PROGRAMA PARROQUIAL:SÁBADO, 30 DE NOVIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- POR MOTIVOS AJENOS A NUESTRA VOLUNTAD EL RETIRO SE POSTPONE PARA EL PRÓXIMO 14 DE DICIEMBRE.
- Eucaristía I Vísperas del Domingo de la I Semana de Adviento (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía I Vísperas del Domingo de la I Semana de Adviento (a las 18.30 h.).
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PARROQUIA DEL CARMEN:
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
¡¡ATENCIÓN!!
¡¡CAMBIO DE HORARIO
A PARTIR DEL 1 DE OCTUBRE!!
HORARIOS
PARROQUIA NTRA. SRA. DEL CARMEN
(HUELVA)
HORARIO DE INVIERNO
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 18.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 17.00-18.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 11.00 h.
* CONFESIONES:
- Media hora antes de Misa.* DESPACHO PARRROQUIAL:
- De Martes a Viernes: de 17.00-18.00 h.
- Cáritas parroquial: Martes, de 10.00-12.00 h.
HORARIOS
PARROQUIA NTRA. SRA. DE LOS DOLORES
(HUELVA)
HORARIO DE INVIERNO
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 19.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 18.00-19.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 12.30 h.
* CONFESIONES:
- Media hora antes de Misa.* DESPACHO PARRROQUIAL:
- Martes, Jueves y Viernes: de 18.00-19.00 h.
- Cáritas parroquial: Jueves, de 18.00-20.00 h. (excepto el mes de agosto).
¡¡ATENCIÓN!!
¡¡CAMBIO DE HORARIO
A PARTIR DEL 1 DE OCTUBRE!!
HORARIOS
(HUELVA)
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)
* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 18.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 17.00-18.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 11.00 h.
* CONFESIONES:
* DESPACHO PARRROQUIAL:
- De Martes a Viernes: de 17.00-18.00 h.
- Cáritas parroquial: Martes, de 10.00-12.00 h.
HORARIOS
(HUELVA)
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)
* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 19.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 18.00-19.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 12.30 h.
* CONFESIONES:
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- Martes, Jueves y Viernes: de 18.00-19.00 h.
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"Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna" (Mt 19,29)
* * * * *
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
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Catequesis de jóvenes y adultos:Lunes y Jueves, a las 20,00 h.
¡¡Ven, te está esperando!!
* * * * *
«Dilexit nos», la cuarta Encíclica de Francisco, retoma la tradición y actualidad del pensamiento «sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo», invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión: porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos.
El próximo domingo 15 de diciembre, el Papa Francisco realizará su Viaje Apostólico a Ajaccio, Francia, para participar en el congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo". Esta actividad marcará el inicio del calendario de ceremonias del Santo Padre para los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025, cuyo programa fue publicado este lunes 25 de noviembre por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
El próximo domingo 15 de diciembre, el Papa Francisco realizará su Viaje Apostólico a Ajaccio, Francia, para participar en el congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo". Esta actividad marcará el inicio del calendario de ceremonias del Santo Padre para los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025, cuyo programa fue publicado este lunes 25 de noviembre por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
Portada
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es una prueba de la historicidad del Evangelio de San Lucas
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de Augusto fue el instrumento para que Jesús naciese «perfectamente hombre»
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López, diácono de la diócesis de Cádiz y Ceuta con un hijo sacerdote, es el
autor
Amplia encuesta a los
diáconos permanentes en España: «Una vocación emergente... cada vez somos más»
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pecado de los padres no se imputa a los hijos, pero los fieles lo que quieren
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Los obispos españoles
sacan una nota contra la sanación intergeneracional, pero no dan alternativas
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del sexo mata la familia, advierte el psicoterapeuta Claudio Risé
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sacerdotes de sus películas como «hombres de fe conscientes de su misión»
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ejerció de «párroco»
Juana de Cubas ya es
beata: gran mística española, consejera de Carlos V, se disfrazó para ser monja
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carisma
Congregación Marta y
María: monjas jóvenes activas en misiones diversas e «imbuidas en la oración»
Cultura Un
anuncio que hace pensar y sentir
El anuncio de Volvo
entusiasma a los grupos provida; el de Jaguar sacude la red con burlas
Cultura Todo
lo que debes saber de la Virgen de la Medalla Milagrosa
¿Qué es la Medalla Milagrosa? ¿Qué símbolos contiene? ¿Por qué la pidió la Virgen? ¿Es milagrosa?
