DOMINGO DE LA II SEMANA DE ADVIENTO (CICLO C), INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, PATRONA DE ESPAÑA Y DE LA DIÓCESIS DE HUELVA (En España: por concesión de la Santa Sede)
PROGRAMA PARROQUIAL:DOMINGO, 08 DE DICIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Solemne Eucaristía de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, (a las 11.00 h.).PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Solemne Eucaristía de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, (a las 12.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
¡¡ATENCIÓN!!
¡¡CAMBIO DE HORARIO
A PARTIR DEL 1 DE OCTUBRE!!
HORARIOS
PARROQUIA NTRA. SRA. DEL CARMEN
(HUELVA)
HORARIO DE INVIERNO
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 18.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 17.00-18.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 11.00 h.
* CONFESIONES:
- Media hora antes de Misa.* DESPACHO PARRROQUIAL:
- De Martes a Viernes: de 17.00-18.00 h.
- Cáritas parroquial: Martes, de 10.00-12.00 h.
HORARIOS
PARROQUIA NTRA. SRA. DE LOS DOLORES
(HUELVA)
HORARIO DE INVIERNO
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 19.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 18.00-19.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 12.30 h.
* CONFESIONES:
- Media hora antes de Misa.* DESPACHO PARRROQUIAL:
- Martes, Jueves y Viernes: de 18.00-19.00 h.
- Cáritas parroquial: Jueves, de 18.00-20.00 h. (excepto el mes de agosto).
¡¡ATENCIÓN!!
¡¡CAMBIO DE HORARIO
A PARTIR DEL 1 DE OCTUBRE!!
HORARIOS
(HUELVA)
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)
* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 18.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 17.00-18.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 11.00 h.
* CONFESIONES:
* DESPACHO PARRROQUIAL:
- De Martes a Viernes: de 17.00-18.00 h.
- Cáritas parroquial: Martes, de 10.00-12.00 h.
HORARIOS
(HUELVA)
(desde el 1 de octubre hasta el 31 de marzo)
* MISAS:
- Lunes (día de descanso de la parroquia).
- Martes a Sábado, y Vísperas de Fiesta: a las 19.30 h.
- Jueves: Adoración y Hora Santa con el Santísimo (de 18.00-19.00 h.)
- Domingos y Fiestas: a las 12.30 h.
* CONFESIONES:
* DESPACHO PARRROQUIAL:
- Martes, Jueves y Viernes: de 18.00-19.00 h.
- Cáritas parroquial: Jueves, de 18.00-20.00 h. (excepto el mes de agosto).
¿Quieres colaborar con las necesidades de nuestra Parroquia?
Necesitamos de tu ayuda
Haz un donativo en:
https://www.paypal.com/donate/?hosted_button_id=SB5P5WGXQ5WZS
Ayúdanos a continuar
con nuestra misión evangelizadora
en nuestra Parroquia a través de internet
Puedes realizar tus donativos mediante transferencia a la cuenta bancaria de la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores (Huelva)
2100 4701 3602 0005 1345
(titular de la cuenta: Parroquia Nuestra Señora de los Dolores (Huelva)
Código IBAN: ES30 2100 4701 3602 0005 1345
(Para transferencias desde fuera de España)
Código BIC (SWIFT) CAIXESBBXXX
Si le resulta más cómodo puede realizar sus donativos a través de Paypal@/Me
¿Quieres colaborar con las necesidades de nuestra Parroquia?
