PROGRAMA PARROQUIAL:MIÉRCOLES, 04 DE DICIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Miércoles de la I Semana de Adviento (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Miércoles de la I Semana de Adviento (a las 19.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Miércoles de la I Semana de Adviento (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
¡¡ATENCIÓN!!
¡¡CAMBIO DE HORARIO
A PARTIR DEL 1 DE OCTUBRE!!
HORARIOS
PARROQUIA NTRA. SRA. DEL CARMEN
(HUELVA)
HORARIO DE INVIERNO
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 18.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 17.00-18.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 11.00 h.
* CONFESIONES:
- Media hora antes de Misa.* DESPACHO PARRROQUIAL:
- De Martes a Viernes: de 17.00-18.00 h.
- Cáritas parroquial: Martes, de 10.00-12.00 h.
HORARIOS
PARROQUIA NTRA. SRA. DE LOS DOLORES
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HORARIO DE INVIERNO
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 19.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 18.00-19.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 12.30 h.
* CONFESIONES:
- Media hora antes de Misa.* DESPACHO PARRROQUIAL:
- Martes, Jueves y Viernes: de 18.00-19.00 h.
- Cáritas parroquial: Jueves, de 18.00-20.00 h. (excepto el mes de agosto).
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(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)
* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 18.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 17.00-18.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 11.00 h.
* CONFESIONES:
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- De Martes a Viernes: de 17.00-18.00 h.
- Cáritas parroquial: Martes, de 10.00-12.00 h.
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"Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna" (Mt 19,29)
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NOTICIAS DE ACTUALIDAD
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Catequesis de jóvenes y adultos:Lunes y Jueves, a las 20,00 h.
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«Dilexit nos», la cuarta Encíclica de Francisco, retoma la tradición y actualidad del pensamiento «sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo», invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión: porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos.
El próximo domingo 15 de diciembre, el Papa Francisco realizará su Viaje Apostólico a Ajaccio, Francia, para participar en el congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo". Esta actividad marcará el inicio del calendario de ceremonias del Santo Padre para los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025, cuyo programa fue publicado este lunes 25 de noviembre por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
El próximo domingo 15 de diciembre, el Papa Francisco realizará su Viaje Apostólico a Ajaccio, Francia, para participar en el congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo". Esta actividad marcará el inicio del calendario de ceremonias del Santo Padre para los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025, cuyo programa fue publicado este lunes 25 de noviembre por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
Portada
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SANTORAL DE HOY
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Elogio: San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la Laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día.
Patronazgos: patrono de farmacéuticos y boticarios, de los pintores de íconos y los estudiantes de teología.
Oración: Te rogamos, Señor, que nos ayude en todo momento la intercesión de san Juan Damasceno, para que la fe verdadera que tan admirablemente enseñó sea siempre nuestra luz y nuestra fuerza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Elogio: San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la Laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día.
Patronazgos: patrono de farmacéuticos y boticarios, de los pintores de íconos y los estudiantes de teología.
Oración: Te rogamos, Señor, que nos ayude en todo momento la intercesión de san Juan Damasceno, para que la fe verdadera que tan admirablemente enseñó sea siempre nuestra luz y nuestra fuerza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Elogio: Conmemoración de santa Bárbara, de la cual se dice que fue virgen y mártir en Nicomedia.
Patronazgos: patrona de los mineros, geólogos, arquitectos, albañiles, canteros, carpinteros, techistas, electricistas, los campesinos, carniceros, cocineros, campaneros, sombrereos, sepultureros, artilleros, armeros, bomberos, trabajadores de fuegos de artificio, protege contra explosiones, muerte súbita, tormentas, especialmente eléctricas, relámpagos, fiebre, peste...
Tradiciones, refranes, devociones: Expresiones y refranes:
«Acordarse de Santa Bárbara cuando truena», se usa en relación a la persona imprevista que luego se desespera ante las situaciones conflictivas.
Otra versión: «Santa Bárbara se menta, tan sólo cuando hay tormenta»
«Santa Bárbara bendita,que en el cielo estás escrita,con papel y agua bendita,guárdanos el pan y el vinoy a los que van de camino.»La expresión «Santa Bárbara bendita..!» se usa popularmente como exclamación enfática ante algo inesperado.
