01 de junio - JUEVES DE LA VIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE, fiesta



 JUEVES DE LA VIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
 Oficio del Miércoles de la Semana IV del Salterio
 (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes Tercia - 
 Sexta - Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 01 DE JUNIO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Celebración de la Palabra y Comunión del Jueves de la VIII Semana del Tiempo Ordinario, Fiesta de Jesucristo Sumo Sacerdote (a las 19.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Rezo del Santo Rosario y Eucaristía del Jueves de la VIII Semana del Tiempo Ordinario, Fiesta de Jesucristo Sumo Sacerdote  (a las 20.00 h.).










Las cartas del Padre Pio (para cada día):




Portada


Estuvo en el Club de la Comedia, anima a superar los respetos humanos y vivir la fe con sencillez

Andrés Torres, monologuista en televisión: «No voy a cambiar mi fe por 4 fans más o por 2.000 menos»

Análisis del sociólogo Jérôme Fourquet sobre el catolicismo en Francia, valido también para Europa

¿Misión o bastión?: dos vías para los católicos de Occidente de cara a su futura supervivencia

Hasta la fe y la vida de oración se ha reforzado en los estudiantes de Steubenville

Una universidad beca a quien deje su «smartphone»: los jóvenes, entusiasmados con su nueva vida


Vídeos

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Opinión

  Inteligencia artificial e inteligencia espiritual , por Albert Cortina


Blogs

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  El don del Amor. Comentario para Matrimonios: Juan 20, 19-23 , por ProyectoAmorConyugal.es



SANTORAL DE HOY


En el Calendario litúrgico particular de la Iglesia en España, está inscrita la celebración de la Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, el jueves siguiente a la Solemnidad de Pentecostés. Al celebrar de forma especial la santidad y belleza del Sacerdocio de Cristo en esta fiesta, no solo se anima a los sacerdotes a vivir su sacerdocio ministerial sino que también se alienta a los fieles a intensificar la vivencia espiritual de su sacerdocio bautismal.

La tradición de esta festividad se remonta a principios del siglo XX ya que algunos Misales traían esta conmemoración. En 1971 se introduce y en 1973 el obispo de Valencia Don José María García Lahiguera, incrementa sus esfuerzos en bien de que sea vivida en toda la Iglesia.

Al principio se fija para cada 22 de agosto pero posteriormente se traslada al jueves de la Semana del Tiempo Ordinario, inmediatamente después de Pentecostés tal y como la conocemos ahora. 




Elogio: Memoria de san Justino, mártir, que, como filósofo que era, siguió íntegramente la auténtica sabiduría conocida en la verdad de Cristo y la confirmó con sus costumbres, enseñando lo que afirmaba y defendiéndola con sus escritos. Al presentar al emperador Marco Aurelio, en Roma, su Apología en favor de la religión cristiana, fue conducido al prefecto Rústico, ante quien se declaró cristiano, siendo condenado a la pena capital.

Patronazgos: patrono de los filósofos.

Refieren a este santo: Santos Pedro y Pablo, San Pío I.

Oración
Señor, tú que has enseñado a San Justino a encontrar en la locura de la cruz la incomparable sabiduría de Cristo, concédenos, por intercesión de tu mártir, la gracia de alejar los errores que nos cercan y de mantenernos firmes en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

   Santos Discípulos de san Justino, mártires   

También en Roma, santos Caritón y Cariti, Evelpisto y Jeracio, Peón y Liberiano, mártires, todos los cuales fueron discípulos de san Justino, y junto con él recibieron la corona eterna. († c. 165)

   Santos Amón, Zenón, Ptolomeo, Ingenuo y Teófilo, mártires   

En Alejandría de Egipto, santos mártires Amón, Zenón, Ptolomeo e Ingenuo, soldados, y el anciano Teófilo, los cuales, estando presentes en un proceso, al darse cuenta de que uno de los cristianos que era martirizado flaqueaba y se inclinaba a apostatar, con el rostro, la mirada y los gestos intentaron animarle, y al ser objeto de recriminaciones por parte del populacho, se adelantaron confesándose cristianos, y así es cómo por medio de su victoria, Cristo, que les infundió constancia, triunfó en ellos gloriosamente. († 249)

   Santos Isquirión y cinco compañeros, mártires

En Licópolis, también en Egipto, santos mártires Isquirión, oficial del ejército, y otros cinco soldados, que, por orden del prefecto Arrio, y en tiempo del emperador Decio, por su fe en Cristo fueron muertos con variadas formas de martirio. († c. 250)

   San Próculo, mártir   

En Bolonia, ciudad de la Emilia, san Próculo, mártir, que por su fe cristiana fue crucificado. († c. 300)

   San Fortunato, presbítero

En Montefalco, en la Umbría, san Fortunato, presbítero, de quien se dice que, siendo pobre, con su trabajo constante ayudó a los desvalidos, y que entregó su vida en favor de los hermanos. († s. IV/V)

   San Caprasio, eremita   

En la isla de Lérins, en la Provenza, san Caprasio, ermitaño, que, juntamente con san Honorato, se retiró a aquel lugar y dio comienzo a la vida monástica. († 430)

   San Floro

En Auvernia, en Aquitania, san Floro, que dio nombre al monasterio que se edificó sobre su tumba, así como a la ciudad y a la sede episcopal. († s. inc.)