Necesitamos de tu ayuda
Haz un donativo en:
https://www.paypal.com/donate/?hosted_button_id=SB5P5WGXQ5WZS
Ayúdanos a continuar
con nuestra misión evangelizadora
en nuestra Parroquia a través de internet
Puedes realizar tus donativos mediante transferencia a la cuenta bancaria de la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores (Huelva)
2100 4701 3602 0005 1345
(titular de la cuenta: Parroquia Nuestra Señora de los Dolores (Huelva)
Código IBAN: ES30 2100 4701 3602 0005 1345
(Para transferencias desde fuera de España)
Código BIC (SWIFT) CAIXESBBXXX
Si le resulta más cómodo puede realizar sus donativos a través de Paypal@/Me
"Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna" (Mt 19,29)
* * * * *
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
* * * * *
El próximo domingo 15 de diciembre, el Papa Francisco realizará su Viaje Apostólico a Ajaccio, Francia, para participar en el congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo". Esta actividad marcará el inicio del calendario de ceremonias del Santo Padre para los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025, cuyo programa fue publicado este lunes 25 de noviembre por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
El próximo domingo 15 de diciembre, el Papa Francisco realizará su Viaje Apostólico a Ajaccio, Francia, para participar en el congreso sobre "La religiosidad popular en el Mediterráneo". Esta actividad marcará el inicio del calendario de ceremonias del Santo Padre para los meses de diciembre de 2024 y enero de 2025, cuyo programa fue publicado este lunes 25 de noviembre por la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
Portada
Cultura Anthony
Hopkins es la gran estrella de la película... en un papel siniestro
«María» de Netflix: cinco
razones para verla y cinco razones para no verla, sin que sea un empate
Vaticano Los
electores nombrados por Francisco ya alcanzan el 80% del colegio cardenalicio
El nuevo perfil del
cardenal elector tras el consistorio: «joven», del sur global y congregaciones
Personajes El
padre Fournier afirma que el sacrificio por los demás cuestiona a los no
creyentes
El «héroe de Notre Dame»,
vivió atentados y salvó del fuego la Corona de Espinas: así vence al miedo
Personajes La
parroquia de Gaza «es la que menos se queja de toda la diócesis»
El cardenal Pizzaballa
transmite esperanza: «No somos una Iglesia moribunda, somos una Iglesia viva»
Nueva
Evangelización El actor que interpreta a Jesús en The Chosen con dos
veteranos líderes evangelizadores
¿Cómo mostrar a Jesús en
nuestra cultura? Hablan el padre Mallon, Nicky Gumbel de Alpha y Roumie
Blog Un
testimonio sobre la posibilidad de «nacer de nuevo»
Una monja de clausura
explica cómo superó su sufrimiento por la herida que le dejó un abuso infantil
Cultura Una
película trepidante de aventuras, bastante fiel a Tolkien, sin tonterías woke
Las tres almas de «La
Guerra de los Rohirrim»: saga realista, cuento de fantasmas, historia épica
Hispanoamérica El
asombroso milagro que permite canonizar a María Troncatti, enfermera
misionera
Muy grave, paralizado y
pobre, alguno hablaba de dejarlo morir... pero soñó con una monja de blanco
España Dura
respuesta a una «fake news» de «La Vanguardia»
Josep Miró i Ardèvol:
hablar de 400.000 víctimas de abusos en la Iglesia es un «delirio infame»
Nueva
Evangelización «¿Qué pasaría si supiera que solo tengo unos días para
prepararme?», se pregunta Mike Schmitz
5 urgencias de un cura
influencer para Adviento: «25 días para ser el santo que Dios quiere»
Cultura «La
historia de la exégesis es un cementerio de hipótesis», otra de sus frases
lapidarias
Entrevista inédita de
Joseph Ratzinger: «Una Iglesia que no garantiza una fe común no es Iglesia»
Personajes El
testimonio de Dino Remedios, hoy profesor de Teología
Era ateo, leía a
Nietzsche; por mero aburrimiento, empezó a leer el Evangelio y se enganchó a
Jesús
SANTORAL DE HOY
Para ver otro video, pincha aquí
Elogio: Solemnidad de la Concepción Inmaculada de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres, en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida, en 1854, por el papa Pío IX, como verdad dogmática recibida por antigua tradición.
OraciónOh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
San Macario, mártir
En Alejandría de Egipto, conmemoración de san Macario, mártir, el cual, en tiempo del emperador Decio, al aconsejarle el juez con muchas razones que renegase de Cristo, él profesó con mayor constancia la fe, por cuyo motivo finalmente fue quemado vivo.
San Eutiquiano, papa
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Eutiquiano, papa.
San Eucario, obispo
En Tréveris, de la Galia Bélgica, san Eucario, considerado el primer obispo de esta ciudad.
San Patapio, eremita
Conmemoración de san Patapio, ermitaño, el cual, oriundo de la región de Tebaida, vivió en Constantinopla, en Blaquernas, y fue sepultado en el monasterio de los egipcios.
