VIERNES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO, Solemnidad INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, PATRONA DE ESPAÑA Y DE LA DIÓCESIS DE HUELVA Oficio de propio de la Solemnidad, del Salterio
PROGRAMA PARROQUIAL:VIERNES, 08 DE DICIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Solemne Eucaristía de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, en la Parroquia (a las 11.00 h.).PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Solemne Eucaristía de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, en la Parroquia (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
Inmaculada Concepción de la
Virgen María
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de Diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3, 15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1, 28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1, 31-33).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias
Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Homilía del Viernes I de Adviento,Solemnidad Inmaculada Concepción, por Mons. Munilla
Portada
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SANTORAL DE HOY
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Elogio: Solemnidad de la Concepción Inmaculada de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres, en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida, en 1854, por el papa Pío IX, como verdad dogmática recibida por antigua tradición.
OraciónOh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
San Macario, mártir
En Alejandría de Egipto, conmemoración de san Macario, mártir, el cual, en tiempo del emperador Decio, al aconsejarle el juez con muchas razones que renegase de Cristo, él profesó con mayor constancia la fe, por cuyo motivo finalmente fue quemado vivo.
San Eutiquiano, papa
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Eutiquiano, papa.
San Eucario, obispo
En Tréveris, de la Galia Bélgica, san Eucario, considerado el primer obispo de esta ciudad.
San Patapio, eremita
Conmemoración de san Patapio, ermitaño, el cual, oriundo de la región de Tebaida, vivió en Constantinopla, en Blaquernas, y fue sepultado en el monasterio de los egipcios.
San Romarico, abad
En los montes Vosgos, en Burgundia, san Romarico, abad, que siendo noble del rey Teudeberto se retiró al monasterio de Luxueil, y después fundó un cenobio en una propiedad suya, que el mismo dirigió.
San Teobaldo de Marly, abad
En el monasterio de Vaux-de-Cernay, en la región de París, san Teobaldo de Marly, abad de la Orden Cisterciense, que prestaba los más humildes servicios a sus hermanos.
Beato Juan Minami, mártir
En Yamato, Kagoshima, Japón, beato Juan Minami, mártir, samurai que murió decapitado, vestido con sus mejores ropas de fiesta, un día antes que el resto de su casa.
San Nadal Chabanel, presbítero y mártir
En la región de Ontario, en Canadá, pasión de san Nadal Chabanel, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, habiendo hecho voto ante Dios de permanecer hasta la muerte en su querida misión del territorio Hurón, caminando por el bosque con un apóstata que odiaba la fe, fue muerto por él. Su memoria se celebra el diecinueve de octubre, junto con sus compañeros.
Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen
En Lima, ciudad de Perú, santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen, que, privada de padres y desprovista de sustento, después de muchos trabajos fue recibida en la hospedería de un cenobio, donde se dio a la oración continua y a la áspera penitencia.
Beato José María Zabal Blasco, mártir
En el Picadero de Paterna, de la región de Valencia, beato José María Zabal Blasco, mártir, el cual, siendo padre de familia, en la persecución contra la fe superó los tormentos de su pasión con la fortaleza de Cristo.
Beato Luis Liguda, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Luis Liguda, presbítero de la Sociedad del Verbo Divino y mártir, que, encarcelado al ser invadida Polonia durante la guerra, fue cruelmente asesinado por los guardias de la prisión, confesando a Cristo hasta la muerte.
San Macario, mártir
En Alejandría de Egipto, conmemoración de san Macario, mártir, el cual, en tiempo del emperador Decio, al aconsejarle el juez con muchas razones que renegase de Cristo, él profesó con mayor constancia la fe, por cuyo motivo finalmente fue quemado vivo.
San Eutiquiano, papa
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Eutiquiano, papa.
San Eucario, obispo
En Tréveris, de la Galia Bélgica, san Eucario, considerado el primer obispo de esta ciudad.
