03 de diciembre - DOMINGO DE LA I SEMANA DE ADVIENTO (CICLO B)




  DOMINGO I SEMANA DE ADVIENTO (CICLO B)
  Oficio del Domingo de la Semana I, del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes Tercia - 
 Sexta - Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 03 DE DICIEMBRE

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo de la I Semana de Adviento (a las 11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo de la I Semana de Adviento (a las 12.30 h.).


NOTICIAS DE ACTUALIDAD


Oración por Tierra Santa

Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.

Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.

Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.

Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.

Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.

Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.

Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.

Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.

Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.

 

(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)


Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias





Ángelus del Papa Francisco
(03.12.2023)







Portada

PERSONAJES John Edwards evangeliza hoy a cientos desde Pew Ministries con el compañerismo y la virtud

PERSONAJES Tras una juventud de traumas, encontró en la fe y la gracia «una paz que nunca había sentido»
PERSONAJES Es el segundo parque temático más visitado de Europa, con un «hermano» en Toledo
MUNDO Figuras como el obispo Kukah y el arzobispo Kaigama marcan una ruta
ESPAÑA El Observatorio de la Libertad Religiosa presenta su informe con los datos de 2022
MUNDO La comunidad, con mil miembros, pertenece al Vicariato de Santiago: 20 jóvenes están combatiendo
CIENCIA Y FE El presidente de EWTN España analiza su reciente y ya exitoso libro sobre Dios y la ciencia
VIDA Y FAMILIA Propuso la puesta en marcha de convenios con los COF o de sellos de compromiso con el matrimonio
CULTURA Una interesante producción del canal Adjema del padre Álvaro García de Movellán
NUEVA EVANGELIZACIÓN Javier Segura Zariquiegui participa en el XXV Congreso Católicos y Vida Pública
NUEVA EVANGELIZACIÓN Hablan los expertos de Francia, Inglaterra y de toda España
EUROPA Peggy Deleray nació en París y se preparó para actriz en la escuela de Dustin Hoffman


SANTORAL DE HOY 


Elogio: Memoria de san Francisco Javier, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, evangelizador de la India, el cual, nacido en Navarra, fue uno de los primeros compañeros de san Ignacio que, movido por el ardor de dilatar el Evangelio, anunció diligentemente a Cristo a innumerables pueblos en la India, en las Molucas y otras islas, y después en Japón. Convirtió a muchos a la fe y, finalmente, murió en la isla de San Xon, en China, consumido por la enfermedad y los trabajos.

Patronazgos: patrono de la India, los misioneros y la misiones, en especial las del Oriente, de la prensa católica, de los marinos, protector contra las tormentas y la pestilencia, y para pedir una buena muerte.

Refieren a este santo: San Pedro Favre.

 

Otros santos de este día:

   San Sofonías, santo del AT  

Conmemoración de san Sofonías, profeta, que en los días de Josías, rey de Judá, anunció la ruina de los impíos en el día de la ira del Señor, y robusteció con la esperanza de la salvación a los pobres y menesterosos.

   San Casiano de Tánger, mártir  

En Tánger, de la Mauritania Tingitana, san Casiano, mártir.

   San Lucio, eremita  

En Chur, de la Recia, entre los helvecios, san Lucio, eremita.

   San Birino de Winchester, obispo  

En Winchester, en Inglaterra, sepultura de san Birino, el cual, enviado a Gran Bretaña por el papa Honorio, tuvo su primera sede en Dorchester y difundió con empeño el anuncio de la salvación entre los sajones occidentales.

   Beato Eduardo Coleman, mártir  

En Londres, en Inglaterra, beato Eduardo Coleman, mártir, que por haber abrazado la fe católica fue acusado falsamente de conspirar contra el rey Carlos II y, seguidamente, ahorcado en Tyburn, donde, aún con vida, le descuartizaron.

   Beato Juan Nepomuceno De Tschiderer, obispo  

En Trento, de la región del Véneto, beato Juan Nepomuceno De Tschiderer, obispo, el cual administró aquella Iglesia con el ardor evangélico de la fe, pero con comprensión, y en tiempo de aflicción dio a su grey un admirable testimonio de amor.