San Romarico, abad
En los montes Vosgos, en Burgundia, san Romarico, abad, que siendo noble del rey Teudeberto se retiró al monasterio de Luxueil, y después fundó un cenobio en una propiedad suya, que el mismo dirigió.
San Teobaldo de Marly, abad
En el monasterio de Vaux-de-Cernay, en la región de París, san Teobaldo de Marly, abad de la Orden Cisterciense, que prestaba los más humildes servicios a sus hermanos.
Beato Juan Minami, mártir
En Yamato, Kagoshima, Japón, beato Juan Minami, mártir, samurai que murió decapitado, vestido con sus mejores ropas de fiesta, un día antes que el resto de su casa.
San Nadal Chabanel, presbítero y mártir
En la región de Ontario, en Canadá, pasión de san Nadal Chabanel, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, habiendo hecho voto ante Dios de permanecer hasta la muerte en su querida misión del territorio Hurón, caminando por el bosque con un apóstata que odiaba la fe, fue muerto por él. Su memoria se celebra el diecinueve de octubre, junto con sus compañeros.
Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen
En Lima, ciudad de Perú, santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen, que, privada de padres y desprovista de sustento, después de muchos trabajos fue recibida en la hospedería de un cenobio, donde se dio a la oración continua y a la áspera penitencia.
Beato José María Zabal Blasco, mártir
En el Picadero de Paterna, de la región de Valencia, beato José María Zabal Blasco, mártir, el cual, siendo padre de familia, en la persecución contra la fe superó los tormentos de su pasión con la fortaleza de Cristo.
Beato Luis Liguda, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Luis Liguda, presbítero de la Sociedad del Verbo Divino y mártir, que, encarcelado al ser invadida Polonia durante la guerra, fue cruelmente asesinado por los guardias de la prisión, confesando a Cristo hasta la muerte.
San Macario, mártir
En Alejandría de Egipto, conmemoración de san Macario, mártir, el cual, en tiempo del emperador Decio, al aconsejarle el juez con muchas razones que renegase de Cristo, él profesó con mayor constancia la fe, por cuyo motivo finalmente fue quemado vivo.
San Eutiquiano, papa
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Eutiquiano, papa.
San Eucario, obispo
En Tréveris, de la Galia Bélgica, san Eucario, considerado el primer obispo de esta ciudad.
San Patapio, eremita
Conmemoración de san Patapio, ermitaño, el cual, oriundo de la región de Tebaida, vivió en Constantinopla, en Blaquernas, y fue sepultado en el monasterio de los egipcios.
San Romarico, abad
En los montes Vosgos, en Burgundia, san Romarico, abad, que siendo noble del rey Teudeberto se retiró al monasterio de Luxueil, y después fundó un cenobio en una propiedad suya, que el mismo dirigió.
San Teobaldo de Marly, abad
En el monasterio de Vaux-de-Cernay, en la región de París, san Teobaldo de Marly, abad de la Orden Cisterciense, que prestaba los más humildes servicios a sus hermanos.
Beato Juan Minami, mártir
En Yamato, Kagoshima, Japón, beato Juan Minami, mártir, samurai que murió decapitado, vestido con sus mejores ropas de fiesta, un día antes que el resto de su casa.
San Nadal Chabanel, presbítero y mártir
En la región de Ontario, en Canadá, pasión de san Nadal Chabanel, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, habiendo hecho voto ante Dios de permanecer hasta la muerte en su querida misión del territorio Hurón, caminando por el bosque con un apóstata que odiaba la fe, fue muerto por él. Su memoria se celebra el diecinueve de octubre, junto con sus compañeros.
Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen
En Lima, ciudad de Perú, santa Narcisa de Jesús Martillo Morán, virgen, que, privada de padres y desprovista de sustento, después de muchos trabajos fue recibida en la hospedería de un cenobio, donde se dio a la oración continua y a la áspera penitencia.
Beato José María Zabal Blasco, mártir
En el Picadero de Paterna, de la región de Valencia, beato José María Zabal Blasco, mártir, el cual, siendo padre de familia, en la persecución contra la fe superó los tormentos de su pasión con la fortaleza de Cristo.
Beato Luis Liguda, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Luis Liguda, presbítero de la Sociedad del Verbo Divino y mártir, que, encarcelado al ser invadida Polonia durante la guerra, fue cruelmente asesinado por los guardias de la prisión, confesando a Cristo hasta la muerte.