San Patapio, eremita
Conmemoración de san Patapio, ermitaño, el cual, oriundo de la región de Tebaida, vivió en Constantinopla, en Blaquernas, y fue sepultado en el monasterio de los egipcios.
San Romarico, abad
En los montes Vosgos, en Burgundia, san Romarico, abad, que siendo noble del rey Teudeberto se retiró al monasterio de Luxueil, y después fundó un cenobio en una propiedad suya, que el mismo dirigió.
San Teobaldo de Marly, abad
En el monasterio de Vaux-de-Cernay, en la región de París, san Teobaldo de Marly, abad de la Orden Cisterciense, que prestaba los más humildes servicios a sus hermanos.
Beato Juan Minami, mártir
En Yamato, Kagoshima, Japón, beato Juan Minami, mártir, samurai que murió decapitado, vestido con sus mejores ropas de fiesta, un día antes que el resto de su casa.
San Nadal Chabanel, presbítero y mártir
En la región de Ontario, en Canadá, pasión de san Nadal Chabanel, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, habiendo hecho voto ante Dios de permanecer hasta la muerte en su querida misión del territorio Hurón, caminando por el bosque con un apóstata que odiaba la fe, fue muerto por él. Su memoria se celebra el diecinueve de octubre, junto con sus compañeros.
Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen
En Lima, ciudad de Perú, santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen, que, privada de padres y desprovista de sustento, después de muchos trabajos fue recibida en la hospedería de un cenobio, donde se dio a la oración continua y a la áspera penitencia.
Beato José María Zabal Blasco, mártir
En el Picadero de Paterna, de la región de Valencia, beato José María Zabal Blasco, mártir, el cual, siendo padre de familia, en la persecución contra la fe superó los tormentos de su pasión con la fortaleza de Cristo.
Beato Luis Liguda, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Luis Liguda, presbítero de la Sociedad del Verbo Divino y mártir, que, encarcelado al ser invadida Polonia durante la guerra, fue cruelmente asesinado por los guardias de la prisión, confesando a Cristo hasta la muerte.
LITURGIA DE HOY
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida el año 1854 por el papa Pío IX como verdad dogmática recibida por antigua tradición (elog. del Martirologio Romano).
Misa vespertina de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María (blanco o azul).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad. Comp. Dom. I. patrona de España, solemnidad
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Gen 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
- Sal 97. R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
- Ef 1, 3-6. 11-12. Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
- Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
La primera lectura narra el comienzo de un engaño: podemos creer que somos dioses y que no necesitamos de Dios. Esto es profecía de lo que sucedería en Jesús y en María. Ella, la nueva Eva, con su pie desnudo pisa la antigua serpiente que engaña a la humanidad y trata de que Jesús no sea dado a luz. Jesús, el hijo de María, es la medida de nuestra humanidad, el que nos dice lo que somos y hacia dónde vamos. María está libre de todo pecado desde el primer momento, y por eso prefiere la humillación antes que dejarse engañar. Ella es la mujer que ansía y espera la salvación de Dios para todo su pueblo, y la que sabe responder con humildad y generosidad. En ella nos podemos mirar y a ella podemos invocar en nuestra lucha contra el pecado.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 9 de diciembre, pág. 711.
CALENDARIOS: Arzobispado Castrense-Arma de Infantería, Cuerpo Jurídico Militar, Capellanes castrenses y Centro Geográfico del Ejército: Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María (S).
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida el año 1854 por el papa Pío IX como verdad dogmática recibida por antigua tradición (elog. del Martirologio Romano).
Misa vespertina de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María (blanco o azul).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad. Comp. Dom. I. patrona de España, solemnidad
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Gen 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
- Sal 97. R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
- Ef 1, 3-6. 11-12. Dios nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo.
- Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
La primera lectura narra el comienzo de un engaño: podemos creer que somos dioses y que no necesitamos de Dios. Esto es profecía de lo que sucedería en Jesús y en María. Ella, la nueva Eva, con su pie desnudo pisa la antigua serpiente que engaña a la humanidad y trata de que Jesús no sea dado a luz. Jesús, el hijo de María, es la medida de nuestra humanidad, el que nos dice lo que somos y hacia dónde vamos. María está libre de todo pecado desde el primer momento, y por eso prefiere la humillación antes que dejarse engañar. Ella es la mujer que ansía y espera la salvación de Dios para todo su pueblo, y la que sabe responder con humildad y generosidad. En ella nos podemos mirar y a ella podemos invocar en nuestra lucha contra el pecado.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 9 de diciembre, pág. 711.
CALENDARIOS: Arzobispado Castrense-Arma de Infantería, Cuerpo Jurídico Militar, Capellanes castrenses y Centro Geográfico del Ejército: Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María (S).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen MaríaSolemnidad Después de haber consultado largamente a todos los obispos del mundo, el Papa Pío IX definió solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854. Esta formulación oficial no es otra cosa que la explicitación del “sentir de la Iglesia” desde hacía siglos: “La bienaventurada Virgen María fue, desde el primer instante de su concepción, por una gracia y un favor singulares del Dios todopoderoso, en vista de los méritos de Jesucristo, salvador del género humano, preservada de toda mancha del pecado original.”
Antífona de entrada Cf. Is 61, 10
Desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como una esposa que se adorna con sus joyas.
Gloria.
Oración colectaDios nuestro,
por la Concepción Inmaculada de la Virgen María
preservada de todo pecado, preparaste a tu Hijo una digna morada
en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo;
concédenos, por su intercesión, que también nosotros lleguemos a ti
purificados de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Después de haber consultado largamente a todos los obispos del mundo, el Papa Pío IX definió solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854. Esta formulación oficial no es otra cosa que la explicitación del “sentir de la Iglesia” desde hacía siglos: “La bienaventurada Virgen María fue, desde el primer instante de su concepción, por una gracia y un favor singulares del Dios todopoderoso, en vista de los méritos de Jesucristo, salvador del género humano, preservada de toda mancha del pecado original.”
Antífona de entrada Cf. Is 61, 10
Desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como una esposa que se adorna con sus joyas.
Gloria.
por la Concepción Inmaculada de la Virgen María
preservada de todo pecado, preparaste a tu Hijo una digna morada
en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo;
concédenos, por su intercesión, que también nosotros lleguemos a ti
purificados de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
«Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,
a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él hemos heredado también,
los que ya estábamos destinados
por decisión del que lo hace todo según su voluntad,
para que seamos alabanza de su gloria
quienes antes esperábamos en el Mesías.
✠
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Audio y comentario del Evangelio de hoy
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA
CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS,
Plaza de San Pedro, Martes, 8 de diciembre de 2020
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La
fiesta litúrgica de hoy celebra una de las maravillas de la historia de la
salvación: la Inmaculada Concepción de la Virgen María. También ella fue
salvada por Cristo, pero de una forma extraordinaria, porque Dios quiso que
desde el instante de la concepción la madre de su Hijo no fuera tocada por la
miseria del pecado. Y por tanto María, durante toda su vida terrena, estuvo
libre de cualquier mancha de pecado, ha sido la «llena de gracia» (Lc 1,28),
como la llamó el ángel, y disfrutó de una singular acción del Espíritu Santo,
para poder mantenerse siempre en su relación perfecta con su hijo Jesús; es
más, era la discípula de Jesús: la Madre y la discípula. Pero el pecado no
estaba en Ella.
En el
magnífico himno que abre la Carta a los Efesios (cfr. 1,3-6.11-12), San Pablo
nos hace comprender que cada ser humano es creado por Dios para esa plenitud de
santidad, para esa belleza de la que la Virgen fue revestida desde el
principio. La meta a la cual estamos llamados es también para nosotros don de
Dios, el cual —dice el apóstol— nos ha «elegido en Él antes de la fundación del
mundo, para ser santos e inmaculados» (v. 4); eligiéndonos de antemano (cfr. v.
