DOMINGO V DE PASCUA (CICLO A) Oficio propio del Domingo de la I Semana del Salterio, del tiempo de Pascua(Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia - Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 07 DE MAYOPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo IV de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo V de Pascua (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo IV de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo V de Pascua (a las 12.30 h.).
NUEVA SECCIÓN:
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Las cartas del Padre Pio (para cada día):
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SANTORAL DE HOY
San Flavio y cuatro compañeros, mártires
En Nicomedia, ciudad de Bitinia, san Flavio y cuatro compañeros, mártires. († s. III/ IV)
San Cenérico, diácono y monje
En el territorio de Cenomanum, en la Galia, san Cenérico, diácono y monje, el cual, después de visitar los sepulcros de san Martín de Tours y de san Julián de Le Mans, pasó el resto de su vida en la soledad y la austeridad. († s. VII)
San Juan de Beverley, monje y obispo
En Beverley, en Northumbría, san Juan, obispo primero de Hexham y después de York, que asoció el trabajo pastoral con la oración en soledad, y después de haber renunciado a su cargo, pasó los últimos años de su vida en el cenobio que él mismo había fundado en aquel lugar. († 721)
Beata Gisela de Hungría, abadesa
En el monasterio de Niedernburg, cercano a Passau, en la región de Baviera, en Alemania, beata Gisela, que estuvo casada con san Esteban, rey de Hungría, a quien ayudó en la propagación de la fe. A la muerte de su esposo fue privada de sus bienes y de su reino, y se retiró al citado monasterio, que gobernó después como abadesa. († 1060)
San Antonio de Las Grutas, eremita
En Kiev, ciudad antiguamente rusa, san Antonio, ermitaño, que inició su vida monástica en el monte Athos y después la prosiguió en el monasterio de esta ciudad, denominado de Las Grutas. († 1073)
Beato Alberto de Bérgamo, penitente
En Cremona, en la región de Lombardía, beato Alberto de Bérgamo, labrador, que después de soportar con paciencia las reprensiones que su mujer le hacía por su gran generosidad hacia los pobres, abandonó sus tierras y vivió como hermano de la Orden de Penitencia de Santo Domingo. († 1279)
Santa Rosa Venerini, virgen y fundadora
En Roma, santa Rosa Venerini, virgen, nacida en Viterbo, que fundó las Maestras Pías Venerinas, con las que abrió en Italia las primeras escuelas para la educación de las niñas. († 1728)
San Agustín Roscelli, presbítero y fundador
En Génova, en Italia, san Agustín Roscelli, presbítero y fundador de la Congregación de Hermanas de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, para la formación de las niñas. († 1902)
Beato Francisco Paleari , presbítero
En Turín, Italia, beato Francisco Paleari, sacerdote cottolenguino, que se dedicó a los pobres y a los enfermos en la Pequeña Casa de la Divina Providencia, y a la enseñanza, distinguiéndose por su afabilidad y paciencia. († 1939)
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. Pasc.
LECC.: vol. I (A).
- Hch 6, 1-7. Eligieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo.
- Sal 32. R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
- 1 Pe 2, 4-9. Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real.
- Jn 14, 1-12. Yo soy el camino y la verdad y la vida.
Las dos primeras lecturas de hoy nos ayudan a profundizar en el misterio de la Iglesia, cuya piedra angular es Cristo y nosotros las piedras vivas, formando un sacerdocio sagrado para ofrecer a Dios sacrificios espirituales por medio de nuestra unión con Jesucristo (2 Lect). Y desde su comienzo esa Iglesia es ministerial, donde cada uno actúa según su carisma al servicio del anuncio de la Palabra y en la práctica de la caridad. Así surgieron los primeros
siete diáconos, ordenados por los apóstoles orando con la imposición de manos (1 Lect). En el Evangelio Jesús nos dice que él se va al Padre y que volverá para llevarnos con Él, el camino y la verdad y la vida.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 8 de mayo, pág. 298.
CALENDARIOS: León: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Luis Ángel de las Heras Berzal, obispo (2016).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Cf. Sal 97, 1-2
Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas; reveló a las naciones su salvación. Aleluya.
Oración colecta
DIOS todopoderoso y eterno,
lleva a su pleno cumplimiento en nosotros el Misterio pascual,
para que, quienes, por tu bondad,
han sido renovados en el santo bautismo,
den frutos abundantes con tu ayuda y protección
y lleguen a los gozos de la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles Hch 6, 1-7
EN AQUELLOS DÍAS, al crecer el número de los discípulos, los de
lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio
diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los
discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos
del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros,
hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de
esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban,
hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón,
Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles
y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el
número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19 (R: 22)
como lo esperamos de ti.
