PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 26 DE MAYOPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo de la VIII Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.)
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo de la VIII Semana del Tiempo Ordinario (a las 12.30 h.)
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo de la VIII Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.)
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo de la VIII Semana del Tiempo Ordinario (a las 12.30 h.)
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Durante los viernes del próximo mes de junio se impartirán en los salones de nuestra Parroquia de los Dolores unas catequesis que nos ayudarán a entender qué son las Hermandades y Cofradías, cuál es su lugar en la Iglesia y qué espera la Iglesia de ellas.
Este curso se propone para todos aquellos que quieren presentarse como miembros de una candidatura, para aquellos que quieren ingresar como hermanos de pleno derecho en la Hermandad y para todos aquellos que tengan interés en profundizar en su ser y vivir cristiano dentro de una Hermandad o Cofradía.
Los días de catequesis serán los viernes 7, 14, 21 y 28 de junio, a las 21.00 h. en la Parroquia de Los Dolores (Huelva).
Si tienes interés, ¡¡NO FALTES!!
Durante los viernes del próximo mes de junio se impartirán en los salones de nuestra Parroquia de los Dolores unas catequesis que nos ayudarán a entender qué son las Hermandades y Cofradías, cuál es su lugar en la Iglesia y qué espera la Iglesia de ellas.
Este curso se propone para todos aquellos que quieren presentarse como miembros de una candidatura, para aquellos que quieren ingresar como hermanos de pleno derecho en la Hermandad y para todos aquellos que tengan interés en profundizar en su ser y vivir cristiano dentro de una Hermandad o Cofradía.
Los días de catequesis serán los viernes 7, 14, 21 y 28 de junio, a las 21.00 h. en la Parroquia de Los Dolores (Huelva).
Si tienes interés, ¡¡NO FALTES!!
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
San Eleuterio, papa
También en Roma, san Eleuterio, papa, a quien los famosos mártires de Lyon, en aquel tiempo prisioneros, escribieron una célebre carta sobre el mantenimiento de la paz en la Iglesia. († 189)
San Simetrio, mártir
También en Roma, en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, san Simetrio, mártir. († s. inc.)
Santa Felicísima, mártir
En Todi, de la Umbría, santa Felicísima, mártir. († c. s. III/IV)
San Prisco y compañeros, mártires
En el territorio de Auxerre, en la Galia, martirio de san Prisco y sus compañeros. († s. inc.)
San Agustín de Canterbury, monje y obispo
En Canterbury, en Inglaterra, sepultura de san Agustín, obispo, cuya memoria se celebra mañana. († 604/605)
San Desiderio de Vienne, obispo y mártir
En el territorio de Lyon, en la Galia, martirio de san Desiderio, obispo de Vienne, que primero fue enviado al exilio por la reina Brunequilda, a la que había recriminado sus relaciones incestuosas y otras depravaciones, y más tarde coronado con el martirio por lapidación, por mandato de la misma reina. († c. 606)
San Berengario, monje
En el monasterio de Saint-Papoul, en la Galia, san Berengario, monje. († 1093)
San Lamberto de Vence, monje y obispo
En Vence, de la Provenza, san Lamberto, obispo, antes monje de Lérins, que cuidó de los necesitados y fue amante de la pobreza. († 1154)
Beato Francisco Patrizi, religioso presbítero
En Siena, de la Toscana, beato Francisco Patrizi, presbítero de la Orden de los Siervos de María, que con admirable celo se entregó a la predicación, a la dirección espiritual y al ministerio de la penitencia. († 1328)
Beato Andrés Franchi, religioso y obispo