   Beatos Pío Heredia Zubía y cinco compañeros, monjes y mártires

En Santander, en el monasterio trapense de Viaceli, beatos Pío Heredia Zubía, prior, Amadeo García Rodríguez, Valeriano Rodríguez García, Juan Bautista Ferris Llopis, presbíteros; Álvaro González López, monje y Antonio Delgado González, novicio; mártires de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

   Beato Vladislav Bukovinskij, presbítero  

En Karaganda, en la República de Kazajistán, beato Vladislav Bukovinskij, presbítero.


LITURGIA DE HOY

Misa de la memoria (blanco). 

MISAL: ants. y oracs. props., Pf. I o III de Adviento o de la memoria.

LECC.: vol. II.

- Is 29, 17-24. Aquel día verán los ojos de los ciegos.
- Sal 26. R. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Mt 9, 27-31. Jesús cura a dos ciegos que creen en él.

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 4 de diciembre, pág. 703.

CALENDARIOS: Pamplona y Tudela: San Francisco Javier, presbítero (S). Bilbao, San Sebastián, Combonianos, Jesuitas y Misioneros de la Preciosa Sangre: (F).


RITOS INICIALES

INTRODUCCIÓN

Iniciamos una vez más el tiempo litúrgico de Adviento, esperamos al Señor según su promesa de volver. Tiempo especial de gozo y esperanza.
El profeta Isaías nos acompaña en parte de este trayecto, ayudándonos a mantener la espera. Esta espera dolorosa por la lejanía de Dios que se ha retirado de nosotros a causa de nuestros pecados, por medio del cual hemos roto la comunión con Dios y nos sentimos abandonados “sin Redentor”.
San Pablo nos abre a la alegría en Cristo a pesar de nuestros pecados; en Jesús, el Hijo del Padre, tenemos recuperada nuevamente la confianza en Dios, no porque hayamos hecho obras meritorias, sino porque en Jesús, Dios se ha mostrado fiel, porque “los llamó a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor”.
En el Evangelio de san Marcos, la espera del anunciado por los profetas se hace más patente, “estén prevenidos”, “no saben cuándo llegará”. Sin embargo, esta actitud nos invita a abrir el corazón para recibir “al que viene”. Él nos mostrará cómo es Dios en su intimidad, nos mostrará cómo ama Dios, cómo es fiel a su promesa por siempre.
San Marcos nos recuerda, de la misma manera, como el dueño de casa al viajar deja encargada su casa a otros, y su presencia continúa entre ellos, de la misma manera nos ha dejado el encargo precioso de esperarlo en “su casa”, confiándonos sus bienes. No sabemos el día ni la hora, pero sabemos que vendrá solamente porque Él lo ha dicho.
Que este tiempo de Adviento sea un tiempo para crecer en la confianza, esperando solo en la Palabra del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando Él venga.

Antífona de entrada Sal 24, 1-3
A ti levanto mi alma, Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.
No se dice Gloria.

Oración colecta
CONCEDE a tus fieles, Dios todopoderoso,
el deseo de salir acompañados de buenas obras
al encuentro de Cristo que viene,
para que, colocados a su derecha,
merezcan poseer el reino de los cielos.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA  

PRIMERA LECTURA
¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!
Lectura del libro de Isaías 63, 16c-17. 19c; 64, 2b-7
TÚ, SEÑOR, eres nuestro padre,
tu nombre desde siempre es «nuestro Libertador».
¿Por qué nos extravías, Señor, de tus caminos,
y endureces nuestro corazón para que no te tema?
Vuélvete, por amor a tus siervos
y a las tribus de tu heredad.
¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!
En tu presencia se estremecerían las montañas.
«Descendiste, y las montañas se estremecieron».
Jamás se oyó ni se escuchó,
ni ojo vio un Dios, fuera de ti,
que hiciera tanto por quien espera en él.
Sales al encuentro
de quien practica con alegría la justicia
y, andando en tus caminos, se acuerda de ti.
He aquí que tú estabas airado
y nosotros hemos pecado.
Pero en los caminos de antiguo
seremos salvados.
Todos éramos impuros,
nuestra justicia era un vestido manchado;
todos nos marchitábamos como hojas,
nuestras culpas nos arrebataban como el viento.
Nadie invocaba tu nombre,
nadie salía del letargo para adherirse a ti;
pues nos ocultabas tu rostro
y nos entregabas al poder de nuestra culpa.
Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre,
nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero:
todos somos obra de tu mano.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19 (R: 4)
R/. Oh, Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
V/. Pastor de Israel, escucha;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
V/. Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.
V/. Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

