PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 10 DE DICIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo de la II Semana de Adviento (a las 11.00 h.).PARROQUIA DE LOS DOLORES:
PARROQUIA DEL CARMEN:
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Oramos por Tierra Santa sin olvidar a Ucrania y a otros tantos lugares de conflicto, sufrimiento y mal entre los pueblos y las familias
Oración por Tierra Santa
Padre celestial, Te damos gracias y te alabamos por el don de Jesús, tu único Hijo; por su nacimiento en Belén; su ministerio en toda la Tierra Santa, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión. Él ha venido a rescatar esta tierra y el mundo. Él ha venido como Príncipe de la Paz.
Te damos gracias por todas las Iglesias y parroquias del mundo que se unen a nuestra oración de hoy por la paz. Nuestra Ciudad Santa y nuestra tierra necesitan mucho la paz. En tu inefable misterio y tu amor para con todos, haz que la fuerza de tu redención y de tu paz supere todas las barreras de culturas y religiones, y llene el corazón de todos los que te sirven aquí, los de los dos pueblos, israelí y palestino, y de todas las religiones. Envíanos responsables políticos dispuestos a dedicar su vida a una paz justa para sus pueblos.
Dales el valor de firmar un tratado de paz que ponga fin a la ocupación impuesta por un pueblo sobre otro, concede la libertad a los palestinos, da la seguridad a los israelíes y libéranos a todos del temor. Danos responsables que comprendan la santidad de nuestra ciudad y que la abran a todos sus habitantes, palestinos e israelíes, y a todo el mundo.
Sobre esta tierra que tú has santificado, libéranos a todos de los pecados de odio y asesinato. Libera las almas y los corazones de los israelíes y palestinos de este pecado. Concede la liberación a los habitantes de Gaza que conocen interminables pruebas y amenazas.
Ponemos en ti nuestra confianza, Padre celestial. Creemos que eres bueno y que tu bondad triunfará sobre los males de la guerra y el odio en nuestra tierra.
Imploramos tu bendición, especialmente sobre los niños y los jóvenes, para que su temor y la angustia del conflicto cambien a la alegría y a la felicidad de la paz. Oramos también por las personas mayores y minusválidas, por su propio bienestar y porque aporten la contribución que les es posible para el futuro de esta tierra.
Oramos finalmente por los refugiados, dispersados por el mundo a causa de este conflicto.
Tú, Dios nuestro, concede a los políticos y a los gobernantes que tienen responsabilidad la sabiduría y el valor de encontrar soluciones justas y adaptadas.
Todo eso, te pedimos en nombre de Jesús. Amén.
(Oración de los responsables de las Iglesias en Jerusalén, en materiales de “Oración por la unidad de los cristianos 2011”)
Portada
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Bautista, cambió la fe por las drogas y tocó fondo en prisión: entre rejas, Dios le mandó un mensaje
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SANTORAL DE HOY
Elogio: Santa Eulalia, virgen y mártir, que, según se cuenta, en Mérida, población de Lusitania, siendo aún joven no dudó en ofrecer su vida por confesar a Cristo.
Patronazgos: Patrona de las parturientas, los viajeros, y protectora contra la disentería y la infelicidad.
Refieren a este santo: Santa Eulalia de Barcelona.
Oración
Oh
Dios, fuente de todos los bienes, que para llevarnos a la confesión de tu
nombre te has servido incluso del martirio de los niños, haz que tu Iglesia,
alentada por el ejemplo de Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir, no tema
sufrir por ti y desee ardientemente la gloria del premio eterno. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
San Mauro, mártir
En
Roma, en el cementerio de Trasón, en la vía Salaria Nueva, san Mauro, mártir, a
quien el papa san Dámaso celebra como un niño inocente, al que los tormentos no
lograron apartar de la fe.
San Gemelo,
mártir
En
Ancira, de Galacia, san Gemelo, mártir.
San Gregorio
III, papa
En
Roma, en la basílica de San Pedro, san Gregorio III, papa, que procuró la
predicación del Evangelio a los germanos y, en contra de los iconoclastas de la
Urbe, adornó las iglesias con sagradas imágenes.
San Lucas de
Insula, obispo
En el
monasterio de San Nicolás de Viotorito, en Calabria, san Lucas, obispo de
Insula, que trabajó con insistencia en favor de los pobres y en la formación de
los monjes.