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pedro 1 Pe 2, 4-9
QUERIDOS HERMANOS:
Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero
elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en
la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de
ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Por eso se dice en la Escritura:
«Mira, pongo en Sion una piedra angular,
elegida y preciosa;
quien cree en ella no queda defraudado».
Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para
los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra
angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al
despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos.
Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real,
una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas
del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
Te alabamos, Señor.
Lectura del santo Evangelio según san Juan Jn 14, 1-12
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me
voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os
llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros.
Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino
por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo
conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?
Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al
Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo
no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las
obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las
obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará
las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».
Gloria a Ti, Señor Jesús.
DOMINGO DE LA V SEMANA DE PASCUA (CICLO A)
Hay que tomar conciencia que todo el pueblo cristiano constituye
una única realidad en Cristo con consecuencias de tremenda responsabilidad.
Nos lo recuerda San Pedro con estas palabras: vosotros sois una
raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido
por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de las tinieblas y
a entrar en su luz maravillosa.
Unidos a Cristo por el bautismo y por la confirmación al ser Él el
gran Sacerdote Mediador nos constituye a todos sacerdotes y por tanto
mediadores con El.
En la Encarnación Jesús asume inicialmente a todos y cada uno de
los hombres, aunque por el bautismo esta inserción se hace completa y
definitiva. Nada es ajeno al Cuerpo místico de Cristo y a su Cabeza de todo lo
que sucede a la humanidad. Lo bueno y lo malo mío repercute en todo el cuerpo,
como lo bueno y lo malo de todos repercute en todos y cada uno de nosotros.
Nos podríamos alargar indefinidamente admirando el maravilloso
plan de Dios concentrado en el misterio de la Encarnación.
Veamos algunos pasos que la Madre Trinidad desarrolla en uno de
sus ricos opúsculos: Plenitud del Sacerdocio de Cristo:
El misterio de la Encarnación es la manifestación de la vida de
Dios hacia fuera, en su Unidad de ser y en su Trinidad de Personas. Dios vive
con el hombre, por Cristo, toda su realidad; y el hombre vive con Dios, por
Cristo, de la perfección infinita, en intercomunicación familiar con todos los
hombres.
¡Oh misterio trascendente de la Encarnación, capaz de contener lo
incontenible, porque es poseedor del mismo Verbo infinito Encarnado, que, en el
seno de María, se trae consigo al Padre y al Espíritu Santo para morar en la
Señora en recreo de amor y comunicación interfamiliar de vida trinitaria y, por
la Maternidad divina y universal de María, con todos los hombres...!
¡Oh Misterio que hace posible que el Hombre pase a ser el
Unigénito del Padre, la Palabra expresiva que, en borbotones de ser, sale de su
Boca como manifestación candente de infinita sabiduría...! ¡Misterio luminoso
por el que el Eterno vive con los hombres siendo uno de ellos en el tiempo...!
El sacerdocio es unión de Dios con el hombre. Por lo que Cristo,
que es por sí mismo la unión de Dios con el hombre, es la plenitud del
Sacerdocio; siendo la unción de la Divinidad sobre su humanidad tan
desbordante, ¡tanto, tanto...! que no tiene más Persona que la divina.
¡Qué unión la de la Divinidad y la humanidad, en Cristo...! ¡Qué
perfección de compenetración...! ¡Qué plenitud de realidad, por la cual, en la
Persona infinita del Verbo Encarnado, quedan encerrados, en y por la unión de
las dos naturalezas divina y humana, el Cielo y la tierra, el Creador y la
criatura, la eternidad y el tiempo, con todo cuanto contiene Dios y con todo
cuanto contiene la creación...!
[...]
¡Oh misterio avasallador de la Encarnación que hace posible que el
Dios-Hombre, por la perfección abarcadora de su humanidad, encierre en sí a los
hombres de todos los siglos, haciendo desaparecer, por la plenitud de la
extensión de su gracia, hasta el tiempo con la distancia de su prolongación...!
No existe, para el Cristo Grande de todos los tiempos, ningún impedimento que le separe ni un ápice de ninguno de sus hijos, porque todos están contenidos en Él, haciéndoles vivir de la plenitud de su Sacerdocio directamente en el manantial insondable e inagotable de su derramamiento. Así como las tres divinas Personas, teniendo un solo ser, viven en la intimidad de su vida trinitaria siéndose toda su inexhaustiva perfección, en el misterio de Cristo todos somos uno con Él, de un modo tan perfecto, apretado e interfamiliar, que Él es la Cabeza de todos sus miembros; formando el Cristo Grande de todos los tiempos, y siendo capaces, por el misterio maravilloso de la Encarnación, de vivir por Cristo, en Él y con Él, en intercomunicación de vida familiar entre todos nosotros e, injertados en Cristo como los sarmientos en la vid [8], con el Padre y el Espíritu Santo: «Padre, que sean uno como Tú y Yo somos uno» [9].