Elogio: Conmemoración de santa Bárbara, de la cual se dice que fue virgen y mártir en Nicomedia.
Patronazgos: patrona de los mineros, geólogos, arquitectos, albañiles, canteros, carpinteros, techistas, electricistas, los campesinos, carniceros, cocineros, campaneros, sombrereos, sepultureros, artilleros, armeros, bomberos, trabajadores de fuegos de artificio, protege contra explosiones, muerte súbita, tormentas, especialmente eléctricas, relámpagos, fiebre, peste...
Tradiciones, refranes, devociones: Expresiones y refranes:
«Acordarse de Santa Bárbara cuando truena», se usa en relación a la persona imprevista que luego se desespera ante las situaciones conflictivas.
Otra versión: «Santa Bárbara se menta, tan sólo cuando hay tormenta»
La expresión «Santa Bárbara bendita..!» se usa popularmente como exclamación enfática ante algo inesperado.
San Heraclas de Alejandría, obispo
En Alejandría de Egipto, san Heraclas, obispo, famoso como discípulo de Orígenes, de quien fue colaborador y sucesor en la escuela, siendo elegido después para regir esta sede. († c. 248)
San Melecio del Ponto, obispo
En Sebastopol de Tracia, en el Ponto, san Melecio, obispo, el cual, aunque ya famoso por su erudición, fue aún más famoso por su virtud y sencillez de vida. († s. IV)
San Félix de Bolonia, obispo
En Bolonia, de la Emilia, san Félix, obispo, que fue diácono de la Iglesia de Milán con san Ambrosio. († c. 432)
San Apro, presbítero y eremita
En Vienne, de la Galia Lugdunense, san Apro, presbítero, el cual, abandonando su patria, se construyó una celda en donde llevó una vida solitaria y penitente. († s. VII)
San Sigiramnio, abad
En la región de Bourges, en Aquitania, san Sigiramnio, peregrino y abad de Longoret. († c. 655)
Santa Adrehildis, abadesa
En Cenomanum, de Neustria, santa Adrehildis o Ada, abadesa del monasterio de Santa María. († c. 692)
San Sola, presbítero y eremita
En el monasterio de Ellwangen, en Baviera, san Sola, presbítero y eremita. († 794)
San Juan el Taumaturgo, obispo
En Poliboto, de Frigia, san Juan, llamado el Taumaturgo, obispo, que, contra el dictamen del emperador León el Armenio, trabajó intensamente en favor del culto de las sagradas imágenes. († s. IX)
San Annon de Colonia, obispo
En el monasterio de Siegburg, de Renania, en Alemania, san Annon, obispo de Colonia, hombre de agudo ingenio, que fue tenido en gran honor tanto, en la Iglesia como en los negocios civiles, en tiempo del emperador Enrique IV, y para aumentar la fe y la devoción, procuró la fundación de muchas iglesias y monasterios. († 1075)
San Osmundo de Salisbury,
En Salisbury, en Inglaterra, san Osmundo, obispo, que junto con el rey Guillermo se había trasladado de Normandía a Inglaterra, donde, promovido enseguida al episcopado, consagró la iglesia catedral y se ocupó de proveer a la administración de la sede y al culto divino. († 1099)
San Bernardo de Parma, monje y obispo
En Parma, de la Emilia, san Bernardo, obispo, el cual, siendo monje, se aplicó a una vida de perfección, y después, como cardenal, buscó el bien de la Iglesia, para, finalmente, ya obispo, procurar la salvación de las almas. († 1133)
Beato Pedro Pettinario, religioso
En Siena, de la Toscana, beato Pedro Pettinario, religioso de la Tercera Orden de San Francisco, insigne por su peculiar caridad hacia los pobres y los enfermos, y por su humildad y silencio. († 1289)
Beatos Francisco Gálvez, Jerónimo de Angelis y Simón Yempo, mártires
En el lugar llamado Edo, en Japón, beatos mártires Francisco Gálvez, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, Jerónimo de Angelis, presbítero, y Simón Yempo, religioso, estos dos últimos de la Orden de la Compañía de Jesús, todos ellos quemados por quienes odiaban la fe. († 1623)
Beato Juan Hara Mondo No Suke, mártir
En Edo, Japón, beato Juan Hara Mondo No Suke, samurai, que por no querer renunciar a su fe, recibió la orden de destierro, pero se ocultó para poder propagar el cristianismo, y fue finalmente quemado en la cruel persecución. († c. 1623)
