PROGRAMA PARROQUIAL:VIERNES, 19 DE MAYOPARROQUIA DEL CARMEN:
- Celebración de la Palabra y comunión del Viernes de la VI Semana de Pascua (a las 19.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Rezo del Santo Rosario (19.30 h.) y Eucaristía del Viernes de la VI Semana de Pascua (a las 20.00 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Celebración de la Palabra y comunión del Viernes de la VI Semana de Pascua (a las 19.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
NUEVA SECCIÓN:
Las cartas del Padre Pio (para cada día):
Las cartas del Padre Pio (para cada día):
SANTORAL DE HOY
Elogio: En un castillo cercano a Tréguier, en Bretaña Menor, en Francia, san Ivo, presbítero, que por el amor de Cristo ejerció la justicia sin distinción de personas, favoreció la concordia, defendió las causas de los huérfanos, viudas y pobres, y acogió en su casa a los desfavorecidos.
Patronazgos: patrono de Bretaña, de los jueces, abogados y notarios, así como de los sacerdotes; protector de los pobres y los huérfanos, para pedir en los procesos judiciales.
Elogio: En Fumone, cerca de Alatri, en la región del Lacio, muerte de san Pedro Celestino, el cual, después de haber abrazado la vida eremítica en el territorio de los Abruzos, célebre por su fama de santidad y conocido por sus milagros, fue elegido, ya octogenario, Romano Pontífice tomando el nombre de Celestino V, pero antes de que hubiese transcurrido un solo año, renunció al cargo y prefirió retirarse de nuevo a la soledad.
Patronazgos: patrono de los encuadernadores.
Santos Parteno y Calócero, mártires
En la misma ciudad, santos Parteno y Calócero, mártires, que dieron insigne testimonio de Cristo en tiempo del emperador Diocleciano. († 304)
San Adolfo de Arrás y Cambrai , obispo
En Arrás, de Neustria, san Adolfo, obispo a la vez de esta ciudad y de Cambrai. († 728)
San Dunstán de Canterbury, abad y obispo
En Canterbury, en Inglaterra, san Dunstán, obispo, quien, como abad de Glastonbury, restauró y propagó la vida monástica. Fue promovido a la sede episcopal de Worcester, luego a la de Londres y, finalmente, a la de Canterbury, trabajando siempre en todas ellas para promover la concordia de los monjes y de las monjas prescrita en las reglas. († 988)
Beata Humiliana, viuda
En Florencia, en la región de Toscana, beata Humiliana, de la Tercera Orden Regular de San Francisco, que como esposa soportó muy malos tratos con una paciencia y una mansedumbre admirables, y luego, habiendo enviudado, se entregó de lleno a la oración y a las obras de caridad. († 1246)
San Urbano I, papa
En Roma y en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, san Urbano I, papa, que gobernó fielmente la Iglesia Romana durante ocho años, tras el martirio de san Calixto. († 230)
Beato Agustín Novelli, monje y presbítero
En Siena, en la Toscana, beato Agustín Novelli, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, cultivador de la verdadera humildad y amante de la observancia religiosa. († 1310)
Beatos Juan Lorenzo de Cetina y Pedro de Dueñas, religiosos mártires
En Granada, en la región hispánica de Andalucía, martirio de los beatos Juan Lorenzo de Cetina, presbítero, y Pedro de Dueñas, religioso, ambos de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, que fueron degollados por mano del propio monarca, al haber ido a aquel reino musulmán a predicar a Cristo. († 1397)
Beato Juan de Santo Domingo Martínez, presbítero y mártir
En Suzuta, en Japón, beato Juan de Santo Domingo Martínez, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que por Cristo murió en la cárcel. († 1619)
Beato Pedro Wright, presbítero y mártir
En Londres, en Inglaterra, beato Pedro Wright, presbítero y mártir, que habiendo abrazado la fe de la Iglesia católica e ingresado en la Orden de la Compañía de Jesús, donde fue promovido a las órdenes sagradas, en tiempo de la República padeció el martirio en el patíbulo de Tyburn. († 1651)
San Teófilo de Corte, religioso presbítero
En Fucecchio, lugar de Toscana, san Teófilo de Corte, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que propagó de modo especial las casas de retiro para los frailes, y mostró una gran devoción a la Pasión del Señor y a la Virgen María. († 1740)