En Pistoya, de la Toscana, beato Andrés Franchi, obispo, quien, después de la peste negra, como prior de la Orden de Predicadores reformó la vida regular en los conventos de esta región, y aprobó en su ciudad las cofradías de penitentes para favorecer la paz y la misericordia. († 1401)
Santa Mariana de Jesús de Paredes, virgen
En Quito, en Ecuador, santa Mariana de Jesús de Paredes, virgen, que en la Tercera Orden Regular de San Francisco consagró su vida a Cristo, empleando sus energías en ayudar a los indígenas pobres y a los negros. († 1645)
San Pedro Sans i Jordá, presbítero y mártir
En Fuzhou, en la provincia china de Fujián, san Pedro Sans i Jordá, obispo de la Orden de Predicadores y mártir, el cual, detenido junto con otros sacerdotes y llevado preso hasta el tribunal a través de un largo recorrido, se arrodilló en el lugar del suplicio y, terminada su oración, ofreció de buen grado su cuello al hacha. († 1747)
San José Chang Song-jib, mártir
En Seúl, ciudad de Corea, san José Chang Song-jib, mártir, farmacéutico de oficio, que, arrestado por haberse convertido al cristianismo, fue llevado a la cárcel, donde murió sometido a atroces tormentos. († 1839)
Santos Juan Doan Trinh Hoan y Mateo Nguyen Van Phuong, mártires
En la ciudad de Dong Hoi, en Annam, santos mártires Juan Doan Trinh Hoan, presbítero, y Mateo Nguyen Van Phuong, padre de familia y catequista. Este último hospedaba a su compañero sacerdote, y ambos fueron a la vez torturados y decapitados cruelmente por su fe, en tiempo del emperador Tu Duc. († 1861)
Beato Mathieu-Henri Planchat y 4 compañeros, presbíteros y mártires
En París, Francia, beato Mathieu-Henri Planchat, sacerdote profeso de los religiosos de San Vicente de Paúl, y cuatro compañeros, sacerdotes profesos de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, todos ellos mártires en los días de la Comuna de París.
Son sus nombres: Mathieu-Henri Planchat, Armand Radigue (Ladislas), Jules Tuffier (Polycarpe), Jean-Marie Rouchouze (Marcellin) y Jean-Pierre-Eugène Tardieu (Frézal) († 1871)
San Andrés Kaggwa, mártir
En el lugar de Munyonyo, en Uganda, san Andrés Kaggwa, mártir, jefe de los timbaleros del rey Mwanga y familiar suyo, que, apenas convertido a Cristo, enseñó la doctrina del Evangelio a los paganos y a los catecúmenos, por lo cual fue cruelmente asesinado. († 1886)
San Ponciano Ngondwe, mártir
En la aldea de Ttaka Jiunge, también en Uganda, san Ponciano Ngondwe, mártir, que, ministro del rey, recibió el bautismo cuando arreciaba la persecución y, encarcelado de inmediato, pereció traspasado con una lanza por el verdugo mientras era conducido al lugar del suplicio. († 1886)
LITURGIA DE HOY
Solemnidad de la Santísima e indivisa Trinidad, en la que confesamos y veneramos al único Dios en la Trinidad de personas, y la Trinidad de personas en la unidad de Dios (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la solemnidad de la Santísima Trinidad (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. I (B).
- Dt 4, 32-34. 39-40. El Señor es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro.
- Sal 32. R. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
- Rom 8, 14-17. Habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».
- Mt 28, 16-20. Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lo que escuchamos en las lecturas y meditamos en esta fiesta es el misterio del amor de Dios que busca salvarnos. La revelación de Dios como Padre, del Verbo hecho carne que es Jesucristo el Hijo de Dios, y del Espíritu Santo como amor del Padre y del Hijo, que nos hace hijos y nos empuja a clamar a Dios como Padre y a Jesús como Señor. La Biblia narra este misterio de amor divino, un amor que es comunión y vida para nuestra salvación, y toda nuestra vida espiritual y litúrgica se centra en reconocer su gloria y adorar su unidad en su poder y grandeza.
- JORNADA PRO ORANTIBUS (dependiente de la CEE, obligatoria): Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ.
