DOMINGO VI DE PASCUA (CICLO B) Oficio propio del Domingo de la II Semana del Salterio, del tiempo de Pascua(Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia - Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 05 DE MAYOPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 12.30 h.).
EUROPA Una edición y análisis de Adriano Dell'Asta, de la asociación Russia Cristiana
El ejemplo de Cristo, y su fe, inspiraban a Alexei Navalny: un nuevo libro recoge sus escritos
PERSONAJES Hoy Mario Domínguez dirige el «Proyecto Dominus Tecum»: lo cuenta en «El Rosario de las 11»
«A un paso de la posesión»: estudioso satanista entrega su vida a Dios y al «ejército del rosario»
OPINIÓN
El encuentro Transforma se confiesa: más allá de los métodos, una visión para evangelizar hoy
CULTURA «Aprende a manejar la Biblia, un librito para empezar», de Óscar García Aguado
7 claves para interpretar la Biblia dentro de la tradición católica y que ensanche tu alma
PERSONAJES Martin, de 34 años, debe mucho a un libro y a la conversión de su amigo
De adicto a las drogas a sacerdote: acudió a una vigilia de sanación donde se curó su alma y cuerpo
CULTURA La emisora cumple 25 años en España y llega a 720 millones de personas en todo el mundo
Díez Quintanilla: «La oración es la fuerza de Radio María para transformar la vida de sus oyentes»
VIDA Y FAMILIA Mark Merrill, asesora matrimonial, cita 7 casos en los que la oración «es imprescindible»
¿Ella gasta mucho? ¿Él se rodea de malas amistades? 7 formas en que la oración protege tu matrimonio
NUEVA EVANGELIZACIÓN Madrid, 27 al 30 de junio: el reto de los conversos o avivados que no arraigan en nada concreto
Transforma 2024: que los métodos de evangelización den raíces a comunidades cristianas
VIDA Y FAMILIA Una familia puede ser a la vez estricta y cariñosa... es lo más eficaz
Si soy estricto con mis hijos ¿se rebotarán con una vida desordenada al crecer? Respuesta: no
CULTURA La serie sigue muy de cerca la novela de 1975 de Clavell, pero hoy pierde su carga de denuncia
Acabó «Shogun»: brutalidad y sexo a lo «Juego de Tronos», oración con poca fe e intrigas sosas
PERSONAJES La hermana María Guadalupe Valdez, de la Casa Franciscana de Mamás Solteras en Durango
Un hermano en la cárcel, otros en drogas, pero hoy ella es franciscana y atiende a mamás solas
CULTURA La Iliada, la Odisea, Platón, Virgilio, Tácito... ninguno se les puede comparar
Los Evangelios son los textos más creíbles de la Antigüedad: más copias, más antiguas, más fieles
SANTORAL DE HOY
San Joviniano, lector y mártir
En Auxerre, en la Galia Lugdunense, san Joviniano, lector y mártir. († s. III)
San Eutimio, diácono y mártir
En Alejandría de Egipto, san Eutimio, diácono y mártir. († c. 305)
San Máximo de Jerusalén, obispo y confesor
Conmemoración de san Máximo, obispo de Jerusalén, que fue condenado por el César Maximino Daya a trabajos forzados en las minas, después de haberle arrancado un ojo y quemado un pie con hierros candentes. Alcanzada la libertad, pudo marchar de allí y fue nombrado obispo de la Iglesia de Jerusalén, en donde, con el prestigio de su gloriosa confesión, descansó en paz. († c. 350)
San Britón de Tréveris, obispo
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Britón, obispo, que defendió a su grey de los errores del priscilianismo, aunque junto con san Ambrosio, obispo de Milán, y san Martín, obispo de Tours, trató en vano de detener la violencia de quienes reclamaban la ejecución de Prisciliano y de sus seguidores. († 386)
San Hilario de Arlés, eremita y obispo
En Arlés, en la región de Provenza, san Hilarío, obispo, que, después de llevar vida eremítica en Lérins, fue promovido, muy a su pesar, al episcopado, en donde trabajando con sus propias manos, vistiendo una sola túnica tanto en verano como en invierno y viajando a pie, manifestó a todos su amor por la pobreza. Entregado a la oración, los ayunos y las vigilias, y perseverando en una predicación continua, mostró la misericordia de Dios a los pecadores, acogió a los huérfanos y no dudó en destinar para la redención de los cautivos todos los objetos de plata que se conservaban en la basílica de la ciudad. († 449)
San Nicecio de Vienne, obispo
En Vienne, en la Galia Lugdunense, san Nicecio, obispo. († s. V)
San Geroncio de Milán, obispo