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús (las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
La Virgen María en el Adviento
101. Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
La Novena de Navidad
103. La Novena de Navidad nació para comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del "nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre de convertir la preparación a la Navidad en una "operación comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad consumista.
La piedad popular percibe que no se puede celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá al final de los tiempos.
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
En el tiempo de Adviento
96. El Adviento es tiempo de espera, de conversión, de esperanza:
- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
97. La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
99. En el tiempo de Adviento se celebran, en algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús (las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
100. En el hemisferio norte, en el tiempo de Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
101. Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.
102. La solemnidad de la Inmaculada (8 de diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de diciembre), que acrecienta en buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
103. La Novena de Navidad nació para comunicar a los fieles las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil acceso. La novena navideña ha desempeñado una función valiosa y la puede continuar desempeñando. Sin embargo, en nuestros días, en los que se ha facilitado la participación del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería deseable que en los días 17 al 23 de Diciembre se solemnizara la celebración de las Vísperas con las "antífonas mayores" y se invitara a participar a los fieles. Esta celebración, antes o después de la cual podrían tener lugar algunos de los elementos especialmente queridos por la piedad popular, sería una excelente "novena de Navidad" plenamente litúrgica y atenta a las exigencias de la piedad popular. En la celebración de las Vísperas se pueden desarrollar algunos elementos, tal como está previsto (p. ej. homilía, uso del incienso, adaptación de las preces).
El Nacimiento
104. Como es bien sabido, además de las representaciones del pesebre de Belén, que existían desde la antigüedad en las iglesias, a partir del siglo XIII se difundió la costumbre de preparar pequeños nacimientos en las habitaciones de la casa, sin duda por influencia del "nacimiento" construido en Greccio por San Francisco de Asís, en el año 1223. La preparación de los mismos (en la cual participan especialmente los niños) se convierte en una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de Jesús.
La piedad popular y el espíritu del Adviento
105. La piedad popular, a causa de su comprensión intuitiva del misterio cristiano, puede contribuir eficazmente a salvaguardar algunos de los valores del Adviento, amenazados por la costumbre de convertir la preparación a la Navidad en una "operación comercial", llena de propuestas vacías, procedentes de una sociedad consumista.
La piedad popular percibe que no se puede celebrar el Nacimiento de Señor si no es en un clima de sobriedad y de sencillez alegre, y con una actitud de solidaridad para con los pobres y marginados; la espera del nacimiento del Salvador la hace sensible al valor de la vida y al deber de respetarla y protegerla desde su concepción; intuye también que no se puede celebrar con coherencia el nacimiento del que "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21) sin un esfuerzo para eliminar de sí el mal del pecado, viviendo en la vigilante espera del que volverá al final de los tiempos.
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida el año 1854 por el papa Pío IX como verdad dogmática recibida por antigua tradición (elog. del Martirologio Romano).
- La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, atendiendo una solicitud de la Conferencia Episcopal Española, ha dispensado de la observancia de las normas litúrgicas que imponen el traslado de la solemnidad de la Inmaculada Concepción al lunes siguiente, por lo que en España se celebra este domingo dicha solemnidad. Para ello, y con el fin de no perder el sentido del domingo II de Adviento, debe observarse lo siguiente:
— La segunda lectura de la Misa debe ser la del segundo domingo de Adviento.
— En la homilía debe hacerse mención del Adviento.
— En la oración universal se debe hacer, al menos, una petición con el sentido del Adviento, y concluir con la oración colecta del domingo II de Adviento.
Misa de la solemnidad (blanco o azul).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: primera lectura y Evangelio del vol. IV. Segunda lectura del vol. I (C).
- Gen 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
- Sal 97. R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
- Flp 1, 4-6. 8-11. Que lleguéis al Día de Cristo limpios e irreprochables.
- Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 9 de diciembre, pág. 711.
CALENDARIOS: Arzobispado Castrense-Arma de Infantería, Cuerpo Jurídico Militar, Capellanes castrenses y Centro Geográfico del Ejército: Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María (S).
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María, que, realmente llena de gracia y bendita entre las mujeres en previsión del nacimiento y de la muerte salvífica del Hijo de Dios, desde el mismo primer instante de su Concepción fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio de Dios. En este mismo día fue definida el año 1854 por el papa Pío IX como verdad dogmática recibida por antigua tradición (elog. del Martirologio Romano).