5), en Cristo, para estar un día totalmente libres del pecado. Y esta es la
gracia, es gratis, es un don de Dios.
Y lo
que para María fue al inicio, para nosotros será al final, después de haber
atravesado el “baño” purificador de la gracia de Dios. Lo que nos abre la
puerta del paraíso es la gracia de Dios, recibida por nosotros con fidelidad.
Todos los santos y las santas han recorrido este camino. También los más inocentes
estaban marcados por el pecado original y lucharon con todas las fuerzas contra
sus consecuencias. Ellos han pasado a través de la «puerta estrecha» que
conduce a la vida (cfr. Lc 13,24). ¿Y vosotros sabéis quién es el primero de
quien tenemos la certeza de que haya entrado en el paraíso, lo sabéis? Un “poco
bueno”: uno de los dos que fueron crucificados con Jesús. Se dirigió a Él
diciendo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Y Él respondió:
«hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,42-43). Hermanos y hermanas, la
gracia de Dios es ofrecida a todos; y muchos que sobre esta tierra son últimos,
en el cielo serán los primeros (cfr. Mc 10,31).
Pero
atención. No vale hacerse los astutos: posponer continuamente un serio examen
de la propia vida, aprovechando la paciencia del Señor —Él es paciente, Él nos
espera, Él está siempre para darnos la gracia—. Nosotros podemos engañar a los
hombres, pero a Dios no, Él conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos.
¡Aprovechemos el momento presente! Este sí es el sentido cristiano de
aprovechar el día: no disfrutar la vida en el momento fugaz, no, este es el
sentido mundano. Sino acoger el hoy para decir “no” al mal y “sí” a Dios;
abrirse a su Gracia, dejar finalmente de plegarse sobre uno mismo arrastrándose
en la hipocresía. Mirar a la cara la propia realidad, así como somos; reconocer
que no hemos amado a Dios y no hemos amado al prójimo como deberíamos, y
confesarlo. Esto es empezar un camino de conversión pidiendo en primer lugar
perdón a Dios en el Sacramento de la Reconciliación, y después reparar el mal
hecho a los otros. Pero siempre abiertos a la gracia. El Señor llama a nuestra
puerta, llama a nuestro corazón para entrar con nosotros en amistad, en
comunión, para darnos la salvación.
Y
este es para nosotros el camino para convertirnos en “santos e inmaculados”. La
belleza incontaminada de nuestra Madre es inimitable, pero al mismo tiempo nos
atrae. Encomendémonos a ella, y digamos una vez para siempre “no” al pecado y
“sí” a la Gracia.
* * * * *
Después
del Ángelus
¡Queridos
hermanos y hermanas!
(...)
Como sabéis, hoy por la tarde no tendrá lugar el tradicional homenaje a la
Inmaculada en la plaza de España, para evitar el riesgo de aglomeración, como
ordenan las autoridades civiles, a las cuales debemos obedecer. Pero esto no
nos impide ofrecer a nuestra Madre las flores que ella agradece más: la
oración, la penitencia, el corazón abierto a la Gracia. Esta mañana, pronto, he
ido de forma privada a la plaza de España, después a Santa María Mayor, donde
he celebrado la misa.
A
todos os deseo una buena fiesta. Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí.
¡Buen almuerzo y hasta pronto!
Se
dice Credo.
Oración de los fieles
Oremos
al Señor, nuestro Dios, que eligió a María con vocación singular, bendita entre
todas las mujeres.
- Por
la Iglesia, Esposa de Cristo, purificada por el agua y la palabra. Roguemos al
Señor.
- Por
las religiosas y todas aquellas mujeres que dedican su vida y su tiempo a
diversas tareas eclesiales. Roguemos al Señor.
- Por
las mujeres que diversos países sufren discriminación injusta por razón de su
sexo. Roguemos al Señor.
