05 de mayo - DOMINGO DE LA VI SEMANA DE PASCUA (CICLO B)



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"cuantos más reciban la gracia,
mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios" (2Co 4,15)

¡Gracias!


  DOMINGO VI DE PASCUA (CICLO B)
  Oficio propio del Domingo de la II Semana del Salterio, del tiempo de Pascua
(Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas  -  Laudes  -  Tercia  - Sexta Nona Vísperas Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 05 DE MAYO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo VI de Pascua  (a las 12.30 h.).


El Tweet del Papa:



NOTICIAS DE ACTUALIDAD


Homilía del Domingo VI de Pascua
(05.05.2024)


Homilía I Vísperas del Domingo V de Pascua
(04.052024)




EUROPA Una edición y análisis de Adriano Dell'Asta, de la asociación Russia Cristiana
El ejemplo de Cristo, y su fe, inspiraban a Alexei Navalny: un nuevo libro recoge sus escritos
PERSONAJES Hoy Mario Domínguez dirige el «Proyecto Dominus Tecum»: lo cuenta en «El Rosario de las 11»
«A un paso de la posesión»: estudioso satanista entrega su vida a Dios y al «ejército del rosario»
OPINIÓN
El encuentro Transforma se confiesa: más allá de los métodos, una visión para evangelizar hoy
CULTURA «Aprende a manejar la Biblia, un librito para empezar», de Óscar García Aguado
7 claves para interpretar la Biblia dentro de la tradición católica y que ensanche tu alma
PERSONAJES Martin, de 34 años, debe mucho a un libro y a la conversión de su amigo
De adicto a las drogas a sacerdote: acudió a una vigilia de sanación donde se curó su alma y cuerpo
CULTURA La emisora cumple 25 años en España y llega a 720 millones de personas en todo el mundo
Díez Quintanilla: «La oración es la fuerza de Radio María para transformar la vida de sus oyentes»
VIDA Y FAMILIA Mark Merrill, asesora matrimonial, cita 7 casos en los que la oración «es imprescindible»
¿Ella gasta mucho? ¿Él se rodea de malas amistades? 7 formas en que la oración protege tu matrimonio
NUEVA EVANGELIZACIÓN Madrid, 27 al 30 de junio: el reto de los conversos o avivados que no arraigan en nada concreto
Transforma 2024: que los métodos de evangelización den raíces a comunidades cristianas
VIDA Y FAMILIA Una familia puede ser a la vez estricta y cariñosa... es lo más eficaz
Si soy estricto con mis hijos ¿se rebotarán con una vida desordenada al crecer? Respuesta: no 
CULTURA La serie sigue muy de cerca la novela de 1975 de Clavell, pero hoy pierde su carga de denuncia
Acabó «Shogun»: brutalidad y sexo a lo «Juego de Tronos», oración con poca fe e intrigas sosas
PERSONAJES La hermana María Guadalupe Valdez, de la Casa Franciscana de Mamás Solteras en Durango
Un hermano en la cárcel, otros en drogas, pero hoy ella es franciscana y atiende a mamás solas
CULTURA La Iliada, la Odisea, Platón, Virgilio, Tácito... ninguno se les puede comparar
Los Evangelios son los textos más creíbles de la Antigüedad: más copias, más antiguas, más fieles


SANTORAL DE HOY

Elogio: En Licata, en la isla de Sicilia, en Italia, san Ángel, presbítero carmelita y mártir.


   San Joviniano, lector y mártir   

En Auxerre, en la Galia Lugdunense, san Joviniano, lector y mártir. († s. III)

   San Eutimio, diácono y mártir   

En Alejandría de Egipto, san Eutimio, diácono y mártir. († c. 305)

   San Máximo de Jerusalén, obispo y confesor   

Conmemoración de san Máximo, obispo de Jerusalén, que fue condenado por el César Maximino Daya a trabajos forzados en las minas, después de haberle arrancado un ojo y quemado un pie con hierros candentes. Alcanzada la libertad, pudo marchar de allí y fue nombrado obispo de la Iglesia de Jerusalén, en donde, con el prestigio de su gloriosa confesión, descansó en paz. († c. 350)

   San Britón de Tréveris, obispo   

En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Britón, obispo, que defendió a su grey de los errores del priscilianismo, aunque junto con san Ambrosio, obispo de Milán, y san Martín, obispo de Tours, trató en vano de detener la violencia de quienes reclamaban la ejecución de Prisciliano y de sus seguidores. († 386)