- La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, atendiendo una solicitud de la Conferencia Episcopal Española, ha dispensado de la observancia de las normas litúrgicas que imponen el traslado de la solemnidad de la Inmaculada Concepción al lunes siguiente, por lo que en España se celebra este domingo dicha solemnidad. Para ello, y con el fin de no perder el sentido del domingo II de Adviento, debe observarse lo siguiente:
— La segunda lectura de la Misa debe ser la del segundo domingo de Adviento.
— En la homilía debe hacerse mención del Adviento.
— En la oración universal se debe hacer, al menos, una petición con el sentido del Adviento, y concluir con la oración colecta del domingo II de Adviento.
Misa de la solemnidad (blanco o azul).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: primera lectura y Evangelio del vol. IV. Segunda lectura del vol. I (C).
- Gen 3, 9-15. 20. Pongo hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujer.
- Sal 97. R. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
- Flp 1, 4-6. 8-11. Que lleguéis al Día de Cristo limpios e irreprochables.
- Lc 1, 26-38. Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 9 de diciembre, pág. 711.
CALENDARIOS: Arzobispado Castrense-Arma de Infantería, Cuerpo Jurídico Militar, Capellanes castrenses y Centro Geográfico del Ejército: Inmaculada Concepción de la bienaventurada Virgen María (S).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen MaríaSolemnidad Después de haber consultado largamente a todos los obispos del mundo, el Papa Pío IX definió solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854. Esta formulación oficial no es otra cosa que la explicitación del “sentir de la Iglesia” desde hacía siglos: “La bienaventurada Virgen María fue, desde el primer instante de su concepción, por una gracia y un favor singulares del Dios todopoderoso, en vista de los méritos de Jesucristo, salvador del género humano, preservada de toda mancha del pecado original.”
Antífona de entrada Cf. Is 61, 10
Desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como una esposa que se adorna con sus joyas.
Gloria.
Oración colectaDios nuestro,
por la Concepción Inmaculada de la Virgen María
preservada de todo pecado, preparaste a tu Hijo una digna morada
en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo;
concédenos, por su intercesión, que también nosotros lleguemos a ti
purificados de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Después de haber consultado largamente a todos los obispos del mundo, el Papa Pío IX definió solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854. Esta formulación oficial no es otra cosa que la explicitación del “sentir de la Iglesia” desde hacía siglos: “La bienaventurada Virgen María fue, desde el primer instante de su concepción, por una gracia y un favor singulares del Dios todopoderoso, en vista de los méritos de Jesucristo, salvador del género humano, preservada de toda mancha del pecado original.”
Antífona de entrada Cf. Is 61, 10
Desbordo de alegría en el Señor, mi alma se regocija en mi Dios. Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación y me envolvió con el manto de la justicia, como una esposa que se adorna con sus joyas.
Gloria.
por la Concepción Inmaculada de la Virgen María
preservada de todo pecado, preparaste a tu Hijo una digna morada
en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo;
concédenos, por su intercesión, que también nosotros lleguemos a ti
purificados de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURAPongo
hostilidad entre tu descendencia y la descendencia de la mujerLectura
del libro del Génesis 3, 9-15, 20
DESPUÉS
de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde
estás?».
Él
contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El
Señor Dios le replicó;
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del
que te prohibí comer?».
Adán
respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El
Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La
mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El
Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza
cuando tú la hieras en el talón».
Adán
llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.Palabra
de Dios.
Salmo responsorial Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3c-4 (R: 1bc)R/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.V/. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.V/. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
SEGUNDA LECTURAManteneos puros e irreprochables para el Día de Cristo
DESPUÉS de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó;
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza
cuando tú la hieras en el talón».
Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
porque ha hecho maravillas.
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
✠
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible"».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
Se dice Credo.
