14 de mayo - DOMINGO DE LA VI SEMANA DE PASCUA (CICLO A)



  DOMINGO VI DE PASCUA (CICLO A)
  Oficio propio del Domingo de la II Semana del Salterio, del tiempo de Pascua
(Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas  -  Laudes  -  Tercia  - Sexta Nona Vísperas Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 14 DE MAYO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo VI de Pascua  (a las 12.30 h.).


El Tweet del Papa:




NOTICIAS DE ACTUALIDAD



"Pidamos el don de la lluvia"
Carta pastoral de nuestro Obispo



NUEVA SECCIÓN:

Las cartas del Padre Pio (para cada día):



SANTORAL DE HOY


para ver la vida de este santo, pincha aquí (I)

Elogio: Fiesta de san Matías, apóstol, que siguió al Señor Jesús desde el bautismo de Juan hasta el día en que Cristo subió a los cielos y, por esta razón, después de la Ascensión del Señor fue puesto por los apóstoles en el lugar que había ocupado Judas, el traidor, para que, formando parte del grupo de los Doce, fuese testigo de la Resurrección.

Patronazgos: patrono de Tréveris (que dice tener sus reliquias) y otras ciudades europeas, de los constructores, carpinteros, ebanistas, herreros, carniceros, porquerizos, sastres y confiteros; de los chicos que comienzan la escuela, protector contra la viruela, la tos ferina, y para pedir la fecundidad matrimonial.

Oración
Oh Dios, que quisiste agregar a san Matías al colegio de los apóstoles, concédenos, por sus ruegos, que podamos alegrarnos de tu predilección al ser contados entre tus elegidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

Otros santos de este día:

   San Máximo, mártir   

En la provincia romana de Asia Menor, san Máximo, mártir durante la persecución bajo el emperador Decio y de quien se dice que murió lapidado. († c. 250)

   San Poncio, mártir   

En Cimiez, en la Provenza, san Poncio, mártir. († c. s. III)

   Santos Víctor y Corona, mártires   

En Siria, santos Víctor y Corona, compañeros mártires. († c. s. III)

   San Isidoro, mártir

En la isla de Quíos, en el mar Egeo, san Isidoro, mártir, que, según la tradición, fue arrojado a un pozo. († s. III)

   Santos Félix y Fortunato, mártires   

En Aquilea, en el territorio de Venecia, santos Félix y Fortunato, mártires, cuya ciudad honraron con su glorioso martirio. († s. IV)

   Santas Justa y Enedina, mártires

En la isla de Cerdeña, conmemoración de las santas Justa y Enedina, mártires. († s. III/IV)

   San Abrúnculo de Langres y Auvernia, obispo   

En Auvernia, en Aquitania, san Abrúnculo, obispo, quien, expulsado de su sede de Langres por Gundebaldo, el rey de los burgundios, fue puesto al frente de la iglesia de Auvernia. († c. 488)

   San Galo de Auvernia, obispo   

En Auvernia, san Galo, obispo, tío paterno de san Gregorio de Tours, varón humilde y bondadoso. († 551)

   San Cartago de Lismore, abad y obispo   

En Lismore, en Irlanda, san Cartago, obispo y abad. († 637)

   San Eremberto de Toulouse, monje y obispo   

En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Eremberto, que, habiendo sido obispo de Toulouse, abrazó después la disciplina monástica. († 674)

   Beato Gil de Vaozéla, religioso presbítero   

En Santarem, en Portugal, beato Gil de Vaozéla, presbítero, que, docente de medicina en París, abandonó la vida disoluta que llevaba y, tras ingresar en la Orden de Predicadores, con lágrimas, oración y sacrificios, superó todas las tentaciones. († 1265)

   Santa Teodora Guérin, virgen   

En la aldea de Saint Mary of the Woods, en Indianápolis, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Teodora (Ana Teresa) Guérin, virgen de la Congregación de Hermanas de la Divina Providencia, la cual, nacida en Francia, entre grandes dificultades y confiando siempre en la divina Providencia, se preocupó con solicitud de la naciente comunidad. († 1856)

   San Miguel Garikoitz, presbítero y fundador   

En el territorio de Bétharram, cerca de Pau, en los Bajos Pirineos franceses, san Miguel Garikoitz, presbítero, que fundó la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús. († 1863)

   Santa María Dominica Mazzarello, fundadora

En Nizza Monferrato, en la región de Piamonte, en Italia, santa María Dominica Mazzarello, fundadora, junto con san Juan Bosco, del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, dedicadas a la instrucción de niñas pobres. Sobresalió por su humildad, prudencia y caridad. († 1881)


