07 de marzo - VIERNES DESPUÉS DE CENIZA, feria o SANTAS PERPETUA y FELICIDAD, mártires, (para la conmemoración - Abstinencia)



  VIERNES DESPUÉS DE CENIZA, feria
  Oficio propio del Viernes después de Ceniza, Semana IV del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo II:  Oficio de Lecturas  - Laudes  - Tercia       - Sexta  -  Nona  - Vísperas  - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
VIERNES, 07 DE MARZO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Rezo del Vía Crucis (18.00 h.).

- Eucaristía del Viernes después de Ceniza (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Rezo del Vía Crucis (18.30 h.).

Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Viernes después de Ceniza, en la Parroquia (a las 19.30 h.): Cuarto Día del Quinario en honor al Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada.




DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

TIEMPO DE CUARESMA 

Introducción al tiempo de Cuaresma

Del Directorio sobre la Piedad popular y la Liturgia (nn. 124-125)

La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las «armas de la penitencia cristiana»: la oración, el ayuno y la limosna (cf. Mt 6,1-6.16-18). En el ámbito de la piedad popular no se percibe fácilmente el sentido mistérico de la Cuaresma y no se han asimilado algunos de los grandes valores y temas, como la relación entre el «sacramento de los cuarenta días» y los sacramentos de la iniciación cristiana, o el misterio del «éxodo», presente a lo largo de todo el itinerario cuaresmal. Según una constante de la piedad popular, que tiende a centrarse en los misterios de la humanidad de Cristo, en la Cuaresma los fieles concentran su atención en la pasión y muerte del Señor.

El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual.



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ADORACIÓN PERPETUA
DEL STMO. SACRAMENTO EN VIVO

Parroquia Ntra. Sra. de la Merced
Instituto del Verbo Encarnado
Capilla "San Ignacio de Loyola"
(Manresa, España)


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"Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna" (Mt 19,29)

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El corto (short) de la semana:




NOTICIAS DE ACTUALIDAD


MENSAJE DEL SANTO PADRE

FRANCISCO

PARA LA CUARESMA 2025 

«Caminemos juntos en la esperanza»

Queridos hermanos y hermanas:

Con el signo penitencial de las cenizas en la cabeza, iniciamos la peregrinación anual de la santa cuaresma, en la fe y en la esperanza. La Iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y a abrirnos a la gracia de Dios para poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte, como exclamaba san Pablo: «La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?» ( 1 Co 15,54-55). Jesucristo, muerto y resucitado es, en efecto, el centro de nuestra fe y el garante de nuestra esperanza en la gran promesa del Padre: la vida eterna, que ya realizó en Él, su Hijo amado (cf. Jn 10,28; 17,3) [1].

En esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria.

Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, “Peregrinos de esperanza”, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida. Cada uno puede preguntarse: ¿cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Estoy realmente en camino o un poco paralizado, estático, con miedo y falta de esperanza; o satisfecho en mi zona de confort? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad? Sería un buen ejercicio cuaresmal confrontarse con la realidad concreta de algún inmigrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre. Este es un buen “examen” para el viandante.

En segundo lugar, hagamos este viaje juntos. La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales [2]. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos [3]. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Ga 3,26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.

En esta cuaresma, Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades. Preguntémonos ante el Señor si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos [4]. Esta es una segunda llamada: la conversión a la sinodalidad.

En tercer lugar, recorramos este camino juntos en la esperanza de una promesa. La esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5), mensaje central del Jubileo [5], sea para nosotros el horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual. Como nos enseñó el Papa Benedicto XVI en la Encíclica Spe salvi, «el ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” ( Rm 8,38-39)» [6]. Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado [7], y vive y reina glorioso. La muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo.

Esta es, por tanto, la tercera llamada a la conversión: la de la esperanza, la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna. Debemos preguntarnos: ¿poseo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme solo? ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? ¿Vivo concretamente la esperanza que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás? 