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS, Plaza de San Pedro, Martes, 8 de diciembre de 2020
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La fiesta litúrgica de hoy celebra una de las maravillas de la historia de la salvación: la Inmaculada Concepción de la Virgen María. También ella fue salvada por Cristo, pero de una forma extraordinaria, porque Dios quiso que desde el instante de la concepción la madre de su Hijo no fuera tocada por la miseria del pecado. Y por tanto María, durante toda su vida terrena, estuvo libre de cualquier mancha de pecado, ha sido la «llena de gracia» (Lc 1,28), como la llamó el ángel, y disfrutó de una singular acción del Espíritu Santo, para poder mantenerse siempre en su relación perfecta con su hijo Jesús; es más, era la discípula de Jesús: la Madre y la discípula. Pero el pecado no estaba en Ella.
En el magnífico himno que abre la Carta a los Efesios (cfr. 1,3-6.11-12), San Pablo nos hace comprender que cada ser humano es creado por Dios para esa plenitud de santidad, para esa belleza de la que la Virgen fue revestida desde el principio. La meta a la cual estamos llamados es también para nosotros don de Dios, el cual —dice el apóstol— nos ha «elegido en Él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados» (v. 4); eligiéndonos de antemano (cfr. v. 5), en Cristo, para estar un día totalmente libres del pecado. Y esta es la gracia, es gratis, es un don de Dios.
Y lo que para María fue al inicio, para nosotros será al final, después de haber atravesado el “baño” purificador de la gracia de Dios. Lo que nos abre la puerta del paraíso es la gracia de Dios, recibida por nosotros con fidelidad. Todos los santos y las santas han recorrido este camino. También los más inocentes estaban marcados por el pecado original y lucharon con todas las fuerzas contra sus consecuencias. Ellos han pasado a través de la «puerta estrecha» que conduce a la vida (cfr. Lc 13,24). ¿Y vosotros sabéis quién es el primero de quien tenemos la certeza de que haya entrado en el paraíso, lo sabéis? Un “poco bueno”: uno de los dos que fueron crucificados con Jesús. Se dirigió a Él diciendo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Y Él respondió: «hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,42-43). Hermanos y hermanas, la gracia de Dios es ofrecida a todos; y muchos que sobre esta tierra son últimos, en el cielo serán los primeros (cfr. Mc 10,31).
Pero atención. No vale hacerse los astutos: posponer continuamente un serio examen de la propia vida, aprovechando la paciencia del Señor —Él es paciente, Él nos espera, Él está siempre para darnos la gracia—. Nosotros podemos engañar a los hombres, pero a Dios no, Él conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos. ¡Aprovechemos el momento presente! Este sí es el sentido cristiano de aprovechar el día: no disfrutar la vida en el momento fugaz, no, este es el sentido mundano. Sino acoger el hoy para decir “no” al mal y “sí” a Dios; abrirse a su Gracia, dejar finalmente de plegarse sobre uno mismo arrastrándose en la hipocresía. Mirar a la cara la propia realidad, así como somos; reconocer que no hemos amado a Dios y no hemos amado al prójimo como deberíamos, y confesarlo. Esto es empezar un camino de conversión pidiendo en primer lugar perdón a Dios en el Sacramento de la Reconciliación, y después reparar el mal hecho a los otros. Pero siempre abiertos a la gracia. El Señor llama a nuestra puerta, llama a nuestro corazón para entrar con nosotros en amistad, en comunión, para darnos la salvación.
Y este es para nosotros el camino para convertirnos en “santos e inmaculados”. La belleza incontaminada de nuestra Madre es inimitable, pero al mismo tiempo nos atrae. Encomendémonos a ella, y digamos una vez para siempre “no” al pecado y “sí” a la Gracia.
* * * * *
Se dice Credo.
Oración de los fieles
Oremos al Señor, nuestro Dios, que eligió a María con vocación singular, bendita entre todas las mujeres.
- Por la Iglesia, Esposa de Cristo, purificada por el agua y la palabra. Roguemos al Señor.
- Por las religiosas y todas aquellas mujeres que dedican su vida y su tiempo a diversas tareas eclesiales. Roguemos al Señor.
- Por las mujeres que diversos países sufren discriminación injusta por razón de su sexo. Roguemos al Señor.