Santos Edmundo
Gennings y Suintino Wells, mártires
En
Londres, en Inglaterra, santos mártires Edmundo Gennings, presbítero, y
Suintino Wells, los cuales, en tiempo de la cruel persecución durante el
reinado de Isabel I, fueron condenados a la pena capital, el primero por ser
sacerdote, y el segundo por haberle hospedado, y los ahorcaron, colgados en la
puerta de su casa, y martirizaron hasta la muerte.
Santos
Poliodoro Plasden y Eustacio White y beatos Brian Lacy, Juan Mason y Sidney
Hogdson, mártires
También
en Londres, santos Poliodoro Plasden y Eustacio White, presbíteros, y también
los beatos Brian Lacy, Juan Mason y Sidney Hogdson, todos ellos mártires, que
en el mismo año sufrieron idéntico tormento en Tyburn, los primeros porque,
siendo sacerdotes, habían entrado en Inglaterra, y los otros por haberles prestado
ayuda.
San Juan
Roberts y beato Tomás Somers, presbíteros y mártires
Igualmente
en Tyburn, diecinueve años después, san Juan Roberts, de la Orden de San
Benito, y beato Tomás Somers, presbíteros y mártires, que en tiempo del rey
Jaime I, condenados a causa de su sacerdocio, fueron colgados en el patíbulo
junto con dieciséis ladrones.
Beato Marco
Antonio Durando, presbítero y fundador
En
Turín, del Piamonte, en Italia, beato Marco Antonio Durando, presbítero de la
Congregación de la Misión, que fundó las Hermanas de la Compañía de la Pasión
de Jesús Nazareno, para cuidar enfermos y jóvenes abandonadas.
Beato Arsenio
de Trigolo, presbítero y fundador
En
Bérgamo, Italia, beato Arsenio de Trigolo, de nacimiento José Antonio
Migliavacca, presbítero y religioso franciscano, fundador de las Hermanas de
María Santísima Consoladora.
Beato Gonzalo
Viñes Masip, presbítero y mártir
En el
pueblo llamado Vallés, de Valencia, en España, beato Gonzalo Viñes Masip,
presbítero y mártir, el cual, en tiempo de persecución, libró un insigne
combate por Cristo.
Beatos Antonio
Martín Hernández y Agustín García Calvo, religiosos mártires
En el
Picadero de Paterna, en la misma región de Valencia, en España, beatos mártires
Antonio Martín Hernández, presbítero, y Agustín García Calvo, religiosos de la
Sociedad Salesiana, los cuales, en la misma persecución, por la fe de Cristo
recibieron el vestido de la gloria.
Beato Marcelino
Martín Rubio, monje mártir
En
Santander, en el monasterio trapense de Viaceli, beato Marcelino Martín Rubio,
novicio y mártir de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
Beata María
Emilia Riquelme Zayas, virgen y fundadora
En
Granada, España, beata María Emilia Riquelme Zayas, religiosa, fundadora de la
Congregación de Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada.
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. I o III Adv. LECC.: vol. I (B).
- Is 40, 1-5. 9-11. Preparadle un camino al Señor.
- Sal 84. R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
- 2 Pe 3, 8-14. Esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva.
- Mc 1, 1-8. Enderezad los senderos del Señor.
El desierto de la primera lectura y del Evangelio no es un desierto de arena. Es el desierto en el que se encuentra la gente, son los desiertos interiores que provocaban una situación de desierto exterior. Era el desierto de la pérdida de la fe de tantos que se preguntaban dónde estaba el Dios que otras veces se había manifestado. Era el desierto de la idolatría, pues cuando se dejaba de creer en Dios se comenzaba a poner la confianza en cualquier cosa. En este desierto el profeta Isaías y Juan el Bautista abren un camino de parte de Dios y anuncian el consuelo y la salvación.
La segunda lectura nos invita a vivir esta salvación que nos ha llegado con Jesucristo, esta sabiduría celestial, trabajando por la justicia y siendo intachables e irreprochables.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 11 de diciembre, pág. 714.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
No se
dice Gloria.
no permitas que,
cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo,
lo impidan los afanes terrenales,
para que, aprendiendo la sabiduría celestial,
podamos participar plenamente de su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Preparadle un camino al Señor
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y verán todos juntos - ha hablado la boca del Señor- »
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él mismo a las ovejas que crían.»
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino. R/.
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pedro 3, 8-14
El Señor no retrasa su promesa, como piensan algunos, sino que tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda sino que todos accedan a la conversión.
Pero el Día del Señor llegará como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán estrepitosamente, los elementos se disolverán abrasados y la tierra con cuantas obras hay en ella quedará al descubierto.