San Crispín de Viterbo, religioso
En Roma, san Crispín de Viterbo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que mientras recorría los pueblos de las montañas para mendigar limosna, enseñaba los rudimentos de la fe a los campesinos. († 1750)
Beato Juan Bautista Javier Loir, presbítero y mártir
En un barco prisión frente a Rochefort, en Francia, beato Juan Bautista Javier (Juan Luis) Loir, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, el cual, casi octogenario, encarcelado durante la Revolución Francesa por ser sacerdote, fue encontrado muerto de rodillas, en actitud de orar. († 1794)
Beato Rafael Luis Rafiringa, religioso
En Fianarantsoa, Madagascar, beato Rafael Luis Rafiringa, religioso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que, convertido del paganismo, mantuvo la presencia y la vitalidad de la Iglesia en Madgascar cuando todos los sacerdotes habían sido expulsados. († 1919)
Santa María Bernarda Bütler, virgen y fundadora
En Cartagena de Nueva Granada, en Colombia, santa María Bernarda (Verena) Bütler, virgen, que, de origen suizo, fundó el Instituto de Hermanas Misioneras Franciscanas de María Auxiliadora. († 1924)
Beato Alberto Joaquín, religioso y mártir
En Castillonroy, provincia de Huesca, España, beato Alberto Joaquín, en el siglo Alberto Linares de la Pinta, religioso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y mártir en la cruel persecución religiosa que acompañó a la Guerra Civil española. († 1937)
Beato José Czempiel, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beato José Czempiel, presbítero y mártir, el cual, natural de Polonia, en tiempo de guerra pereció en la cámara de gas, asociado al sacrificio de Cristo. († 1942)
Beata Pina Suriano, virgen
En Palermo, Italia, beata Pina Suriano, virgen, que ofreció sus sufrimientos físicos por la santificación de los sacerdotes. († 1950)
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Pasc.
LECC.: vol. II.
- Hch 18, 9-18. Tengo un pueblo numeroso en esta ciudad.
- Sal 46. R. Dios es el rey del mundo.
- Jn 16, 20-23a. Nadie os quitará vuestra alegría.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 20 de mayo, pág. 318.
CALENDARIOS: Dominicas de la Anunciata: San Francisco Coll y Guitart, presbítero (F). Vic y Dominicos: (MO).
Tarazona: Beato Juan Lorenzo, mártir (MO).
Agustinos: Beatos Clemente de Ósimo y Agustín de Tarano, presbíteros (MO).
OFM Cap.: San Crispín de Viterbo, religioso (MO).
Bilbao y Tarragona: San Juan I, papa y mártir (ML).
Córdoba: Santa Rafaela María del Sagrado Corazón, virgen (ML).
Valencia: Beatos Juan de Cetina y Pedro de Dueñas, mártires (ML).
Benedictinos: San Celestino V, papa (ML).
HH. de las Escuelas Cristianas: Beato Rafael Luis Rafiringa, religioso (ML).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Ap 5, 9-10
Señor, con tu sangre has adquirido para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes. Aleluya.
Oración colecta
ESCUCHA, Señor, nuestras oraciones,
para que se complete en todo lugar,
por la fuerza del Evangelio,
lo que fue prometido como fruto
de la acción santificadora de tu Verbo,
y lo anunciado por la predicación de la verdad
nos obtenga la plenitud de la adopción filial.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Donde la solemnidad de la Ascensión se celebra el jueves de la VI semana del tiempo pascual:
OH, DIOS, que en la resurrección de Cristo
nos has dispuesto para la vida eterna,
oriéntanos hacia el que está sentado a tu derecha,
a fin de que, cuando venga de nuevo en majestad,
se revistan de la inmortalidad gloriosa
los que hiciste renacer en el bautismo.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Tengo un pueblo numeroso en esta ciudad
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles Hch 18, 9-18
CUANDO estaba Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una
visión:
«No temas, sigue hablando y no te calles, pues yo estoy contigo, y
nadie te pondrá la mano encima para hacerte daño, porque tengo un pueblo
numeroso en esta ciudad».