- Por los enfermos y cuantos sufren cualquier mal, llamados a encontrar en María el consuelo y la gracia que necesitan. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, elegidos en la persona de Cristo, llamados a ser santos e intachables ante Dios por el amor. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Señor,
que la concepción inmaculada de María, que hoy celebramos,
sea fuente de bendición para todos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS, Plaza de San Pedro, Martes, 8 de diciembre de 2020
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La fiesta litúrgica de hoy celebra una de las maravillas de la historia de la salvación: la Inmaculada Concepción de la Virgen María. También ella fue salvada por Cristo, pero de una forma extraordinaria, porque Dios quiso que desde el instante de la concepción la madre de su Hijo no fuera tocada por la miseria del pecado. Y por tanto María, durante toda su vida terrena, estuvo libre de cualquier mancha de pecado, ha sido la «llena de gracia» (Lc 1,28), como la llamó el ángel, y disfrutó de una singular acción del Espíritu Santo, para poder mantenerse siempre en su relación perfecta con su hijo Jesús; es más, era la discípula de Jesús: la Madre y la discípula. Pero el pecado no estaba en Ella.
En el magnífico himno que abre la Carta a los Efesios (cfr. 1,3-6.11-12), San Pablo nos hace comprender que cada ser humano es creado por Dios para esa plenitud de santidad, para esa belleza de la que la Virgen fue revestida desde el principio. La meta a la cual estamos llamados es también para nosotros don de Dios, el cual —dice el apóstol— nos ha «elegido en Él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados» (v. 4); eligiéndonos de antemano (cfr. v. 5), en Cristo, para estar un día totalmente libres del pecado. Y esta es la gracia, es gratis, es un don de Dios.
Y lo que para María fue al inicio, para nosotros será al final, después de haber atravesado el “baño” purificador de la gracia de Dios. Lo que nos abre la puerta del paraíso es la gracia de Dios, recibida por nosotros con fidelidad. Todos los santos y las santas han recorrido este camino. También los más inocentes estaban marcados por el pecado original y lucharon con todas las fuerzas contra sus consecuencias. Ellos han pasado a través de la «puerta estrecha» que conduce a la vida (cfr. Lc 13,24). ¿Y vosotros sabéis quién es el primero de quien tenemos la certeza de que haya entrado en el paraíso, lo sabéis? Un “poco bueno”: uno de los dos que fueron crucificados con Jesús. Se dirigió a Él diciendo: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Y Él respondió: «hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,42-43). Hermanos y hermanas, la gracia de Dios es ofrecida a todos; y muchos que sobre esta tierra son últimos, en el cielo serán los primeros (cfr. Mc 10,31).
Pero atención. No vale hacerse los astutos: posponer continuamente un serio examen de la propia vida, aprovechando la paciencia del Señor —Él es paciente, Él nos espera, Él está siempre para darnos la gracia—. Nosotros podemos engañar a los hombres, pero a Dios no, Él conoce nuestro corazón mejor que nosotros mismos. ¡Aprovechemos el momento presente! Este sí es el sentido cristiano de aprovechar el día: no disfrutar la vida en el momento fugaz, no, este es el sentido mundano. Sino acoger el hoy para decir “no” al mal y “sí” a Dios; abrirse a su Gracia, dejar finalmente de plegarse sobre uno mismo arrastrándose en la hipocresía. Mirar a la cara la propia realidad, así como somos; reconocer que no hemos amado a Dios y no hemos amado al prójimo como deberíamos, y confesarlo. Esto es empezar un camino de conversión pidiendo en primer lugar perdón a Dios en el Sacramento de la Reconciliación, y después reparar el mal hecho a los otros. Pero siempre abiertos a la gracia. El Señor llama a nuestra puerta, llama a nuestro corazón para entrar con nosotros en amistad, en comunión, para darnos la salvación.
Y este es para nosotros el camino para convertirnos en “santos e inmaculados”. La belleza incontaminada de nuestra Madre es inimitable, pero al mismo tiempo nos atrae. Encomendémonos a ella, y digamos una vez para siempre “no” al pecado y “sí” a la Gracia.
* * * * *
Se dice Credo.
Oración de los fieles
Oremos al Señor, nuestro Dios, que eligió a María con vocación singular, bendita entre todas las mujeres.
- Por la Iglesia, Esposa de Cristo, purificada por el agua y la palabra. Roguemos al Señor.
- Por las religiosas y todas aquellas mujeres que dedican su vida y su tiempo a diversas tareas eclesiales. Roguemos al Señor.
- Por las mujeres que diversos países sufren discriminación injusta por razón de su sexo. Roguemos al Señor.