Beato Adolfo Kolping, presbítero
En Colonia, de Renania, en Prusia, beato Adolfo Kolping, presbítero, que, ardientemente solícito para con los trabajadores y la justicia social, fundó una sociedad de jóvenes obreros, que difundió en muchos lugares. († 1865)
Beatos Eustaquio García Chicote y cuatro compañeros, religiosos mártires
En Santander, en el monasterio trapense de Viaceli, beatos Eustaquio García Chicote, Ángel de la Vega González, Ezequiel Álvaro de la Fuente, Eulogio Álvarez López, Bienvenido Mata Ubierna, hermanos legos; mártires de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. († 1936)
San Juan Calabria, presbítero y fundador
En Verona, en Italia, san Juan Calabria, presbítero, que fundó las Congregaciones de Pobres Siervos y de Pobres Siervas de la Divina Providencia. († 1954)
En Alejandría de Egipto, san Heraclas, obispo, famoso como discípulo de Orígenes, de quien fue colaborador y sucesor en la escuela, siendo elegido después para regir esta sede. († c. 248)
San Melecio del Ponto, obispo
En Sebastopol de Tracia, en el Ponto, san Melecio, obispo, el cual, aunque ya famoso por su erudición, fue aún más famoso por su virtud y sencillez de vida. († s. IV)
San Félix de Bolonia, obispo
En Bolonia, de la Emilia, san Félix, obispo, que fue diácono de la Iglesia de Milán con san Ambrosio. († c. 432)
San Apro, presbítero y eremita
En Vienne, de la Galia Lugdunense, san Apro, presbítero, el cual, abandonando su patria, se construyó una celda en donde llevó una vida solitaria y penitente. († s. VII)
San Sigiramnio, abad
En la región de Bourges, en Aquitania, san Sigiramnio, peregrino y abad de Longoret. († c. 655)
Santa Adrehildis, abadesa
En Cenomanum, de Neustria, santa Adrehildis o Ada, abadesa del monasterio de Santa María. († c. 692)
San Sola, presbítero y eremita
En el monasterio de Ellwangen, en Baviera, san Sola, presbítero y eremita. († 794)
San Juan el Taumaturgo, obispo
En Poliboto, de Frigia, san Juan, llamado el Taumaturgo, obispo, que, contra el dictamen del emperador León el Armenio, trabajó intensamente en favor del culto de las sagradas imágenes. († s. IX)
San Annon de Colonia, obispo
En el monasterio de Siegburg, de Renania, en Alemania, san Annon, obispo de Colonia, hombre de agudo ingenio, que fue tenido en gran honor tanto, en la Iglesia como en los negocios civiles, en tiempo del emperador Enrique IV, y para aumentar la fe y la devoción, procuró la fundación de muchas iglesias y monasterios. († 1075)
San Osmundo de Salisbury,
En Salisbury, en Inglaterra, san Osmundo, obispo, que junto con el rey Guillermo se había trasladado de Normandía a Inglaterra, donde, promovido enseguida al episcopado, consagró la iglesia catedral y se ocupó de proveer a la administración de la sede y al culto divino. († 1099)
San Bernardo de Parma, monje y obispo
En Parma, de la Emilia, san Bernardo, obispo, el cual, siendo monje, se aplicó a una vida de perfección, y después, como cardenal, buscó el bien de la Iglesia, para, finalmente, ya obispo, procurar la salvación de las almas. († 1133)
Beato Pedro Pettinario, religioso
En Siena, de la Toscana, beato Pedro Pettinario, religioso de la Tercera Orden de San Francisco, insigne por su peculiar caridad hacia los pobres y los enfermos, y por su humildad y silencio. († 1289)
Beatos Francisco Gálvez, Jerónimo de Angelis y Simón Yempo, mártires
En el lugar llamado Edo, en Japón, beatos mártires Francisco Gálvez, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, Jerónimo de Angelis, presbítero, y Simón Yempo, religioso, estos dos últimos de la Orden de la Compañía de Jesús, todos ellos quemados por quienes odiaban la fe. († 1623)
Beato Juan Hara Mondo No Suke, mártir
En Edo, Japón, beato Juan Hara Mondo No Suke, samurai, que por no querer renunciar a su fe, recibió la orden de destierro, pero se ocultó para poder propagar el cristianismo, y fue finalmente quemado en la cruel persecución. († c. 1623)
Beato Adolfo Kolping, presbítero