Liturgia de las Horas: Oficio de la solemnidad. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 27 de mayo, pág. 331.
CALENDARIOS: Congregación del Oratorio: San Felipe Neri, presbítero (S).
Ciudad Real y Sant Feliu de Llobregat: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Dominicos: Santa Mariana de Jesús Paredes, virgen (MO).
Benedictinos, O. Cist. y OCSO: San Gregorio VII, papa, o santa María Magdalena de Pazzi, virgen, o san Felipe Neri (ML).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
que, al enviar al mundo
la Palabra de la verdad
y el Espíritu de la santificación,
revelaste a los hombres tu admirable misterio,
concédenos, al profesar la fe verdadera,
reconocer la gloria de la eterna Trinidad
y adorar la Unidad en su poder y grandeza.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
«Pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra; pregunta desde un extremo al otro del cielo, ¿sucedió jamás algo tan grande como esto o se oyó cosa semejante? ¿Escuchó algún pueblo, como tú has escuchado, la voz de Dios, hablando desde el fuego, y ha sobrevivido? ¿Intentó jamás algún dios venir a escogerse una nación entre las otras mediante pruebas, signos, prodigios y guerra y con mano fuerte y brazo poderoso, con terribles portentos, como todo lo que hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos?
Así pues, reconoce hoy, y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Observa los mandatos y preceptos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos, después de ti, y se prolonguen tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».
Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22 (R: cf. 12)
se escogió como heredad.
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
el aliento de su boca, sus ejércitos.
Porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó y todo fue creado. R/.
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.
Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».
Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.
Aleluya Cf. Ap 1, 8
al Dios que es, al que era y al que ha de venir. R/.
✠
Lectura del santo
Evangelio según san Mateo 28, 16-20
EN AQUEL TIEMPO, los
once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se
postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos,
Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que
os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los
tiempos».
Palabra del Señor.
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (CICLO B)
El misterio de la
Santísima Trinidad -nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el nº 234-
es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios
en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la
ley que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en
la jerarquía de las verdades de la fe.
Aquí sí que nos
podríamos extender todo lo que quisiéramos entrando en el arsenal de doctrina y
vivencia trinitaria que encontramos en las charlas y escritos de la Madre
Trinidad de la Santa Madre Iglesia.
Si en ellos se habla
mucho de la Trinidad es porque no se comprende la riqueza de la Iglesia sin ver
que en ella Dios mora de asiento. Cristo, su Cabeza, trae consigo al Padre y al
Espíritu Santo y las Tres Personas Divinas se dan a su iglesia y a través de
ella durante todos los tiempos. Veamos unos pensamientos:
742. El Infinito, queriéndose
derramar en plenitud sobre mi Iglesia, la engalanó tan maravillosamente que la
hizo ser como el corazón de Dios en la tierra. (15-9-1963)
745. Mi Iglesia es
toda hermosa, engalanada y enjoyada con la misma Divinidad, que sobre ella se
derrama en cataratas de ser y en Trinidad de personas. (15-9-1963)
748. ¡Qué alegría tan
grande que, en el seno de la Iglesia, esté la riqueza de Dios tan
maravillosamente, que las tres divinas Personas se entregaron a ella como
regalo de amor en el día de sus bodas! (25-5-1959)
749. Todo el misterio
divino en su Trinidad una es la riqueza esencial de mi Iglesia Madre.
(5-3-1962)
750. Iglesia mía, el
Padre te da su Palabra para que te abra su seno amoroso, el Verbo te dice, en
un romance de amor de inédita ternura e infinita misericordia, todo el secreto
de la vida eterna, y el Espíritu Santo te abrasa en su fuego, depositando en ti
sus tesoros y carismas, para que, por tu medio, las almas vivan su filiación
divina y se metan en el Seno del Padre. Iglesia mía, ¡qué hermosa eres!,
¡cuánto te amo! (21-3-1959)
755. Es el Espíritu
Santo el Amor que impulsa al Padre y al Hijo en su donación a la Iglesia, el
Amor que la envuelve, penetra, satura y ennoblece; y es el Amor mediante el
cual se obró la Encarnación en las entrañas purísimas de María, que es la
expresión del habla de Dios a los hombres en urgencia eterna de comunicársenos.
