04 de diciembre - LUNES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO, feria o SAN JUAN DAMASCENO, presbítero y doctor de la Iglesia (ML)




  LUNES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO, feria
  Oficio de la fiesta, del Salterio
 (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - Tercia   - Sexta Nona Vísperas - Completas)


PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 04 DE DICIEMBRE

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Día de descanso en la Parroquia.

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Día de descanso en la Parroquia.





NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Padre Ángel Espinosa de los Monteros:

"Preparación para el adviento" (I)


"Un auténtico Adviento" (II)



Oración por Tierra Santa

Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.

Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.

Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.

Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.

Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.

Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.

Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.

Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.

Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.

 

(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)


Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias









Portada

ESPAÑA Rescata a las víctimas de las nuevas ideologías o responde a la llamada de la santidad
¿Qué deben hacer los católicos en tiempos convulsos? 8 claves sencillas para dar un paso al frente
MUNDO Brandon nació en una familia de brahmanes: «Escribiendo aquella carta sentí una presencia de paz»
De hindú a ateo, y a bautizarse: se apuntó al coro de misa para vengar a su ex... y conoció a Dios
VIDA Y FAMILIA Los selecciona la web de formación para padres AllProdad
10 enseñanzas de la Biblia acerca de ser padres: una sabiduría práctica que no caduca
VIDA Y FAMILIA Se pueden contar historias de santos que caigan en este tiempo y visitar a los más mayores
6 ideas para vivir «el mejor Adviento posible»: celebrar las posadas o leer la genealogía de Jesús
CULTURA Todo lo que tienes que saber sobre el patrono universal de las misiones
¿Quién fue San Francisco Javier? ¿Resucitó a muertos? ¿Por qué de su corazón salen llamas de fuego?
NUEVA EVANGELIZACIÓN Aportadas por los obispos canadienses en su nueva «Plantilla para pastores sobre la evangelización»
3 soluciones -y un recurso- de validez universal para revertir la descristianización de los jóvenes
ESPAÑA Nació en los 80 como un grupo juvenil de oración carismática; hoy sostiene 3 casas de acogida
Eran 12 veinteañeros que rezaban y quisieron vivir con un preso con sida: Basida cautiva a la CONFER
PERSONAJES «Porque hizo maravillas», la bella y sorprendente autobiografía de la hermana Luccette
Hija de comunistas, bautizada a escondidas, llamaba «Inri» a «un tal Jesús»... y llegó a ser abadesa
VIDA Y FAMILIA Silva, Domenech y Bronchalo diferencian entre «tendencia» y «actos homosexuales»
¿La Iglesia puede bendecir uniones homosexuales? Los curas de 'Red de Redes' lo explican muy bien
NUEVA EVANGELIZACIÓN «De los pobres al Papa, del Papa al mundo»: un libro de preguntas sin filtro
Álvaro Cárdenas: el diálogo de Francisco con los pobres aclara cosas del Papa que se malinterpretan
CULTURA Todo lo que debes saber de una sociedad condenada por la Iglesia
¿Qué es la masonería? ¿Un católico puede ser masón? ¿Qué es el Gran Arquitecto? ¿Se adora a Lucifer?
CULTURA Lo fundó el Hermano Walfrid, marista, con católicos en Escocia, inspirado por el Hibernian
El origen católico del Celtic de Glasgow, el peculiar equipo que ha visitado al Papa Francisco


SANTORAL DE HOY 

Elogio: San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la Laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día.

Patronazgos: patrono de farmacéuticos y boticarios, de los pintores de íconos y los estudiantes de teología.

Oración: Te rogamos, Señor, que nos ayude en todo momento la intercesión de san Juan Damasceno, para que la fe verdadera que tan admirablemente enseñó sea siempre nuestra luz y nuestra fuerza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

 


Elogio: Conmemoración de santa Bárbara, de la cual se dice que fue virgen y mártir en Nicomedia.

Patronazgos: patrona de los mineros, geólogos, arquitectos, albañiles, canteros, carpinteros, techistas, electricistas, los campesinos, carniceros, cocineros, campaneros, sombrereos, sepultureros, artilleros, armeros, bomberos, trabajadores de fuegos de artificio, protege contra explosiones, muerte súbita, tormentas, especialmente eléctricas, relámpagos, fiebre, peste...

Tradiciones, refranes, devociones: Expresiones y refranes:

«Acordarse de Santa Bárbara cuando truena», se usa en relación a la persona imprevista que luego se desespera ante las situaciones conflictivas.

Otra versión: «Santa Bárbara se menta, tan sólo cuando hay tormenta»

«Santa Bárbara bendita,
que en el cielo estás escrita,
con papel y agua bendita,
guárdanos el pan y el vino
y a los que van de camino.»