Hermanas y hermanos, gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5). La esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme [8]. En ella la Iglesia suplica para que «todos se salven» ( 1 Tm 2,4) y espera estar un día en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo. Así se expresaba santa Teresa de Jesús: «Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo» ( Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3) [9].

Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal.

Roma, San Juan de Letrán, 6 de febrero de 2025, memoria de los santos Pablo Miki y compañeros, mártires.

Francisco

___________________

[1] Cf. Carta enc. Dilexit nos (24 octubre 2024), 220.

[2] Cf. Homilía en la Santa Misa por la canonización de los beatos Juan Bautista Scalabrini y Artémides Zatti (9 octubre 2022).

[3] Cf. ibíd.

[4] Cf. ibíd.

[5] Cf. Bula Spes non confundit, 1.

  


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El pontífice ha compartido el mensaje desde el Hospital Gemelli de Roma en el que lleva tres semanas ingresado por complicaciones en su estado de salud. Para escuchar su mensaje, pincha en el siguiente audio:



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La Diócesis de Huelva inicia la Cuaresma con una llamada a la conversión y la esperanza

En la Santa Iglesia Catedral de la Merced, la Eucaristía ha estado presidida por el obispo de Huelva, Monseñor Santiago Gómez Sierra. Ante una catedral abarrotada, el pastor diocesano ha subrayado el profundo significado de la Cuaresma, invitando a los presentes a vivir este tiempo con recogimiento, oración y caridad.


El Obispo de Huelva pide oraciones por la salud del Papa Francisco

Con este gesto de comunión y cercanía, la Iglesia en Huelva se une a toda la Iglesia universal en la súplica por el bienestar del Papa

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SANTORAL DE HOY


Elogio: Memoria de santa Perpetua y santa Felicidad, mártires, que en tiempo del emperador Septimio Severo fueron detenidas en Cartago, junto con otros catecúmenos. Perpetua, matrona de unos veinte años, era madre de un niño aún lactante, mientras que Felicidad, su esclava, estaba entonces embarazada, por lo cual, según las leyes, no podía ser torturada hasta que diese a luz. Llegado el momento, en medio de los dolores del parto se alegró de ser expuesta a las fieras, y así, con rostro alegre, pasaron las dos de la cárcel al anfiteatro, como partiendo hacia el cielo.

 

   Santos Sátiro, Saturnino, Revocato y Secundino, mártires

También en Cartago, pasión de los santos Sátiro, Saturnino, Revocato y Secundino, que en la misma persecución bajo Septimio Severo, el último de ellos murió en la cárcel, mientras que los demás, maltratados por varias bestias, terminaron degollados tras darse el ósculo de la paz. († 203)

   San Eubulio, mártir   

En Cesarea de Palestina, pasión de san Eubulio, que fue compañero de san Adriano, y dos días después de él alcanzó la gloria al ser destrozado por los leones y decapitado. († 309)

   Santos Basilio, Eugenio, Agatodoro, Elpidio, Eterio, Capitón, y Efrén, obispos mártires   

En el Quersoneso, santos Basilio, Eugenio, Agatodoro, Elpidio, Eterio, Capitón, y Efrén, obispos y mártires. († c. s. IV)

   San Pablo «el Simple», monje   

En la Tebaida, en Egipto, san Pablo, por sobrenombre «Simple», discípulo de san Antonio. († s. IV)

   San Gaudioso de Brescia, obispo   

En Brescia, en la región de Venecia, san Gaudioso, obispo. († s. V)

   San Ardón Esmaragdo, monje y presbítero   

En el monasterio de Aniane, en la Septimania, san Ardón Esmaragdo, presbítero, compañero de san Benito de Aniane en la vida cenobítica. († 843)

   San Pablo de Prusa, obispo   

En Prusa, de Bitinia, san Pablo, obispo, que por defender el culto de las sagradas imágenes fue expulsado de la patria y murió en el exilio. († 850)

   Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia

En el monasterio de Fossanova, de la Orden Cisterciense, en el Lacio, tránsito de santo Tomás de Aquino, cuya memoria se celebra el día veintiocho de enero. († 1274)

   Beatos Juan Larke, Juan Ireland y Germán Gardiner, mártires   

En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Juan Larke y Juan Ireland, presbíteros, y Germán Gardiner, todos los cuales, por su fidelidad al Romano Pontífice, fueron ahorcados en Tyburn, en tiempo del rey Enrique VIII. († 1544)

   Santa Teresa Margarita Redi, virgen   

En Florencia, en la Toscana, santa Teresa Margarita (Ana María) Redi, virgen, que, habiendo entrado en la Orden de las Carmelitas Descalzas, avanzó por el arduo camino de la perfección y murió siendo aún joven. († 1770)

   San Juan Bautista Nam Chong-sam, mártir   

En Seúl, en Corea, san Juan Bautista Nam Chong-sam, mártir. († 1866)

   Santos Simeón Berneux, Justo Ranfer de Bretenières, Luis Beaulieu y Pedro Enrique Dorie, mártires   

En el lugar de Sai-Nam-Hte, también en Corea, santos mártires Simeón Berneux, obispo, Justo Ranfer de Bretenières, Luis Beaulieu y Pedro Enrique Dorie, presbíteros de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, que fueron decapitados por afirmar con decisión que habían venido a Corea en nombre de Cristo para salvar almas. († 1866)

   Beato José Olallo Valdés, religioso   

En La Habana, Cuba, beato José Olallo Valdés, religioso de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, que fue considerado como padre y protector tanto por los heridos y enfermos del hospital como por los pobres y esclavos de la ciudad. († 1889)

   Beato Leónidas Fëdorov, obispo y mártir   

En la ciudad de Kirov, en Rusia, beato Leónidas Fëdorov, obispo y mártir, el cual, siendo exarca apostólico de los católicos rusos de rito bizantino, mereció ser discípulo fiel a Cristo hasta la muerte, bajo un régimen contrario a la religión. († 1935)

   Beatos Luc Sy y Maisam Pho Inpèng, mártires 

En Den Din, Vientiane, Laos, beatos Luc Sy, catequista, y Maisam Pho Inpèng, laicos del vicariato apostólico de Vientiane y mártires († 1970)


LITURGIA DE HOY


Día 3º de Cuaresma
La Cuaresma: Ayunar mientras se espera al Señor


Misa de feria (morado).

MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.

LECC.: vol. II.

- Is 58, 1-9a. Este es el ayuno que yo quiero.

- Sal 50. R. Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

- Mt 9, 14-15. Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán.

Liturgia de las Horas: oficio de feria. Se puede hacer conmemoración de las santas.

Martirologio: elogs. del 8 de marzo, pág. 197.

CALENDARIOS: Alcalá de Henares: Traslación de las reliquias de los santos Justo y Pastor, mártires (conm.) o santas Perpetua y Felicidad, mártires (conm.).


RITOS INICIALES

Antífona de entrada Sal 29, 11

El Señor me escuchó, tuvo misericordia de mí; el Señor vino en mi ayuda.

Oración colecta

TE PEDIMOS, Señor, que tu bondad
nos ayude a continuar las obras penitenciales que hemos comenzado,
para que la austeridad exterior que practicamos
vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Este es el ayuno que yo quiero