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. Pasc.
LECC.: vol. I (A).
- Hch 8, 5-8. 14-17. Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
- Sal 65. R. Aclamad al Señor, tierra entera.
- 1 Pe 3, 15-18. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.
- Jn 14, 15-21. Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito.
El Espíritu Santo que nos enviará Cristo resucitado ocupa el centro de las lecturas de este domingo. Así, en la primera lectura vemos cómo la iniciación cristiana se completa con la imposición de manos de los apóstoles por la que reciben el Espíritu Santo los ya bautizados: el sacramento de la confirmación. En la segunda lectura se afirma que Cristo murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu. En el Evangelio, Cristo promete a los discípulos que pedirá al Padre que nos envíe otro Defensor que esté siempre con nosotros. Él vive siempre con nosotros y está con nosotros.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 15 de mayo, pág. 310.
CALENDARIOS: Ciudad Rodrigo: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Cecilio Raúl Berzosa Martínez, obispo, emérito (2005).
Valencia: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Vicente Juan Segura, obispo auxiliar (2005).

RITOS INICIALES

Antífona de entrada Cf. Is 48, 20
Anunciadlo con gritos de júbilo, publicadlo y proclamadlo hasta el confín de la tierra. Decid: «El Señor ha rescatado a su pueblo». Aleluya.

Oración colecta
DIOS todopoderoso,
concédenos continuar celebrando con fervor sincero
estos días de alegría
en honor del Señor resucitado,
para que manifestemos siempre en las obras
lo que repasamos en el recuerdo.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles Hch 8, 5-8. 14-17
EN AQUELLOS DÍAS, Felipe bajó a la ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno; estaban solo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
Palabra de Dios.
 
Salmo responsorial Sal 65, 1b-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 (R: 1b)
R/. Aclamad al Señor, tierra entera.
O bien:
R/. Aleluya.
V/. Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R/.
V/. Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.
V/. Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él.
Con su poder gobierna eternamente. R/.
V/. Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R/.

SEGUNDA LECTURA
Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1 Pe 3, 15-18
QUERIDOS HERMANOS:
Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia, para que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan contra vuestra buena conducta en Cristo.
Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal.
Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.

Palabra de Dios.
 
Aleluya Cf. Jn 14, 23

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. El que me ama guardará mi palabra —dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R/.
 
EVANGELIO
Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito
Lectura del santo Evangelio según san Juan Jn 14, 15-21
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
Palabra del Señor.