En Milán, de la Lombardía, san Geroncio, obispo. († c. 472)
San Mauronto, abad
En Marchiennes, en la Galia Bélgica, san Mauronto, abad y diácono, que fue discípulo de san Amando. († 702)
San Sacerdote de Limoges, obispo
En Limoges, población de Aquitania, san Sacerdote, obispo, que primero fue monje y abad, y más tarde designado obispo, si bien al final de su vida quiso volver de nuevo a la vida monástica. († s. VIII)
San Gotardo de Hildesheim, abad y obispo
En Hildesheim, en el territorio de Sajonia, en Alemania, san Gotardo, obispo, que, primero abad del monasterio de Niederaltaich, visitó y renovó otros monasterios, y al morir san Bernardo le sucedió en la sede episcopal, donde promovió la vida cristiana de su Iglesia, restableció en el clero la disciplina regular y abrió diversas escuelas. († 1038)
San León, eremita
En Calabria, san León, eremita, que, entregado a la oración y a las obras de beneficencia en favor de los pobres, murió en el monasterio de Africo, cercano a la ciudad de Reggio, cenobio que él mismo había fundado. († c. s. XII)
San Avertino, diácono
En Vençay, cerca de Tours, en Francia, san Avertino, diácono, que acompañó a santo Tomás Becket al destierro, y a la muerte de este volvió a dicho lugar, donde vivió como eremita. († 1189)
Beato Bienvenido Mareni, religioso
En Recanati, en la región del Piceno, en Italia, beato Bienvenido Mareni, religioso de la Orden de los Hermanos Menores. († 1289)
San Nuncio Sulprizio, laico
En Nápoles, en la región de Campania, san Nuncio Sulprizio, quien, después de haber quedado huérfano, con una pierna infectada por la caries y el cuerpo exhausto, soportó sus sufrimientos con ánimo sereno y alegre. Dispuesto siempre a ayudar a todos, y pobre entre los pobres, consoló en gran manera a los demás enfermos y alivió sus miserias. († 1836)
Beata Catalina Cittadini, virgen y fundadora
En Somasca, cerca de Bérgamo, en Italia, beata Catalina Cittadini, virgen, la cual, privada de sus padres desde la más tierna edad, llegó a ser una paciente y competente maestra, cuidando con esmero una institución dedicada a la educación cristiana de niñas pobres, y con esta misma finalidad, fundó el Instituto de las Hermanas Ursulinas de Somasca. († 1857)
Beatos Enric Gispert Domènech y Josep Gomis Martorell, presbíteros y mártires
En Barcelona, España, beatos Enric Gispert Domènech y Josep Gomis Martorell, sacerdotes diocesanos y mártires, muertos por confesar la fe. († 1937)
Beato Gregorio Frackowiak, religioso y mártir
En Dresde, en Alemania, beato Gregorio Frackowiak, religioso de la Sociedad del Verbo Divino y mártir, el cual, encarcelado en tiempo de guerra, después de sufrir por Cristo fue degollado por los enemigos de la fe. († 1943)
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. Pasc.
LECC.: vol. I (B).
- Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48. El don del Espíritu Santo ha sido derramado también sobre los gentiles.
- Sal 97. R. El Señor revela a las naciones su salvación.
- 1 Jn 4, 7-10. Dios es amor.
- Jn 15, 9-17. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
El Espíritu Santo comunica el amor del Padre y del Hijo, porque Dios es amor. Por eso este amor es para todos y puede llegar a todos, sin acepción de personas. Sabemos que los caminos del Señor no son nuestros caminos y que nosotros lo único que podemos hacer es abrirnos cada día a su amor, a través del Espí- ritu que clama dentro de nosotros. Jesús explica lo que significa estar unidos a él, significa amar y guardar sus mandamientos, y si nosotros podemos hacer esto es porque Jesús nos ha amado primero con un amor de amistad. El amor es mandado porque antes nos ha sido dado, y el discípulo que sabe estar unido a Jesús debe dar el fruto de un amor de amistad. Este amor nos renueva para la vida eterna.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 6 de mayo, pág. 295.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Cf. Is 48, 20
Anunciadlo
con gritos de júbilo, publicadlo y proclamadlo hasta el confín de la tierra.
Decid: «El Señor ha rescatado a su pueblo». Aleluya.
Oración
colectaDIOS
todopoderoso,
concédenos
continuar celebrando con fervor sincero
estos
días de alegría
en
honor del Señor resucitado,
para
que manifestemos siempre en las obras
lo
que repasamos en el recuerdo.