- Por
los enfermos y cuantos sufren cualquier mal, llamados a encontrar en María el
consuelo y la gracia que necesitan. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, elegidos en la persona de Cristo, llamados a ser santos e intachables ante Dios por el amor. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Señor,
que la concepción inmaculada de María, que hoy celebramos,
sea fuente de bendición para todos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas
Señor, recibe complacido el sacrificio salvador que te ofrecemos
en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de santa María Virgen
y, así como reconocemos que la preservaste, por tu gracia, limpia de toda
mancha, guárdanos también a nosotros, por su intercesión, libres de todo
pecado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
El
misterio de María y de la Iglesia
En verdad es justo y
necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la santísima Virgen María
de toda mancha de pecado original,
para preparar en ella, enriquecida con la plenitud de tu gracia,
la digna madre de tu Hijo,
y mostrar el comienzo de la Iglesia, su bella esposa, sin mancha ni arruga.
Purísima había de ser la Virgen que nos diera al Cordero inocente
que quita el pecado del mundo.
Purísima la que destinabas
entre todos, para tu pueblo,
como abogada de gracia, y ejemplo de santidad.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos proclamando llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Antífona
de la comunión
Qué
pregón tan glorioso para ti, Virgen María, porque de ti ha nacido el sol de
justicia, Cristo, nuestro Dios.
Oración
después de la comunión
Señor Dios nuestro, el sacramento que hemos recibido
repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado
del que preservaste de modo singular
la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede
utilizarse la bendición solemne de Santa María Virgen.
Dios, que en su providencia
amorosa quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
os colme de sus bendiciones.
R. Amén.
Que os acompañe siempre la protección de la Virgen,
por quien habéis recibido al Autor de la vida.
R. Amén
Y a todos vosotros,
reunidos hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María,
el Señor os conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
El misterio de María y de la Iglesia
En verdad es justo y
necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la santísima Virgen María
de toda mancha de pecado original,
para preparar en ella, enriquecida con la plenitud de tu gracia,
la digna madre de tu Hijo,
y mostrar el comienzo de la Iglesia, su bella esposa, sin mancha ni arruga.
Purísima había de ser la Virgen que nos diera al Cordero inocente
que quita el pecado del mundo.
Purísima la que destinabas
entre todos, para tu pueblo,
como abogada de gracia, y ejemplo de santidad.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos proclamando llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Antífona
de la comunión
Qué
pregón tan glorioso para ti, Virgen María, porque de ti ha nacido el sol de
justicia, Cristo, nuestro Dios.
Oración después de la comunión
Señor Dios nuestro, el sacramento que hemos recibido
repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado
del que preservaste de modo singular
la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede
utilizarse la bendición solemne de Santa María Virgen.
Dios, que en su providencia amorosa quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
os colme de sus bendiciones.
por quien habéis recibido al Autor de la vida.
reunidos hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María,
el Señor os conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
««Dios es el padre de las cosas creadas; y María es la madre de las cosas recreadas. Pues Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado» (San Anselmo).
«El saludo del ángel está entretejido con hilos del Antiguo Testamento. María es el retoño que, en la oscura noche invernal de la historia, florece del tronco abatido de David: de Ella germina el árbol de la redención. Dios no ha fracasado, como podía parecer al inicio de la historia: Dios salvó y salva a su pueblo» (Benedicto XVI).
«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que [María] fue enriquecida desde el primer instante de su concepción, le viene toda entera de Cristo: Ella es redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 492).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
««Dios es el padre de las cosas creadas; y María es la madre de las cosas recreadas. Pues Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado» (San Anselmo).
«El saludo del ángel está entretejido con hilos del Antiguo Testamento. María es el retoño que, en la oscura noche invernal de la historia, florece del tronco abatido de David: de Ella germina el árbol de la redención. Dios no ha fracasado, como podía parecer al inicio de la historia: Dios salvó y salva a su pueblo» (Benedicto XVI).
«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que [María] fue enriquecida desde el primer instante de su concepción, le viene toda entera de Cristo: Ella es redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 492).
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