En Colonia, de Renania, en Prusia, beato Adolfo Kolping, presbítero, que, ardientemente solícito para con los trabajadores y la justicia social, fundó una sociedad de jóvenes obreros, que difundió en muchos lugares. († 1865)
Beatos Eustaquio García Chicote y cuatro compañeros, religiosos mártires
En Santander, en el monasterio trapense de Viaceli, beatos Eustaquio García Chicote, Ángel de la Vega González, Ezequiel Álvaro de la Fuente, Eulogio Álvarez López, Bienvenido Mata Ubierna, hermanos legos; mártires de la fe en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. († 1936)
San Juan Calabria, presbítero y fundador
En Verona, en Italia, san Juan Calabria, presbítero, que fundó las Congregaciones de Pobres Siervos y de Pobres Siervas de la Divina Providencia. († 1954)
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús (las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
La Virgen María en el Adviento
101. Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
La Novena de Navidad
103. La Novena de Navidad nació para comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del "nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre de convertir la preparación a la Navidad en una "operación comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad consumista.
La piedad popular percibe que no se puede celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá al final de los tiempos.
Misa de feria (morado) o de la memoria (blanco). MISAL: para la feria ants. y oracs. props. / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto de la feria o del común de pastores (para un pastor) o de doctores; Pf. I o III Adv. o de la memoria.LECC.: vol. II. - Is 2, 1-5. El Señor congrega a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.- Sal 121. R. Vamos alegres a la casa del Señor. - Mt 8, 5-11. Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos. o bien: cf. vol. IV.Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria. Martirologio: elogs. del 5 de diciembre, pág. 705.CALENDARIOS: Arzobispado Castrense-Arma de Artillería; Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra (Armamento, Escala Superior y mecánica y Química de la Escala Técnica): Santa Bárbara (S).Pamplona y Tudela: San Francisco Javier, presbítero (S-trasladada).Canónigos Regulares de Letrán: Beato Arcángel Canetoli, presbítero (MO). Valencia: Beato Francisco Gálvez, presbítero y mártir (ML).OCSO: Beatos Pío Heredia Zubía, presbítero, y compañeros, mártires (ML). Ibiza: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Vicente Ribas Prats, obispo (2021).
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús (las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
101. Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
103. La Novena de Navidad nació para comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del "nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre de convertir la preparación a la Navidad en una "operación comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad consumista.
La piedad popular percibe que no se puede celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá al final de los tiempos.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Cf. Jr 31, 10; Is 35, 4
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor; anunciadla en los confines de la tierra: he aquí nuestro Salvador que viene, no temáis.
Oración colecta
CONCÉDENOS, Señor Dios nuestro,esperar vigilantes la venida de Cristo, tu Hijo,para que, cuando llegue y llame a la puerta,nos encuentre velando en oracióny cantando con alegría sus alabanzas.Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURAEl Señor invita a su festín y enjuga las lágrimas de todos los rostrosLectura del libro de Isaías 25, 6-10a EN AQUEL DÍA, preparará el Señor del universo para todos los pueblos,
en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo
—lo ha dicho el Señor—,
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Este es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».Palabra de Dios.