Por
nuestro Señor Jesucristo.
Anunciadlo con gritos de júbilo, publicadlo y proclamadlo hasta el confín de la tierra. Decid: «El Señor ha rescatado a su pueblo». Aleluya.
concédenos continuar celebrando con fervor sincero
estos días de alegría
en honor del Señor resucitado,
para que manifestemos siempre en las obras
lo que repasamos en el recuerdo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
porque ha hecho maravillas;
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Aleluya Jn 14, 23
R/. ALELUYA, ALELUYA.
El
que me ama guardará mi palabra -dice el Señor-,y mi Padre lo amará, y
vendremos a él.
R/. ALELUYA, ALELUYA.
EVANGELIONadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos
✠
DOMINGO
DE LA VI SEMANA DE PASCUA (CICLO B)
Hoy
vamos a entrar en esta definición tan singular que nos hace San Juan: Dios es
amor. Dios es amor por su ser, y Dios es amor en persona, en la persona del
Espíritu Santo.
Vamos
a seguir hoy una charla que dio la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia en
agosto de 1964. Transcribo parte de su contenido:
Dios,
por no tener partes, no es que sea muchos atributos, sino que Dios se es una
sola y eterna perfección [...] que contiene en sí todas las infinitas
perfecciones.
[...]
Hoy vamos a mirar la perfección infinita que Él es, pero enfocándola como vida
de amor. Dios es amor, de tal forma que la vida de la Trinidad es una
comunicación eterna de amor infinito; que la vida de la Trinidad es un reventón
de alegría y de júbilo y de amor eterno; la vida de la Trinidad es una
comunicación perfectísima [...] en un reventón de caridad eterna.
Porque
la caridad tiende a comunicarse, y la vida de Dios es comunicación entre las
tres divinas Personas y en sí; cada una para sí y cada una para las otras.
[...]
Nos metemos allí en esa caridad infinita de Dios y vemos a las tres divinas
Personas en una comunicación simultánea, eterna y felicísima de donación total.
Y vemos cómo el Padre se es toda la infinita perfección en sí, por si y para
sí, y cómo el Padre, por exigencia de esa misma perfección y por exigencia de
su caridad eterna, necesita comunicarse. Y entonces el Padre, en un reventón de
comunicación, de alegría, de gozo, de júbilo y de caridad eterna, da toda su infinita
perfección a su Hijo en tal plenitud, en tal donación, en tal caridad y en tal
entrega, que el Hijo es todo lo que es el Padre recibido del Padre.
... Y
el Hijo lo coge todo, lo abarca todo, lo recopila todo en sí, de tal forma, que
Él es toda la necesidad eterna e infinita de engendrar del Padre, pero en
expresión. No ha quedado ninguna cosa en el Padre que no lo sea el Verbo, pero
en expresión. El Verbo lo ha cogido todo. Porque el Padre en un acto de su
bondad, de su donación, de su entrega y de su caridad infinita se lo dio todo
al Verbo. Y el Verbo, por exigencia de esa misma caridad, lo expresa todo; y el
Verbo, por exigencia de esa misma caridad, se vuelve al Padre y, en una
donación infinita de amor eterno, le dice: «Padre, todo lo mío para ti; toma,
yo me retorno todo a ti, yo me entregó todo a ti, por exigencia de la caridad
infinita que tú al engendrarme me has hecho ser a mi.» Y el Hijo se retorna al
Padre y se lo da todo. Y así como el Padre se lo da todo al engendrar al Hijo,
el Hijo se retorna al Padre y se lo responde todo, en una comunicación eterna e
infinita de caridad tremenda y terrible.
... Y
esta donación del Padre al Verbo, y esta retornación de caridad infinita del
Verbo al Padre, es tan eterna, tan perfecta, tan maravillosa, que el Padre,
cuando le da a su Hijo toda su infinita perfección por vía de conocimiento,
engendrándole, le ama en un amor tan perfecto, tan eterno, tan maravilloso, de
tan perfecta donación, con una caridad infinita, tanto, tanto, ¡tanto!, que, en
esa donación de amor que el Padre tiene al Hijo, va todo su ser en amor
paternal y el Hijo se retorna al Padre en un amor, en una perfección, en una
entrega, en una respuesta tan infinita en amor filial, en un decir: «Padre, así
te quiero amar en agradecimiento; Padre, así me quiero dar a ti diciéndote
cuánto te amo», en un amor tan perfecto, tan eterno y tan infinito, que todo el
ser que ha recibido el Verbo del Padre, en amor, se lo retorna al Padre en amor
filial. Y, entonces, ese amor paternal del Padre al Hijo y ese amor filial del
Verbo al Padre es tan perfecto, tan dichoso, tan simultáneo, es de una caridad
tan infinita, tanto, tanto, ¡tanto!, que, por exigencia de esa misma caridad y
de ese mimo amor, revienta en otra Persona que es el Espíritu Santo: el reventón
infinito del amor y de la caridad eterna del Padre amando al Hijo y del Hijo
amando al Padre en retornación total y perfecta.
