02 de diciembre - SÁBADO DE LA XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria o SANTA MARÍA EN SÁBADO (ML)



  SÁBADO DE LA XXXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, (MO)
  Oficio del Sábado de la Semana II del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes Tercia - 
  Sexta - Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
SÁBADO, 02 DE DICIEMBRE

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía I Vísperas del Domingo de la I Semana de Adviento (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía I Vísperas del Domingo de la I Semana de Adviento (a las 19.30 h.).





NOTICIAS DE ACTUALIDAD


Oración por Tierra Santa

Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.

Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.

Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.

Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.

Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.

Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.

Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.

Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.

Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.

 

(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)


Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias




¡¡COMIENZA EL TIEMPO DEL ADVIENTO:

TIEMPO DE GRACIA, ESPERANZA Y SALVACIÓN!!

DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

En el tiempo de Adviento

96. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:

- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;

- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "ConvertÍos, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);

- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)

97. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.

A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).

Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.

La Corona de Adviento

98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.

La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).

Las Procesiones de Adviento

99. En el tiempo de Adviento se celebran, en algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús (las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).

La Virgen María en el Adviento

101. Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.

Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".

En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.

102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de Diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.

Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).






El Cardenal Secretario de Estado, que estará hoy en Dubai para participar en la COP28, comparte con los medios vaticanos las preocupaciones y esperanzas del Papa por la crisis climática, las guerras y las divisiones que desgarran el planeta. Sobre las crisis en Oriente Medio y la guerra entre Rusia y Ucrania reitera el compromiso constante de la Santa Sede en la construcción de la paz






Portada

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SANTORAL DE HOY 
 

Elogio: En Roma, santa Bibiana, mártir, a quien el papa san Simplicio dedicó una basílica en el Esquilino.

Patronazgos: protectora contra los dolores de cabeza, calambres, epilepsia, enfermedad mental, alcoholismo y accidentes.

Tradiciones, refranes, devociones: «Si llueve en Santa Bibiana, cuarenta días y una semana» (aplicable al hemisferio norte).


Otros santos de este día:

   San Habacuc, santo del AT

Conmemoración de san Habacuc, profeta, el cual, ante la iniquidad y violencia de los hombres, anunció el juicio de Dios, pero también su misericordia, diciendo: «El justo vivirá por su fe».

   San Pimenio, presbítero y mártir  

También en Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Pimenio, presbítero y mártir. († s. III/IV)

   San Cromacio de Aquilea, obispo  

En Aquilea, en el territorio de Venecia, san Cromacio, obispo, auténtico artífice de la paz, que, arrasadas las fronteras de Italia por Alarico, remedió las penas de los pueblos, y, explicando exquisitamente los misterios de la divina palabra, elevó las almas a la contemplación. († c. 407)

   San Silverio, papa mártir  

En la isla de Palmarola, tránsito de san Silverio, papa y mártir, el cual, al no querer rehabilitar a Antimo, obispo herético de Constantinopla depuesto por su predecesor san Agapito, por orden de la emperatriz Teodora fue privado de su sede y enviado al destierro, donde murió agotado por los sufrimientos. († 537)

   Beato Juan Ruysbroeck, religioso presbítero  

En el monasterio de Groenendaal, cerca de Bruselas, beato Juan Ruysbroeck, presbítero y canónigo regular, que enseñó las grandezas de los distintos grados de la vida espiritual. († 1381)

   Beata María Ángela Astorch, abadesa

En Murcia, en España, beata María Ángela Astorch, abadesa de la Orden de las Clarisas, la cual, muy humilde y entregada a las penitencias, daba buenos consejos y ayuda, tanto a las monjas como a los laicos. († 1665)

   Beato Rafael Chylinski, religioso presbítero   

En Logiewniki, en Polonia, beato Rafael (Melchor) Chylinski, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, que en tiempo de peste visitaba a los enfermos de Cracovia, para asistirlos piadosamente y procurarles una honesta y cristiana muerte. († 1741)

   Beato Zef Palaj (Bernardin), presbítero y mártir

En Shkodrë, Albania, beato Zef Palaj (Bernardin), presbítero profeso de los Franciscanos Minoritas y mártir. († 1947)

   Beato Iván Slezyuk, obispo y mártir  

En Ivano-Frankivski, en Ucrania, beato Iván Slezyuk, obispo y mártir, a quien el Señor otorgó la palma eterna por su ministerio clandestino, llevado a cabo infatigablemente entre los fieles de rito bizantino bajo un régimen contrario a Dios, y por su impávida constancia en Cristo ante los perseguidores. († 1973)


LITURGIA DE HOY


(Hasta la Hora Nona:)

Misa de sábado (verde) o de la memoria (blanco).

