de manifiesto la nueva comunidad de judíos y gentiles (cf. Jn 10, 16). De este modo se abre desde aquí un nuevo acceso a las palabras de la Última Cena sobre los «muchos» por los que el Señor da la vida: se trata de la congregación de los «hijos de Dios», es decir, de todos aquellos que se dejan llamar por Él.


LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, las ofrendas de nuestro ayuno
para que nos purifiquen,
nos hagan dignos de tu gracia
y nos conduzcan a los bienes eternos prometidos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de la pasión del Señor
La fuerza de la cruz
43. Este prefacio se dice en las ferias de la quinta semana de Cuaresma y en las misas de
los misterios de la cruz y de la pasión del Señor.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque en la pasión salvadora de tu Hijo
el universo aprende a proclamar tu grandeza
y, por la fuerza de la cruz,
el mundo es juzgado como reo
y el Crucificado exaltado como juez poderoso.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría,
te aclamamos con los ángeles y los santos
diciendo:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de comunión Cf. Jn 11, 52

Cristo fue entregado para reunir a los hijos de Dios dispersos.


Oración después de la comunión

SEÑOR, pedimos humildemente a tu majestad
que, así como nos fortaleces con el alimento
del santísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo,
nos hagas participar de su naturaleza divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Oración sobre el pueblo (Se puede añadir ad libitum)

TEN piedad, Señor, de tu Iglesia suplicante
y atiende, compasivo,
los corazones que se humillan ante ti;
no permitas que los redimidos
por la muerte de tu Unigénito
se dejen seducir por el pecado,
ni sean víctimas de la adversidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Uno solo murió por todos; y éste mismo es quien ahora por todas las iglesias, en el misterio del pan y del vino, inmolado, nos alimenta; creído, nos vivifica; consagrado, santifica a los que los consagran» (San Gaudencio de Brescia).

«Para los cristianos siempre habrá persecuciones, incomprensiones. Pero hay que afrontarlas con la certeza de que Jesús es el Señor, y éste es el desafío y la cruz de nuestra fe» (Francisco).

«(…) La Biblia venera algunas grandes figuras de las “naciones”, como “Abel el justo”, el rey-sacerdote Melquisedec (…), o los justos “Noé, Daniel y Job”. De esta manera, la Escritura expresa qué altura de santidad pueden alcanzar los que viven según la alianza de Noé en la espera de que Cristo ‘reúna en uno a todos los hijos de Dios dispersos’ (Jn 11,52)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 58).


(Después de la Hora Nona:)

SEMANA SANTA
Segunda semana del Salterio

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, cuando nuestro Señor Jesucristo, como indica la profecía de Zacarías, entró en Jerusalén sentado sobre un pollino de borrica, y a su encuentro salió la multitud con ramos de olivos (elog. del Martirologio Romano).

Misa del Domingo (rojo).

MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. I (B).

Procesión:

- Mc 11, 1-10. Bendito el que viene en nombre del Señor.

o bien: Jn 12, 12-16. Bendito el que viene en nombre del Señor.

Misa:

- Is 50, 4-7. No escondí el rostro ante ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado.

- Sal 21. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

- Flp 2, 6-11. Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo.

- Mc 14, 1 — 15, 47. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

Jesús decide cómo quiere entrar en Jerusalén, como un Mesías humilde y pacífico, defensor de los pobres y desvalidos, de aquellos que no tienen «rey» que les defienda. Tal como había profetizado Zacarías. Y en las horas de la pasión se muestra como el siervo de Dios entregado y pacíficamente sufriente de Isaías. Y en la cruz se expresa como el siervo sufriente del Salmo que clama con una infinita confianza a Dios Padre que guarda silencio, a su Abba de Getsemaní. Acompañando a Jesús en su pasión, comprendemos que Dios está presente en medio de nuestros sufrimientos cuando entrevemos la esperanza de entrar con él en la Jerusalén del cielo.

- En este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su Misterio pascual. Por esta razón, en todas las misas se hace memoria de la entrada del Señor en la ciudad santa; esta memoria se hace o bien por la procesión o entrada solemne antes de la misa principal, o bien por la entrada simple antes de las restantes misas. La entrada solemne, no así la procesión, puede repetirse antes de aquellas misas que se celebran con gran asistencia de fieles. Cuando no se pueda hacer ni la procesión ni la entrada solemne, es conveniente que se haga una celebración de la palabra de Dios con relación a la entrada mesiánica y a la pasión del Señor, ya sea el sábado al atardecer, ya sea el domingo a la hora más oportuna.

- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. No se dice Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 25 de marzo, pág. 222.

Celebración penitencial: Es muy conveniente que el tiempo de la Cuaresma termine, tanto para cada uno de los fieles como para toda la comunidad cristiana, con alguna celebración penitencial que prepare a una más plena participación en el Misterio pascual (Carta circular sobre las fiestas pascuales, n. 37).



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