Salmo responsorial sal 22, 1b-3a. 3bc-4. 5. 6 (R: 6cd)R/. Habitaré en la casa del Señor
por años sin término.V/. El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/.V/. Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.V/. Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.V/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
AleluyaR/. Aleluya, aleluya, aleluya.V/. Mirad que llega el Señor, para salvar a su pueblo;bienaventurados los que están preparados para salir a su encuentro. R/.
EVANGELIOJesús cura a muchos y multiplica los panes✠
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37 EN AQUEL TIEMPO, Jesús se dirigió al mar de Galilea, subió al monte y se sentó en él.
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.Palabra del Señor.
Audio y comentario del Evangelio de hoy
en este monte, un festín de manjares suculentos,
un festín de vinos de solera;
manjares exquisitos, vinos refinados.
Y arrancará en este monte
el velo que cubre a todos los pueblos,
el lienzo extendido sobre todas las naciones.
Aniquilará la muerte para siempre.
Dios, el Señor, enjugará las lágrimas de todos los rostros,
y alejará del país el oprobio de su pueblo
—lo ha dicho el Señor—,
Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios.
Esperábamos en él y nos ha salvado.
Este es el Señor en quien esperamos.
Celebremos y gocemos con su salvación,
porque reposará sobre este monte la mano del Señor».
Salmo responsorial sal 22, 1b-3a. 3bc-4. 5. 6 (R: 6cd)
por años sin término.
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/.
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
✠
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los ponían a sus pies y él los curaba.
La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino».
Los discípulos le dijeron:
«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?».
Jesús les dijo:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete y algunos peces».
Él mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente.
Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete canastos llenos.
Audio y comentario del Evangelio de hoy
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendasACEPTA, Señor, los dones que te ofrecemos,
escogidos de los bienes que hemos recibido de ti,
y lo que nos concedes celebrar con devoción
durante nuestra vida mortal
sea para nosotros premio de tu redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
escogidos de los bienes que hemos recibido de ti,
y lo que nos concedes celebrar con devoción
durante nuestra vida mortal
sea para nosotros premio de tu redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de AdvientoLas dos venidas de Cristo33. Este prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre, y en las restantes misas que se celebran durante este tiempo y que no tienen prefacio propio.
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvacióndarte graciassiempre y en todo lugar,Señor, Padre santo,Dios todopoderoso y eterno,por Cristo, Señor nuestro.Quien al venir por vez primeraen la humildad de nuestra carne,realizó el plan de redención trazado desde antiguoy nos abrió el camino de la salvación;para que cuando venga de nuevoen la majestad de su gloria,revelando así la plenitud de su obra,podamos recibir los bienes prometidosque ahora, en vigilante espera,confiamos alcanzar.Por eso,con los ángeles y arcángelesy con todos los coros celestiales,cantamos sin cesarel himno de tu gloria:Santo, Santo, Santo…
Antífona de comunión Cf. Sal 106, 4-5; Is 38, 3
Ven, Señor, a visitarnos con tu paz para que nos alegremos delante de ti con un corazón íntegro.
Oración después de la comunión
FRUCTIFIQUE en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos,con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa,a descubrir el valor de los bienes del cieloy a poner en ellos nuestro corazón.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«¿Qué pensamos que Jesús alabó en la fe del centurión? La humildad. La humildad del centurión fue la puerta por donde el Señor entró» (San Agustín).
«El Señor se maravilló de este centurión. Se maravilló de la fe que tenía. Por ello no sólo encontró al Señor, sino que sintió la alegría de haber sido encontrado por el Señor. ¡Es muy importante!» (Francisco).
«Ante la grandeza de este sacramento [la Eucaristía], el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión: ‘Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme’» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.386).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«¿Qué pensamos que Jesús alabó en la fe del centurión? La humildad. La humildad del centurión fue la puerta por donde el Señor entró» (San Agustín).
«El Señor se maravilló de este centurión. Se maravilló de la fe que tenía. Por ello no sólo encontró al Señor, sino que sintió la alegría de haber sido encontrado por el Señor. ¡Es muy importante!» (Francisco).
«Ante la grandeza de este sacramento [la Eucaristía], el fiel sólo puede repetir humildemente y con fe ardiente las palabras del Centurión: ‘Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme’» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.386).
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