SANTORAL DE HOY
El santo del día en un minuto:
Elogio: Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono.
Patronazgos: patrono de Rusia, Escocia, España, Grecia, Sicilia, Austria, Borgoña, Grecia, y en multitud de ciudades, patrono de pescadores y comerciantes de pescado, mineros, protector del noviazgo, la felicidad conyugal y los niños, protector contra la gota, dolores de garganta, calambres, y erisipela (enfermedad de Andrés).
Refieren a este santo: Santos Pedro y Pablo.
Oración
Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
San Mirocleto, obispo
En Milán, de la Liguria, san Mirocleto, obispo, del que hace memoria san Ambrosio entre los obispos fieles que le precedieron.
San Tugdual, abad y obispo
En la Bretaña Menor, san Tugdual, llamado «Pabu», abad y obispo, que fundó un monasterio en la ciudad de Tréguier.
San Gálgano Guidotti, eremita
En el monte Sebio, en la Toscana, san Gálgano Guidotti, eremita, quien se convirtió a Dios después de una juventud disipada y vivió el resto de su vida dedicado voluntariamente a la penitencia corporal.
Beato Juan de Vercelli, religioso presbítero
En Montpellier, de la Provenza, en Francia, beato Juan de Vercelli, presbítero, maestro general de la Orden de Predicadores, que predicó incansablemente la reverencia al nombre de Jesús.
Beato Federico, religioso
En Ratisbona, en el territorio de Baviera, en Alemania, beato Federico, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, siendo hábil carpintero, sobresalió por el fervor en la oración, por la obediencia y por la caridad.
San Cutberto Mayne, presbítero y mártir
En Lanceston, en Inglaterra, san Cutberto Mayne, presbítero y mártir, el cual, abrazada la fe católica y ordenado sacerdote, ejerció su ministerio en Cornualles, hasta que, bajo el reinado de Isabel I, condenado a muerte por haber dado a conocer públicamente una Carta Apostólica, fue conducido al patíbulo, siendo el primer alumno del Colegio de los Ingleses de Douai en sufrir el martirio.
Beato Alejandro Crow, presbítero y mártir
En York, también en Inglaterra, beato Alejandro Crow, presbítero y mártir, que, siendo humilde costurero, fue ordenado presbítero, hecho por el cual, en tiempo de la reina Isabel I, terminó gloriosamente condenado al patíbulo.
San Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir
En el lugar llamado Quxian, en la provincia de Sichuan, en China, san Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir, estrangulado por quienes odiaban la fe.
San José Marchand, presbítero y mártir
En Hué, localidad de Annam, san José Marchand, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que bajo el imperio de Minh Mang fue condenado al suplicio de los cien azotes.
Beatos Miguel Ruedas Mejías y seis compañeros, religiosos mártires
En el lugar llamado Paracuellos del Jarama, cerca de Madrid, en España, beato Miguel Ruedas Mejías y seis compañeros, mártires, religiosos de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, que, esclarecidos por su testimonio cristiano, durante la cruel persecución volaron hacia el Señor, víctimas de la violencia de los enemigos de la Iglesia. Sus nombres son: beatos Diego de Cádiz (Santiago) García Molina, Nicéforo Salvador del Río, Ramón (Rafael) Tonceda Fernández, religiosos; Arturo Donoso Murillo, Jesús Gesta de Piquer y Antonio Martínez Gil-Leonis, profesos.
Beato José Otín Aguilé, presbítero y mártir
En Valencia, también en España, beato José Otín Aguilé, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, que en la misma persecución, invencible y constante en su fe, arribó al reino de los cielos.