- Por los enfermos y cuantos sufren cualquier mal, llamados a encontrar en María el consuelo y la gracia que necesitan. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, elegidos en la persona de Cristo, llamados a ser santos e intachables ante Dios por el amor. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Señor,
que la concepción inmaculada de María, que hoy celebramos,
sea fuente de bendición para todos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas
Señor, recibe complacido el sacrificio salvador que te ofrecemos
en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de santa María Virgen
y, así como reconocemos que la preservaste, por tu gracia,
limpia de toda mancha, guárdanos también a nosotros, por su intercesión,
libres de todo pecado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de santa María Virgen
y, así como reconocemos que la preservaste, por tu gracia,
limpia de toda mancha, guárdanos también a nosotros, por su intercesión,
libres de todo pecado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
El misterio de María y de la IglesiaEn verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la santísima Virgen María
de toda mancha de pecado original,
para preparar en ella, enriquecida con la plenitud de tu gracia,
la digna madre de tu Hijo,
y mostrar el comienzo de la Iglesia, su bella esposa, sin mancha ni arruga.
Purísima había de ser la Virgen que nos diera al Cordero inocente
que quita el pecado del mundo.
Purísima la que destinabas entre todos, para tu pueblo,
como abogada de gracia, y ejemplo de santidad.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos proclamando llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la comunión
Qué pregón tan glorioso para ti, Virgen María, porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios.
Oración después de la comunión
Señor Dios nuestro, el sacramento que hemos recibido
repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado
del que preservaste de modo singular
la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la bendición solemne de Santa María Virgen.
Dios, que en su providencia amorosa quiso salvar al género humano
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
os colme de sus bendiciones.R. Amén.Que os acompañe siempre la protección de la Virgen,
por quien habéis recibido al Autor de la vida.R. AménY a todos vosotros,
reunidos hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María,
el Señor os conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino.R. Amén.
El misterio de María y de la Iglesia
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la santísima Virgen María
de toda mancha de pecado original,
para preparar en ella, enriquecida con la plenitud de tu gracia,
la digna madre de tu Hijo,
y mostrar el comienzo de la Iglesia, su bella esposa, sin mancha ni arruga.
Purísima había de ser la Virgen que nos diera al Cordero inocente
que quita el pecado del mundo.
Purísima la que destinabas entre todos, para tu pueblo,
como abogada de gracia, y ejemplo de santidad.
Por eso, unidos a los coros de los ángeles,
te alabamos proclamando llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la comunión
Qué pregón tan glorioso para ti, Virgen María, porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios.
Oración después de la comunión
Señor Dios nuestro, el sacramento que hemos recibido
repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado
del que preservaste de modo singular
la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la bendición solemne de Santa María Virgen.
por el fruto bendito del seno de la Virgen María,
os colme de sus bendiciones.
por quien habéis recibido al Autor de la vida.
reunidos hoy para celebrar con devoción esta fiesta de María,
el Señor os conceda la alegría del Espíritu y los bienes de su reino.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
««Dios es el padre de las cosas creadas; y María es la madre de las cosas recreadas. Pues Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado» (San Anselmo).
«El saludo del ángel está entretejido con hilos del Antiguo Testamento. María es el retoño que, en la oscura noche invernal de la historia, florece del tronco abatido de David: de Ella germina el árbol de la redención. Dios no ha fracasado, como podía parecer al inicio de la historia: Dios salvó y salva a su pueblo» (Benedicto XVI).
«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que [María] fue enriquecida desde el primer instante de su concepción, le viene toda entera de Cristo: Ella es redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 492).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
««Dios es el padre de las cosas creadas; y María es la madre de las cosas recreadas. Pues Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado» (San Anselmo).
«El saludo del ángel está entretejido con hilos del Antiguo Testamento. María es el retoño que, en la oscura noche invernal de la historia, florece del tronco abatido de David: de Ella germina el árbol de la redención. Dios no ha fracasado, como podía parecer al inicio de la historia: Dios salvó y salva a su pueblo» (Benedicto XVI).
«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que [María] fue enriquecida desde el primer instante de su concepción, le viene toda entera de Cristo: Ella es redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 492).
No hay comentarios:
Publicar un comentario