DOMINGO DE LA VI SEMANA DE PASCUA (CICLO A)
Hoy quisiera centrar mi atención en esta frase de la segunda lectura de San Pedro: ...estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiera.
Muchas otras consideraciones se podrían hacer en torno a las lecturas de hoy. Vamos a subrayar sólo esta frase. Hablar de esperanza a un mundo desconcertado y en tantos aspectos angustiado no es fácil y sólo se puede hacer si de verdad vivimos nosotros en la esperanza. Aquella frase del famoso Karl Rhaner cuando dice que en el siglo XXI los cristianos o serán místicos o no serán, la podemos ver en muchos aspectos.
La fe si no se lleva a la vivencia es muy pobre y en cambio si se vive tiene recursos inagotables.
Pensemos sólo en el contenido de la oración que Cristo nos enseñó: el Padre nuestro. Vivir conscientes de nuestra condición de ser hijos de Dios nos hace capaces de vivir siempre con un programa de vida que nos señala la misma oración a la que estamos aludiendo. Darnos cuenta de lo que es nuestra vida metida en los planes de Dios le da siempre contenido, con lo cual nos sentiremos siempre con horizonte abierto en la perspectiva terrena y eterna. Tenemos que vernos siempre con la doble perspectiva delante y por esto percibiremos lo que San Pablo nos recuerda: a los que aman a Dios todo se convierte en bien.
De hecho todos nos habremos visto a veces sorprendidos por los recursos que quienes viven de verdad tienen en cualquier situación en que se encuentren. A esto nos invita el Apóstol con la frase que estamos comentando: que la gente al ver que mantenemos siempre la paz, la serenidad y, por tanto, de alguna manera la esperanza; cuando admirados nos pregunten, sepamos dar razón de ello y dar al mismo tiempo pistas para que también ellos puedan gozar de esperanza en cualquier situación en la que se encuentren.
Cuando hablamos de una nueva evangelización, también la evangelización que surge espontáneamente del ejemplo de una vida serena y llena de luz en ambientes de inseguridad y oscuridad como los que vive el mundo de hoy, será ciertamente eficaz. Hay que poner a los hombres en la tentación de creer. Nuestra vida llena de esperanza será una contribución no indiferente.
En el libro de la Madre Trinidad Frutos de oración, en el apartado XIII, Vivir en la Verdad, encontramos numerosas pistas y sugerencias para poder realizar lo que sugerimos en esta reflexión de hoy:
1.077. ¿Por qué no encuentran los hombres llenura en sus esperanzas? Porque no esperan a Dios, única llenura del hombre. (17-4-1970).
1.079. ¡Oh si los hombres supieran el corazón inmenso de Dios, que ama, se da por entero y, que en respuesta, sólo pide nuestra donación, según el modo personal, y tal vez imperfecto, de nuestra entrega! (18-8-1973).
1.080. ¿Cómo puede Dios, a un hijo que es cojo, pedirle que no cojee? ¿Cómo puede pedir a un paralítico que ande, o a un ciego que vea? ¿Cómo puede Dios pedir lo imposible? Por eso, Él, que conoce nuestras debilidades, sólo nos pide una total entrega contando con las deficiencias de nuestra propia naturaleza. (18-8-1973).
1.081. Cuando el desaliento quiera apoderarse de ti, piensa que es toda la sabiduría del sapientísimo Ser infinito quien, conociéndote te amó y escogió con predilección eterna. Ante tanto amor de Dios, ¿quién desconfiará? (1-3-1961).
1.082. Creo que no hay falta que tanto hiera el corazón de nuestro Padre como la desconfianza, ya que ésta va directamente contra el amor misericordioso de la Misericordia Encarnada. (21-3-1961).
1.083. ¿Por qué me turbo cuando soy defraudada por las criaturas? Porque puse en ellas mi confianza, sin pensar en esto que dice la Escritura: «Maldito el que pone su confianza en un hombre que no puede salvar». (12-12-1961)
1.084. La infancia evangélica está en confiarlo todo en el Padre, sabiendo que su amor hará en nosotros todo eso que, a nuestra pequeñez, le es imposible conseguir. (12-11-1963).
1.087. ¿Por qué te preocupas tanto de ti como si no tuvieras Padre? ¡Falta de fe en el amor que Dios te tiene! (19-9-1966).
1.098. Mi gran riqueza es no tener ninguna riqueza humana; mi gran riqueza es no ser, no poder, no saber, no servir; es ser pequeña, pobre, desvalida, no teniendo ciencia, ni sabiduría humana, que estorbe al don infinito de Dios depositando en mi pobreza su riqueza, en mi pequeñez su grandeza, en mi nada su todo, en mi muerte su vida, en mi ignorancia su sabiduría y ciencia. (19-4-1964).
1.117. Por mucha que sea mi miseria, siempre será finita y, arrojada en el abismo del Infinito, queda reducida a una alabanza del Amor misericordioso. (18-12-1960).
1.130. Cuando te parezca que no puedes más, piensa que es la Potencia infinita la que te sostiene; y, ante tal poder, ¿quién dudará? (8-3-1967).

Se dice Credo.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
SUBAN hasta ti, Señor, nuestras súplicas
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I de Pascua
El  misterio pascual

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en este tiempo
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

Porque él es el verdadero Cordero
que quitó el pecado del mundo;
muriendo destruyó nuestra muerte,
y resucitando restauró la vida.

Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría
y también los coros celestiales,
los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de comunión Cf. Jn 14, 15-16
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos, dice el Señor. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros. Aleluya.

Oración después de la comunión
DIOS todopoderoso y eterno,
que en la resurrección de Jesucristo
nos has renovado para la vida eterna,
multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual
e infunde en nuestros corazones
la fortaleza del alimento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8).


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«La vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna» (San Cirilo de Jerusalén).

«Ser cristianos no significa principalmente adherirse a una cierta doctrina, sino más bien vincular la propia vida a la persona de Jesús. El Espíritu nos enseña la única cosa indispensable: amar como Dios ama» (Francisco).

«Lo que el Padre nos da cuando nuestra oración está unida a la de Jesús, es ‘otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad’ (Jn 14,16-17). Esta novedad de la oración y de sus condiciones aparece en todo el Discurso de despedida. En el Espíritu Santo, la oración cristiana es comunión de amor con el Padre, no solamente por medio de Cristo, sino también en Él» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.615).


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