Beato Ludovico Roque Gietyngier, presbítero y mártir
Cerca de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, en el campo de concentración de Dachau, beato Ludovico Roque Gientyngier, presbítero y mártir, que, en la ocupación de Polonia durante la guerra, y entre los crímenes cometidos por el régimen enemigo de la fe, padeció el martirio y entregó su espíritu al Señor.
Elogio: Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono.
Patronazgos: patrono de Rusia, Escocia, España, Grecia, Sicilia, Austria, Borgoña, Grecia, y en multitud de ciudades, patrono de pescadores y comerciantes de pescado, mineros, protector del noviazgo, la felicidad conyugal y los niños, protector contra la gota, dolores de garganta, calambres, y erisipela (enfermedad de Andrés).
Refieren a este santo: Santos Pedro y Pablo.
Oración
Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
San Mirocleto, obispo
En Milán, de la Liguria, san Mirocleto, obispo, del que hace memoria san Ambrosio entre los obispos fieles que le precedieron.
San Tugdual, abad y obispo
En la Bretaña Menor, san Tugdual, llamado «Pabu», abad y obispo, que fundó un monasterio en la ciudad de Tréguier.
San Gálgano Guidotti, eremita
En el monte Sebio, en la Toscana, san Gálgano Guidotti, eremita, quien se convirtió a Dios después de una juventud disipada y vivió el resto de su vida dedicado voluntariamente a la penitencia corporal.
Beato Juan de Vercelli, religioso presbítero
En Montpellier, de la Provenza, en Francia, beato Juan de Vercelli, presbítero, maestro general de la Orden de Predicadores, que predicó incansablemente la reverencia al nombre de Jesús.
Beato Federico, religioso
En Ratisbona, en el territorio de Baviera, en Alemania, beato Federico, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, siendo hábil carpintero, sobresalió por el fervor en la oración, por la obediencia y por la caridad.
San Cutberto Mayne, presbítero y mártir
En Lanceston, en Inglaterra, san Cutberto Mayne, presbítero y mártir, el cual, abrazada la fe católica y ordenado sacerdote, ejerció su ministerio en Cornualles, hasta que, bajo el reinado de Isabel I, condenado a muerte por haber dado a conocer públicamente una Carta Apostólica, fue conducido al patíbulo, siendo el primer alumno del Colegio de los Ingleses de Douai en sufrir el martirio.
Beato Alejandro Crow, presbítero y mártir
En York, también en Inglaterra, beato Alejandro Crow, presbítero y mártir, que, siendo humilde costurero, fue ordenado presbítero, hecho por el cual, en tiempo de la reina Isabel I, terminó gloriosamente condenado al patíbulo.
San Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir
En el lugar llamado Quxian, en la provincia de Sichuan, en China, san Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir, estrangulado por quienes odiaban la fe.
San José Marchand, presbítero y mártir
En Hué, localidad de Annam, san José Marchand, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que bajo el imperio de Minh Mang fue condenado al suplicio de los cien azotes.
Beatos Miguel Ruedas Mejías y seis compañeros, religiosos mártires
En el lugar llamado Paracuellos del Jarama, cerca de Madrid, en España, beato Miguel Ruedas Mejías y seis compañeros, mártires, religiosos de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, que, esclarecidos por su testimonio cristiano, durante la cruel persecución volaron hacia el Señor, víctimas de la violencia de los enemigos de la Iglesia. Sus nombres son: beatos Diego de Cádiz (Santiago) García Molina, Nicéforo Salvador del Río, Ramón (Rafael) Tonceda Fernández, religiosos; Arturo Donoso Murillo, Jesús Gesta de Piquer y Antonio Martínez Gil-Leonis, profesos.
Beato José Otín Aguilé, presbítero y mártir
En Valencia, también en España, beato José Otín Aguilé, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, que en la misma persecución, invencible y constante en su fe, arribó al reino de los cielos.