   San Hilario de Arlés, eremita y obispo   

En Arlés, en la región de Provenza, san Hilarío, obispo, que, después de llevar vida eremítica en Lérins, fue promovido, muy a su pesar, al episcopado, en donde trabajando con sus propias manos, vistiendo una sola túnica tanto en verano como en invierno y viajando a pie, manifestó a todos su amor por la pobreza. Entregado a la oración, los ayunos y las vigilias, y perseverando en una predicación continua, mostró la misericordia de Dios a los pecadores, acogió a los huérfanos y no dudó en destinar para la redención de los cautivos todos los objetos de plata que se conservaban en la basílica de la ciudad. († 449)

   San Nicecio de Vienne, obispo

En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Nicecio, obispo. († s. V)

   San Geroncio de Milán, obispo

En Milán, de la Lombardía, san Geroncio, obispo. († c. 472)

   San Mauronto, abad   

En Marchiennes, en la Galia Bélgica, san Mauronto, abad y diácono, que fue discípulo de san Amando. († 702)

   San Sacerdote de Limoges, obispo

En Limoges, población de Aquitania, san Sacerdote, obispo, que primero fue monje y abad, y más tarde designado obispo, si bien al final de su vida quiso volver de nuevo a la vida monástica. († s. VIII)

   San Gotardo de Hildesheim, abad y obispo 

En Hildesheim, en el territorio de Sajonia, en Alemania, san Gotardo, obispo, que, primero abad del monasterio de Niederaltaich, visitó y renovó otros monasterios, y al morir san Bernardo le sucedió en la sede episcopal, donde promovió la vida cristiana de su Iglesia, restableció en el clero la disciplina regular y abrió diversas escuelas. († 1038)

   San León, eremita

En Calabria, san León, eremita, que, entregado a la oración y a las obras de beneficencia en favor de los pobres, murió en el monasterio de Africo, cercano a la ciudad de Reggio, cenobio que él mismo había fundado. († c. s. XII)

   San Avertino, diácono   

En Vençay, cerca de Tours, en Francia, san Avertino, diácono, que acompañó a santo Tomás Becket al destierro, y a la muerte de este volvió a dicho lugar, donde vivió como eremita. († 1189)

   Beato Bienvenido Mareni, religioso   

En Recanati, en la región del Piceno, en Italia, beato Bienvenido Mareni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores. († 1289)

   San Nuncio Sulprizio, laico   

En Nápoles, en la región de Campania, san Nuncio Sulprizio, quien, después de haber quedado huérfano, con una pierna infectada por la caries y el cuerpo exhausto, soportó sus sufrimientos con ánimo sereno y alegre. Dispuesto siempre a ayudar a todos, y pobre entre los pobres, consoló en gran manera a los demás enfermos y alivió sus miserias. († 1836)

   Beata Catalina Cittadini, virgen y fundadora   

En Somasca, cerca de Bérgamo, en Italia, beata Catalina Cittadini, virgen, la cual, privada de sus padres desde la más tierna edad, llegó a ser una paciente y competente maestra, cuidando con esmero una institución dedicada a la educación cristiana de niñas pobres, y con esta misma finalidad, fundó el Instituto de las Hermanas Ursulinas de Somasca. († 1857)

   Beatos Enric Gispert Domènech y Josep Gomis Martorell, presbíteros y mártires   

En Barcelona, España, beatos Enric Gispert Domènech y Josep Gomis Martorell, sacerdotes diocesanos y mártires, muertos por confesar la fe. († 1937)

   Beato Gregorio Frackowiak, religioso y mártir   

En Dresde, en Alemania, beato Gregorio Frackowiak, religioso de la Sociedad del Verbo Divino y mártir, el cual, encarcelado en tiempo de guerra, después de sufrir por Cristo fue degollado por los enemigos de la fe. († 1943)


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (blanco).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. Pasc.

LECC.: vol. I (B).

- Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48. El don del Espíritu Santo ha sido derramado también sobre los gentiles.

- Sal 97. R. El Señor revela a las naciones su salvación.

- 1 Jn 4, 7-10. Dios es amor.

- Jn 15, 9-17. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

El Espíritu Santo comunica el amor del Padre y del Hijo, porque Dios es amor. Por eso este amor es para todos y puede llegar a todos, sin acepción de personas. Sabemos que los caminos del Señor no son nuestros caminos y que nosotros lo único que podemos hacer es abrirnos cada día a su amor, a través del Espí- ritu que clama dentro de nosotros. Jesús explica lo que significa estar unidos a él, significa amar y guardar sus mandamientos, y si nosotros podemos hacer esto es porque Jesús nos ha amado primero con un amor de amistad. El amor es mandado porque antes nos ha sido dado, y el discípulo que sabe estar unido a Jesús debe dar el fruto de un amor de amistad. Este amor nos renueva para la vida eterna.

- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 6 de mayo, pág. 295.


RITOS INICIALES

Antífona de entrada Cf. Is 48, 20

Anunciadlo con gritos de júbilo, publicadlo y proclamadlo hasta el confín de la tierra. Decid: «El Señor ha rescatado a su pueblo». Aleluya.


Oración colecta
DIOS todopoderoso,
concédenos continuar celebrando con fervor sincero
estos días de alegría
en honor del Señor resucitado,
para que manifestemos siempre en las obras
lo que repasamos en el recuerdo.
Por nuestro Señor Jesucristo.

 LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48
ACONTECIÓ que cuando iba a entrar Pedro, Cornelio salió a su encuentro y se echó a sus pies. Pero Pedro lo levantó diciendo:
-«Levántate, que soy un hombre como tú.»
Y tomando de nuevo la palabra, Pedro añadió:
-«Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.»
Todavía estaba hablando Pedro, cuando bajó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles.
Pedro añadió:
-«¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?»
Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que se quedara unos días con ellos.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4
R/. El Señor revela a las naciones su salvación.
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
V/. El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
V/. Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

 

SEGUNDA LECTURA
Dios es amor
Lectura de la primera carta del apóstol San Juan 4, 7-10
QUERIDOS HERMANOS:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.
En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como propiciación por nuestros pecados.
Palabra de Dios.


Aleluya Jn 14, 23

R/. ALELUYA, ALELUYA.

El que me ama guardará mi palabra -dice el Señor-,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

R/. ALELUYA, ALELUYA.


EVANGELIO
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 15, 9-17
EN AQUEL TIEMPO dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis el Padre en mi nombre, os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Palabra del Señor.

DOMINGO DE LA VI SEMANA DE PASCUA (CICLO B)

Hoy vamos a entrar en esta definición tan singular que nos hace San Juan: Dios es amor. Dios es amor por su ser, y Dios es amor en persona, en la persona del Espíritu Santo.

Vamos a seguir hoy una charla que dio la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia en agosto de 1964. Transcribo parte de su contenido:

Dios, por no tener partes, no es que sea muchos atributos, sino que Dios se es una sola y eterna perfección [...] que contiene en sí todas las infinitas perfecciones.

[...] Hoy vamos a mirar la perfección infinita que Él es, pero enfocándola como vida de amor. Dios es amor, de tal forma que la vida de la Trinidad es una comunicación eterna de amor infinito; que la vida de la Trinidad es un reventón de alegría y de júbilo y de amor eterno; la vida de la Trinidad es una comunicación perfectísima [...] en un reventón de caridad eterna.

Porque la caridad tiende a comunicarse, y la vida de Dios es comunicación entre las tres divinas Personas y en sí; cada una para sí y cada una para las otras.

[...] Nos metemos allí en esa caridad infinita de Dios y vemos a las tres divinas Personas en una comunicación simultánea, eterna y felicísima de donación total. Y vemos cómo el Padre se es toda la infinita perfección en sí, por si y para sí, y cómo el Padre, por exigencia de esa misma perfección y por exigencia de su caridad eterna, necesita comunicarse. Y entonces el Padre, en un reventón de comunicación, de alegría, de gozo, de júbilo y de caridad eterna, da toda su infinita perfección a su Hijo en tal plenitud, en tal donación, en tal caridad y en tal entrega, que el Hijo es todo lo que es el Padre recibido del Padre.

... Y el Hijo lo coge todo, lo abarca todo, lo recopila todo en sí, de tal forma, que Él es toda la necesidad eterna e infinita de engendrar del Padre, pero en expresión. No ha quedado ninguna cosa en el Padre que no lo sea el Verbo, pero en expresión. El Verbo lo ha cogido todo. Porque el Padre en un acto de su bondad, de su donación, de su entrega y de su caridad infinita se lo dio todo al Verbo. Y el Verbo, por exigencia de esa misma caridad, lo expresa todo; y el Verbo, por exigencia de esa misma caridad, se vuelve al Padre y, en una donación infinita de amor eterno, le dice: «Padre, todo lo mío para ti; toma, yo me retorno todo a ti, yo me entregó todo a ti, por exigencia de la caridad infinita que tú al engendrarme me has hecho ser a mi.» Y el Hijo se retorna al Padre y se lo da todo. Y así como el Padre se lo da todo al engendrar al Hijo, el Hijo se retorna al Padre y se lo responde todo, en una comunicación eterna e infinita de caridad tremenda y terrible.