La expresión «Santa Bárbara bendita..!» se usa popularmente como exclamación enfática ante algo inesperado.


Otros santos de este día:

   San Heraclas de Alejandría, obispo   

En Alejandría de Egipto, san Heraclas, obispo, famoso como discípulo de Orígenes, de quien fue colaborador y sucesor en la escuela, siendo elegido después para regir esta sede. († c. 248)

   San Melecio del Ponto, obispo

En Sebastopol de Tracia, en el Ponto, san Melecio, obispo, el cual, aunque ya famoso por su erudición, fue aún más famoso por su virtud y sencillez de vida. († s. IV)

   San Félix de Bolonia, obispo   

En Bolonia, de la Emilia, san Félix, obispo, que fue diácono de la Iglesia de Milán con san Ambrosio. († c. 432)

   San Apro, presbítero y eremita

En Vienne, de la Galia Lugdunense, san Apro, presbítero, el cual, abandonando su patria, se construyó una celda en donde llevó una vida solitaria y penitente. († s. VII)

   San Sigiramnio, abad

En la región de Bourges, en Aquitania, san Sigiramnio, peregrino y abad de Longoret. († c. 655)

   Santa Adrehildis, abadesa

En Cenomanum, de Neustria, santa Adrehildis o Ada, abadesa del monasterio de Santa María. († c. 692)

   San Sola, presbítero y eremita   

En el monasterio de Ellwangen, en Baviera, san Sola, presbítero y eremita. († 794)

   San Juan el Taumaturgo, obispo

En Poliboto, de Frigia, san Juan, llamado el Taumaturgo, obispo, que, contra el dictamen del emperador León el Armenio, trabajó intensamente en favor del culto de las sagradas imágenes. († s. IX)

   San Annon de Colonia, obispo   

En el monasterio de Siegburg, de Renania, en Alemania, san Annon, obispo de Colonia, hombre de agudo ingenio, que fue tenido en gran honor tanto, en la Iglesia como en los negocios civiles, en tiempo del emperador Enrique IV, y para aumentar la fe y la devoción, procuró la fundación de muchas iglesias y monasterios. († 1075)

   San Osmundo de Salisbury,

En Salisbury, en Inglaterra, san Osmundo, obispo, que junto con el rey Guillermo se había trasladado de Normandía a Inglaterra, donde, promovido enseguida al episcopado, consagró la iglesia catedral y se ocupó de proveer a la administración de la sede y al culto divino. († 1099)

   San Bernardo de Parma, monje y obispo   

En Parma, de la Emilia, san Bernardo, obispo, el cual, siendo monje, se aplicó a una vida de perfección, y después, como cardenal, buscó el bien de la Iglesia, para, finalmente, ya obispo, procurar la salvación de las almas. († 1133)

   Beato Pedro Pettinario, religioso   

En Siena, de la Toscana, beato Pedro Pettinario, religioso de la Tercera Orden de San Francisco, insigne por su peculiar caridad hacia los pobres y los enfermos, y por su humildad y silencio. († 1289)

   Beatos Francisco Gálvez, Jerónimo de Angelis y Simón Yempo, mártires   

En el lugar llamado Edo, en Japón, beatos mártires Francisco Gálvez, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, Jerónimo de Angelis, presbítero, y Simón Yempo, religioso, estos dos últimos de la Orden de la Compañía de Jesús, todos ellos quemados por quienes odiaban la fe. († 1623)

   Beato Juan Hara Mondo No Suke, mártir   

En Edo, Japón, beato Juan Hara Mondo No Suke, samurai, que por no querer renunciar a su fe, recibió la orden de destierro, pero se ocultó para poder propagar el cristianismo, y fue finalmente quemado en la cruel persecución. († c. 1623)

   Beato Adolfo Kolping, presbítero   

En Colonia, de Renania, en Prusia, beato Adolfo Kolping, presbítero, que, ardientemente solícito para con los trabajadores y la justicia social, fundó una sociedad de jóvenes obreros, que difundió en muchos lugares. († 1865)

   Beatos Eustaquio García Chicote y cuatro compañeros, religiosos mártires 

En Santander, en el monasterio trapense de Viaceli, beatos Eustaquio García Chicote, Ángel de la Vega González, Ezequiel Álvaro de la Fuente, Eulogio Álvarez López, Bienvenido Mata Ubierna, hermanos legos; mártires de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. († 1936)

   San Juan Calabria, presbítero y fundador   

En Verona, en Italia, san Juan Calabria, presbítero, que fundó las Congregaciones de Pobres Siervos y de Pobres Siervas de la Divina Providencia. († 1954)