(15-9-1963)
Tampoco podemos
valorar el misterio de Cristo si no lo vemos como el Verbo del Padre Encarnado;
distinguiendo perfectamente lo que Cristo es y lo que Cristo hace a través de
su humanidad.
Una única persona,
pero con la realidad maravillosa de ser verdadero Dios y verdadero hombre con
todas sus consecuencias.
Y si se trata de
María, para valorar su maternidad divina y si se trata de nuestra vida de
gracia para valorar lo que supone participar en la misma vida de Dios en cada
una de sus Personas. La que será nuestra vida eterna es ya nuestra vida de
gracia en el tiempo.
Veamos algunos
pensamientos sobre Cristo (Frutos de Oración):
596. Cuando miro al
Verbo Encarnado como Dios, veo en Él toda la perfección infinita de la
divinidad; y cuando le miro como hombre, le veo recopilación perfecta de toda
la humanidad. (15-10-1974)
599. Jesús es la
sabiduría eterna del Padre en Expresión cantora; es la Luz del Resplandor
eterno; es el todo infinito de Dios en deletreo amoroso de conversación divina
y humana; por lo que, cuando estoy con Él, estoy ante la contención apretada
que encierra en sí cuanto es el que Se Es, y cuanto es toda la creación. (14-9-1974)
607. Cuando yo me uno
al Verbo Encarnado, por mi injerción en Él, me uno también con el Padre y el
Espíritu Santo, pasando a vivir su misma vida, por participación, y siendo
ellos UNO en mí –no uno conmigo–; en esa misma injerción me uno con los hombres
de todos los tiempos y ellos conmigo, siendo todos uno en Cristo, y, por Él,
entre nosotros, viviendo todos unidos con y en la Familia Divina. (13-7-1966)
Veamos algunos
pensamientos sobre la participación en la vida de la Trinidad (Frutos de Oración):
976. La vida de la
gracia es que, no sólo Dios vive su vida en nosotros por esencia, presencia y
potencia, sino que, al injertamos en Jesucristo por el bautismo, se viene a
vivir su vida con nosotros en comunicación de amigos. (13-2-1967)
977. ¡Qué alegría
saber que lo que Dios hace en sí y para sí mismo, lo hace en mi alma para
mí...! (2-12-1962)
980. Escucha, alma
querida, que el Padre te está diciendo su infinita Palabra en el amor del
Espíritu Santo, hoy, en el centro de tu alma, solamente para ti; y te la
deletrea según tu capacidad y actuación para que, haciéndote conforme a ese
decir amoroso, te hagas Trinidad por participación. (15-10-1963)
981. Por mi ser de
Iglesia, vivido en intimidad amorosa con la Familia Divina, me siento penetrada
e impregnada de la Sabiduría del Padre, llena de la Palabra del Verbo, y
saturada en el Amor del Espíritu Santo en retornación amorosa hacia Él y en
amor profundo a cuantos me dio. (25-4-1978)
Ante la excelencia y
perfección infinitas, mi postura ha de ser (Frutos de Oración):
426. ¡Alegrémonos
unidos en Dios, que Él es eternamente feliz, sin nada ni nadie que le pueda
quitar su gloria...! ¡Alegrémonos en el triunfo definitivo de Jesús, en el
triunfo de María y de la Iglesia! Y ése será nuestro gozo que nada ni nadie nos
podrá quitar. ¡Qué importan los sufrimientos de ahora llenos de promesas y
esperanzas en el triunfo del Amor Infinito! (11-12-1974)
430. Cuando en el
saboreo de la oración callada vislumbro algo de la gloria de tu ser infinito,
mi capacidad, traslimitada, rompe en un «¡Gloria al Padre y al Hijo y al
Espíritu Santo!», ante la alegría casi infinita que me envuelve de saber lo
glorioso que te eres. (3-7-1962)
437. Dios es Dios por
ser Dios, porque Él es lo que es por sí mismo y para sí mismo; y esto que puede
parecer una cosa tan fría, es el gozo eterno de los bienaventurados y la
alegría más repleta de mi alma. (30-1-1959)
440. En la profundidad
del seno de mi Familia Divina, hundida en su silencio, desde mi bajeza,
trascendiendo, amo lo que comprendo y adoro lo que me queda por conocer.