Puesto que todas estas cosas van a disolverse de este modo, ¡qué santa y piadosa debe ser vuestra conducta, mientras esperáis y apresuráis la llegada del Día de Dios!
Ese día los cielos se disolverán incendiados y los elementos se derretirán abrasados.
Pero nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habite la justicia.
Por eso, queridos míos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, intachables e irreprochables.
Como está escrito en el profeta Isaías:
-«Yo envío a mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”»; se presentó Juan en el desierto bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados.
Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
- «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
En cambio en la Primera lectura leemos el poema maravilloso de la consolación: consolad, consolad a mi pueblo...
La certeza de que el Señor va a venir a salvarnos, es una auténtica consolación para el pueblo judío y lo es para nosotros. Cada uno en el tiempo en que nos toca vivir, sabemos que nuestro auxilio está en el Señor.
Lo que nos toca a cada uno es facilitarle el camino al Señor, para aprovechar su paso a través de la liturgia. El Señor pasa, se posa y te quiere poseer (Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia) Él llegara hasta donde nosotros le permitamos entrar...
La imagen de la primera lectura y del evangelio refleja una situación frecuente en Oriente. No había autopistas ni caminos fácilmente practicables y por esto, cuando iba a venir un personaje importante; un heraldo hacía un llamamiento especial para que la gente saliera a preparar el camino. Esta imagen lo mismo Isaías que Juan el Bautista la usan aplicándola a la llegada del Señor, en visión profética o en la inmediatez de su llegada.
¿Cómo podemos preparar el camino?
Leemos de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, en su libro Frutos de oración:
1.380. «Cuando un alma se pone en mis manos limpia de cosas, Yo le doy mi sabiduría, mi entender, mi expresar, mi amar y mi vida para que la viva y la dé; y entonces, a través de ella, obro maravillas». (12-9-1963)
En la vida espiritual lo más importante no es hacer sino dejar que el Señor actúe en el alma. Hay que quitar estorbos y Él hará su obra.
Vayamos a lo esencial. Logremos centrar nuestra atención en los grandes acontecimientos que se avecinan y no nos dejemos aturdir por lo que nos viene del mundo. Jesús se acerca, y que no nos pase como entonces:
627. No había lugar en la posada para ellos... no había posada en nuestro corazón para Jesús... [...]. (22-4-1975)
626. En el Portal, María, José, los ángeles, los pastores, en silencio, atónitos, adoran al Dios hecho hombre; en la ciudad, alocados en ruidos, los hombres corren a la perdición; ¡no saben de Dios!, [...]. (27-12-1959)
Aunque María tiene su puesto en la Liturgia en el cuarto domingo y el 8 de diciembre la veremos en su fiesta de la Inmaculada; invitémosla ya desde ahora a que nos ayude ella a preparar el camino para el encuentro con el Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
te conmuevan, Señor,
y al vernos desvalidos y sin méritos propios
acude, compasivo, en nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
en la humildad de nuestra carne,
realizó el plan de redención trazado desde antiguo
y nos abrió el camino de la salvación;
para que cuando venga de nuevo
en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora, en vigilante espera,
confiamos alcanzar.
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Antífona de comunión Bar 5, 5; 4, 36
En pie, Jerusalén, sube a la altura, contempla la alegría que Dios te envía.
Oración después de la comunión
te pedimos, Señor,
que, por la participación en este sacramento,
nos enseñes a sopesar con sabiduría los bienes de la tierra
y amar intensamente los del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Esta venida intermedia es como una senda por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo» (San Bernardo).
«Uno de los rasgos característicos de Dios es que es el “Dios-que-viene”. No es un Dios que está en el cielo, desinteresándose de nosotros y de nuestra historia, sino que es el “Dios-que-viene”. Es un Padre que nunca deja de pensar en nosotros» (Benedicto XVI).
«Con Juan Bautista, el Espíritu Santo, inaugura, prefigurándolo, lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al hombre la “semejanza” divina. El bautismo de Juan era para el arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 720).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera y de la última, hay una venida intermedia. Esta venida intermedia es como una senda por la que se pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo» (San Bernardo).
«Uno de los rasgos característicos de Dios es que es el “Dios-que-viene”. No es un Dios que está en el cielo, desinteresándose de nosotros y de nuestra historia, sino que es el “Dios-que-viene”. Es un Padre que nunca deja de pensar en nosotros» (Benedicto XVI).
«Con Juan Bautista, el Espíritu Santo, inaugura, prefigurándolo, lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al hombre la “semejanza” divina. El bautismo de Juan era para el arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 720).
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