Beato Ludovico Roque Gietyngier, presbítero y mártir
Cerca de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, en el campo de concentración de Dachau, beato Ludovico Roque Gientyngier, presbítero y mártir, que, en la ocupación de Polonia durante la guerra, y entre los crímenes cometidos por el régimen enemigo de la fe, padeció el martirio y entregó su espíritu al Señor.
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de
conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde
venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y
gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia
la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de
Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos"
(Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya
realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya
presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se
convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a
Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo
de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del
Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la
larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios
mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del
Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más,
subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios
de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde.
Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María
tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada
no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al
Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido
diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano
y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de
este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una
corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y
en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los
hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se
encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad,
es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de
Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera,
hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en
algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la
ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en
algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María
hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús
(las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de
Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de
una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la
actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo
vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de
invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz
y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a
comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido
expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como
tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo
humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la
persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
La Virgen María en el Adviento
101. Durante el tiempo de Adviento, la
Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda
algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión;
exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió,
total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en
los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador.
También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención
particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos
ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la
Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento
"como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del
Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes
de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente
cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento)
de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del
Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra
la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la
Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios
cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo.
Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los
Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es,
Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito
bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y
cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre),
profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de
piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay
duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de
María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien
con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera
mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados
también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada
se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de
Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de
gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc
1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones
populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la
fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en
buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida
íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante
que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
La Novena de Navidad
103. La Novena de Navidad nació para
comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil
acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede
continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha
facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería
deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de
las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a
los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar
algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería
una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las
exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden
desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del
incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las
representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las
iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños
nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del
"nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el
año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los
niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren
en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento
de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del
nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su
comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a
salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre
de convertir la preparación a la Navidad en una "operación
comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad
consumista.
La piedad popular percibe que no se puede
celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de
sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y
marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de
la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye
también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que
"salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para
eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá
al final de los tiempos.
(Hasta la Hora Nona:)Fiesta
de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como
él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor
Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La
tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región
de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de
Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (elog. del Martirologio
Romano).
Misa de la fiesta (rojo).MISAL: ants. y oracs. props., Gl.,
Pf. de los apóstoles. Conveniente PE I. No se puede decir la PE IV.LECC.: vol. IV.- Rom 10, 9-18. La fe nace del mensaje que
se escucha, y la escucha viene a
través de la palabra de Cristo.- Sal 18. R. A toda la tierra
alcanza su pregón. - Mt 4, 18-22. Inmediatamente dejaron las
redes y lo siguieron. - Hoy no se permiten las
misas de difuntos, excepto la exequial.Liturgia de las Horas: oficio de
la fiesta. Te Deum.Martirologio: elog. prop. del Domingo I de Adviento,
pág. 43, y
elogs. del 1 de diciembre, pág. 699
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de
conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde
venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y
gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia
la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de
Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos"
(Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya
realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya
presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se
convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a
Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo
de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del
Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la
larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios
mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del
Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más,
subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios
de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde.
Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María
tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada
no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al
Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido
diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano
y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de
este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una
corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y
en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los
hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se
encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad,
es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de
Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera,
hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en
algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la
ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en
algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María
hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús
(las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de
Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de
una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la
actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo
vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de
invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz
y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a
comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido
expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como
tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo
humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la
persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
La Virgen María en el Adviento
101. Durante el tiempo de Adviento, la
Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda
algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión;
exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió,
total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en
los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador.
También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención
particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos
ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la
Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento
"como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del
Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes
de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente
cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento)
de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del
Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra
la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la
Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios
cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo.
Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los
Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es,
Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito
bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y
cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre),
profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de
piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay
duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de
María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien
con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera
mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados
también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada
se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de
Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de
gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc
1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones
populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la
fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en
buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida
íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante
que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
La Novena de Navidad
103. La Novena de Navidad nació para
comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil
acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede
continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha
facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería
deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de
las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a
los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar
algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería
una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las
exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden
desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del
incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las
representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las
iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños
nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del
"nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el
año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los
niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren
en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento
de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del
nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su
comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a
salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre
de convertir la preparación a la Navidad en una "operación
comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad
consumista.