(18-12-1960)
446. Mi alma-Iglesia,
con Cristo, se siente toda adoración, llenando la exigencia de mi pequeñez ante
el reconocimiento de la excelencia de Dios, que me hace vivir en la verdad.
(15-10-1974)
461. ¡Yo necesito
adorar la excelencia de la Majestad infinita, y buscar adoradores de Dios para
glorificarle según la infinita Santidad desea de sus criaturas...! ¡Qué extraño
es el hombre, cuando ni siquiera siente necesidad de adorar...! ¡Falta de
conocimiento de Dios! (3-10-1974)
466. Cuando adoro, soy
feliz, porque soy lo que tengo que ser y hago lo que tengo que hacer.
(15-10-1974)
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
santifica, Señor y Dios nuestro,
estos dones de nuestra docilidad
y transfórmanos, por ellos, en ofrenda permanente.
El misterio de la Santísima Trinidad
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
eres un solo Dios, un solo Señor;
no en la singularidad de una sola Persona,
sino en la Trinidad de una sola naturaleza.
porque tú lo revelaste
lo afirmamos sin diferencia
de tu Hijo y del Espíritu Santo.
De modo que, al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos tres Personas distintas,
de única naturaleza e iguales en dignidad.
los querubines y serafines,
que no cesan de aclamarte, diciendo a una sola voz:
Antífona de comunión Gál 4, 6
Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que dama: «Abba, Padre».
Oración después de la comunión
que la recepción de este sacramento
y la profesión de fe en la santa y eterna Trinidad
y en su Unidad indivisible,
nos aprovechen para la salvación del alma y del cuerpo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Con la luz de la inteligencia gusté y vi en tu luz tu abismo, eterna Trinidad, y la hermosura de tu criatura, pues, revistiéndome yo misma de ti, vi que sería imagen tuya» (Santa Catalina de Siena).
«El Dios misterioso no es una soledad infinita; es un acontecimiento de amor. Padre e Hijo son uno en el Espíritu, que es, por decirlo así, la atmósfera del dar y del amar que hace de ellos un único Dios» (Benedicto XVI).
«Todas las prefiguraciones de la Antigua Alianza culminan en Cristo Jesús. Comienza su vida pública después de hacerse bautizar por san Juan el Bautista en el Jordán, y, después de su Resurrección, confiere esta misión a sus Apóstoles: ‘Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado’ (Mt 28,19-20)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.223).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Con la luz de la inteligencia gusté y vi en tu luz tu abismo, eterna Trinidad, y la hermosura de tu criatura, pues, revistiéndome yo misma de ti, vi que sería imagen tuya» (Santa Catalina de Siena).
«El Dios misterioso no es una soledad infinita; es un acontecimiento de amor. Padre e Hijo son uno en el Espíritu, que es, por decirlo así, la atmósfera del dar y del amar que hace de ellos un único Dios» (Benedicto XVI).
«Todas las prefiguraciones de la Antigua Alianza culminan en Cristo Jesús. Comienza su vida pública después de hacerse bautizar por san Juan el Bautista en el Jordán, y, después de su Resurrección, confiere esta misión a sus Apóstoles: ‘Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado’ (Mt 28,19-20)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.223).
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