Lectura del libro de Isaías 58, 1-9a

ESTO dice el Señor Dios: 
    «Grita a pleno pulmón, no te contengas; 
alza la voz como una trompeta, 
denuncia a mi pueblo sus delitos, 
a la casa de Jacob sus pecados. 
    Consultan mi oráculo a diario, 
desean conocer mi voluntad. 
    Como si fuera un pueblo que practica la justicia 
y no descuida el mandato de su Dios, 
me piden sentencias justas, 
quieren acercarse a Dios. 
    “¿Para qué ayunar, si no haces caso; 
mortificarnos, si no te enteras?” 
    En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios 
y apremiáis a vuestros servidores; 
ayunáis para querellas y litigios, 
y herís con furibundos puñetazos. 
    No ayunéis de este modo, 
si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo. 
    ¿Es ese el ayuno que deseo en el día de la penitencia: 
inclinar la cabeza como un junco, 
acostarse sobre saco y ceniza? 
    ¿A eso llamáis ayuno, 
día agradable al Señor? 
    Este es el ayuno que yo quiero: 
soltar las cadenas injustas, 
desatar las correas del yugo, 
liberar a los oprimidos, 
quebrar todos los yugos, 
partir tu pan con el hambriento, 
hospedar a los pobres sin techo, 
cubrir a quien ves desnudo 
y no desentenderte de los tuyos. 
    Entonces surgirá tu luz como la aurora, 
enseguida se curarán tus heridas, 
ante ti marchará la justicia, 
detrás de ti la gloria del Señor. 
    Entonces clamarás al Señor y te responderá; 
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 50, 3-4. 5-6ab. 18-19 [R.: cf. 19cd])
R. Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
V. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
R. Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
V. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad en tu presencia.
R. Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.
V. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.
R. Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

 
Versículo antes del Evangelio Cf. Am 5, 14

Buscad el bien, no el mal, y viviréis;
y el Señor estará con vosotros.

EVANGELIO
Cuando les sea arrebatado el esposo, entonces ayunarán

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15

EN AQUEL TIEMPO, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: 
    «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?». 
Jesús les dijo: 
    «¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor.

La reflexión del día


San Juan Crisóstomo, (Homiliae in Matthaeum, hom. 30, 3)

“Y lo que El dice es así: el tiempo presente es el tiempo del gozo y de la alegría; no debe mezclarse con él la tristeza. Porque el ayuno es triste, no en sí, sino para aquellos que aun son endebles, esto es, para aquellos que no han llegado a la fuerza de la perfección espiritual. Pero es suave para los que desean entregarse a la contemplación de la sabiduría o al trabajo de la perfección. De los primeros es de quienes habla aquí y en lo que dice, como se ve claramente, no hace concesión alguna a la gula”.


Oración sobre las ofrendas

SEÑOR, que este santo sacrificio que te ofrecemos
en este tiempo de Cuaresma nos haga más gratos a tus ojos
y más generosos en la práctica de la penitencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio IV de Cuaresma
Los frutos del ayuno

42. Este prefacio se dice en las Misas de los días feriales de Cuaresma y en los días penitenciales.


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal
refrenas nuestras pasiones,
elevas nuestro espíritu,
nos das fuerza y recompensa,
por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria,
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de la comunión Sal 50, 12

Señor, crea en mí un corazón puro, y renuévame por dentro con espíritu firme.

Oración después de la comunión
HABIENDO recibido la bendición del don celestial,
te rogamos, Dios todopoderoso,
que este mismo don se convierta para nosotros
en fuente de perdón y de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre el pueblo
DIOS todopoderoso,
que has dado a conocer a tu pueblo la senda de la vida eterna,
te rogamos que, por el mismo camino,
nos hagas llegar hasta ti, que eres la luz sin ocaso. 
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Fijemos con atención nuestra mirada en la sangre de Cristo, y reconozcamos cuán preciosa ha sido a los ojos de Dios, su Padre, pues, derramada por nuestra salvación, alcanzó la gracia de la penitencia para todo el mundo» (San Clemente Romano).

«No podemos pensar en la vida cristiana fuera de este camino que Él recorrió primero. Es el camino de la humildad. El estilo cristiano sin cruz no es de ninguna manera cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana» (Francisco).

«La conversión se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación, la atención a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho, (…) la aceptación de los sufrimientos, el padecer la persecución a causa de la justicia. Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro de la penitencia» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.435).


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