   San Ronón de Quimper, eremita y obispo

En Bretaña Menor, san Ronón, obispo, que, habiendo llegado por mar desde Hibernia, llevó vida eremítica en los bosques del lugar. († c. s. VIII)

   San Vistano, mártir

En la región de Lichester, en Inglaterra, san Vistano, mártir, perteneciente a la estirpe real de Mercia, que, por oponerse al matrimonio incestuoso de su madre, fue asesinado por la espada del tirano. († 849)

   San Simeón, eremita   

En Tréveris, ciudad de Renania, en Lotaringia, san Simeón, el cual, nacido de padre griego en Siracusa, después de haber llevado vida eremítica en Belén y en el Sinaí, murió finalmente recluido en la torre de la Puerta Negra de esta ciudad. († 1035)

   San Iñigo, abad

En el monasterio de Oña, en el territorio de Burgos, de la región de Castilla, en Hispania, san Iñigo, abad, varón de paz, cuya muerte fue llorada también por judíos y musulmanes. († c. 1060)

   Beato Teobaldo de Alba, laico   

En la ciudad de Alba, en el Piamonte, beato Teobaldo, que por amor a la pobreza dio todo su dinero para socorrer a una viuda y, trabajando como mozo de cuerda, por humildad llevó las cargas de los demás. († 1150)

   Beato Juan Pelingotto, laico   

En Urbino, del Piceno, beato Juan Pelingotto, de la Tercera Orden Regular de San Francisco, que primero, siendo comerciante, procuraba favorecer más a los otros que a sí mismo, y luego, habiéndose recluido en una celda, solamente salía para atender a pobres y enfermos. († 1304)

   Beato Juan Storey, mártir

En Londres, en Inglaterra, beato Juan Storey, mártir, que, experto en derecho, fue fidelísimo al Romano Pontífice. Tras haber padecido la cárcel y el exilio, por su fe católica fue condenado a muerte y ahorcado en Tyburn, alcanzando así los gozos eternos. († 1571)

   Beatos Alfonso Navarrete, Fernando de San José de Ayala y León Tanaka, mártires

En Omura, en Japón, beatos mártires Alfonso Navarrete, de la Orden de Predicadores, Fernando de San José de Ayala, de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, y León Tanaka, religioso de la Compañía de Jesús, que, por decisión del comandante supremo Hidetada, fueron decapitados a causa de la fe cristiana. († 1617)

   Beato Juan Bautista Vernoy de Montjournal, presbítero y mártir   

En una nave prisión anclada frente al puerto de Rochefort, en Francia, beato Juan Bautista Vernoy de Montjournal, presbítero y mártir, que, canónigo de Moulins, durante la Revolución Francesa fue encarcelado por el hecho de ser sacerdote y murió a consecuencia de la enfermedad que contrajo en prisión. († 1794)

   San José Tuc, mártir   

En la ciudad de Hung Yen, en Tonkín, san José Tuc, mártir, joven campesino que se negó a pisar la Cruz, por lo que fue encarcelado y martirizado varias veces, hasta ser decapitado en tiempo del emperador Tu Duc. († 1862)

   San Juan Bautista Scalabrini, obispo y fundador

En Piacenza, en Italia, san Juan Bautista Scalabrini, obispo, quien trabajó incansable por el bien de su iglesia y mostró un especial interés por los sacerdotes, los agricultores y los obreros, llevando particularmente en su corazón a los que emigraban a los países de América, para los cuales fundó dos Pías Sociedades del Sagrado Corazón. († 1905)

   San Aníbal María Di Francia, presbítero y fundador   

En Mesina, ciudad de Sicilia, de nuevo en Italia, san Aníbal María Di Francia, presbítero, que fundó la Congregación de Padres Rogacionistas del Corazón de Jesús y la de Hijas del Divino Celo, para rogar al Señor santos sacerdotes para su Iglesia y cuidar a huérfanos sin recursos. († 1927)


LITURGIA DE HOY

Fiesta de nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote, según el rito de Melquisedec, en quien el Padre se ha complacido desde toda la eternidad, mediador entre Dios y los hombres que, para cumplir la voluntad del Padre, se ofreció a sí mismo en el altar de la cruz de una vez para siempre como víctima de salvación en favor de todo el mundo. Al instituir el sacrificio de la eterna alianza, elige con amor de hermano a hombres de este pueblo para que, al repetirlo constantemente en la Iglesia, se renueve la abundancia de la gracia divina con la que nacerá el cielo nuevo y la tierra nueva, y se realizará hasta los confines del mundo lo que el ojo no vio ni el oído oyó ni el hombre puede pensar (elog. del Martirologio Romano).