MISAL: para el sábado cualquier formulario permitido (véase pág. 71, n. 5) / para la memoria del común de la bienaventu- rada Virgen María o de las «Misas de la Virgen María», o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.

LECC.: vol. III-impar.

- Dan 7, 15-27. El reinado y el dominio serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo.

- Salmo: Dan 3, 82-87. R. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!

- Lc 21, 34-36. Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder.

o bien: cf. vol. IV, o bien cf. Leccionario de las «Misas de la Virgen María».

Liturgia de las Horas: oficio de sábado o de la memoria.

Martirologio: elog. prop. del Domingo I de Adviento, pág. 43, y elogs. del 3 de diciembre, pág. 702.

CALENDARIOS: Canónigos Regulares de Letrán: Beato Juan Ruysbroeck, presbítero (MO).
Clarisas y Capuchinas: Beata María Ángela Astorch, virgen (MO). Cartagena, Zaragoza y Capuchinos: (ML).
OFM Conv.: Beato Rafael Chylinski, presbítero (ML).
Orden de San Juan de Jerusalén: Santa María, Causa de nuestra alegría (MO).

RITOS INICIALES

Común de la Virgen María 
Propuesta celebrativa

Antífona de entrada 

Tú eres feliz, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Creador del universo. Engendraste al que te creó, y para siempre permaneces virgen. 


Oración colecta
Padre misericordioso,
ayúdanos en nuestra debilidad,
para que, al celebrar a la Santa Madre de Dios,
su intercesión nos libre de todo pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo. 


LITURGIA DE LA PALABRA   

PRIMERA LECTURA
El reinado y el dominio serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo
Lectura de la profecía de Daniel 7, 15-27
YO, DANIEL, me sentía agitado por dentro, y me turbaban las visiones de mi mente.
Me acerqué a uno de los que estaban allí en pie y le pedí que me explicase todo aquello.
Él me contestó exponiéndome la interpretación de la visión:
«Esas cuatro bestias gigantescas representan cuatro reinos que surgirán en el mundo. Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán para siempre por los siglos de los siglos».
Yo quise saber qué significaba la cuarta bestia, distinta de las demás, terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba, y pateaba las sobras con las pezuñas, y qué significaban los diez cuernos de su cabeza, y el otro cuerno que le salía y eliminaba a otros tres; aquel cuerno que tenía ojos y una boca que profería insolencias, y era más grande que sus compañeros.
Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los santos y los derrotó.
Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo; se cumplió el tiempo y los santos tomaron posesión del reino.
Después me dijo:
«La cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, distinto de todos los demás; devorará toda la tierra, la trillará y triturará. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino; después de ellos vendrá otro distinto que destronará a tres reyes, blasfemará contra el Altísimo, e intentará aniquilar a los santos del Altísimo y cambiar el calendario y la ley. Los santos serán abandonados a su poder durante un año, dos años y medio año.
Pero cuando se siente el tribunal a juzgar, se le quitará el poder y será destruido y aniquilado totalmente.
El reinado, el dominio y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo.
Su reino será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos».
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Dan 3, 82a. 83a. 84a. 85a. 86a. 87a (R: 59b)
R/. ¡Ensalzadlo con himnos por los siglos!
V/. Hijos de los hombres, bendecid al Señor. R/.
V/. Bendiga Israel al Señor. R/.
V/. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor. R/.
V/. Siervos del Señor, bendecid al Señor. R/.
V/. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor. R/.
V/. Santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. R/.

Aleluya Lc 21, 36abd
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Estad despiertos en todo tiempo,
pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre. R/.

EVANGELIO
Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Palabra del Señor.


LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas

En la conmemoración de la Madre de tu Hijo, te pedimos, Señor,
que por la gracia de este sacrificio
nos conviertas en ofrenda eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Prefacio II de la bienaventurada Virgen María
La Iglesia alaba a Dios inspirándose en las palabras de María
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias, Señor,
y proclamar tus maravillas en la perfección de tus santos;
y, al conmemorar a la bienaventurada Virgen María,
exaltar especialmente tu generosidad
inspirándonos en su mismo cántico de alabanza.
En verdad hiciste obras grandes en favor de todos los pueblos,
y has mantenido tu misericordia de generación en generación,
cuando, al mirar la humildad de tu esclava, 
por ella nos diste al autor de la salvación humana,
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.
Por él, los coros de los ángeles
adoran tu gloria eternamente,
gozosos en tu presencia.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando con ellos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de comunión Lc 1, 49 
El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas; su nombre es santo. 

Oración después de la comunión
Señor y Dios nuestro,
en esta celebración de la Madre de tu Hijo 
te pedimos que la participación en los misterios de la redención eterna,
nos conceda experimentar la abundancia de tu gracia
y nos lleve a la plenitud de tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Hemos de tener paciencia y perseverar, hermanos queridos, para que, después de haber sido admitidos a la esperanza de la verdad y de la libertad, podamos alcanzar la verdad y la libertad mismas» (San Cipriano).

«En nuestro corazón anida la nostalgia de la esclavitud, porque aparentemente es más tranquilizadora, más que la libertad, que es mucho más arriesgada. Cómo nos gusta estar enjaulados por muchos fuegos artificiales, aparentemente hermosos pero que en realidad duran sólo pocos instantes» (Francisco).

«(…) La carta a los Gálatas opone las obras de la carne al fruto del Espíritu: ‘Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría… embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios’ (5,19-21)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.852).


(Después de la Hora Nona:)

PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO
Primera semana del Salterio


Primer domingo del Adviento de nuestro Señor Jesucristo; en este tiempo se recuerda la primera venida del Hijo de Dios a los hombres y se espera, a la vez, su segunda venida al final de los tiempos (elog. del Martirologio Romano).

Misa del Domingo (morado). 
MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. I o III Adv. 
LECC.: vol. I (A). 
- Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios. 
- Sal 121. R. Vamos alegres a la casa del Señor. 
- Rom 13, 11-14a. La salvación está más cerca de nosotros. 
- Mt 24, 37-44. Estad en vela para estar preparados.
El Adviento es un tiempo de alegre esperanza ante la venida del Señor. Al mismo tiempo que nos preparamos para preparar su primera venida, miramos hacia su última venida en gloria y majestad al fin de los tiempos. En este primer domingo los textos litúrgicos subrayan este segundo aspecto. Nuestra salvación está cerca, nos dice san Pablo, una salvación en el reino eterno de Dios a la que están llamados todos los pueblos (1 Lect). Debemos estar en vela para estar preparados ante la venida del Señor, pues no sabemos el día ni la hora (Ev). Una preparación que nos lleva a dejar las obras del pecado y a vivir la luz del Evangelio.

Antífona de entrada Sal 24, 1-3
A ti levanto mi alma, Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.

Después del saludo inicial puede hacerse la bendición de la corona de Adviento.

Bendición de la corona de Adviento.
El sacerdote hace una breve monición con estas palabras u otras semejantes:

Hermanos:
Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida.
El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad. Por eso hoy, primer domingo de Adviento, bendecimos esta corona y encendemos el primer cirio.

Luego el sacerdote, con las manos extendidas dice la oración de bendición:

Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijos, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramo del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Y se enciende el primer cirio

Se omite el acto penitencial.
Si no se hace la bendición de la corona de Adviento, después del saludo inicial el sacerdote o el diácono, y otro ministro idóneo, puede hacer una monición muy breve para introducir a los fieles en la misa del día.

Monición de entrada
Comienza hoy un nuevo año litúrgico en el que iremos celebrando de diversas maneras el misterio de la salvación que nos viene de Cristo. Empieza con el ciclo de Adviento, Navidad y Epifanía en el que haremos el memorial del nacimiento y manifestación del Hijo de Dios hecho Hombre por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María.
Iniciamos hoy estas cuatro semanas del tiempo de Adviento, un tiempo de alegre esperanza ante la venida de Cristo Salvador en la humildad de nuestra carne y su retorno glorioso al fin de los tiempos.

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