Así
se ama Dios en su caridad eterna; así se aman el Padre y el Hijo; así se
abrazan en el abrazo tan perfecto del Espíritu Santo; abrazo de caridad
infinita tan perfecto, que es otra persona, la tercera persona de la Santísima
Trinidad; abrazo que es la consecuencia de la caridad infinita del Padre y del
Verbo en persona amor; abrazo que es el apretamiento, la consumación, la manifestación,
la expresión infinita en persona de la caridad eterna del Padre y del Verbo,
siendo Él, el Espíritu Santo, esta misma caridad. Y el Padre y el Verbo, al
amarse mutuamente, en este amor se dan todo su ser en amor paterno y filial, y
por eso el Espíritu Santo es el amor del Padre y del Verbo; y por eso el
Espíritu Santo es todo el ser del Padre y del Verbo, porque el Padre y el
Verbo, al amarse, se han amado con todo su ser por perfección de su misma
infinitud y por infinitud de su misma perfección. ¡Qué caridad infinita, qué
caridad, hija mía, la que se tienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!
...
así vive Dios en el apretamiento dichosísimo de caridad eterna; así se ama Dios
en la comunicación infinita de su vida trinitaria; así se comunican las tres
divinas Personas en una caridad infinita y perfecta en sí, por sí y para sí.
...Y
Dios es feliz porque todo lo que Él tiene en sí es comunicado a las otras
divinas Personas; y cada una de las divinas Personas es feliz con su perfección
infinita en sí y con su perfección infinita comunicada o respondida a las otras
divinas Personas;
y
ellos son felices porque viven para sí y para los otros, y porque son la razón
de su felicidad. El Padre es la razón de la felicidad del Hijo y del Espíritu
Santo y de Él mismo, y también tiene su felicidad en la retornación de su misma
perfección que el Hijo y el Espíritu Santo le hacen.
Podríamos
entrar en otros aspectos, pero me parecía interesante abundar en un tema que no
siempre se trata en profundidad.
Los
lectores de esta página web saben que la Madre Trinidad de la Santa Madre
Iglesia no defrauda cuando nos invita a entrar dentro de los misterios.
Se dice Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas
SUBAN hasta ti, Señor, nuestras súplicas
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
SUBAN hasta ti, Señor, nuestras súplicas
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua
El misterio pascual
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvaciónglorificarte siempre, Señor;pero más que nunca en este tiempoen que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Corderoque quitó el pecado del mundo;muriendo destruyó nuestra muerte,y resucitando restauró la vida.
Por eso,con esta efusión de gozo pascual,el mundo entero se desborda de alegríay también los coros celestiales,los ángeles y los arcángeles,cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
que en la resurrección de Jesucristo
nos has renovado para la vida eterna,
multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual
e infunde en nuestros corazones
la fortaleza del alimento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Tratemos de ser como Cristo, pues también Cristo se hizo como nosotros: tratemos de ser dioses por medio de Él, pues Él mismo se hizo hombre por nosotros. Cargó con lo peor, para darnos lo mejor» (San Gregorio Nacianceno).
«El fruto verdadero es el amor que ha pasado por la cruz, por las purificaciones de Dios» (Benedicto XVI).
«Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús dice: ‘Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor’ (Jn 15,9). Y también: ‘Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado’ (Jn 15,12)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.823).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Tratemos de ser como Cristo, pues también Cristo se hizo como nosotros: tratemos de ser dioses por medio de Él, pues Él mismo se hizo hombre por nosotros. Cargó con lo peor, para darnos lo mejor» (San Gregorio Nacianceno).
«El fruto verdadero es el amor que ha pasado por la cruz, por las purificaciones de Dios» (Benedicto XVI).
«Amándose unos a otros, los discípulos imitan el amor de Jesús que reciben también en ellos. Por eso Jesús dice: ‘Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor’ (Jn 15,9). Y también: ‘Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado’ (Jn 15,12)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.823).
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