Se quedó, pues, allí un año y medio, enseñando entre ellos la
palabra de Dios.
Pero, siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron
de común acuerdo contra Pablo y lo condujeron al tribunal diciendo:
«Este induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la ley».
Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Galión dijo a los judíos:
«Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería
razón escucharos con paciencia; pero, si discutís de palabras, de nombres y de
vuestra ley, vedlo vosotros. Yo no quiero ser juez de esos asuntos».
Y les ordenó despejar el tribunal.
Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron
una paliza delante del tribunal, sin que Galión se preocupara de ello.
Pablo se quedó allí todavía bastantes días; luego se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Áquila. En Cencreas se había hecho rapar la cabeza, porque había hecho un voto.
Te alabamos, Señor.
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra. R/.
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado. R/.
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad;
tocad para nuestro Rey, tocad. R/.
V/. Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara
de entre los muertos;
y entrara así en su gloria. R/.
Nadie os quitará vuestra alegría
Lectura del santo Evangelio según san Juan Jn 16, 20-23a
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os
lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra
tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha
llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por
la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas
ACOGE, Señor, con bondad las ofrendas de tu familia,
para que, bajo tu protección,
no pierda los dones ya recibidos
y alcance los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACOGE, Señor, con bondad las ofrendas de tu familia,
para que, bajo tu protección,
no pierda los dones ya recibidos
y alcance los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio Pascual IV
La restauración del universo por el misterio pascual
48. Este prefacio se dice durante el tiempo pascual.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en este tiempo
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque en él
fue demolida nuestra antigua miseria,
reconstruido cuanto estaba derrumbado
y renovada en plenitud la salvación.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría,
y también los coros celestiales,
los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
La restauración del universo por el misterio pascual
48. Este prefacio se dice durante el tiempo pascual.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en este tiempo
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque en él
fue demolida nuestra antigua miseria,
reconstruido cuanto estaba derrumbado
y renovada en plenitud la salvación.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría,
y también los coros celestiales,
los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
para que los redimidos por la pasión de tu Hijo
se alegren con su resurrección.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Primero, ofreció su sacrificio aquí en la tierra, cuando sufrió la más acerba muerte. Luego, cuando revestido de la nueva vestidura de la inmortalidad entró por su propia sangre en el santuario, o sea, en el cielo, presentó ante el trono del Padre celestial aquella sangre de inmenso valor, que había derramado una vez para siempre en favor de todos los hombres, pecadores» (San Juan Fisher).
«Tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos, en cambio, al Señor nuestros sepulcros sellados para que Jesús entre y los llene de vida. Él desea venir y tomarnos de la mano para sacarnos de la angustia» (Francisco).
«Cristo afirmó antes de su Ascensión que aún no era la hora del establecimiento glorioso del Reino mesiánico esperado por Israel (cf. Hch 1,6-7) que, según los profetas, debía traer a todos los hombres el orden definitivo de la justicia, del amor y de la paz. El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 672).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Primero, ofreció su sacrificio aquí en la tierra, cuando sufrió la más acerba muerte. Luego, cuando revestido de la nueva vestidura de la inmortalidad entró por su propia sangre en el santuario, o sea, en el cielo, presentó ante el trono del Padre celestial aquella sangre de inmenso valor, que había derramado una vez para siempre en favor de todos los hombres, pecadores» (San Juan Fisher).
«Tampoco nosotros encontraremos la vida si permanecemos tristes y sin esperanza y encerrados en nosotros mismos. Abramos, en cambio, al Señor nuestros sepulcros sellados para que Jesús entre y los llene de vida. Él desea venir y tomarnos de la mano para sacarnos de la angustia» (Francisco).
«Cristo afirmó antes de su Ascensión que aún no era la hora del establecimiento glorioso del Reino mesiánico esperado por Israel (cf. Hch 1,6-7) que, según los profetas, debía traer a todos los hombres el orden definitivo de la justicia, del amor y de la paz. El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 672).
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