SEGUNDA LECTURA
Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 3-9
HERMANOS:
A vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a mi Dios continuamente por vosotros, por la gracia de Dios que se os ha dado en Cristo Jesús; pues en él habéis sido enriquecidos en todo: en toda palabra y en toda ciencia; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo, de modo que no carecéis de ningún don gratuito, mientras aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
Él os mantendrá firmes hasta el final, para que seáis irreprensibles el día de nuestro Señor Jesucristo.
Fiel es Dios, el cual os llamó a la comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.
Palabra de Dios.

Aleluya Sal 84, 8
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R/.

EVANGELIO
Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 13, 33-37
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!».
Palabra del Señor.


DOMINGO DE LA I SEMANA DE ADVIENTO (CICLO B)
Entre la primera y última venida: Encarnación y Juicio Final; se desarrolla el tiempo de la Iglesia peregrina para iniciar ya con la última venida el día sin ocaso de la Iglesia triunfante.
Nos invita la oración colecta a salir al encuentro de Cristo que viene en Navidad para empezar bien el camino que nos llevará al último día, al juicio final.
Tú eres el Alfarero, nosotros la arcilla. Si somos dóciles no tendrán de qué acusarnos porque nuestra vida será participar en la vida de Cristo y el colofón será el premio preparado a los que viven despiertos esperando nuestro momento.
Nos consuela pensar que todos nos presentaremos ante Cristo para recibir el premio o castigo. ¡Se terminaron las injusticias!
Veamos este día del juicio final, más que como un día terrible, como un día de triunfo y de gloria.
El Señor lo necesita para premiarnos y nosotros lo necesitamos para que se vea que todos reconocen el triunfo de Cristo, de María y de la Iglesia. Los que se hayan aprovechado y lo que no se hayan aprovechado.
Con la luz de Dios veremos cómo Él lo ha hecho todo bien; y todo el mal presente en la historia de la humanidad y del universo es por nuestra falta de colaboración con los planes infinitamente perfectos de Dios.
Avivando nuestra fe en lo que será el día del Señor, hagamos nuestra esta invitación que nos hace la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia en su libro Frutos de Oración:
2.174. ¿Llegará un día? Llegará, ¿Que veré tu rostro? Lo veré. ¿Y estaré contigo? Estaré. ¿Y será por siempre? Lo será. ¿Y entraré en tu vida? Entraré. ¿Sin morir de gozo? Sin morir. (15-11-1974)


Se dice Credo.


Oración de los Fieles

LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, los dones que te ofrecemos,
escogidos de los bienes que hemos recibido de ti,
y lo que nos concedes celebrar con devoción
durante nuestra vida mortal
sea para nosotros premio de tu redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Adviento
Las dos venidas de Cristo
33. Este prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre, y en las restantes misas que se celebran durante este tiempo y que no tienen prefacio propio.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Quien al venir por vez primera
en la humildad de nuestra carne,
realizó el plan de redención trazado desde antiguo
y nos abrió el camino de la salvación;
para que cuando venga de nuevo
en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora, en vigilante espera,
confiamos alcanzar.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de comunión Sal 84, 13
El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.

Oración después de la comunión
FRUCTIFIQUE en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos,
con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa,
a descubrir el valor de los bienes del cielo
y a poner en ellos nuestro corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Se puede usar la fórmula de bendición solemne (n. 1).

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Ha llegado, amadísimos hermanos, aquel tiempo tan importante y solemne, que, como dice el Espíritu Santo, es tiempo favorable, día de la salvación, de la paz y de la reconciliación» (San Carlos Borromeo).

«La esperanza de los cristianos se orienta al futuro, pero está siempre bien arraigada en un acontecimiento del pasado y nos guía en el presente» (Benedicto XVI).

«Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: ‘Es preciso que El crezca y que yo disminuya’ (Jn 3,30)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 524).


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