DOMINGO VI DE PASCUA (CICLO A) Oficio propio del Domingo de la II Semana del Salterio, del tiempo de Pascua(Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia - Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 14 DE MAYOPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo VI de Pascua (a las 12.30 h.).
NUEVA SECCIÓN:
NUEVA SECCIÓN:
Las cartas del Padre Pio (para cada día):
Las cartas del Padre Pio (para cada día):
SANTORAL DE HOY
San Máximo, mártir
En la provincia romana de Asia Menor, san Máximo, mártir durante la persecución bajo el emperador Decio y de quien se dice que murió lapidado. († c. 250)
San Poncio, mártir
En Cimiez, en la Provenza, san Poncio, mártir. († c. s. III)
Santos Víctor y Corona, mártires
En Siria, santos Víctor y Corona, compañeros mártires. († c. s. III)
San Isidoro, mártir
En la isla de Quíos, en el mar Egeo, san Isidoro, mártir, que, según la tradición, fue arrojado a un pozo. († s. III)
Santos Félix y Fortunato, mártires
En Aquilea, en el territorio de Venecia, santos Félix y Fortunato, mártires, cuya ciudad honraron con su glorioso martirio. († s. IV)
Santas Justa y Enedina, mártires
En la isla de Cerdeña, conmemoración de las santas Justa y Enedina, mártires. († s. III/IV)
San Abrúnculo de Langres y Auvernia, obispo
En Auvernia, en Aquitania, san Abrúnculo, obispo, quien, expulsado de su sede de Langres por Gundebaldo, el rey de los burgundios, fue puesto al frente de la iglesia de Auvernia. († c. 488)
San Galo de Auvernia, obispo
En Auvernia, san Galo, obispo, tío paterno de san Gregorio de Tours, varón humilde y bondadoso. († 551)
San Cartago de Lismore, abad y obispo
En Lismore, en Irlanda, san Cartago, obispo y abad. († 637)
San Eremberto de Toulouse, monje y obispo
En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Eremberto, que, habiendo sido obispo de Toulouse, abrazó después la disciplina monástica. († 674)
Beato Gil de Vaozéla, religioso presbítero
En Santarem, en Portugal, beato Gil de Vaozéla, presbítero, que, docente de medicina en París, abandonó la vida disoluta que llevaba y, tras ingresar en la Orden de Predicadores, con lágrimas, oración y sacrificios, superó todas las tentaciones. († 1265)
Santa Teodora Guérin, virgen
En la aldea de Saint Mary of the Woods, en Indianápolis, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Teodora (Ana Teresa) Guérin, virgen de la Congregación de Hermanas de la Divina Providencia, la cual, nacida en Francia, entre grandes dificultades y confiando siempre en la divina Providencia, se preocupó con solicitud de la naciente comunidad. († 1856)
San Miguel Garikoitz, presbítero y fundador
En el territorio de Bétharram, cerca de Pau, en los Bajos Pirineos franceses, san Miguel Garikoitz, presbítero, que fundó la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús. († 1863)
Santa María Dominica Mazzarello, fundadora
En Nizza Monferrato, en la región de Piamonte, en Italia, santa María Dominica Mazzarello, fundadora, junto con san Juan Bosco, del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, dedicadas a la instrucción de niñas pobres. Sobresalió por su humildad, prudencia y caridad. († 1881)
LITURGIA DE HOY
- Sal 65. R. Aclamad al Señor, tierra entera.
- 1 Pe 3, 15-18. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.
- Jn 14, 15-21. Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito.
Valencia: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Vicente Juan Segura, obispo auxiliar (2005).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Oración colecta
concédenos continuar celebrando con fervor sincero
estos días de alegría
en honor del Señor resucitado,
para que manifestemos siempre en las obras
lo que repasamos en el recuerdo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno; estaban solo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
Salmo responsorial Sal 65, 1b-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 (R: 1b)
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R/.
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él.
Con su poder gobierna eternamente. R/.
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R/.
Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia, para que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan contra vuestra buena conducta en Cristo.
Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal.
Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.
Palabra de Dios.
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
La fe si no se lleva a la vivencia es muy pobre y en cambio si se vive tiene recursos inagotables.
Pensemos sólo en el contenido de la oración que Cristo nos enseñó: el Padre nuestro. Vivir conscientes de nuestra condición de ser hijos de Dios nos hace capaces de vivir siempre con un programa de vida que nos señala la misma oración a la que estamos aludiendo. Darnos cuenta de lo que es nuestra vida metida en los planes de Dios le da siempre contenido, con lo cual nos sentiremos siempre con horizonte abierto en la perspectiva terrena y eterna. Tenemos que vernos siempre con la doble perspectiva delante y por esto percibiremos lo que San Pablo nos recuerda: a los que aman a Dios todo se convierte en bien.
De hecho todos nos habremos visto a veces sorprendidos por los recursos que quienes viven de verdad tienen en cualquier situación en que se encuentren. A esto nos invita el Apóstol con la frase que estamos comentando: que la gente al ver que mantenemos siempre la paz, la serenidad y, por tanto, de alguna manera la esperanza; cuando admirados nos pregunten, sepamos dar razón de ello y dar al mismo tiempo pistas para que también ellos puedan gozar de esperanza en cualquier situación en la que se encuentren.
Cuando hablamos de una nueva evangelización, también la evangelización que surge espontáneamente del ejemplo de una vida serena y llena de luz en ambientes de inseguridad y oscuridad como los que vive el mundo de hoy, será ciertamente eficaz. Hay que poner a los hombres en la tentación de creer. Nuestra vida llena de esperanza será una contribución no indiferente.
En el libro de la Madre Trinidad Frutos de oración, en el apartado XIII, Vivir en la Verdad, encontramos numerosas pistas y sugerencias para poder realizar lo que sugerimos en esta reflexión de hoy:
Se dice Credo.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendasSUBAN hasta ti, Señor, nuestras súplicas
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
con la ofrenda del sacrificio,
para que, purificados por tu bondad,
nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de Pascua
El misterio pascual
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvaciónglorificarte siempre, Señor;pero más que nunca en este tiempoen que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque él es el verdadero Corderoque quitó el pecado del mundo;muriendo destruyó nuestra muerte,y resucitando restauró la vida.
Por eso,con esta efusión de gozo pascual,el mundo entero se desborda de alegríay también los coros celestiales,los ángeles y los arcángeles,cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Oración después de la comunión
que en la resurrección de Jesucristo
nos has renovado para la vida eterna,
multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual
e infunde en nuestros corazones
la fortaleza del alimento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar la fórmula de bendición solemne (n. 8).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«La vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna» (San Cirilo de Jerusalén).
«Ser cristianos no significa principalmente adherirse a una cierta doctrina, sino más bien vincular la propia vida a la persona de Jesús. El Espíritu nos enseña la única cosa indispensable: amar como Dios ama» (Francisco).
«Lo que el Padre nos da cuando nuestra oración está unida a la de Jesús, es ‘otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad’ (Jn 14,16-17). Esta novedad de la oración y de sus condiciones aparece en todo el Discurso de despedida. En el Espíritu Santo, la oración cristiana es comunión de amor con el Padre, no solamente por medio de Cristo, sino también en Él» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.615).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«La vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna» (San Cirilo de Jerusalén).
«Ser cristianos no significa principalmente adherirse a una cierta doctrina, sino más bien vincular la propia vida a la persona de Jesús. El Espíritu nos enseña la única cosa indispensable: amar como Dios ama» (Francisco).
«Lo que el Padre nos da cuando nuestra oración está unida a la de Jesús, es ‘otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad’ (Jn 14,16-17). Esta novedad de la oración y de sus condiciones aparece en todo el Discurso de despedida. En el Espíritu Santo, la oración cristiana es comunión de amor con el Padre, no solamente por medio de Cristo, sino también en Él» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.615).
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