Hay otro tema complementario en el Evangelio. Los Apóstoles
desconcertados al hablarles Jesús de su subida al Padre piden orientación y
Jesús se la ofrece con las palabras: yo soy el camino, la verdad y la vida. Él
nos introduce en los grandes misterios para vivir en nuestra condición de hijos
de Dios y ciertamente necesitamos del Camino que nos conduce a la Verdad y nos
hace vivir la verdadera Vida.
Para vivir las exigencias de nuestra participación en la Familia
Divina y en la familia humana de la que hablamos como parte del Cuerpo de
Cristo necesitamos quien nos conduzca para llegar así con seguridad a la
Verdad, más en tiempos de confusión, y a la verdadera Vida en medio de tanta
inseguridad.
Quisiera subrayar que Jesús no dice: un camino, sino el camino y
no dice a la verdad en parte y a un modo de vivir... si no la Verdad y la Vida.
El relativismo de hoy no acepta más que mi verdad y mi modo de vivir como meta, como si otra cosa no fuera posible. Jesús es contundente y nos propone la verdad única y la vida verdadera.
8 Cfr. Jn 15, 5. 9 Jn 17, 11.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendasOH, Dios,
que nos haces partícipes de tu única y suprema divinidad
por el admirable intercambio de este sacrificio,
concédenos alcanzar en una vida santa
la realidad que hemos conocido en ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
OH, Dios,
que nos haces partícipes de tu única y suprema divinidad
por el admirable intercambio de este sacrificio,
concédenos alcanzar en una vida santa
la realidad que hemos conocido en ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua
El misterio pascual
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvaciónglorificarte siempre, Señor;pero más que nunca en este tiempoen que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Corderoque quitó el pecado del mundo;muriendo destruyó nuestra muerte,y resucitando restauró la vida.
Por eso,con esta efusión de gozo pascual,el mundo entero se desborda de alegríay también los coros celestiales,los ángeles y los arcángeles,cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 1. 5
Yo soy la verdadera vid, y vosotros los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante. Aleluya.
Oración después de la comunión
ASISTE, Señor, a tu pueblo
y haz que pasemos del antiguo pecado
a la vida nueva
los que hemos sido alimentados
con los sacramentos del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8)
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«No se te dice: ‘Trabaja por dar con el camino, para que llegues a la verdad y a la vida’; no se te ordena esto. Perezoso, ¡levántate! El mismo camino viene hacia ti y te despierta del sueño en que estabas dormido. Levántate, pues, y anda» (San Agustín).
«El Señor es el único camino que nos conduce a la verdadera vida. La construcción de un mundo donde reine el amor y la concordia comienza en cada corazón humano, cuando en él se hacen vida la escala de valores y las actitudes evangélicas del Señor» (San Juan Pablo II).
«La fe en Él introduce a los discípulos en el conocimiento del Padre, porque Jesús es ‘el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6). La fe da su fruto en el amor: guardar su Palabra, sus mandamientos, permanecer con Él en el Padre (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.614).
Antífona de comunión Cf. Jn 15, 1. 5
Yo soy la verdadera vid, y vosotros los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante. Aleluya.
Oración después de la comunión
ASISTE, Señor, a tu pueblo
y haz que pasemos del antiguo pecado
a la vida nueva
los que hemos sido alimentados
con los sacramentos del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8)
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«No se te dice: ‘Trabaja por dar con el camino, para que llegues a la verdad y a la vida’; no se te ordena esto. Perezoso, ¡levántate! El mismo camino viene hacia ti y te despierta del sueño en que estabas dormido. Levántate, pues, y anda» (San Agustín).
«El Señor es el único camino que nos conduce a la verdadera vida. La construcción de un mundo donde reine el amor y la concordia comienza en cada corazón humano, cuando en él se hacen vida la escala de valores y las actitudes evangélicas del Señor» (San Juan Pablo II).
«La fe en Él introduce a los discípulos en el conocimiento del Padre, porque Jesús es ‘el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6). La fe da su fruto en el amor: guardar su Palabra, sus mandamientos, permanecer con Él en el Padre (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.614).
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