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (morado) o de la memoria (blanco).
MISAL: para la feria ants. y oracs. props. / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto de la feria o del común de pastores (para un pastor) o de doctores; Pf. I o III Adv. o de la memoria.
LECC.: vol. II.
- Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.
- Sal 121. R. Vamos alegres a la casa del Señor.
- Mt 8, 5-11. Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.
Martirologio: elogs. del 5 de diciembre, pág. 705.
CALENDARIOS: Arzobispado Castrense-Arma de Artillería; Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra (Armamento, Escala Superior y mecánica y Química de la Escala Técnica): Santa Bárbara (S).
Pamplona y Tudela: San Francisco Javier, presbítero (S-trasladada).
Canónigos Regulares de Letrán: Beato Arcángel Canetoli, presbítero (MO).
Valencia: Beato Francisco Gálvez, presbítero y mártir (ML).
OCSO: Beatos Pío Heredia Zubía, presbítero, y compañeros, mártires (ML).
Ibiza: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Vicente Ribas Prats, obispo (2021).

RITOS INICIALES

Antífona de entrada Cf. Jr 31, 10; Is 35, 4

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor; anunciadla en los confines de la tierra: he aquí nuestro Salvador que viene, no temáis.


Oración colecta

CONCÉDENOS, Señor Dios nuestro,
esperar vigilantes la venida de Cristo, tu Hijo,
para que, cuando llegue y llame a la puerta,
nos encuentre velando en oración
y cantando con alegría sus alabanzas.
Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA  

PRIMERA LECTURA
El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios
Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
VISIÓN de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén.
En los días futuros estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cumbre de las montañas,
más elevado que las colinas.
Hacia él confluirán todas las naciones,
caminarán pueblos numerosos y dirán:
«Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sion saldrá la ley,
la palabra del Señor de Jerusalén».
Juzgará entre las naciones,
será árbitro de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, venid;
caminemos a la luz del Señor.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 121, 1-2. 3-4b. 8-9 (R: cf. 1)
R/. Vamos alegres a la casa del Señor.
V/. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.
V/.Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.
V/. Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R/.

Aleluya Cf. Sal 79, 4
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Ven a librarnos, Señor, Dios nuestro;
que brille tu rostro y nos salve. R/.

EVANGELIO
Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Mateo Mt 8, 5-11
EN AQUEL TIEMPO, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».
Palabra del Señor.

Papa Francisco, Homilía en santa Marta 3-diciembre-2018

Se trata de cuidar nuestra casa interior; y el Adviento es también un poco para eso. De aquí la importancia de vivir en plenitud las tres dimensiones del Adviento. Purificar la memoria para recordar que no nació un árbol de Navidad, no: ¡nació Jesucristo! El árbol es una bonita señal, pero nació Jesucristo, es un misterio. Purificar el futuro: un día me encontraré cara a cara con Jesucristo: ¿qué le diré? ¿Le hablaré mal de los demás? Y la tercera dimensión: hoy. ¿Qué pasa hoy en mi corazón cuando el Señor viene y llama a la puerta? Es el encuentro de todos los días con el Señor. Pidamos que el Señor nos dé esta gracia de la purificación del pasado, del futuro y del presente para encontrar siempre la memoria, la esperanza y el encuentro diario con Jesucristo.


Audio y comentario del Evangelio de hoy


LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
ACEPTA, Señor, los dones que te ofrecemos,
escogidos de los bienes que hemos recibido de ti,
y lo que nos concedes celebrar con devoción
durante nuestra vida mortal
sea para nosotros premio de tu redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de Adviento
Las dos venidas de Cristo
33. Este prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre, y en las restantes misas que se celebran durante este tiempo y que no tienen prefacio propio.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Quien al venir por vez primera
en la humildad de nuestra carne,
realizó el plan de redención trazado desde antiguo
y nos abrió el camino de la salvación;
para que cuando venga de nuevo
en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora, en vigilante espera,
confiamos alcanzar.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…


Antífona de comunión Cf. Sal 106, 4-5; Is 38, 3

Ven, Señor, a visitarnos con tu paz para que nos alegremos delante de ti con un corazón íntegro.


Oración después de la comunión

FRUCTIFIQUE en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos,
con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa,
a descubrir el valor de los bienes del cielo
y a poner en ellos nuestro corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«¿Qué pensamos que Jesús alabó en la fe del centurión? La humildad. La humildad del centurión fue la puerta por donde el Señor entró» (San Agustín).

«El Señor se maravilló de este centurión. Se maravilló de la fe que tenía. Por ello no sólo encontró al Señor, sino que sintió la alegría de haber sido encontrado por el Señor. ¡Es muy importante!» (Francisco).

«Ante la grandeza de este sacramento [la Eucaristía], el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión: ‘Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme’» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.386).


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