... Y esta donación del Padre al Verbo, y esta retornación de caridad infinita del Verbo al Padre, es tan eterna, tan perfecta, tan maravillosa, que el Padre, cuando le da a su Hijo toda su infinita perfección por vía de conocimiento, engendrándole, le ama en un amor tan perfecto, tan eterno, tan maravilloso, de tan perfecta donación, con una caridad infinita, tanto, tanto, ¡tanto!, que, en esa donación de amor que el Padre tiene al Hijo, va todo su ser en amor paternal y el Hijo se retorna al Padre en un amor, en una perfección, en una entrega, en una respuesta tan infinita en amor filial, en un decir: «Padre, así te quiero amar en agradecimiento; Padre, así me quiero dar a ti diciéndote cuánto te amo», en un amor tan perfecto, tan eterno y tan infinito, que todo el ser que ha recibido el Verbo del Padre, en amor, se lo retorna al Padre en amor filial. Y, entonces, ese amor paternal del Padre al Hijo y ese amor filial del Verbo al Padre es tan perfecto, tan dichoso, tan simultáneo, es de una caridad tan infinita, tanto, tanto, ¡tanto!, que, por exigencia de esa misma caridad y de ese mimo amor, revienta en otra Persona que es el Espíritu Santo: el reventón infinito del amor y de la caridad eterna del Padre amando al Hijo y del Hijo amando al Padre en retornación total y perfecta.

Así se ama Dios en su caridad eterna; así se aman el Padre y el Hijo; así se abrazan en el abrazo tan perfecto del Espíritu Santo; abrazo de caridad infinita tan perfecto, que es otra persona, la tercera persona de la Santísima Trinidad; abrazo que es la consecuencia de la caridad infinita del Padre y del Verbo en persona amor; abrazo que es el apretamiento, la consumación, la manifestación, la expresión infinita en persona de la caridad eterna del Padre y del Verbo, siendo Él, el Espíritu Santo, esta misma caridad. Y el Padre y el Verbo, al amarse mutuamente, en este amor se dan todo su ser en amor paterno y filial, y por eso el Espíritu Santo es el amor del Padre y del Verbo; y por eso el Espíritu Santo es todo el ser del Padre y del Verbo, porque el Padre y el Verbo, al amarse, se han amado con todo su ser por perfección de su misma infinitud y por infinitud de su misma perfección. ¡Qué caridad infinita, qué caridad, hija mía, la que se tienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!

... así vive Dios en el apretamiento dichosísimo de caridad eterna; así se ama Dios en la comunicación infinita de su vida trinitaria; así se comunican las tres divinas Personas en una caridad infinita y perfecta en sí, por sí y para sí.

...Y Dios es feliz porque todo lo que Él tiene en sí es comunicado a las otras divinas Personas; y cada una de las divinas Personas es feliz con su perfección infinita en sí y con su perfección infinita comunicada o respondida a las otras divinas Personas;

y ellos son felices porque viven para sí y para los otros, y porque son la razón de su felicidad. El Padre es la razón de la felicidad del Hijo y del Espíritu Santo y de Él mismo, y también tiene su felicidad en la retornación de su misma perfección que el Hijo y el Espíritu Santo le hacen.

Podríamos entrar en otros aspectos, pero me parecía interesante abundar en un tema que no siempre se trata en profundidad.

Los lectores de esta página web saben que la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia no defrauda cuando nos invita a entrar dentro de los misterios.

Se dice Credo.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas

SUBAN hasta ti, Señor, nuestras súplicas
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I de Pascua
El  misterio pascual

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en este tiempo
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

Porque él es el verdadero Cordero
que quitó el pecado del mundo;
muriendo destruyó nuestra muerte,
y resucitando restauró la vida.

Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría
y también los coros celestiales,
los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de comunión Cf. Jn 14, 15-16
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos, dice el Señor. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros. Aleluya.


Oración después de la comunión
DIOS todopoderoso y eterno,
que en la resurrección de Jesucristo
nos has renovado para la vida eterna,
multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual
e infunde en nuestros corazones
la fortaleza del alimento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8).


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Tratemos de ser como Cristo, pues también Cristo se hizo como nosotros: tratemos de ser dioses por medio de Él, pues Él mismo se hizo hombre por nosotros. Cargó con lo peor, para darnos lo mejor» (San Gregorio Nacianceno).

«El fruto verdadero es el amor que ha pasado por la cruz, por las purificaciones de Dios» (Benedicto XVI).

«Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús dice: ‘Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor’ (Jn 15,9). Y también: ‘Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado’ (Jn 15,12)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.823).


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