Misa de la fiesta (blanco).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. I de ordenaciones. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. IV (lecturas para el presente año A).

- Gen 22, 9-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe.
o bien: Heb 10, 4-10. Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad.
- Sal 39. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
- Mt 26, 36-42. Mi alma está triste hasta la muerte.

- Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.

Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum.
Martirologio: elogs. del 2 de junio, pág. 344.

CALENDARIOS: Auxiliares parroquiales de Cristo Sacerdote, Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote y Misioneras de Cristo Sacerdote: Nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote (S).
Rogacionistas e Hijas del Divino Celo: San Aníbal, presbítero (S).
Burgos: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Francisco Gil Hellín, arzobispo, emérito (1996).

RITOS INICIALES

FIESTAS Y SOLEMNIDADES DEL SEÑOR DURANTE EL TIEMPO ORDINARIO

Jueves después de Pentecostés


NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Fiesta


Antífona de entrada Hb 7, 24

Cristo, mediador de una nueva alianza, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa.


Se dice Gloria.


Oración colecta

OH, DIOS, que para gloria tuya y salvación del género humano
constituiste a tu Hijo único sumo y eterno Sacerdote,
concede, por la acción del Espíritu Santo,
a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios
la gracia de ser fieles
en el cumplimiento del ministerio recibido.
Por nuestro Señor Jesucristo.


LITURGIA DE LA PALABRA 

PRIMERA LECTURA
El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe

Lectura del libro del Génesis 22, 9-18

EN AQUELLOS DÍAS, llegaron Abrahán e Isaac al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
«¡Abrahán, Abrahán!».
Él contestó:
«Aquí estoy».
El ángel le ordenó:
«No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo».
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «En el monte el Señor es visto».
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo:
«Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia porque has escuchado mi voz».

Palabra de Dios.


(opción 2)

Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad


Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10

HERMANOS:

Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, al entrar él en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo;
no aceptaste
holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo
—pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí—
para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos, ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley.
Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10-11ab. 17 (R: cf. 8a. 9a)
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
V/. «—Como está escrito en mi libro—
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». R/.
V/. He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes.
No me he guardado en el pecho tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu salvación. R/.
V/. Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»,
los que desean tu salvación. R/.

 

Aleluya Cf. Flp 2, 8-9

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Cristo se ha hecho por nosotros obediente
hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre. R/.
 
EVANGELIO
Mi alma está triste hasta la muerte

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 26, 36-42

JESÚS fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».
Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo:
«Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».
Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
«Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú».
Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
«¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil».
De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas

JESUCRISTO, nuestro Mediador,
te haga aceptables estos dones, Señor,
y nos presente juntamente con él
como ofrenda agradable a tus ojos.
Por Jesucristo nuestro Señor.


Prefacio I de las ordenaciones
El sacerdocio de Cristo y el ministerio de los sacerdotes

67. Este prefacio se puede decir en la misa de la ordenación de presbíteros.

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, e nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Que constituiste a tu único Hijo
Pontífice de la Alianza nueva y eterna
por la unión del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.

Él no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real
a todo el pueblo santos,
sino también, con amor de hermano,
ha elegido a hombres de este pueblo,
para que, por la imposición de las manos,
participen de su sagrada misión.

Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención,
y preparan a tus hijos el banquete pascual,
donde el pueblo santo se reúne en tu amor,
se alimenta con tu palabra y se fortalece con tas sacramentos,

Tus sacerdotes, Señor, al entregar su vida por ti
y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y así dan testimonio constante de fidelidad y amor.

Por eso, nosotros, Señor,
con los ángeles y los santos cantamos tu gloria diciendo:

Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Mt 28, 20

Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo, dice el Señor.


Oración después de la comunión

LA EUCARISTÍA que hemos ofrecido y recibido,
nos dé la vida, Señor,
para que, unidos a ti en caridad perpetua,
demos frutos que siempre permanezcan.
Por Jesucristo nuestro Señor.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Todo lo que hizo en beneficio de los cuerpos no lo hizo para hacerlos inmortales, bien que al mismo cuerpo le habrá de dar en el fin una eterna salud. Quiso por medio de acciones visibles y temporales levantar la fe hacia las cosas que no se ven» (San Agustín).

«La fe es un camino de iluminación: parte de la humildad de reconocerse necesitados de salvación y llega al encuentro personal con Cristo, que llama a seguirlo por el sendero del amor» (Benedicto XVI).

«La invocación (…) ‘Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Señor, ¡Ten piedad de nosotros, pecadores!’ (…) conjuga el himno cristológico de Flp 2,6-11 con la petición del publicano y del mendigo ciego. Mediante ella, el corazón está acorde con la miseria de los hombres y con la misericordia de su Salvador» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.667)).