La piedad popular percibe que no se puede
celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de
sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y
marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de
la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye
también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que
"salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para
eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá
al final de los tiempos.
(Hasta la Hora Nona:)Fiesta
de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como
él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor
Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La
tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región
de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de
Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (elog. del Martirologio
Romano).
Misa de la fiesta (rojo).MISAL: ants. y oracs. props., Gl.,
Pf. de los apóstoles. Conveniente PE I. No se puede decir la PE IV.LECC.: vol. IV.- Rom 10, 9-18. La fe nace del mensaje que
se escucha, y la escucha viene a
través de la palabra de Cristo.- Sal 18. R. A toda la tierra
alcanza su pregón. - Mt 4, 18-22. Inmediatamente dejaron las
redes y lo siguieron. - Hoy no se permiten las
misas de difuntos, excepto la exequial.Liturgia de las Horas: oficio de
la fiesta. Te Deum.Martirologio: elog. prop. del Domingo I de Adviento,
pág. 43, y
elogs. del 1 de diciembre, pág. 699
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se
encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad,
es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de
Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera,
hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en
algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la
ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en
algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María
hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús
(las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido
expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como
tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo
humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la
persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
101. Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
103. La Novena de Navidad nació para comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las
representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las
iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños
nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del
"nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el
año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los
niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren
en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento
de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del
nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre de convertir la preparación a la Navidad en una "operación comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad consumista.
La piedad popular percibe que no se puede celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá al final de los tiempos.
Misa de la fiesta (rojo).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
San Andrés, apóstol
FiestaMonición de entradaHoy es la fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue al primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y él lo siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en Asia Menor y Grecia, y que fue crucificado en la ciudad griega de Patrás en el siglo I. La Iglesia de Constantinopla lo venera como patrono.
Antífona de entrada Cf. Mt 4, 18-19El Señor, paseando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Pedro y Andrés, y los llamó: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».Se dice Gloria.
Fiesta
Oración colectaSeñor, humildemente pedimos a tu majestad
que, así como san Andrés, apóstol de tu Iglesia,
brilló como predicador y pastor,
sea también nuestro perpetuo intercesor delante de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo.
que, así como san Andrés, apóstol de tu Iglesia,
brilló como predicador y pastor,
sea también nuestro perpetuo intercesor delante de ti.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10, 9-18
HERMANOS:
Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación.
Pues dice la Escritura:
«Nadie que crea en él quedará confundido».
En efecto, no hay distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie? y ¿cómo anunciarán si no los envían? Según está escrito:
«¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!».
Pero no todos han prestado oídos al Evangelio. Pues Isaías afirma:
«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?».
Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.
Pero digo yo: ¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario:
«A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los confines del orbe sus palabras».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Sal 18, 2-3. 4-5 [R.: 5a]
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
V. El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
V. Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
Aleluya Mt 4, 19
R. Aleluya, aleluya, aleluya.V. Venid y seguidme -dice el Señor-y os haré pescadores de hombres. R.
EVANGELIOInmediatamente dejaron las redes y lo siguieron✠Lectura del santo Evangelio según san Mateo Mt 4, 18-22EN AQUEL TIEMPO, paseando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor.
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 5, 1
Pedro y Andrés no habían visto que Jesucristo hubiese hecho algún milagro. Nada habían oído del premio eterno y, sin embargo al oír la voz del Salvador se olvidaron de todo lo que creían poseer. De donde se sigue: Pero ellos en seguida, dejando las redes le siguieron. En ello debemos ver más bien el afecto de los bienes, pues mucho dejó quien nada conservó para sí; mucho ha abandonado quien renunció con las cosas que poseían sus concupiscencias. Los que le seguían dejaron tanto como podían apetecer los que no le seguían. Nuestros actos exteriores, por pequeños que sean, agradan a Dios. Y no consideremos cuánto sea el sacrificio que cuestan sino cómo los manifestamos. El reino de Dios no tiene precio: vale tanto cuanto tienes.
La fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo
Si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación.
Pues dice la Escritura:
«Nadie que crea en él quedará confundido».
En efecto, no hay distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie? y ¿cómo anunciarán si no los envían? Según está escrito:
«¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!».
Pero no todos han prestado oídos al Evangelio. Pues Isaías afirma:
«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?».
Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y la escucha viene a través de la palabra de Cristo.
Pero digo yo: ¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario:
«A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los confines del orbe sus palabras».
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
V. El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Palabra del Señor.
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 5, 1
Pedro y Andrés no habían visto que Jesucristo hubiese hecho algún milagro. Nada habían oído del premio eterno y, sin embargo al oír la voz del Salvador se olvidaron de todo lo que creían poseer. De donde se sigue: Pero ellos en seguida, dejando las redes le siguieron. En ello debemos ver más bien el afecto de los bienes, pues mucho dejó quien nada conservó para sí; mucho ha abandonado quien renunció con las cosas que poseían sus concupiscencias. Los que le seguían dejaron tanto como podían apetecer los que no le seguían. Nuestros actos exteriores, por pequeños que sean, agradan a Dios. Y no consideremos cuánto sea el sacrificio que cuestan sino cómo los manifestamos. El reino de Dios no tiene precio: vale tanto cuanto tienes.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendasDIOS todopoderoso,
concédenos agradarte con estos dones
que hemos traído en la fiesta de san Andrés,
y, al aceptarlos, haz que renueven nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de los apóstoles
Los apóstoles, fundamento de la Iglesia y testimonio para el mundo
concédenos agradarte con estos dones
que hemos traído en la fiesta de san Andrés,
y, al aceptarlos, haz que renueven nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de los apóstoles
Los apóstoles, fundamento de la Iglesia y testimonio para el mundo
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque has cimentado tu Iglesia
sobre la roca de los Apóstoles,
para que permanezca en el mundo
como signo de santidad
y señale a todos los hombres
el camino que nos lleva hacia ti.
Por eso,
Señor, con todos los ángeles
te alabamos ahora y por siempre
diciendo con humilde fe:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Cf. Jn 1, 41-42Dijo Andrés a su hermano Simón: «Hemos encontrado al Mesías, que significa Cristo». Y lo llevó a Jesús.
Oración después de la comuniónSEÑOR, la comunión de tu sacramento nos dé fortaleza
para que, a ejemplo del apóstol san Andrés,
compartiendo la muerte de Cristo,
merezcamos vivir con él en la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
para que, a ejemplo del apóstol san Andrés,
compartiendo la muerte de Cristo,
merezcamos vivir con él en la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Pedro y Andrés no habían visto que Jesucristo hubiese hecho algún milagro. Nada habían oído del premio eterno y, sin embargo al oír la voz del Salvador se olvidaron de todo lo que creían poseer» (San Gregorio Magno).
«Que el apóstol Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con prontitud, a hablar con entusiasmo de Él, y sobre todo a cultivar con Él una relación de auténtica familiaridad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte» (Benedicto XVI).
«Cristo nuestro Señor (…) mandó a los Apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que Él mismo cumplió y promulgó con su boca» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 75).
Comienza a utilizarse el volumen I de la Liturgia de las Horas.
Primer domingo del Adviento de nuestro Señor Jesucristo; en este tiempo se recuerda la primera venida del Hijo de Dios a los hombres y se espera, a la vez, su segunda venida al final de los tiempos (elog. del Martirologio Romano).
Misa vespertina del I Domingo de Adviento (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. I o III Adv.
LECC.: vol. I (C).
- Jer 33, 14-16. Suscitaré a David un vástago legítimo.
- Sal 24. R. A ti, Señor, levanto mi alma.
- 1 Tes 3, 12 — 4, 2. Que el Señor afiance vuestros corazones, para cuando venga Cristo.
- Lc 21, 25-28. 34-36. Se acerca vuestra liberación.
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